Transformaciones del Siglo XVIII en España: Literatura y Pensamiento

El Siglo XVIII: Denominación y Características

El siglo XVIII, conocido como el «Siglo de las Luces», marca el fin del Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea. Este periodo se caracteriza por la «crisis de la conciencia burguesa», que cuestiona los principios religiosos y políticos establecidos. Surge la Ilustración, un movimiento intelectual que exalta la razón como medio para alcanzar el progreso y la felicidad, basado en la crítica universal y la experimentación.

La Ilustración se inicia en Francia con figuras como Descartes, Locke y Newton, y se extiende por Europa. Destacan teóricos como Voltaire, Montesquieu y Rousseau, y la creación de la Enciclopedia por Diderot, D’Alembert y Rousseau. Las reformas ilustradas incluyen el despotismo ilustrado («Todo para el pueblo, pero sin el pueblo»), el desarrollo del bienestar social, avances científicos y la educación como base del progreso, culminando en la Revolución francesa.

El Siglo XVIII en España

España experimenta profundas transformaciones sociales, políticas y culturales. Tras el tratado de Utrecht, Felipe V de Borbón sucede a Carlos II, introduciendo ideas francesas y el despotismo ilustrado. Felipe V y Fernando VI intentan modernizar el país, promoviendo un arte oficial basado en la razón y el equilibrio clásico.

Las reformas durante el reinado de Carlos III abarcan:

  • Políticas: Centralización administrativa y fortalecimiento del poder real.
  • Económicas: Desarrollo industrial y ascenso de la clase media a través de las Sociedades Económicas.
  • Sociales: Búsqueda del bienestar general.
  • Culturales: Impulso a la educación con la creación de academias como la RAE, la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Historia y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La Ilustración se difunde mediante viajes de intelectuales, revistas como «El Censor» y «Correo de Madrid», y figuras como Campomanes, Jovellanos, Olavide y el padre Feijoo. Sin embargo, el reinado de Carlos IV y la Revolución francesa frenan el proceso ilustrado.

Tendencias de la Literatura en el Siglo XVIII

La literatura se convierte en un vehículo para las ideas ilustradas, siendo racional, didáctica y con mayor contenido ideológico. Se retoma el lema medieval «deleitar enseñando», priorizando la razón sobre la imaginación.

Corrientes Imperantes

  • Posbarroquismo: Heredero del Barroco, con el movimiento «rococó», refinado y elitista.
  • Neoclasicismo: Retorno al mundo clásico grecolatino, con énfasis en las reglas y la imitación. Destacan Leandro Fernández de Moratín y José Cadalso.
  • Prerromanticismo: Rechazo de las normas neoclásicas y exaltación de los sentimientos. Influencia en Jovellanos y Cadalso.

Géneros

La poesía es el género menos cultivado. Se desarrollan la prosa moderna, el ensayo, el informe político y científico, el artículo periodístico, la reseña bibliográfica, el género epistolar, la sátira y los libros de viajes. El teatro, con su carácter didáctico, se convierte en uno de los géneros más importantes, destacando la comedia burguesa.

La Poesía Dieciochesca

Predomina el afán didáctico sobre la emotividad y originalidad.

Géneros

  • Anacreóntica: Poesía artificiosa sobre los placeres del amor, el vino y la fiesta.
  • Sátira, Epístola, Odas: Composiciones de carácter social con temas cívicos.
  • Fábula: Cuentos populares en verso con moraleja, destacando Félix María de Samaniego y Tomás de Iriarte.

Autores y Tendencias

  • Posbarroquismo: Álvarez de Toledo, Torres Villarroel y Gerardo Lobo.
  • Neoclasicismo: La Poética de Luzán establece los principios estéticos.
    • Escuela salmantina: José Cadalso, Gaspar Melchor de Jovellanos y Juan Meléndez Valdés.
    • Escuela madrileña: Nicolás y Leandro Fernández de Moratín.
    • Escuela sevillana: Nicasio Álvarez Cienfuegos, José Marchena, Alberto Lista y José María Blanco-White, preludio del Romanticismo.

La Prosa: El Ensayo y la Crítica

La prosa se vincula al afán didáctico. En la primera mitad del siglo, predominan las vidas de santos, sermones y narraciones populares con lenguaje barroco, destacando Diego de Torres Villarroel.

A mediados de siglo, surge el Neoclasicismo con dos géneros principales:

  • El Ensayo: Reflexiones sobre diversos temas.
    • Didácticos y enciclopédicos: Problemas sociales, científicos o religiosos.
    • Humanísticos y pedagógicos: Economía, Sociología y Derecho.
    Destacan Fray Benito Jerónimo Feijoo y Gaspar Melchor de Jovellanos.
  • La Crítica: Sátira de vicios y costumbres, con José Cadalso y sus Cartas Marruecas como máximo exponente.

Artículo Periodístico

La prensa se convierte en un medio de divulgación, con «La Gaceta de Madrid», «El Censor» y «El Pensador».

La Prosa de Ficción

Menos cultivada, con fines didácticos. Destaca Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas del padre Isla. Al final del siglo, surge una prosa sensible y melancólica con Noches lúgubres de José Cadalso, anticipando el Romanticismo.

El Teatro Neoclásico y el Teatro Prerromántico

El teatro es el género de mayor importancia social, difundiendo ideas reformistas. Inicialmente, perviven las comedias barrocas, pero los ilustrados buscan restablecer los preceptos clásicos.

Teatro Neoclásico

Dirigido a la clase media, con propósito didáctico. Se respeta la regla de las tres unidades y la estructura en tres actos. Los géneros principales son la tragedia y la comedia.

  • Tragedia neoclásica: Temas de la Antigüedad o la historia nacional, con Nicolás Fernández de Moratín y Vicente García de la Huerta.
  • La comedia: Género ilustrado por excelencia, con Nicolás Fernández de Moratín, Tomás de Iriarte y, especialmente, Leandro Fernández de Moratín (El sí de las niñas). También se desarrollan los sainetes, con Ramón de la Cruz.

Teatro Prerromántico

Influencia de la comedia lacrimosa francesa, con aspectos prerrománticos. Jovellanos destaca con El delincuente honrado, criticando la dureza de las leyes.

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