Valle-Inclán y Lorca: Innovación Teatral en España

Ramón María del Valle-Inclán: Del Modernismo al Esperpento

Ramón María del Valle-Inclán (Galicia, 1866), perteneciente a la Generación del 98, fue un bohemio estrafalario y autor de novelas, teatro y poesía. No terminó su carrera de Derecho en Santiago de Compostela, viajó a México donde trabajó como periodista y luego volvió a España. Llevó una vida bohemia. Fue rebelde, detestaba la vulgaridad de la sociedad moderna, burguesa e industrial, y defendió los valores de la sociedad rural en la que se había formado (se declaró “carlista por estética” en 1910). En su obra se observa una evolución, paralela a su cambio ideológico: de un Modernismo elegante y nostálgico a una literatura crítica, basada en una feroz distorsión de la realidad. Valle busca en su teatro nuevos caminos de renovación formal. Su obra contribuyó a la renovación del teatro europeo.

Estilos en el Teatro de Valle-Inclán

  • Modernismo (hasta 1907): Sus obras están influenciadas por un modernismo elegante y nostálgico. Le preocupa el lenguaje, destacando su obra “El Marqués de Bradomín (1906)”.
  • Primitivismo: Giro hacia el primitivismo donde sus temas se centran en la violencia y la crueldad.

Vuelta a los Mitos y las Farsas

En esta etapa, Valle-Inclán toma dos direcciones: la vuelta a los mitos y al teatro de farsa. Su teatro se basa en escenarios complicados influenciados por el cine, lo que dificulta su representación teatral.

El Mito

La acción transcurre en una Galicia mítica e intemporal, como en “Las Comedias bárbaras” y “Divinas Palabras” (1920), esta última muy próxima al esperpento. Sus personajes, movidos por la lujuria, la avaricia y la muerte, conviven con una extraña espiritualidad y se sitúan más allá de cualquier moral convencional. En estas obras, personajes extraños y apasionados (mendigos, brujos, etc.) son representados mediante un lenguaje agrio, en una Galicia violenta y guerrera.

La Farsa

En sus obras, mezcla tonos de drama y farsa. La parodia y el humor ofrecen una visión crítica y grotesca de personajes y situaciones reales. Entre otros títulos, destacan “La Farsa italiana de La enamorada de la reina” y “La Farsa y licencia de la reina castiza”.

El Esperpento

El esperpento es un género literario y una manera de ver el mundo. Para Valle-Inclán, la realidad española no es trágica, sino esperpéntica, ya que en vez de producir llanto y dolor, provoca risa.

El esperpento es la deformación grotesca y sistemática de la realidad (personajes, situaciones, mitos y valores de la España de su tiempo) para realizar una crítica incisiva de la sociedad de su época, momento histórico que despreciaba por absurdo y miserable. Denuncia un mundo deformado y absurdo a través de un lenguaje deformado. “El esperpentismo lo ha inventado Goya”: pinturas de Goya.

Valle define el esperpento en la obra “Luces de Bohemia”: Max Estrella, el ciego protagonista, dice: “Nuestra tragedia no es una tragedia. (…) España es una deformación grotesca de la civilización europea”. “Las imágenes más bellas, en un espejo cóncavo, son absurdas”.

En 1928, en una entrevista para el periódico ABC, explicó que para él existen tres maneras de ver el mundo desde el punto de vista artístico: de rodillas, de pie o levantado en el aire. Cuando el autor mira desde abajo, la realidad aparece enaltecida y los personajes se ven como héroes, como seres superiores. Cuando se mira de pie, a la misma altura que los personajes, estos son como nosotros (igual que ocurre con los personajes de Shakespeare).

Pero si los miramos desde arriba, nos parecen muñecos o marionetas. En el prólogo y el epílogo de Los Cuernos de don Friolera (de Martes de carnaval), vuelve a teorizar sobre el esperpento. Es don Estrafalario quien explica que: “reservamos nuestras burlas para aquello que nos es semejante”.

El esperpento es una parodia constante que deforma la realidad (humanización de animales y objetos, cosificación y animalización de humanos para que parezcan peleles o fantoches extraños) expresado con un lenguaje también deformado que se aleja del realismo y asombra por la riqueza y variedad de registros (registro culto: latinismos, frases literarias en contextos que no le corresponden; registro coloquial en momentos serios, lenguaje pedante o cursi e, incluso, exabruptos violentos, etc.). Podemos destacar también: el empleo de contrastes, sobre todo entre lo doloroso y lo grotesco, la risa agria y el llanto.

La escenografía de Valle: sus escenarios son complicados, pobres, su teatro no se llevó a escena en su tiempo. Su teatro era para leer. Acotaciones que tienen un claro carácter literario.

Federico García Lorca: Teatro Poético y Tragedia Rural

Federico García Lorca fue director de «La Barraca», compañía de teatro formada por universitarios que llevaba el teatro clásico (Lope, Tirso, Calderón, etc.) al medio rural. Esta experiencia teatral fue muy importante. Su teatro es experimental por la variedad de estilos y porque nunca le interesó el teatro comercial ni su público burgués, convencional. Su teatro es poético.

Los grandes temas son el amor y la muerte. Amores imposibles, conflictos entre el deseo y la realidad, el ansia de libertad y la frustración producida por la acción opresora de la sociedad. Mujeres dominadas por amores imposibles, que encarnan la tragedia de una humanidad rebosante de ansias vitales y condenada a la frustración producida por el paso del tiempo, los yugos sociales, la soledad o la muerte; pero no se trata de un teatro «feminista», se trata de la tragedia de toda persona condenada a una vida estéril, a la frustración vital ocasionada unas veces por el Tiempo o por la Muerte, y otras, por los prejuicios y convenciones sociales que impiden la realización personal. La trayectoria teatral inició en la década de 1920: El drama histórico y las farsas. Comienza con “El maleficio de la mariposa”, que fue un fracaso en su estreno en 1920 y que trata del amor imposible de una cucaracha por una mariposa.

Etapas Teatrales de Lorca

  • Drama Histórico: “Mariana Pineda (1927)”, cuya protagonista es la heroína granadina ejecutada en tiempos de Fernando VII por bordar una bandera liberal, es su primera obra de éxito.
  • Comedias “Imposibles” (1930 aprox.): Su primera obra de esta etapa es “El público”, desconocida hasta muy tarde, en ella acusa a la sociedad (público) por condenar y «crucificar» al homosexual y proclama la licitud de toda norma de amor. Comedia sin título es otra obra de este periodo que no está terminada y abre la lucha social.
  • Tragedias Rurales: Etapa de plenitud. Su obra importante es la «Barraca». La mujer ocupa, como dijimos, un puesto central, lo que revela su sensibilidad ante la condición de la mujer en la sociedad tradicional. Sus tragedias rurales se desarrollan en la Andalucía del llanto en la que se impone el destino trágico.

Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935) es la historia de una solterona que espera toda su vida con la ilusión estéril de alcanzar la felicidad y el amor, mientras el tiempo pasa y su vida se marchita igual que las rosas que cultiva su tío. La obra es de este periodo y muy interesante, pero sin la entidad de las tres siguientes: Bodas de sangre (1933) se basa en un hecho real ocurrido en 1928: el crimen de Níjar.

En esta obra, un amor pasional e ineludible, que rompe las barreras del deber y la tradición, arrastra a los amantes a la tragedia. Una novia escapa con su amante el mismo día de la boda pues no puede oponerse a un destino que siempre se cumple y que desborda normas sociales y morales para desembocar en la muerte: el cuchillo será el instrumento funesto de inmolación. En torno, un marco de odios familiares y de venganzas y una Andalucía que cobra valores tan universales como la Grecia de la tragedia clásica. Yerma (1934) es el drama de la mujer condenada a la infecundidad, era una tragedia con un solo tema: la mujer estéril que se resiste a la aceptación de su destino y provoca la tragedia. Se siente angustiada por el ansia insatisfecha de maternidad; la domina la fidelidad a un marido frío, egoísta y el peso de las convenciones socio-religiosas. Finalmente, Yerma mata a su marido haciéndose responsable de su propia infertilidad, pero se queda sola.

La casa de Bernarda Alba (1936) Lorca quiere mostrar el eterno enfrentamiento de los principios de autoridad y libertad. Bernarda, que ha impuesto un duro periodo de luto tras la muerte de su marido en la casa donde viven ella y sus hijas, es a un tiempo la autoridad y la madre castrante que impide la realización personal de sus hijas y ahoga la vida en un angustioso silencio.

Es esclava de un trasnochado concepto del honor que lo sacrifica todo a la imagen pública. La obra refleja los convencionalismos de la España rural de comienzos del siglo XX (honra, decencia, sometimiento) y retrata un mundo primitivo que mata la libertad e impone unas normas muy duras. El espacio es siempre Andalucía, un espacio adusto y seco en la estación de más agobiante calor. La acción transcurre en un espacio cerrado idéntico a la muerte: muros blancos, enmarcados por la primera y última palabra que Bernarda pronuncia: silencio.

Adela es la única que anima a rebelarse a las convenciones: ofrece a su madre un abanico verde con flores rojas, se atreve a ponerse un vestido verde contraviniendo el riguroso luto y, por último, se entrega al hombre que ama. Pepe el Romano va a casarse con la hermana mayor, la heredera rica Angustias, pero atraído por la juventud y belleza de Adela, la menor, con quien mantiene relaciones ocultas, y amado a su vez por Martirio, el final trágico será inevitable: Bernarda dispara contra Pepe y, al creerlo muerto, Adela se suicida.

Lorca concebirá el teatro como un espectáculo total y cuida, además del texto, la forma de actuar de los actores, la escenografía, la danza y la música, enlazando con la teoría de los grandes renovadores del teatro europeo.

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