Violencia de género en la literatura de Silvina Ocampo

Conservas:

Una chica quedó embarazada de Teresita. Está angustiada, no para de comer y su marido hace todas las tareas de la casa, como si la culpa lo obligara a cumplir con lo que espera de él. Su mamá le pide que se siente en el sillón para hablar con Teresita (la bebé), y su suegra la llama a cada rato para ver cómo está.

Va al médico Weisman y comienzan un tratamiento. “El plan incluye cambios en la alimentación, en el sueño, ejercicios de respiración, medicamentos. Va a haber que hablar con mamá y papá, y con la madre de Manuel; el papel de ellos también es importante.”. El tratamiento es un aborto y a medida que van pasando los días, va notando cambios en su cuerpo (comienza a desincharse), puede dormir de noche cosa que antes no, y llega el último día del tratamiento. Ella está con náuseas, se siente pésimo, y hasta ve la posibilidad de morirse. Siente una arcada, Manuel su novio va a buscar el frasco de conservación. Siente que algo le sube a su boca, algo del tamaño de una almendra. Lo siente en su boca, le da culpa escupirlo (era el feto de Teresita). Finalmente lo hace y piensan que en un futuro la esperarán cuando estén preparados.

Mi vida como hombre

Es consciente de todo el peso que implica ser mujer y reflexiona que prefiere hacer sufrir que sufrir. Habla de los estereotipos del hombre, de cómo ser más macho, de la desvalorización hacia la mujer ya que la mira simplemente como cultura, un invento, y al hombre como originario y natural. Quiere dejar los nombres de los géneros de lado y sus estereotipos y no ser ni mujer, gay, hombre, travesti. Dice que aprendió a ser hombre por un programa de televisión, James Bond, él mira eso mientras que su hija ve a Maria Elena Walsh para tener un mejor vocabulario. La serie imponía que el hombre tenía que poder hacer todo bien en el mundo, que el ser hombre es ser capaz de apoderarse de todas las cosas del mundo con placer, pero también, de renunciar a ellas cuando las conseguís. Dice que la masculinidad es un don y se tiene teniendo una mujer. Quiere disimular el llanto delante de su hija. Bond ponía a la mujer en un lugar de inferior, de objeto, eso enseñaba al público que lo idolatraba y buscaba su imagen en ejemplos de la vida cotidiana. Por ejemplo, Bond tenía a una mujer desnuda en su cama con oro alrededor y el autor veía eso en su padre que se besaba con la hija del dueño del cine. Está solo por seguir la “masculinidad” se crio con una imagen de que el hombre tenía que ser individualista y ahora no tiene a nadie, sabe que eso no está bueno, lamenta haberse criado así pero piensa que ya es tarde para revertirlo. Ve a su hija mujer como algo extraño, agradece que no sea hombre ¿para no tener que esforzarse para que sea como él? Dice que no fue un playboy, a quienes idolatra, porque llora. Pero a él lo educaron para que sea muy sensible, dice que los hombres tienen que poder llorar, lloraba por todo. Pero un día se vio vestido de tenis llorando por alguna cosa, pensó en James Bond y dijo que eso no iba más, como si le sacara la masculinidad. Su amigo esconde la comida por la calle, le da vergüenza que la gente vea que cocinó. Los hombres tienen miedo de cómo quedan. El autor lo enfrenta y le dice que vergüenza tendría que darle estar fingiendo. Ve a su amigo siguiendo el estereotipo de masculinidad y le molesta. Dice que por querer verse masculinos, los que están en el taller de masculinidad, perdieron todo y quieren reconstruirse. Le dan una remera que dice “vos sos tu falla”, quieren reconstruir su masculinidad siguiendo con lo que la arruinó. Le preguntaron cuál era su falla y pensó en que le salieron tarde los pelos del cuerpo y que a una mujer bella le habían salido antes, y la otra que a los 12 todavía no había pegado el estirón. Se cuestionó si eran fallas y no dijo ninguna. Finalmente, todos se dan cuenta que son fanáticos de una banda que los hace ver homosexuales, terminan actuando y bailándola. Además coinciden en que tuvieron épocas homosexuales por esta banda. Salieron del closet, se relajaron, pudieron disfrutar.

Basura para las gallinas:

La protagonista tiene una bolsa de basura en la mano, que está esperando que sea la hora en que pase el basurero. No quería dejarla antes por miedo a que se la coman los perros, por el olor. Cuando sabe que es la hora de que llega el basurero, baja con la bolsa abrazada y se dirige a la vereda. La aguja traspasa la bolsa como si la apuntara a ella. La vuelve a meter para adentro. Acaba de ayudar a su hija a abortar con una aguja, como lo aprendió de su abuela. Solo que ella tenía el privilegio de tener centros médicos de atención en caso de urgencia, su abuela simplemente tenía la aguja, y luego ese líquido era la comida para las gallinas.

Basura:

Aparecen los cuerpos al costado de la basura. Los suelen encontrar los basureros. La familia debe identificar si el cuerpo es el de su hija.

  • “Agarrarlas, asustarlas, verlas rogar, desnudarlas, humillarlas, violarlas, después matarlas, meterlas en una bolsa, tirarlas a la montaña de restos de la ciudad.”

Los medios hacen ver culpable a la chica, que si usaba short, si salía de noche, si tomaba, si fumaba. Los medios nos prostituyen. Hay cuerpos que valen más, y otros que valen menos.

  • “Casta, rica y estudiosa vale más que pobre y trola pero todas valen menos que el cuerpo del matador que es la manifestación extrema de este estado de las cosas: buena parte del planeta cree, a veces sin saberlo, que cosas somos nosotras.”

Chicas muertas: cap 1

Sus padres se casaron muy jóvenes (16 y 18 años) ya que su madre había quedado embarazada, aunque luego lo perdió. En una discusión que tuvieron, su padre intentó pegarle una cachetada, y su madre le clavó un tenedor en el brazo. Su papá nunca más le levantó la mano.

Empieza a contar distintos casos de familias del barrio que se sabe que el marido abusó de una, que el otro marido le pega a la señora, entre otras. En el caso en el que un hombre violó a su esposa, hace referencia a que siempre nos criaron con la mente de que es imposible que tu marido te viole. Los violadores siempre suelen ser hombres desconocidos que agarran a una mujer y se la llevan a un descampado. Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu abuelo, tu vecino, tu maestro. Esas siempre fueron personas en las que depositas tu confianza y no lo imaginas venir.

Cuenta que una vez, una vecina (Mirta) hablaba con su hermana (Sarita) y Sarita le dijo: “Nunca te dejes atropellar por nadie. Debes hacerte valer. No dejes que un tipo te ponga un dedo encima porque si lo hace una vez lo va a hacer siempre”. Se cree que a ella la golpeaba su marido (Olivero).

Sarita se había casado con él al quedar embarazada a los 15 años. Cuando nace su hijo Germán, el marido la manda a trabajar y no le queda otra que prostituirse. Ahí es donde conoce a Olivero, primero fue cliente, luego amante y fue la última persona con la que lo vieron ya que después desapareció. Se cree que la mató Olivero, pero él dice que se suicidó. Luego de la desaparición de Sarita, Olivero seguía visitando a su familia y le llevaba comida. Aunque la mamá de ella le guardaba rencor porque sospechaba que él la había matado, igualmente aceptaba la comida porque eran muy pobres. La que le puso fin a esto fue Mirta, la hermana de Sarita ya que luego de su última conversación con Sarita quiso ser fuerte y terminar con todo esto.

La prostitución es una forma de ganar dinero que está naturalizada. Se nos hizo tan normal ver como una chica por necesidad de ganar dinero, debe trabajar de eso.

Vestiduras peligrosas:

Empieza hablando de Artemia, la dueña del lugar donde ella trabaja ahora y la recuerda con mucho amor, dice que no puede describirla sin quitarle algo de su gracia.

Ella trabajaba en una pantalonería. Una vez tomando las medidas del pantalón de un señor, este se aprovecha y le pide que siga tomando medidas en su entrepierna. Ella se enoja y le revolea una almohada. A ella la despiden.

La trama del cuento se centra en la excéntrica Artemia, quien contrata a una costurera personal, llamada Piluca, para que le confeccione los más hermosos y únicos vestidos. La línea de acción del cuento consiste en Artemia pidiéndole a Piluca la creación de vestidos increíblemente osados, que muestran gran parte de su cuerpo y sugieren escenas sexuales. La sensualidad y la osadía de los pedidos aumentan progresivamente, ante una Piluca sumida en el pudor, que cose y cose sin parar. Artemia todas las noches sale a caminar con sus nuevos y sugestivos vestidos, y siempre al día siguiente recibe una terrible noticia: una mujer, en un lugar del mundo totalmente distinto, pero usando exactamente el mismo vestido, es brutalmente violada y asesinada por una patota de hombres.

Las coincidencias terribles terminan por asustar a Artemia, y siguiendo el consejo de la mesurada Piluca, opta por vestirse con un pantalón y una camisa, ropa para nada “incitadora” y hasta cierto punto, masculina, en los ojos de Piluca. Artemia sale a caminar como todas las noches, pero de este paseo nunca vuelve. Como acostumbra, Silvina Ocampo termina el cuento de una manera sumamente impactante: “Una patota de jóvenes amorales violaron a la Artemia a las tres de la mañana en una calle oscura y después la acuchillaron por tramposa”.

La ambigüedad y la duda son rasgos característicos de todos los cuentos de Silvina Ocampo. Pero hay una serie de elementos clave: las violaciones sistemáticas a mujeres, la idea instalada en el imaginario social de que la culpa del hecho la tiene la vestimenta, y al final, la cruda e irrefutable prueba de que este segundo pensamiento es totalmente erróneo. Ya que, por más “recatada” que sea la ropa de Artemia, sufre el mismo destino que las otras mujeres. La violación y el femicidio no recaen sobre el vestido, sino en otra cosa, que hoy podemos nombrar con nombre y apellido como un sistema patriarcal que legitima la violencia machista, ilustrado con maestría en la cruel ironía del cuento de Ocampo.

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