Temas clave en ‘Los Cachorros’ de Mario Vargas Llosa: Un retrato de la sociedad limeña

Temas clave en Los Cachorros de Mario Vargas Llosa

La castración como eje central

La castración física de Cuéllar es el detonante de su castración psíquica, que lo va destruyendo paulatinamente. El problema de Cuéllar no radica únicamente en su castración física, sino en la imposibilidad de ser aceptado como un miembro más del grupo. A través de sus actos, como las carreras de coches y las correrías, Cuéllar intenta demostrar su hombría, ya que carece de pene.

Consecuencias de la castración de Cuéllar:

  • Se convierte en un ser asocial.
  • Cuestiona el orden social de la sociedad burguesa miraflorina.
  • Comienza a recorrer lugares y barrios de Lima considerados marginales, frecuentando cabarets como El Nacional, El Pingüino y El Olímpico.

Sus amigos también están simbólicamente castrados, pues no se salen de las normas convencionales de la clase burguesa. Reproducen los patrones de sus padres y, previsiblemente, sus hijos harán lo mismo. Los Cachorros es una metáfora de la sociedad de Lima, pero, ante todo, es una crítica de los modos de vida burguesa en Perú.

El machismo imperante

La sociedad de Miraflores es una sociedad machista, en la que los hombres utilizan en numerosas ocasiones un lenguaje machista para demostrar su masculinidad. En este contexto, la timidez y el miedo están muy mal vistos, y esta es la razón por la que Judas castró a Cuéllar.

Cuéllar tiene un miedo profundo a las chicas, como se evidencia cuando tartamudea al hablar con Teresita. La relación entre Cuéllar y Teresita es un claro ejemplo de la dinámica entre hombres y mujeres de la sociedad burguesa miraflorina, donde no hay igualdad de género.

Cuéllar es un arquetipo del machismo al demostrar su virilidad y hombría a través de sus acciones, como las carreras y las correrías. Sin embargo, el comportamiento de Teresita también es machista: adopta la conducta de la mujer burguesa miraflorina que se aprovecha de sus atributos y su belleza para conseguir lo que quiere de los hombres. Le gusta sentirse frágil, débil y vulnerable, que es lo que atrae a los hombres de la sociedad miraflorina.

El fútbol como símbolo de hombría

Desde el principio de la novela, el fútbol se presenta como un icono de hombría. Por ejemplo, cuando Cuéllar llega nuevo al colegio y tiene que jugar al fútbol para ser aceptado.

Hipocresía y marginación

Al ser castrado por el perro guardián, Cuéllar está condenado a disimular y a ser un hipócrita, ya que, de lo contrario, sería un marginado y tendría que ser expulsado del grupo.

  • Esconde su castración cuando le apodan «Pichulita».
  • Demuestra su hipocresía a través de sus actos, con los que intenta hacerse el «machito».

Los curas son hipócritas, le ponen buenas notas sin merecerlas. Incluso su familia es hipócrita, tratando de esquivar el tema de su castración, y Cuéllar sigue su vida como si nada. La hipocresía de su grupo de amigos precipita la caída de Cuéllar, pues él es el único marginado, el que rompe con la normalidad. Él nunca tendrá novia, y sus amigos lo saben, aunque disimulen. El grupo incita a Cuéllar a «tirar plan» con Teresita, sin pensar en las consecuencias, recurriendo al argumento de que ella sería tan solo un «plancito» y luego podría dejarla. La hipocresía y la mentira del grupo se evidencian especialmente cuando defienden a Cuéllar, afirmando que si no se ha declarado a Teresita es porque la quiere mucho.

Fracaso, frustración y muerte

Estos temas están representados en la persona de Cuéllar, un derrotado social que vive el fracaso de sus ilusiones.

  • Fracaso social: Cuéllar nunca llegará a ser aceptado porque su castración lo aleja de la sociedad en la que vive.
  • Fracaso personal: no consigue mantener una relación amorosa con Teresita ni encontrar una solución quirúrgica para su problema.

La muerte física de Cuéllar va precedida de una muerte simbólica: cuando ve una mariposa a la que matan y aplastan. La mariposa se equipara a Cuéllar, quien también muere aplastado por su coche.

La sociedad burguesa

Los personajes se van incorporando por inercia a la sociedad burguesa a la que pertenecen. Se trata de unos personajes «castrados» por las normas sociales de la alta sociedad, aferrados a una rutina cíclica, mientras viven en un mundo cerrado e hipócrita donde la falsa moral y las apariencias son los emblemas de su clase.

La violencia

Se manifiesta tanto física como psicológicamente:

  • Violencia física: el ataque del perro, la pelea de Cuéllar con Lalo, la ira del padre hacia los curas del colegio o el odio inculcado a su hijo para defenderse de los insultos.
  • Violencia psicológica: el rechazo de Cuéllar por parte de sus amigos, el vejatorio apodo de «Pichulita», la marginación que sufre tras no declararse a Teresita, la finalidad de la muchacha al dejarlo por Cachito.

El sexo

Hablar de sexo es símbolo de hombría. La actitud de Cuéllar y sus amigos ante la sexualidad y el pene denota una manera de demostrar su virilidad, ya que en esa sociedad machista el pene es el atributo más prestigioso. La hazaña sexual aumenta la autoestima de los muchachos. La castración de Cuéllar lo convierte en objeto de lástima del grupo, por lo que está condenado a ser un marginado.

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