Estética de Valle-Inclán
Toda la obra de Valle-Inclán se explica por el trasfondo gallego, desde el cual hay que comprender las diversas Españas allí imaginadas, y por el carácter libresco, que le sirve de base para distanciar la realidad. Las formas de ver el mundo son tres y se corresponden con las tres actitudes que el autor puede adoptar con sus personajes: visión mítica/actitud mítica, visión irónica/actitud irónica, visión degradadora/actitud degradadora. Puede observarse lo mismo en sus novelas o en su teatro o en esa mezcla de novela-teatro tan típica del autor. La tercera es la más original y la que más emplea. Se relaciona con el arte deshumanizado, con la actitud de juego y con el tono humorístico preconizado por Ortega en el «arte nuevo». Valle es el más innovador del grupo 98-modernismo. Conceptos que pueden contribuir a su preceptiva: la obra de arte es una combinatoria, es una voluntad de estilo, importancia de lo musical y de lo plástico, importancia de lo memorial, importancia de lo teatral, importancia de la acotación escénica. En resumen, es un teatro efectista en el cual se borran las barreras del género literario.
Obra: Evolución
Su amplia producción reúne cuentos, poemas, novelas y teatro. En todos esos géneros se puede observar una evolución permanente y paralela a su ideología: desde el modernismo a la generación del 98, aunque presidiendo siempre el arte. No obstante, debe evitarse reducir su trayectoria a dos etapas: modernista y esperpéntica.
1. Etapa Modernista (94-07)
Se ha dicho muchas veces que Valle representa en la prosa lo que Rubén Darío en el verso. Esto solo puede considerarse parcialmente porque el modernismo de Valle es solo un punto de partida, que su obra posterior rebasa y contradice. Tras haber publicado en revistas, aparece en 1895 su primer libro, Femeninas. Pero la producción cumbre de esta etapa son las Sonatas. A esta primera etapa también pertenece su libro de poemas Aromas de Leyenda (07).
2. Transición
A esta etapa pertenecía el ciclo conocido como «Comedias Bárbaras» y la trilogía de novelas de «La Guerra Carlista» (08-09). Junto a resabios modernistas, aparece un lenguaje desgarrado y acentuado por la presencia de un lenguaje rústico. Semejante mezcla de tonos puede apreciarse en las farsas y dramas escritas entre 09 y 20 (La cabeza del dragón, Voces de Gesta…). Los cambios se conservan en su obra poética.
3. Etapa Esperpéntica
A partir del 20, año en el que publica Farsa Italiana de la Enamorada del Rey y Divinas Palabras (que recuerda más a las Comedias Bárbaras) y Luces de Bohemia, primera obra a la que Valle da el nombre de esperpento y en la que explica su teoría del género. A esta etapa pertenecen también los esperpentos recogidos en Martes de Carnaval y novelas como Tirano Banderas y la trilogía conocida como El Ruedo Ibérico, entre otras.
Análisis de su Obra
Las Sonatas son cuatro novelas cortas escritas como memorias del Marqués de Bradomín, «un donjuán feo, católico y sentimental». Pueden considerarse como una sola obra en cuatro partes, que se corresponden con las fases vitales del protagonista, que varía poco en el curso de su existencia:
- Sonata de Primavera (05): Nos presenta al marqués seduciendo a la sobrina de un cardenal moribundo, que está a punto de profesar como monja.
- Sonata de Estío (03): Es una amplificación del cuento «La niña de Chole». Evoca un ambiente tropical, cargado de una brutal sensualidad (aparece el tema del incesto).
- Sonata de Otoño (02): Es considerada como la más refinada expresión en prosa del modernismo español. Se desarrolla en un ambiente gallego idealizado.
- Sonata de Invierno (05): Cierra esta evocación bradominesca con una mezcla de vileza y heroísmo, introduciéndolo en la corte del carlismo con el objeto de hacerle perder un brazo y con el intento de incesto.
El Marqués de Bradomín ha sido objeto de diversos juicios por parte de la crítica, generalmente negativos: cínico, majadero, necio, egoísta que explota como arma de seducción su fácil y frío sentimentalismo… Toda la doctrina de «Las Sonatas» está simbolizada en esta frase: «¡Viva la bagatela!»
En Las Comedias Bárbaras, Valle comienza a infundir cualidades humanas a algunos personajes para contraponerlos a otros. Las figuras ya no son solo invenciones espectaculares puestas al servicio de una estética neroniana, sino concreción literaria de algo que ha creído ver con dolor: restos del viejo mundo hispánico, de la vieja hidalguía despótica, ahora en trance de disolución. Valle simpatiza con seres e ideas que no son solo mera estética, aunque le queda esa tendencia tan suya a desmesurar tipos y escenas. Son, por su forma, estructura y lenguaje, un género intermedio entre la novela y el teatro. Narran la historia de Don Juan Manuel de Montenegro y su familia. Él es un hidalgo tiránico, figura de un mundo heroico en descomposición. En las dos primeras aparece el tema de los segundones. En Cara de Plata, la soberbia y la lujuria son las dos pasiones que precipitan los acontecimientos.
Los libros que componen la trilogía de La Guerra Carlista forman una especie de elegía heroica en torno a la guerra. Con agridulce contraste, destaca Valle el heroísmo romántico de las partidas carlistas y la brutalidad de la guerra.
De la última etapa (dejando aparte Luces de Bohemia) conviene decir algo de los esperpentos que componen Martes de Carnaval, así como la novela de Tirano Banderas: los personajes de Martes de Carnaval son figuras marginales, fantoches grotescos que utilizan un lenguaje que no retrocede ni ante lo soez. Todo ello revela una visión ácida y disconforme con la realidad, que el autor se complace en degradarla y agredirla con una carcajada que no perdona a personas ni instituciones.
Tirano Banderas cuenta la historia de un supuesto dictador americano, Santos Banderas. Está considerada como una de las novelas más importantes del siglo XX escritas en español y que más han influido en la literatura hispanoamericana.
Luces de Bohemia
Es la primera obra a la que Valle da el nombre de esperpento y que además contiene una teoría del mismo en la escena 12, donde también encontramos una alusión a Goya. De la lectura de Luces de Bohemia brota un regusto de sainete, de zarzuela con tonillo de plebe madrileña y además desgarrado. En esta obra encontramos el léxico de los sainetes y del género chico revestido de dignidad literaria. Arranca de una «literatura de arrabal».
Génesis y Tema
La primera versión de Luces de Bohemia aparece en 1920 en la revista «España». En 1924, se publica en libro, con tres escenas más añadidas. La obra cuenta un dantesco viaje: la peregrinación nocturna, la última noche de vida de Max Estrella, guiado por su alter ego Don Latino de Hispalis, por diversos lugares madrileños hasta verlo morir en el quicio de su propia casa. Todo el mundo está de acuerdo en que, detrás de este desventurado personaje, se esconde la figura de Alejandro Sawa, poeta y escritor que muere ciego y loco en Madrid en 1909. Sawa vivió mucho tiempo en París, llevó una vida bohemia, se casó con una francesa, tuvo una hija… En España fue amigo de Rubén Darío y de Valle. Igualmente son reconocibles otros personajes de la obra.
Estructura
Luces de Bohemia se compone de 15 escenas que se pueden distribuir del modo siguiente:
- Preludio: Escena 1 (Max en su casa, anhelo de morir).
- Cuerpo Central: Escenas 2-11 (Peregrinación por la noche madrileña, hasta la estancia de Max en el calabozo (6) y desde su salida hasta la muerte del obrero catalán (11)).
- Final de la Peregrinación: Escena 12 (Teoría del esperpento y muerte de Max).
- Epílogo: Escenas 13-15 (Desde el velatorio hasta el suicidio de su familia, anunciado en la escena 1, pasando por el entierro de Max).
Personajes y Fantoches
Más de 50 personajes aparecen en la obra. Algunos de ellos, aparte del protagonista, se inspiran en personajes reales, pero no importa eso sino su papel en la obra. El propio Valle los definía como «enanos patizambos que juegan una tragedia». Para la mayoría de ellos la expresión es justa y se corresponde con esa mirada «desde arriba»… No obstante, algunos escapan de esa condición de peleles. Max es un personaje complejo: dista de ser un personaje noble, pero alcanza momentos de indudable grandeza. En él se mezclan humor y queja. Don Latino es un fantoche, es la contrafigura de Sawa, miserable y desleal. Los demás fantoches forman diversos grupos.