2. La novela de los cincuenta (Camilo José Cela): novela social y novela neorrealista (Rafael Sánchez Ferlosio)
Realismo CRÍTICO: entre 1954 y 1962 se produce el auge del Realismo crítico en el panorama de la narrativa española. Esta nueva tendencia se caracteriza por su intención de reflejar la realidad de la época, de constituirse en testimonio de la situación social e histórica del país. En esta narrativa influye la literatura europea (el neorrealismo italiano, sobre todo el cinematográfico, el objetivismo francés), y la novelística norteamericana. De la narrativa norteamericana influye la tendencia de la objetividad, basada en el conductismo, que muestra sin explicar la conducta de los personajes: Manhatan Transfer (Dos Passos). Los neorrealistas italianos asimilan esta técnica (Pavese). El objetivismo francés surge en la década de los cincuenta con Robe-Grillet (La celosía).
Las innovaciones de las técnicas narrativas se observaban ya en La colmena, de la que además sobresale su carácter testimonial del Madrid de posguerra. En lo que se refiere a su estructura y estilo, la novela se incluye dentro del objetivismo, aunque el narrador en 3ª persona interviene de forma constante, opina y enjuicia con ironía y sarcasmo y hasta se dirige a los lectores. La obra destaca por su protagonista colectivo; por su estructura en secuencias de acciones sin orden cronológico, en las que predomina el diálogo, y por el tiempo reducido de la historia (tres días). Reproducción del habla común en los abundantes diálogos, que sirven para caracterizar a los personajes. Se utilizó un estilo sencillo, en ocasiones de riqueza estilística, y en otras de clara pobreza por la ausencia de elaboración lingüística y por la tendencia a recoger rasgos coloquiales. Los temas más importantes de la obra son la pobreza y el sexo pero aparecen con frecuencia temas de las vicisitudes de la vida diaria, las injusticias y las condiciones laborales de los trabajadores; la emigración del campo a las ciudades y la marginación, el chabolismo; el caciquismo; la vida cotidiana condicionada por la miseria o los conflictos diarios, las limitaciones de las que no se puede huir, la soledad y el aislamiento; la mediocridad, abulia o alienación de la clase media; el egoísmo y la ociosidad de la burguésía.
Tendencias del Realismo
* En el neorrealismo aparece una crítica más difusa, una preocupación por los valores éticos y la intención testimonial de la lucha diaria, la soledad y la frustración; hay obras de tendencia objetivista y otras que profundizan en la personalidad de los individuos. Destacan Ana Mª Matute: Fiesta al noroeste; Ignacio Aldecoa: El fulgor y la sangre; Jesús Fernández Santos: Los bravos; Rafael Sánchez Ferlosio: El Jarama; Carmen Martín Gaite: Entre visillos.
* La novela social, desde una posición ideológica y crítica, se centra en la denuncia de las injusticias: las condiciones de trabajo de los obreros, la explotación y la miseria de las clases marginadas. En estas obras también se denuncia la conducta de la burguésía. Destacan José M. Caballero Bonald: Dos días de setiembre; Antonio Ferres: La piqueta; Juan García Hortelano: Tormenta de verano; Jesús López Pacheco: Central eléctrica; Alfonso Groso: La zanja.
3. La novela de los sesenta y principios de los setenta (Luis Martín-Santos, Miguel Delibes, Juan Benet, Juan Goytisolo, etc.).
La novela Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos, inauguró una etapa de renovación de la narrativa española en sus aspectos formales.
Señas de identidad, de Juan Goytisolo, Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes, Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé y Volverás a Regíón, de Juan Benet, confirmaron el cultivo de la nueva orientación estética de tipo experimental, que prosiguió en los primeros años de la década de los setenta.
La renovación tuvo su origen en el cuestionamiento de la pobreza estructural, técnica y estilística de gran parte de las obras del Realismo social, fruto de su afán de legar a un público amplio y alentar la transformación de la realidad. Esto no significó que en las obras de este período las innovaciones formales dejaran de lado las preocupaciones sociales.
* Aspectos formales
La influencia de la narrativa extranjera-europea, norteamericana e hispanoamericana-se percibe en los rasgos más importantes de la innovación de la novela de los 60, sobre todo, a la estructura y las técnicas narrativas, que adquirieron mayor importancia que el argumento de la obra, ahora reducido.
Entre los aspectos formales novedosos de la narrativa de esta década es posible mencionar los siguientes:
* La ruptura del orden cronológico en la narración de los hechos y la presencia de un tiempo reducido; se producen retrocesos al pasado, saltos temporales u superposiciones de distintos planos.
* El perspectivismo, empleo de 1ª y 3ª persona narrativas mezcladas, e incorporación de la 2ª persona autorreflexiva, que implica el desdoblamiento del yo, que suele servir para el análisis y la recuperación del pasado.
* Empleo del monólogo interior y el fluir de conciencia para la expresión de las vivencias y sentimientos del protagonista; también son importantes el diálogo y el estilo indirecto libre.
* Empleo expresivo de la tipografía.
* Riqueza expresiva (nuevos términos, uso paródico o satírico de distintos tipos de lenguaje, etc).
Entre los autores más destacados en la década de los 60 se incluyen el ya mencionado Juan Benet, Félix de Azúa, José Mª Guelbenzu y Javier Tomeo.
Entre los autores de la primera posguerra que se suman a la renovación narrativa destacan Torrente Ballester con La saga/fuga de J.B. Y novelas de Cela como Oficio de tinieblas 5 y Mazurca para dos muertos. También cultivan esta tendencia los realistas Alfonso Grosso, Gª Hortelano, Caballero Bonald o Carmen Martín Gaite.
Entre las influencias más importantes de la nueva narrativa hay que mencionar obras como Ulises, de James Joyce, la narrativa de Franz Kafka y Faulkner y el tratamiento del tiempo de Marcel Proust y Virginia Wolf.
* Luis Martín Santos: Tiempo de silencio
La novela se desarrolla en el Madrid de los años 40. Su argumento es sencillo y algo melodramático. Con un lenguaje culto y unas técnicas novedosas, el autor, a partir de los sucesos contados, de las relaciones del protagonista con otros personajes y de los ambientes por los que se mueve, realiza una descripción de la realidad de la España de la época, y una reflexión sobre su historia y cultura.
Lo novedoso de esta novela reside principalmente en los rasgos formales: la mezcla de perspectivas con un narrador omnisciente y subjetivo, el empleo de monólogo interior, el uso de la 2ª persona, los estilos directo, indirecto e indirecto libre. Hay un uso continuo de la ironía, la hipérbole, la parodia y otros recursos retóricos; en el lenguaje se incluyen el discurso científico, numerosos neologismos, creaciones léxicas del autor y algunos cultismos. También incorpora expresiones populares y vulgarismos.
* Juan Goytisolo
En sus primeras novelas (Juegos de manos y Duelo en el paraíso), aparece el mundo de la niñez y la dolescencia. Su siguiente etapa corresponde a la narrativa social y posteriormente, cultiva el objetivismo con La isla. Señas de identidad y las obras siguientes, Reivindicación del conde don Julián y Juan sin tierra muestran un cambio total de temática y estilo: hay un retorno al subjetivismo y un cultivo de la narrativa experimental.
* Miguel Delibes
Miguel Delibes ha creado una extensa obra en la que se observa una constante evolución. Del Realismo tradicional de sus primeras novelas, se orienta hacia el Realismo crítico de La hoja roja y, sobre todo, de Las ratas, y culmina con la renovación técnica que muestra Cinco horas con Mario. Con Parábola del naufrago, Delibes se incorpora a la tendencia experimental que domina en esos años. Los santos inocentes, dentro del Realismo renovado, representa otro hito en su trayectoria. La obra describe la miseria, la explotación y el trato degradante que sufren unos campesinos extremeños por parte de los dueños de una finca. Y constituye un retrato de la situación real del medio rural y los pueblos durante el franquismo.
* Juan Marsé
En sus primeras novelas, de estilo realista, Marsé aborda el tema de los jóvenes abúlicos y frustrados. Últimas tardes con Teresa se inscribe en la tendencia renovadora. La novela critica el progresismo superficial y esnob de cierta juventud universitaria. Sobresale el uso de la ironía, la parodia yla hipérbole, así como la variedad de registros. La oscura historia de la prima Montse se inscribe dentro de la misma tendencia y Si te dicen que caí, su obra de mayor experimentación narrativa, retrata la sociedad sórdida y miserable de la primera posguerra. A partir de entonces, el autor regresa al estilo realista: El embrujo de Shangai y Rabos de lagartija.