Transformaciones de la Narrativa Hispanoamericana y Española en la Segunda Mitad del Siglo XX

La Novela y el Cuento Hispanoamericanos en la Segunda Mitad del Siglo XX

Tras un inicio de siglo donde la novela y el cuento permanecían anclados en modelos decimonónicos, la renovación de estos géneros en Hispanoamérica comienza a gestarse alrededor de 1945. Este periodo inicial de cambio se asocia frecuentemente con el concepto de realismo mágico y presenta varias novedades significativas:

  • Un desplazamiento del foco narrativo desde los espacios rurales y naturales hacia ambientes urbanos.
  • Una evolución temática que va de la denuncia social a la exploración de las problemáticas existenciales del ser humano contemporáneo.
  • La integración natural de elementos fantásticos, oníricos e irracionales en la cotidianidad narrativa, sin necesidad de justificación explícita (característica central del realismo mágico o lo real maravilloso).
  • En el plano formal, la adopción e implementación de nuevas y experimentales técnicas narrativas.

En cuanto al cuento hispanoamericano de estas primeras décadas, es fundamental mencionar la contribución excepcional de Jorge Luis Borges (con obras como El Aleph), así como las narraciones de Juan Rulfo, Alejo Carpentier y Juan Carlos Onetti.

El «Boom» de la Novela Hispanoamericana (Años 60)

La renovación definitiva y de mayor impacto internacional se produce a partir de la década de 1960 con el fenómeno editorial y literario conocido como el boom de la novela hispanoamericana. Este auge fue impulsado por el decidido apoyo de editoriales españolas, que facilitaron una amplia difusión de las obras, y por la coincidencia temporal de una generación de novelistas excepcionales. Entre ellos destacan:

  • Mario Vargas Llosa con La ciudad y los perros.
  • Julio Cortázar con Rayuela.
  • Gabriel García Márquez, cuya obra cumbre, Cien años de soledad (1967), se convirtió en un hito cultural.
  • Otros autores relevantes como Alejo Carpentier y Ernesto Sábato.

El enorme éxito de la novela durante el boom provocó que la producción de relatos cortos de estos mismos autores pasara, en comparación, más inadvertida, como es el caso de García Márquez (Relato de un náufrago) o Vargas Llosa (Los jefes, Los cachorros).

El «Posboom» (A partir de los Años 70)

Desde la década de 1970, en el periodo denominado posboom, si bien los autores consagrados del boom continuaron publicando, la narrativa hispanoamericana experimentó ciertos cambios. Se observa una tendencia hacia una menor complejidad técnica y un retorno a formas narrativas más realistas. Este nuevo realismo a menudo incorpora el habla coloquial y no abandona por completo el recurso al realismo mágico.

Algunos nombres y títulos fundamentales de este período incluyen:

  • Gabriel García Márquez con El amor en los tiempos del cólera.
  • Guillermo Cabrera Infante.
  • Mario Benedetti.
  • Isabel Allende con La casa de los espíritus.
  • Antonio Skármeta con El cartero de Neruda.
  • Laura Esquivel con Como agua para chocolate.

En lo referente al cuento, los principales renovadores del género en esta etapa son Julio Cortázar (por ejemplo, en Historias de Cronopios y de Famas) y Mario Benedetti (La muerte y otras sorpresas). También merecen mención Augusto Monterroso, Isabel Allende (Los cuentos de Eva Luna) y Antonio Skármeta.


Autores Destacados de la Narrativa Hispanoamericana

Julio Cortázar (1914-1984)

Julio Cortázar es una figura central en la renovación de la narrativa hispanoamericana. Nacido en Bruselas, vivió sus primeros años en Europa antes de que su familia regresara a Argentina, donde residió hasta 1951. Abandonó su país en protesta contra la dictadura militar, estableciéndose en Francia. Esta experiencia vital marcó su obra, en la que se aprecia la influencia de la cultura francesa y de las vanguardias, especialmente el surrealismo.

Considerado, junto a Borges, el gran renovador del cuento y uno de los máximos representantes del realismo mágico, Cortázar es también un exponente clave del boom. Su narrativa se caracteriza por romper los moldes clásicos:

  • Evita la linealidad temporal.
  • Mezcla lo real y lo fantástico de manera que ambos planos resultan verosímiles.
  • Explora el absurdo y lo irracional como parte de lo cotidiano para desvelar facetas ocultas de la realidad.

Destacó como cuentista en volúmenes como Bestiario (1951) e Historia de cronopios y famas (1962), y también en novelas cortas como El perseguidor. Su ruptura con lo convencional se manifiesta igualmente en la técnica narrativa. Su novela más célebre, Rayuela (1963), está estructurada en secuencias que permiten múltiples recorridos de lectura, funcionando como un collage narrativo que desafía la lectura lineal tradicional. A través de esta estructura, el humor y los juegos del lenguaje, Cortázar expresa su insatisfacción con lo establecido y su lucha contra la mediocridad.

En Libro de Manuel (1973), combina la libertad creativa (mediante el collage y la inserción de recortes periodísticos) con el compromiso social, denunciando la tortura en América Latina, particularmente en Argentina. Similares inquietudes literarias y morales se encuentran en sus últimos volúmenes de relatos, como Octaedro, Alguien que anda por ahí, Un tal Lucas o Queremos tanto a Glenda.

Gabriel García Márquez (1927-2014)

Gabriel García Márquez, nacido en Colombia, estudió derecho pero dedicó su vida al periodismo y la literatura. Su labor como corresponsal en diversos países influyó notablemente en su formación literaria. Figura prominente del boom hispanoamericano, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982. Falleció en México en 2014. Su obra se caracteriza por un fuerte compromiso político y moral en favor de los desfavorecidos y la democracia.

Su producción literaria suele dividirse en dos grandes etapas, marcadas por la publicación de su obra cumbre, Cien años de soledad:

Primera Etapa (Hasta 1967)

Desde 1955, García Márquez publica relatos breves donde ya utiliza el realismo mágico. Obras como La hojarasca (1955) introducen el mítico pueblo de Macondo, un lugar imaginario donde lo histórico y lo legendario se entrelazan. Macondo será el escenario de relatos posteriores como El coronel no tiene quien le escriba (1961), La mala hora (1962) y Los funerales de la Mamá Grande (1962). Los ambientes, personajes, temas y técnicas de estos primeros libros confluyen en Cien años de soledad (1967). Escrita durante su exilio en México, esta novela le otorgó reconocimiento internacional y se considera un referente del realismo mágico. En Macondo, sucesos fantásticos (pestes de insomnio, diluvios de años, epidemias de olvido) se narran con absoluta naturalidad. Además, la novela refleja la historia colombiana desde la independencia hasta los años 30, convirtiendo a Macondo en un poderoso símbolo de América Latina.

Segunda Etapa (Después de 1967)

Tras el éxito de Cien años de soledad, García Márquez explora nuevos caminos, abandonando parcialmente el referente mítico de Macondo. Publica el volumen de cuentos La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada (1972) y la novela corta Crónica de una muerte anunciada, que fusiona elementos de la crónica periodística y la novela policíaca. Después de recibir el Nobel, publica El amor en los tiempos del cólera (1985), donde presenta el amor como una fuerza tan devastadora como la enfermedad. Le siguen El general en su laberinto, una biografía novelada sobre Simón Bolívar; Vivir para contarla (2002), su autobiografía; y Memoria de mis putas tristes (2004), una novela sobre la obsesión amorosa de un anciano por una joven.


La Narrativa Española de la Democracia (A partir de 1975)

A partir de 1975, coincidiendo con la transición a la democracia en España, se observa un cambio en la narrativa. Cansados de la novela experimental predominante en décadas anteriores, los novelistas tienden a retornar a procedimientos narrativos más tradicionales, aunque sin renunciar por completo a los hallazgos técnicos de los años 60. Las características principales de esta nueva etapa son:

  • Una narración más sencilla, generalmente evitando rupturas temporales complejas o la multiplicidad de puntos de vista.
  • La recuperación del argumento como eje central: la trama y el desarrollo de los personajes vuelven a cobrar importancia.
  • Un predominio del narrador tradicional en primera o tercera persona.
  • Una gran variedad temática: resurgen géneros como el policíaco o el de aventuras, y conviven con tendencias diversas como la novela histórica, fantástica, erótica o lírica.
  • Una orientación hacia una narrativa más intimista, alejándose de la novela ideológica o de compromiso social explícito que caracterizó épocas anteriores.

El desarrollo económico del país y una mayor promoción de las letras contribuyeron a la aparición de numerosos autores destacados en esta época.

Autores y Obras Relevantes de la Narrativa Española Contemporánea

  • Eduardo Mendoza (1943): Su primera obra, La verdad sobre el caso Savolta (1975), obtuvo un gran éxito y se considera un punto de inflexión hacia esta nueva narrativa. Recrea la Barcelona burguesa y revolucionaria de principios del siglo XX.
  • Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003): Renovó el género policíaco español con las novelas protagonizadas por el detective Pepe Carvalho.
  • Javier Marías (1951-2022): Considerado uno de los novelistas de mayor prestigio internacional. Su prosa elegante suele abordar temas como la culpa, el secreto y las obsesiones. Obras clave incluyen Corazón tan blanco (1992), la trilogía Tu rostro mañana (2002-2007) y Berta Isla (2017).
  • Rosa Montero (1951): Su obra muestra una especial sensibilidad hacia la situación de las mujeres y los desfavorecidos. Destaca La hija del caníbal (1997).
  • Almudena Grandes (1960-2021): Debutó con la novela erótica Las edades de Lulú (1989). Otras obras notables son Malena es un nombre de tango y El corazón helado. Sus trabajos más recientes se centraron en la Guerra Civil española y sus consecuencias (serie “Episodios de una guerra interminable”).
  • Francisco Umbral (1932-2007): Fusionó ficción, autobiografía y ensayo en obras como Mortal y rosa, escrita tras la muerte de su hijo.
  • Julio Llamazares (1955): Evocador de la España rural en desaparición, como en La lluvia amarilla.
  • Juan Marsé (1933-2020): (Ver sección detallada abajo).
  • Antonio Muñoz Molina (1956): (Ver sección detallada abajo).

En la última década, la crítica ha destacado obras como En la orilla (2013) de Rafael Chirbes, Patria (2016) de Fernando Aramburu, y Lectura fácil (2018) de Cristina Morales.

Juan Marsé (1933-2020)

Juan Marsé (nacido Juan Faneca Roca y adoptado por el matrimonio Marsé Carbó) es uno de los autores más notables de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX, reconocido por su visión lúcida y crítica de la posguerra.

De formación autodidacta, trabajó en un taller de joyería hasta 1960, cuando decidió dedicarse a la literatura. Vivió en París entre 1961 y 1963, donde también escribió guiones cinematográficos. Sus primeras obras, Encerrados con un solo juguete (1960) y Esta cara de la luna (1962), se inscriben en el realismo social de los años 50. Sin embargo, pronto se convirtió en uno de los principales artífices de la renovación novelística de los años 60, junto a autores como Luis Martín Santos, Juan Benet o Juan Goytisolo.

Alcanzó un éxito resonante con Últimas tardes con Teresa (1965), una brillante sátira de la burguesía progresista barcelonesa y de los estudiantes comprometidos de la época, combinando una intención testimonial y de denuncia con las nuevas técnicas narrativas. En 1973, consciente de la censura franquista, publicó Si te dicen que caí en México. Esta obra ofrece una caricatura de los suburbios de la Barcelona de posguerra, mezclando las invenciones de unos niños de la calle con sucesos reales en un retrato sórdido y brutal, apoyado en un léxico violento.

Con La muchacha de las bragas de oro (1978), llevada al cine en 1979, obtuvo el Premio Planeta. A lo largo de su carrera recibió numerosos galardones, como el Premio Ciudad de Barcelona (1984), el Ateneo de Sevilla (1994), el Premio de la Crítica (1994), el Premio Europeo de Literatura Aristeion (1994), el Premio Nacional de Narrativa (2000) y el prestigioso Premio Cervantes en 2008.

La recuperación de la memoria y la infancia es un tema recurrente en libros como El embrujo de Shanghái (1993) y Rabos de lagartija (2000). Su última novela fue Caligrafía de los sueños (2011). Falleció en Barcelona el 18 de julio de 2020.

Antonio Muñoz Molina (1956)

Antonio Muñoz Molina es un escritor y periodista español de gran éxito, conocido por su estilo cuidado, su dominio de diversas técnicas narrativas y su habilidad para construir tramas intrigantes.

Estudió Historia del Arte en Granada y Periodismo en Madrid. Colaboró con el diario Ideal y en 1984 recopiló sus artículos en el libro El Robinsón urbano.

En 1986 publicó su primera novela, Beatus ille, donde introduce la ciudad imaginaria de Mágina (recurrente en su obra) y narra la investigación de un estudiante sobre un supuesto poeta de la Generación del 27. Al año siguiente, con El invierno en Lisboa, obtuvo el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa. Su obra muestra influencias del cine negro, la novela policíaca y autores como Max Aub y Juan Carlos Onetti. Esto es palpable en Beltenebros (1989), novela de amor, intriga y bajos fondos en el Madrid de la posguerra con trasfondo político, que le dio gran popularidad, especialmente tras su adaptación cinematográfica.

En 1991 publicó El jinete polaco, con la que ganó nuevamente el Premio Nacional de Narrativa y el Premio Planeta. Los misterios de Madrid (1992) apareció primero por entregas en el diario El País. Otras obras destacadas son la colección de relatos Nada del otro mundo (1993), Plenilunio (1997, Premio Fémina Étranger en Francia y también llevada al cine), En ausencia de Blanca (1999), Sefarad (2001), construida mediante relatos entrelazados, y Ventanas de Manhattan (2004).

Muñoz Molina fue director del Instituto Cervantes de Nueva York (2004-2006) y es miembro de la Real Academia Española desde 1995. Ha recibido importantes premios periodísticos como el González-Ruano (2003) y el Mariano de Cavia. En 2007 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jaén y en 2013 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras por «la hondura y la brillantez con que ha narrado fragmentos relevantes de la historia de su país, episodios cruciales del mundo contemporáneo y aspectos significativos de su experiencia personal». Además de los mencionados, ha recibido otros reconocimientos como el Premio Ícaro, el Crisol y el Euskadi de Plata.

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