Lírica dsd 1940 hast añ70:
1. Panorama general de la posguerra y la poesía en el exilio
2. Los años 40 en España: la “poesía arraigada” y la “poesía desarraigada”
La década de los 40 a los 50 está dominada por dos tendencias antagónicas.2.1. La poesía arraigada corresponde a la de los poetas próximos al régimen de Franco, refleja armónía y optimismo con el nuevo orden, opta por la evasión ante la realidad de la posguerra y usa un lenguaje muy formal y clasicista (de ahí que se les conozca como Garcilacistas) con temas relacionados con la religión, la patria, la vida familiar, el paisaje, el intimismo, etc. Estos escritores, entre los que destacan José García Nieto, Luis Rosales, Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo, escribían en revistas como Escorial y Garcilaso.
2.2. La poesía desarraigada irrumpe con un tono existencial y de protesta indirecta para expresar la disconformidad ante un orden injusto y mostrar una visión pesimista de la condición humana. En 1944 la publicación de Hijos de la ira, de Dámaso Alonso,ySombra del paraíso, de Vicente Aleixandre (ambos del 27), así como la fundación de la revistaEspadaña, marcan un hito en la nueva poesía. A la armónía clasicista de los poetas arraigados garcilasistas, enfrentan el verso libre y el estilo muchas veces surrealista, para expresar el caos, la protesta, la angustia, la soledad, la muerte y la desesperanza. Destacan autores como Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre (ambos del 27), Carlos Bousoño, José Luis Hidalgo, Vicente Gaos, Gabriel Celaya o Blas de Otero (estos últimos considerados también poetas sociales).
3. Los años 50: la poesía social
En la década de los 50 y parte de los 60 se consolida la poesía social. Influidos por A. Machado y M. Hernández, los poetas sociales se comprometen políticamente con la realidad española y alzan su voz para pedir libertad, justicia, paz y solidaridad. Para ellos, el poema ha de comunicar con la inmensa mayoría y contribuir a la creación de un futuro mejor, por lo que su lenguaje suele ser coloquial con tendencia al verso libre y a la narración poética. Tres poetas ejemplifican el movimiento: Gabriel Celaya (con Las cartas boca arriba y Cantos iberos), Blas de Otero (con Pido la paz y la palabra y Que trata de España) y José Hierro (con Cuadernos de Nueva York y Libro de las alucinaciones). Aunque ocupa toda la segunda mitad del Siglo XX, también suele inscribirse entre los 50 y los 60 la obra poética de Ángel González (Áspero mundo, Palabra sobre palabra, Deixis en fantasma.–Los presupuestos estético-ideológicos de la poesía social son: la toma de partido ante los problemas del mundo, la solidaridad con los que sufren la injusticia, el abandono del intimismo como refugio o evasión, el rechazo al exceso de formalismo ornamental y la repulsa de la neutralidad ante las injusticias. Por lo tanto, sus temas se relacionan con el anhelo de libertad, la denuncia de la injusticia, la alienación, la paz basada en la justicia, la solidaridad humana, etc.4. Los años 60: la poesía del conocimiento o de la segunda generación de posguerra
A finales de los 50, y sin abandonar del todo lo social, surge un grupo de poetas que busca una mayor elaboración del lenguaje poético y un mayor acercamiento a lo individual. La poesía ya no se concibe como comunicación con la mayoría, sino como acto de conocimiento. Pertenecen a este grupo Carlos Barral, Claudio Rodríguez y Jaime Gil de Biedma.5. Los años 70: los “novísimos”
Llamados así por el título de la antología de 1968 que los agrupa (“Nueve novísimos poetas españoles”) son poetas nacidos después de la guerra. Rechazan la idea de que la poesía pueda transformar el mundo, se alejan de preocupaciones sociopolíticas y apuestan por incorporar a la poesía temas relacionados con el pop, el cine, el cómic, los discos, la televisión, el cosmopolitismo…En su estilo, muy influido por Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y el Surrealismo, incorporan técnicas visuales (collages) y cinematográficas (planos en flash
) y su lenguaje, que recuerda el preciosismo modernista, resulta hermético para los no iniciados. Pere Gimferrer, José Mª Álvarez y Manuel Vázquez Montalbán son los autores más representativos. Con posterioridad a este movimiento surgen nuevas corrientes que buscan renovar sin romper con lo más valioso de las generaciones anteriores.