Antonio Buero Vallejo: Un Pilar del Teatro Español
El estreno en 1949 de Historia de una escalera marcó un cambio en el teatro español. La trayectoria dramática de Antonio Buero Vallejo (ABV) es la más significativa del teatro de la posguerra española. En su teatro, Buero buscó la moderna tragedia española. Sus personajes despiertan compasión. Las obras de ABV constituyen una síntesis de realismo y simbolismo, en la que se oponen personajes contemplativos y personajes activos. Los problemas de los personajes adquieren una dimensión universal. Buero emplea el fenómeno de inmersión, que consiste en un intento de incorporar al espectador, introduciéndolo en el mundo interno del protagonista.
Obras Destacadas de Buero Vallejo
- Historia de una escalera: Transcurre la vida de unos personajes, en un mismo decorado y en tres épocas: 1919, 1929 y 1949. El problema central es la frustración. El protagonista real de la obra es la escalera, testigo del paso del tiempo.
- En la ardiente oscuridad: Esta pieza plantea la lucha por la verdad y la libertad. La ceguera, tema central, es símbolo de las limitaciones humanas y la necesidad de ver.
- El sueño de la razón: La acción de este drama histórico se sitúa en Madrid. En él, Buero plantea el tema de la lucha por la libertad e irreductibilidad del individualismo. Este es uno de sus dramas más surrealistas.
- La fundación: En este drama aparecen los temas de la tortura, las persecuciones políticas y las delaciones.
- Últimos dramas: Instaurada la democracia, Buero buscó nuevos temas y formas de expresión. Bajo la nueva temática subyace la del individuo que padece diversas formas de tortura y continúan los efectos de inmersión. Música cercana (1989) es una crítica al capitalismo; Las trampas del azar (1994) trata el enfrentamiento entre el idealismo de la juventud y el pragmatismo de la madurez.
Panorama del Teatro Español: De la Posguerra a la Actualidad
(17) El Teatro en la Posguerra
La evolución del teatro español estuvo determinada por la Guerra Civil, por el exilio de autores y por la desaparición de dramaturgos. En los años de posguerra, la comedia y el teatro de humor tenían como rasgo la evasión de la realidad, y también hubo dramaturgos exiliados. El teatro de posguerra cumplió dos funciones básicas: entretener al público, que buscaba esparcimiento, y transmitir ideología. Esto último se realizó por:
- Negación de las aportaciones más relevantes de la preguerra.
- Estreno de obras que exaltaban los valores de los vencedores.
- Programación de autores clásicos, como referentes de épocas gloriosas.
La comedia burguesa se caracterizaba por la perfecta construcción de las obras y por su intrascendencia, con dosis de humor, ternura y amabilidad (Jacinto Benavente). El teatro de humor estaba alejado de la realidad; destacaban Jardiel Poncela y Miguel Mihura. La producción teatral de Jardiel Poncela se caracteriza por la incorporación de lo inverosímil, con ingredientes de locura y misterio. El teatro de Miguel Mihura no pretende reflejar, sino idealizar la vida por medio de la humanización de sus personajes y el triunfo de la bondad y la ternura.
El interés artístico llevó a los autores exiliados a incluir novedades vanguardistas en sus obras. A finales de los años 40 irrumpió el teatro realista, de denuncia de la realidad. Las obras del teatro realista se caracterizan por la complejidad de los espacios escénicos y la profundización en los caracteres de los personajes. El detonante fue el estreno en 1949 de Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo. Las obras de ABV constituyen una síntesis de realismo y simbolismo. En ellas se oponen conflictivamente personajes contemplativos y personajes activos.
Años 50 y la Vanguardia
En los años 50 surgió el teatro de vanguardia, representado por Fernando Arrabal y Francisco Nieva, que se vio influenciado por las innovaciones teatrales europeas:
Teatro del Absurdo
El lenguaje, con numerosos coloquialismos, pretendía expresar la crisis de comunicación y el absurdo social en el que se encontraba el ser humano (Samuel Beckett).
Teatro de la Crueldad
Su iniciador fue Antonin Artaud, que restauró el carácter místico y ritual de los orígenes teatrales. La crueldad no solo implica el horror sádico, sino reencontrarse con lo que la racionalidad rechaza.
Años 60 y el Teatro Simbolista
En los años 60 surgió el teatro simbolista, que verdaderamente triunfaba. Era un teatro evasivo, heredero de la comedia burguesa. La nueva comedia burguesa es un teatro inmovilista, que repite esquemas del pasado, con personajes alejados de las circunstancias sociales del momento. A finales de esta década surgió el teatro independiente. La independencia del teatro suponía el rechazo del espectáculo conservador mediante la elaboración de una estética peculiar y de un intento de autofinanciación. Superada la transición política, se produjo la progresiva desaparición de este tipo de teatro.
Últimas Dramaturgias
Las últimas dramaturgias, que surgen desde 1975, se inclinan por un teatro de temas contemporáneos. Poseen una estética realista y una moderada renovación formal. La democracia trajo autores como Valle-Inclán y Federico García Lorca.