Justificación de la Inclusión y Evolución de la Obra en la Etapa Correspondiente
Valle-Inclán es uno de los autores más controvertidos, rigurosos, extravagantes y geniales que ha dado nuestra literatura. Ideológicamente, evolucionó desde una postura tradicionalista (carlismo) a posturas mucho más críticas y comprometidas con su tiempo, tal como se aprecia en su primer esperpento. Su obra recorre con acierto poesía, novela y, sobre todo, teatro. Valle-Inclán inició su trayectoria literaria en el Modernismo, considerado como la mejor manifestación de la prosa modernista, donde conviven la elegancia más exquisita y la provocación más amoral. Su segunda etapa, la del primitivismo, comienza con las Comedias bárbaras, obras míticas donde aparecen extraños personajes tiránicos, violentos o tarados. Se trata de un «canto» a un mundo en descomposición. Su tercera etapa, la del distanciamiento artificioso, Valle escribe obras teatrales, en su mayor parte en verso. Sin embargo, son totalmente diferentes del teatro poético modernista de la época. Se trata de experimentos dramáticos donde el autor crea un mundo artificioso, muy literario y estilizado. Su última etapa, la más lograda, es la de los esperpentos. En ella sobresale Luces de bohemia. El término esperpento se utiliza para referirse a unas obras creadas con una estética personal y renovadora. Mediante esta técnica, el autor muestra con óptica deformante la realidad para censurar y parodiar la decadente situación nacional. Su intención es llegar a una “superación del dolor y de la risa” y mostrar lo absurdo, el “sentido trágico” y su disconformidad con la vida española de su tiempo, lo que lo aproxima a las preocupaciones de los noventayochistas. Luces de bohemia se basa en la distorsión de la realidad y en la parodia de los modelos clásicos, así como en la creación de un lenguaje donde lo sublime y lo vulgar conviven en partes iguales. Max Estrella emprende una particular odisea que no se desarrolla en los míticos escenarios clásicos, sino en los espacios más sórdidos de una nación sumida en la miseria física y moral. Y es que, como afirma el propio Max, «España es una deformación grotesca de la civilización europea». La presencia insistente de la muerte, el empleo de animalizaciones o los frecuentes contrastes y reducciones al absurdo son otros rasgos que aproximarían esta obra al mundo del teatro esperpéntico.
Contexto Histórico y Literario de la Época de Valle-Inclán
Valle-Inclán inicia su carrera literaria tras el denominado desastre del 98, fecha de la pérdida de las últimas colonias españolas. Había salarios terriblemente bajos, altos niveles de analfabetismo y una gran conflictividad social a los que el régimen político de la Restauración ya no sabía dar respuesta. Retrata el estado de degradación de este sistema político nacido en 1875 con la Restauración, un sistema que duró más de cincuenta años y que se caracterizaba por la alternancia pacífica en el poder de los dos partidos mayoritarios, el liberal y el conservador. Se trataba de un régimen que acabó produciendo un sistema corrupto y caciquil donde el incipiente movimiento obrero no iba a tener fácil la entrada y donde el fraude electoral era lo más recurrente. Ante un estado incapaz de actuar, la Monarquía promueve el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923. Sin embargo, el cambio no sirve para regenerar el panorama político y social, y el fin de la dictadura arrastra a la monarquía, proclamándose en 1931 la II República. Valle-Inclán nos aproxima a la vida bohemia, tema de muchas producciones literarias y de otras artes. La bohemia había sido para muchos artistas de fin de siglo más que un simple modo de vivir: fue una forma de entender el arte y la vida; fue una época heroica, donde con orgullo aristocrático se confinaba el Arte al mundo de la Belleza. A este mundo pertenece Max, pero ya no tiene sentido; es una particular elegía de este universo ya consumado. Desde el punto de vista literario, Valle-Inclán es una mezcla de modernismo, de vanguardismo y de preocupación noventayochista. El esperpento de Valle convive con otras muchas fórmulas de hacer teatro: la comedia burguesa, el drama poético en verso, el teatro cómico o las producciones del 98. Representante de la comedia burguesa, el teatro escrito en verso, mezcla de Romanticismo y Modernismo. Se trata de una fórmula ideológicamente conservadora donde se cantan las glorias y pérdidas de la España Imperial, un teatro cómico pensado exclusivamente para entretener al público mediante un humor facilón y burlesco, lleno de sinsentidos y de juegos de palabras; en fin, es una corriente con originalidad, deformación y sátira.
Características del Esperpento y su Reflejo en ‘Luces de Bohemia’
El esperpento, un género creado por Valle-Inclán, consiste en distorsionar sistemáticamente nuestro entorno para poder expresar lo trágico, lo grotesco y lo absurdo de la vida española, una ridiculización de la realidad. Si la naturaleza del esperpento es crear una antitragedia, los personajes se enfrentan, ciertamente, a un destino trágico, pero el distanciamiento del autor nos lo muestra como algo grotesco. En este esperpento asistimos a un enorme drama a nivel colectivo (la situación social española) y a nivel individual (la muerte de Max y el suicidio de su mujer y su hija), pero estos hechos aparecen como ridículos debido a los personajes que les dan vida. Es más: la muerte de Max es grotesca. No hay nada solemne en su fallecimiento, y mucho menos en su velatorio. Max agoniza en la calle, sus últimos momentos son una parodia y su velatorio, una burla risible y cruel. Además, no es su muerte la que cierra la obra, como en la tragedia clásica, sino que, para mayor escarnio, esta concluye con las palabras de un borracho. La estética del esperpento también se alcanza por medio de la degradación de los personajes, que son presentados como seres caricaturescos o como «enanos que juegan una tragedia», reproduciendo las palabras del propio autor. Esta degradación se manifiesta, fundamentalmente, a través de tres recursos estilísticos: la animalización, la cosificación, la muñequización y la literaturización, consistente en la inclusión de gran cantidad de citas y referencias literarias, que se utiliza como un recurso más de deformación. Así, el género épico se nos presenta desfigurado. Otro de los recursos más significativos del esperpento es la variedad de registros: el uso de un lenguaje pedante y cursi propio de los modernistas, y, por otro, la jerga vulgar de las bajas clases sociales, quienes emplean términos como «cuála» o «previlegiado»; la combinación de cultismos y gitanismos en una misma intervención, lo que evidencia ese empleo de contrastes. Esta paradoja ya se percibe desde el mismo título. Por un lado, la luz, con el brillo de una época modernista en decadencia; pero, por otro lado, la peregrinación bohemia de los protagonistas transcurre por un Madrid nocturno alumbrado artificialmente con velas, candiles y lámparas. Se trata, en efecto, de un intencionado claroscuro con el que aspira a degradar la realidad. El esperpento, asimismo, se caracteriza por fusionar novela y teatro. En Luces de bohemia se acumulan de manera intencionada hechos y referencias históricas en un confuso anacronismo, lo cual nos impide situar la acción de esta pieza teatral en un tiempo histórico concreto. De esta forma, produce el efecto deformador que pretende desvelar la esencia de una sociedad. Así muestra con óptica deformante la realidad para censurar y parodiar la decadente situación nacional, es una vertiente crítica de la sociedad.
Los Personajes de Max Estrella y Don Latino
Valle-Inclán elabora los rasgos básicos y biográficos del protagonista de Luces de bohemia a partir de la figura de Alejandro Sawa, periodista andaluz amigo personal. Las similitudes con Max Estrella son evidentes: ambos eran escritores, estaban casados con mujeres francesas y murieron ciegos, locos y en la más absoluta miseria tras recibir una carta donde se prescindía de sus servicios en el mundo del periodismo. Nuestro protagonista, descrito en ocasiones como un héroe clásico, es un poeta frustrado cuya obra no ha obtenido éxito, por lo que no gana lo necesario para poder subsistir. Vive en una sociedad insensible a la obra literaria y se siente superior, tanto intelectual como moralmente, al mundo burgués. Max Estrella se puede entender como un alter ego de Valle-Inclán, dado que sus discursos reflejan muchas de las opiniones, valoraciones y críticas que el autor sostenía sobre la sociedad española. Max es un personaje extremadamente complejo y lleno de contradicciones; su ceguera no le impide ver el sufrimiento del pueblo y las injusticias proferidas por los gobernantes, por lo que se siente profundamente impotente ante la miseria intelectual y moral de España. Sin embargo, su carácter no está exento de incongruencias. Como hemos afirmado, es crítico y denuncia la tiranía, pero también sucumbe al poder aceptando una paga del ministro que gastará en champán, mientras su familia sufre penalidades. Es decir, censura la corrupción política, pero acepta una pensión vitalicia. La sociedad que lo rodea es tan cruel y grotesca que convierte su vida heroica en una existencia patética y absurda. Su degradación se refleja en la muñequización a la que lo somete el propio autor. En este sentido, Max, como si fuese un pringado, es estafado por Zaratustra, engañado por don Latino y encarcelado como un vil delincuente. Incluso su muerte es ridícula, pues será confundida primero con una borrachera y finalmente con una catalepsia. Don Latino podría ser cualquiera de los modernistas con los que convivía Alejandro Sawa. De hecho, Sawa solía ir acompañado de un perro y, curiosamente, con los recursos del esperpento, caracteriza a don Latino como un perro. Este personaje fundamental debe entenderse como un desdoblamiento del protagonista. Max simboliza la bohemia heroica, modernista y rebelde; don Latino es reflejo de la degradación de esta bohemia que ha perdido la pureza de sus ideales y se ha corrompido. Se le puede definir como una persona inmoral, un parásito; estafa a Max, en connivencia con Zaratustra, lo abandona moribundo en el portal de su casa y le roba la cartera y el décimo de lotería premiado, causando sin el menor escrúpulo el suicidio de la mujer y la hija del poeta ciego. Resumiendo: en Luces de bohemia encontramos gran cantidad de personajes de procedencia diversa (inspirados en la vida real) y la estética del esperpento provoca que dichos personajes sean deformados de diversos modos, hasta convertirlos en muchos casos en auténticos pringados.
Realidad Política y Social Reflejada en la Obra
La obra acumula de manera intencionada hechos y referencias históricas en un confuso anacronismo, lo cual nos impide ubicar la acción de esta pieza teatral en un tiempo histórico concreto. Luces de bohemia, primer esperpento valleinclanesco, retrata el estado de degradación del sistema político nacido en 1875 con la Restauración, un sistema que duró más de cincuenta años y que se caracterizaba por la alternancia pacífica en el poder de los dos partidos mayoritarios, el liberal y el conservador. Se trataba de un régimen que acabó produciendo un sistema corrupto y caciquil donde el incipiente movimiento obrero no iba a tener fácil la entrada y donde el fraude electoral era lo más recurrente. La acumulación desproporcionada de la propiedad de la tierra en manos de unos pocos propietarios latifundistas, así como los bajos salarios, van a provocar episodios de violencia reprimidos duramente por la autoridad, tal como sucedió durante la Semana Trágica de Barcelona en 1909. Los trabajadores inician su proceso de organización alrededor de dos polos ideológicos: el anarquismo de la CNT y el socialismo, simbolizado por las Casas del Pueblo del PSOE. En este contexto, los obreros recurrirán en ocasiones a la violencia para luchar por sus derechos, una violencia que aparece reflejada en Luces de bohemia en el preso catalán o en los disturbios callejeros con los que se encuentran Max Estrella y don Latino. Varias huelgas reprimidas con dureza por las tropas, unas movilizaciones que también se trasladan al campo. Y es que la Revolución Rusa de 1917 había dado a los trabajadores de todo el mundo el impulso moral para luchar por sus derechos. La patronal reaccionó ante el levantamiento obrero de forma contundente (cierre de fábricas, no contratar a obreros sindicados…). Incluso, acusando de blando al gobierno, no solo inició la guerra sucia con el pistolerismo blanco, sino que también creó sindicatos libres y asociaciones cívicas (como Acción Ciudadana, citada en Luces de bohemia) que empleaban la violencia armada contra los obreros y ayudaban a la policía en la represión de las manifestaciones. En 1921 se aprueba la Ley de fugas, que permitía a las fuerzas del orden fusilar directamente, sin juicio previo, a cualquier preso acusado de haber intentado huir. Así muere el obrero anarquista, compañero de Max en prisión. Todo este ambiente de corrupción e ineficacia política se refleja en el esperpento de Valle en las alusiones a Maura, político conservador cuya impopularidad durante estos años era enorme, y a Alfonso XIII, rey de España hasta la proclamación en el 31 de la Segunda República, del que el autor no tenía muy buena opinión. Pero la conflictividad social no es la única referencia a la realidad; también podemos hallar menciones religiosas. Max clama por una “religión nueva” que debe regenerar España. En síntesis, Luces de bohemia manifiesta una honda disconformidad con la España de la época y contiene un duro ataque a la realidad española. Nadie se libra de la crítica: gobierno, empresarios, fuerzas del orden e incluso obreros (excepto el preso catalán y la madre del niño muerto) son retratados como una masa brutal, inculta e incapaz, en consecuencia, de producir la anhelada regeneración de la sociedad española. No en vano, todo ello parece remitirnos a las palabras de Max Estrella: «España es una deformación grotesca de la civilización Europea».
Modernismo y la Generación del 98 en ‘Luces de Bohemia’
Luces de bohemia constituye el adiós definitivo del autor a la estética modernista y a la bohemia heroica. Tenemos, por una parte, un golfo buscavidas (don Latino) que poco o nada tiene de heroico, y, por otra, una multitud de aficionados, niños de papá que juegan a ser poetas rebeldes y cuyo trabajo será olvidado rápidamente. Incluso el propio Max se contagia de la degradación general aceptando el dinero que le ofrece el ministro. Si la vida bohemia ya no es posible, tampoco lo es la estética modernista que la sustenta. Ese descubrimiento lleva a Max a la proclamación de una nueva técnica (el esperpento) que sea capaz de ofrecer una visión del mundo tanto más cierta cuanto más deformada. Por otra parte, Luces de bohemia manifiesta una honda disconformidad con la España de la época y contiene un duro ataque a la realidad española, lo que la aproxima a las preocupaciones de los noventayochistas. En esta obra nadie se libra de la crítica: gobierno, empresarios, fuerzas del orden e incluso obreros son retratados como una masa brutal, inculta e incapaz, en consecuencia, de producir la anhelada regeneración de la sociedad española. No en vano, todo ello parece remitirnos a las palabras de Max Estrella: «España es una deformación grotesca de la civilización Europea». También se relaciona con la Generación del 98 la renovación literaria experimental que intenta superar el estancamiento de la comedia burguesa. Valle, así, al acercarse a modelos teatrales considerados menores, crea un nuevo género capaz de expresar las inquietudes del autor y plantear su denuncia. Serían igualmente propios de los autores de la Generación del 98 el uso predominante de la prosa, la primacía del diálogo sobre la acción y la recuperación de localismos, arcaísmos o gitanismos. En cambio, la función poética de las acotaciones, en las que encontramos sinestesias, personificaciones o ingeniosas metáforas, cultismos, etc., esto nos permitiría relacionar esta antitragedia con la estética modernista. Este contraste intencionado acercará la obra más al esperpento.