Tendencias y Autores Clave de la Novela Española: Siglo XX a la Actualidad

La Novela Española desde Principios del Siglo XX hasta 1939: Tendencias, Autores y Obras Representativas

El término de Generación del 98 fue acuñado por José Martínez Ruiz, Azorín, para referirse a autores como Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, Valle-Inclán, Antonio Machado y él mismo. Como vemos, algunos autores, como Antonio Machado o Valle-Inclán, participan igualmente de las características del Modernismo, lo cual refuerza la tesis de que en realidad no pueden ser separados Modernismo y 98.

En 1898, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, las últimas colonias de ultramar que aún poseía España, consiguieron su independencia tras varios años de guerra, con la ayuda de EE. UU. Este hecho histórico será reconocido desde entonces como el Desastre del 98 y da lugar a la decadencia definitiva de España. Se analizan las causas y se intentan buscar soluciones. A esto se dedicarán los autores encuadrados en el movimiento modernista denominado Generación del 98.

La Novela en la Generación del 98

La novela es el género más importante de cuantos cultivaron los miembros de este grupo.

  • Temas fundamentales:
  1. El paisaje: viajaron por España y la describieron, especialmente Castilla.
  2. La historia: no se interesan por la Historia con mayúscula, es decir, la de los grandes hombres y las grandes batallas, sino por la historia del pueblo, de las personas que trabajan día a día, la de “los millones de hombres sin historia”, calificada por Unamuno como intrahistoria.
  3. La literatura: Los autores del 98 se interesan por los clásicos de nuestra literatura, como el Poema de Mío Cid, Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Jorge Manrique, Fray Luis de León, Cervantes, Góngora…
  4. La vida y la muerte, el sentido de la vida, el paso del tiempo. Estas preocupaciones existenciales.
  5. La religión. Posturas diversas, desde los católicos fervorosos como Azorín y Maeztu hasta los agnósticos como Baroja, pasando por los dubitativos, como Unamuno.
Características del estilo:
  1. Reaccionan contra la retórica, el prosaísmo y la grandilocuencia de la literatura anterior. Se convierten en auténticos renovadores del panorama literario de principios de siglo.
  2. El estilo es sobrio y directo. Importa el contenido e intentan que éste llegue al lector de la manera más clara posible.
  3. Cuidan la forma de su prosa.
  4. Recogen palabras que están en desuso y las incluyen en sus escritos. Las ven como una muestra del pasado que hay que conservar.
  5. Subjetivismo, entonación lírica y sentimental. Al igual que los autores románticos (Bécquer), asocian el paisaje al estado de ánimo, de ahí que el símbolo de la decadencia española sea la yerma meseta castellana.

A medio camino entre el ensayo y la narrativa está Azorín, cuyas obras más interesantes son La voluntad, Antonio Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo, Los pueblos y Castilla. En ellos aparecen sus temas recurrentes: la microhistoria, el tiempo suspendido y el detallismo formal.

Unamuno también se acerca con su narrativa al ensayo. Entre sus obras cabe destacar Paz en la guerra, Amor y pedagogía, Niebla, La tía Tula o San Manuel Bueno, mártir.

Pío Baroja es el novelista por antonomasia de esta época. En su primera etapa escribe, entre otras, Camino de perfección, La lucha por la vida y El árbol de la ciencia, caracterizadas por la inadaptación social de sus personajes. En la segunda etapa destacan El gran torbellino del mundo y Memorias de un hombre de acción. Después de la Guerra Civil escribe sus memorias.

Novecentismo o Generación del 14

Como puente entre la Generación del 98 y la Generación del 27, encontramos a un grupo de escritores que se dan a conocer entre 1910 y 1914 y que reciben la denominación de novecentistas. Se trata de filósofos, historiadores y escritores: José Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors, Gregorio Marañón, Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala y Ramón Gómez de la Serna.

Las características comunes que presenta este grupo son las siguientes:

  1. Se vuelven a plantear el problema de España, al igual que los autores del 98, aunque le dan un tratamiento más intelectual y preciso.
  2. Desean que España se mire en el espejo de Europa para modernizarse. Para ello, estos intelectuales viajan frecuentemente y tratan de incorporar o divulgar los avances científicos o filosóficos que se producen.
  3. Todos son universitarios con vocación política. Se acercan al poder para intentar impulsar un cambio real y efectivo en España.
  4. Comparten un estilo brillante y perfeccionista. Buscan la rigurosidad y la obra bien hecha.
  5. Desvinculan el arte de la vida, y lo convierten en arte deshumanizado (denominación de Ortega y Gasset). Desarrollan una prosa de gran perfección formal.

Tres son los autores de narrativa representativos de este grupo:

Gabriel Miró, comienza su obra literaria bajo la influencia del Modernismo, Las cerezas del cementerio, para pasar posteriormente a un estilo más personal que busca más perfección formal, El obispo leproso.

Ramón Pérez de Ayala, muy anticlerical, relata la crisis de la conciencia de un individuo, Tinieblas en las cumbres. Con Belarmino y Apolonio o Tigre Juan abre un nuevo ciclo en su narrativa.

Ramón Gómez de la Serna es un autor inclasificable, cultivó todos los géneros, además de inventar uno: la greguería (definida por él mismo como ‘metáfora + humor’), y sirve como puente entre el Novecentismo y los movimientos de vanguardia. Siempre intentó renovar y ser original estéticamente. En su intento por desmoronar el relato clásico, introduce en sus novelas imágenes, metáforas y continuos juegos de palabras.

Su producción novelística es muy extensa y de temática variadísima: El torero Caracho, Seis falsas novelas o El caballero del hongo gris. Los llamados dramas fantásticos son una mezcla de novela y obra de teatro: La utopía o El lunático.

La Novela Española desde 1939 hasta los Años 70: Tendencias, Autores y Obras Representativas

La Novela Existencial

Tras la guerra, la novela conoció unos años de desorientación. Se trataron primero temas relacionados con la misma, vistos con los valores de los vencedores. Algunos escritores ven la guerra y sus consecuencias sociales con dramatismo y entran en el fondo de la desolada sociedad española.

Los temas predominantes son la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte… Los personajes son seres marginados, violentos. Los espacios son limitados, estrechos, cerrados y se observa una preferencia por la primera persona y el monólogo.

Obras destacadas de esta etapa serían Nada de Carmen Laforet y, sobre todo, La familia de Pascual Duarte de Cela, con la que se inaugura el tremendismo, que consiste en describir lo más feo de la sociedad con personajes que cuentan hechos violentos o desagradables.

También la primera obra narrativa de Torrente Ballester, Los gozos y las sombras, fue producto típico de posguerra. Situada en Galicia, refleja el enfrentamiento entre una familia señorial en plena decadencia y el nuevo capitalismo emergente, que acaba por imponerse.

La Novela del Realismo Social

En los años 50 empieza una tímida apertura al exterior y una cierta relajación de la censura. Los autores creen que la novela ha de tener una función social, por ello quieren reflejar en sus obras la penosa realidad de nuestro país y denunciar la situación social para que los lectores tomen conciencia de ellas.

  • Características generales:
  1. Sencillez de la forma.
  2. Protagonista colectivo.
  3. Diálogos en los que se reproduce el habla coloquial y popular.
  4. Narrador con valor testimonial.

Obras destacadas de esta etapa son La colmena de Cela, El camino de Miguel Delibes. Otros autores importantes son Carmen Martín Gaite, Ana María Matute o Rafael Sánchez Ferlosio.

La Novela Experimental

A partir de los años 60, la seguridad de que la novela no ejercía la influencia sociopolítica deseada por sus autores, a lo que se une la influencia de autores extranjeros como Proust, Kafka, Joyce, etc., hacen que la novela cambie de rumbo. En este momento surge el llamado «boom» de la novela hispanoamericana.

  • Rasgos de la novela en esta etapa:
  1. Formas atrevidas y experimentales de narrar.
  2. Sustitución de los capítulos largos por secuencias de variada extensión.
  3. Presencia del narrador, que presenta la realidad desde uno o varios puntos de vista.
  4. Monólogo interior.
  5. La exposición deja de ser lineal, desorden temporal y espacial.
  6. El lenguaje se adapta a estos intentos técnicos pudiendo ser muy culto o vulgar, sencillo o complejo.

A esta renovación de la novela se incorporan casi todos los escritores. Obras destacadas de esta etapa: Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, Señas de identidad de Juan Goytisolo o Cinco horas con Mario de Miguel Delibes.

La Novela Española desde 1975 hasta Nuestros Días: Tendencias, Autores y Obras Representativos

En los setenta hay autores que siguen cultivando la novela experimental. Suelen prestar más atención a la forma que al contenido. Este tipo de novela está dirigido a un lector inteligente y culto. Pero a partir de 1975, con la llegada de la democracia, se abre un nuevo periodo para la narrativa. Los excesos experimentales comenzaron a mitigarse ya antes con autores como Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta) o Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J. B.), entre otros.

Aspectos fundamentales de esta narrativa:

  • Una gran parte de los autores vuelven a la narración tradicional con temas más personales como la soledad, las relaciones personales, el amor.
  • Comienzan a surgir nuevos subgéneros: novelas policíacas, novela negra, de intriga, de ciencia ficción, de aventuras, rosa, de espionaje…

Los autores más destacados de esta etapa pertenecen a distintas generaciones:

  • Novelistas de la posguerra renovados: Miguel Delibes, Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester.
  • Algunos autores de los años 60 y 70: Juan Goytisolo, Juan Marsé, Carmen Martín Gaite.

En los años 80 y 90 surge un gran número de novelistas. No existe una tendencia dominante, destacan las siguientes:

  • Novela poemática, llamada así por su parecido con el poema en prosa. Muy cercanas a esta están las narraciones intimistas, neoexistenciales, entre las que destacan La lluvia amarilla de Julio Llamazares o Todas las almas de Javier Marías.
  • Novela histórica. Se pueden citar como ejemplos El hereje, de Miguel Delibes, así como la saga protagonizada por el capitán Alatriste, de Pérez-Reverte, ambientada en el Siglo de Oro. En los últimos años son frecuentes las novelas históricas contextualizadas en épocas cercanas.
  • Novela de la memoria y del testimonio. La memoria de una generación y el compromiso son los temas básicos de esta corriente, en la que se encuadran novelistas como Rosa Montero, con Te trataré como a una reina.
  • Novela policíaca y de intriga. Manuel Vázquez Montalbán, autor de una serie protagonizada por el detective privado Pepe Carvalho, y Arturo Pérez-Reverte, con La tabla de Flandes, El club Dumas.

En los primeros años del siglo XXI siguen las tendencias anteriores y se observa un auge del cuento. Uno de los mejores cultivadores de relatos es Alberto Méndez, que en Los girasoles ciegos entrelaza cuatro historias (derrotas) de posguerra, referidas a los perdedores en la Guerra Civil.

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