1. Establecimiento del tema, breve resumen de su contenido y descripción y explicación de su esquema
organizativo –partes temáticas constitutivas del texto y articulación de estas-
El texto Por mi culpa, publicado el 28 de Marzo de 2010 en el diario El País y firmado por una de
sus colaboradoras habituales, Elvira Lindo, escritora de reconocido prestigio en el panorama de las letras
españolas, gira en torno al tema de los valores, equivocados, que muchos padres de hoy en día inculcan a sus
hijos.
Este artículo de opinión presenta la tipología textual expositivo-argumentativa carácterística de estos
textos y por ello, su esquema organizativo está dividido en tres partes temáticas:
Entre las líneas 1 y 3 se sitúa la INTRODUCCIÓN dado que plantea parte del tema que ampliará
posteriormente: a través de un argumento de analogía (y a la vez de contraste) compara la manera de educar
a los hijos de nuestros mayores (vida–
Valle de lágrimas) con la forma de hacerlo de los padres actuales (vidaparque
de atracciones). El DESARROLLO ocupa las líneas 3 y 24 y en éste, el emisor del texto establece,
mediante argumentos de causa-consecuencia, las actitudes derivadas de estos dos modos de entender la
educación: la vida no era tan mala como los padres la habían presentado, pero esta visión ha dejado secuelas
y explica, con diversos argumentos de ejemplificación y de experiencia personal, que la felicidad no está
bien vista entre las personas del mundo literario educadas así [por varias razones: por un sufrimiento
continuo por el mundo, un padecimiento por su obra o por el temor a perder lo que se tiene]. A través de
argumentos de contraposición y causa – consecuencia, considera que es peligroso hacer creer a los niños que
todo en esta vida está dirigido a disfrutar y a satisfacer sus deseos, y continuamente se eleva su autoestima
porque cuando éstos se enfrentan a la realidad de los otros, sufren decepciones que conllevan un mayor
refuerzo paternal y los niños se convierten en personas con gran autoestima pero infelices por no encontrar el
mundo a la medida (argumento de generalización: “psicología barata”) de lo que les han hecho creer sus
padres y finalmente sólo buscan su satisfacción personal. A pesar de todo esto, en la CONCLUSIÓN (líneas
24-26), el emisor constata que también existen otras corrientes educativas más altruistas y menos
egocéntricas que enseñan a sus hijos que hay vida más allá de sus familias.
La articulación de las ideas presenta una estructura sintetizante ya que la opinión del emisor
(=tesis) queda explicitada en la conclusión del mismo en el momento en que expresa que, afortunadamente
hay otras formas de educar menos egocéntricas, alternativas a las planteadas a lo largo del texto.
En resumen, la educación practicada hace años hacía creer en una vida dura, una vez se llegaba a
descubrirla, se constataba que no era tan cruel como se describía; por ello, actualmente, a los niños se les
retrata una vida feliz y se les intenta facilitar su existencia en todo momento; tanto una como otra visión de la
existencia tiene sus inconvenientes, la primera ha conseguido que ser feliz no sea un sentimiento aceptado
socialmente, pero la segunda provoca un exceso de expectativas falsas que llevan a la insatisfacción tanto de
los hijos como de los padres; a pesar de todo esto, también existen otras maneras de afrontar la vida más
altruista y menos egocéntrica.
El tema del texto podría formularse así: crítica a la excesiva permisividad en la educación de los
hijos.
2. Explicación y valoración de las ideas expuestas a partir de la cultura del alumno y de su
conocimiento del mundo.
Una posible Valoración:
El tema tratado en el texto Por mi culpa podríamos considerarlo casi “atemporal” ya que la deriva en la
manera de educar a los niños ya comenzó hace bastantes años, y además, cómo educar a los niños es un tema
que permanentemente se está planteando en la sociedad, por ello, las repercusiones sociales son
significativas ya que, los niños actuales son el futuro de todos y según qué actitudes adopten así desarrollarán
sus capacidades posteriormente. El punto de vista adoptado por el emisor, Elvira Lindo es subjetivo ya que,
tal como corresponde a su tipología textual expositivo-argumentativa, reflexiona y aporta su opinión sobre
un tema que le preocupa a través de elementos de modalización como la deixis personal (“Nuestros
mayores”), léxico valorativo (“Por fortuna”, “valle de lágrimas”, “parque de atracciones”,…) o argumentos
de experiencia personal (“ entre los que reconozco que me encuentro, jamás confesaremos nuestra dicha por
terror a perderla”,…
Los mayores que menciona Elvira Lindo pertenecían, posiblemente, a una generación salida de una
postguerra traumática y aunque la situación en la que habían nacido sus hijos había sido mejor que la suya,
no querían crearles falsas esperanzas en un mundo justo; además tampoco tenían la “educación sentimental”
necesaria para educar a sus hijos, los educaban del mismo modo que ellos habían sido educados, pero los
educaban, les intentaban transmitir unos valores mínimos de respeto, esfuerzo y trabajo para sobrevivir en
una sociedad que no siempre iba a ser agradable. Actualmente, los padres desconocen ya ese “valle de
lágrimas”, pero en muchos casos, parece que tampoco conocen la realidad tal cual es, porque lo que no es,
desde luego, es un “parque de atracciones”. Esa idea es la que, según Vicente Verdú en su ensayo El estilo
del mundo (cap. “Divertirse hasta morir”), el capitalismo de ficción de los primeros años del Siglo XXI
quería convertir en el eje ideológico de la sociedad actual: todo está dirigido al disfrute y diversión
continuos, todos los ámbitos sociales se conciben como lugares de distracción, el “hedonismo” llevado a sus
últimas consecuencias.
Considerar el mundo actual como un lugar maravilloso para los niños, supone adoptar un punto de
vista occidental (?), bastante reduccionista ya que en la mayor parte del mundo, estos niños ni son tratados
como los “reyes de la casa” ni siquiera se tienen con ellos la mínima consideración, ahí están las cifras
apabullantes que UNICEF y otros organismos dedicados a la infancia publican anualmente sobre la
explotación de los niños mediante el trabajo, la prostitución, el hambre,… Que en esta época de crisis
económica se acentúan. A pesar de ello, sí es cierto que los niños de esta sociedad del “primer mundo” tienen
sus deseos colmados en exceso, pero tampoco debemos hundirlos en una profunda crisis existencial ni
destruirles la autoestima porque les vaya a perjudicar posteriormente; parece que se confunden conceptos:
reforzar, trabajar la autoestima es positivo, una persona que se siente respaldada y confía en sus
posibilidades, seguramente podrá afrontar las dificultades que se encuentre en su camino vital (que se las
encontrará) y esta autoestima no pasa necesariamente por colmar todos los deseos de los niños, sino más bien
por saber que sus padres los apoyan, confían en ellos, que no son perfectos, pero ellos estarán ahí para
ayudarlos cuando lo necesiten.
Por último, compartimos la opinión de Elvira Lindo manteniendo la esperanza en la existencia de
otros chicos y chicas educados en compartir y preocuparse por lo demás, participando en la sociedad y
ayudando en múltiples organismos para lograr una sociedad mejor.
organizativo –partes temáticas constitutivas del texto y articulación de estas-
El texto Por mi culpa, publicado el 28 de Marzo de 2010 en el diario El País y firmado por una de
sus colaboradoras habituales, Elvira Lindo, escritora de reconocido prestigio en el panorama de las letras
españolas, gira en torno al tema de los valores, equivocados, que muchos padres de hoy en día inculcan a sus
hijos.
Este artículo de opinión presenta la tipología textual expositivo-argumentativa carácterística de estos
textos y por ello, su esquema organizativo está dividido en tres partes temáticas:
Entre las líneas 1 y 3 se sitúa la INTRODUCCIÓN dado que plantea parte del tema que ampliará
posteriormente: a través de un argumento de analogía (y a la vez de contraste) compara la manera de educar
a los hijos de nuestros mayores (vida–
Valle de lágrimas) con la forma de hacerlo de los padres actuales (vidaparque
de atracciones). El DESARROLLO ocupa las líneas 3 y 24 y en éste, el emisor del texto establece,
mediante argumentos de causa-consecuencia, las actitudes derivadas de estos dos modos de entender la
educación: la vida no era tan mala como los padres la habían presentado, pero esta visión ha dejado secuelas
y explica, con diversos argumentos de ejemplificación y de experiencia personal, que la felicidad no está
bien vista entre las personas del mundo literario educadas así [por varias razones: por un sufrimiento
continuo por el mundo, un padecimiento por su obra o por el temor a perder lo que se tiene]. A través de
argumentos de contraposición y causa – consecuencia, considera que es peligroso hacer creer a los niños que
todo en esta vida está dirigido a disfrutar y a satisfacer sus deseos, y continuamente se eleva su autoestima
porque cuando éstos se enfrentan a la realidad de los otros, sufren decepciones que conllevan un mayor
refuerzo paternal y los niños se convierten en personas con gran autoestima pero infelices por no encontrar el
mundo a la medida (argumento de generalización: “psicología barata”) de lo que les han hecho creer sus
padres y finalmente sólo buscan su satisfacción personal. A pesar de todo esto, en la CONCLUSIÓN (líneas
24-26), el emisor constata que también existen otras corrientes educativas más altruistas y menos
egocéntricas que enseñan a sus hijos que hay vida más allá de sus familias.
La articulación de las ideas presenta una estructura sintetizante ya que la opinión del emisor
(=tesis) queda explicitada en la conclusión del mismo en el momento en que expresa que, afortunadamente
hay otras formas de educar menos egocéntricas, alternativas a las planteadas a lo largo del texto.
En resumen, la educación practicada hace años hacía creer en una vida dura, una vez se llegaba a
descubrirla, se constataba que no era tan cruel como se describía; por ello, actualmente, a los niños se les
retrata una vida feliz y se les intenta facilitar su existencia en todo momento; tanto una como otra visión de la
existencia tiene sus inconvenientes, la primera ha conseguido que ser feliz no sea un sentimiento aceptado
socialmente, pero la segunda provoca un exceso de expectativas falsas que llevan a la insatisfacción tanto de
los hijos como de los padres; a pesar de todo esto, también existen otras maneras de afrontar la vida más
altruista y menos egocéntrica.
El tema del texto podría formularse así: crítica a la excesiva permisividad en la educación de los
hijos.
2. Explicación y valoración de las ideas expuestas a partir de la cultura del alumno y de su
conocimiento del mundo.
Una posible Valoración:
El tema tratado en el texto Por mi culpa podríamos considerarlo casi “atemporal” ya que la deriva en la
manera de educar a los niños ya comenzó hace bastantes años, y además, cómo educar a los niños es un tema
que permanentemente se está planteando en la sociedad, por ello, las repercusiones sociales son
significativas ya que, los niños actuales son el futuro de todos y según qué actitudes adopten así desarrollarán
sus capacidades posteriormente. El punto de vista adoptado por el emisor, Elvira Lindo es subjetivo ya que,
tal como corresponde a su tipología textual expositivo-argumentativa, reflexiona y aporta su opinión sobre
un tema que le preocupa a través de elementos de modalización como la deixis personal (“Nuestros
mayores”), léxico valorativo (“Por fortuna”, “valle de lágrimas”, “parque de atracciones”,…) o argumentos
de experiencia personal (“ entre los que reconozco que me encuentro, jamás confesaremos nuestra dicha por
terror a perderla”,…
Los mayores que menciona Elvira Lindo pertenecían, posiblemente, a una generación salida de una
postguerra traumática y aunque la situación en la que habían nacido sus hijos había sido mejor que la suya,
no querían crearles falsas esperanzas en un mundo justo; además tampoco tenían la “educación sentimental”
necesaria para educar a sus hijos, los educaban del mismo modo que ellos habían sido educados, pero los
educaban, les intentaban transmitir unos valores mínimos de respeto, esfuerzo y trabajo para sobrevivir en
una sociedad que no siempre iba a ser agradable. Actualmente, los padres desconocen ya ese “valle de
lágrimas”, pero en muchos casos, parece que tampoco conocen la realidad tal cual es, porque lo que no es,
desde luego, es un “parque de atracciones”. Esa idea es la que, según Vicente Verdú en su ensayo El estilo
del mundo (cap. “Divertirse hasta morir”), el capitalismo de ficción de los primeros años del Siglo XXI
quería convertir en el eje ideológico de la sociedad actual: todo está dirigido al disfrute y diversión
continuos, todos los ámbitos sociales se conciben como lugares de distracción, el “hedonismo” llevado a sus
últimas consecuencias.
Considerar el mundo actual como un lugar maravilloso para los niños, supone adoptar un punto de
vista occidental (?), bastante reduccionista ya que en la mayor parte del mundo, estos niños ni son tratados
como los “reyes de la casa” ni siquiera se tienen con ellos la mínima consideración, ahí están las cifras
apabullantes que UNICEF y otros organismos dedicados a la infancia publican anualmente sobre la
explotación de los niños mediante el trabajo, la prostitución, el hambre,… Que en esta época de crisis
económica se acentúan. A pesar de ello, sí es cierto que los niños de esta sociedad del “primer mundo” tienen
sus deseos colmados en exceso, pero tampoco debemos hundirlos en una profunda crisis existencial ni
destruirles la autoestima porque les vaya a perjudicar posteriormente; parece que se confunden conceptos:
reforzar, trabajar la autoestima es positivo, una persona que se siente respaldada y confía en sus
posibilidades, seguramente podrá afrontar las dificultades que se encuentre en su camino vital (que se las
encontrará) y esta autoestima no pasa necesariamente por colmar todos los deseos de los niños, sino más bien
por saber que sus padres los apoyan, confían en ellos, que no son perfectos, pero ellos estarán ahí para
ayudarlos cuando lo necesiten.
Por último, compartimos la opinión de Elvira Lindo manteniendo la esperanza en la existencia de
otros chicos y chicas educados en compartir y preocuparse por lo demás, participando en la sociedad y
ayudando en múltiples organismos para lograr una sociedad mejor.