Teatro y Literatura Española: Autores Clave del Siglo XX

El Teatro Español Antes de 1936

A comienzos del siglo XX, el realismo de la comedia burguesa dominaba la escena junto con otras tendencias dramáticas.

Federico García Lorca

La obra dramática de Federico García Lorca es equiparable al valor de su poesía. Escribió sus obras más conocidas a partir de 1930. Lorca experimenta con el drama surrealista, la tragedia rural y la farsa violenta para llegar al espectador y hacerle partícipe del drama que sufren sus personajes. En sus dramas, farsas y teatro surrealista, su creación dramática comienza en su juventud con ciertas influencias modernistas y del teatro de Eduardo Marquina. Algunos de sus títulos más conocidos son El maleficio de la mariposa (1931) y El público (1933), que rompen con la puesta en escena tradicional, además de con algún aspecto lógico, de ahí la dificultad en representarlas. En las tragedias y dramas, las tres obras más importantes del teatro de Lorca son: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. En el estilo mantiene la línea estilística y temática de su poesía. Su obra dramática está impregnada de un lenguaje de metáforas e imágenes simbólicas: el agua (libertad o muerte), la luna (la muerte), el caballo (la vida, el erotismo, portador de desgracias), etc. El autor busca que el espectador se implique, y suele combinar la prosa y el verso. Los personajes femeninos destacan en la obra de Lorca, pues sentía especial atracción por los grupos sociales desfavorecidos del momento y su situación de frustración y soledad.

Enrique Jardiel Poncela

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) se relacionó en sus comienzos con el mundo del periodismo, pero a partir de 1923 inició su andadura como dramaturgo. Su principal objetivo fue renovar el obsoleto panorama teatral de la época. Estuvo vinculado al mundo cinematográfico y fue contratado en Hollywood y París para hacer versiones de películas, como es el caso de Angelina. Sus principales obras escritas antes de la Guerra Civil son Angelina o el honor de un brigadier (1934), Usted tiene ojos de mujer fatal (1932) y Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1935). En 1940 estrena una de sus mejores obras y más reconocida por la crítica: Eloísa está debajo de un almendro. También escribió novelas como Amor se escribe sin hache (1929), Espérame en Siberia, vida mía (1929) y Pero… ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? (1930). Su estilo se caracteriza por los planteamientos inverosímiles, la inteligencia de sus diálogos cargados de humor e ironía, los equívocos absurdos y la combinación de lo burgués y lo popular. En ocasiones se sirve del teatro para criticar a la sociedad del momento.

Alejandro Casona

Alejandro Casona nació en 1903 y murió en 1965. Participó en el acercamiento de la cultura a través de las Misiones Pedagógicas con su grupo de teatro. La Guerra Civil le obligó a exiliarse, pero continuó escribiendo en el extranjero. Sus obras más conocidas son La sirena varada (1934), Otra vez el diablo (1935) y Nuestra Natacha (1936). El drama poético La dama del alba es una de sus obras más importantes, que mezcla elementos realistas con otros fantásticos. En cuanto al estilo, sus escritos se caracterizan por la gran perfección formal y el uso de un léxico muy cuidado con matices didácticos y sentimentales. Combina la presencia de elementos sobrenaturales y el costumbrismo.

La Generación del 98

Antonio Machado

Antonio Machado nació en Sevilla en 1875, aunque pronto se trasladó a Madrid, donde entró en contacto con la literatura. En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, donde conoció a su esposa, cuya muerte marcó su vida y su poesía. Al poco tiempo estalló la Guerra Civil española y, mientras escribía en defensa de sus ideales republicanos, se trasladó a Valencia, Barcelona y Collioure, donde murió en 1939. Los rasgos más particulares de su obra son el uso de la simbología, la influencia romántica y la crítica ante el problema de España. Sus temas son el paso del tiempo, Castilla, la España nueva, el interés por el paisaje, el amor, los sueños, las personas sin historia y el escepticismo religioso. En su estilo usa variedad de estrofas, con predilección por el romance, el lenguaje poético depurado y el adjetivo definidor. Su obra tuvo tres etapas: en la primera predomina el intimismo simbolista; en la segunda, el castellanismo regeneracionista; y en la tercera, la poesía filosófica y folclórica.

Miguel de Unamuno

La obra de Miguel de Unamuno se caracteriza por su interés por el sentido de la vida. En sus características concebía la vida como lucha, como una agonía en busca de paz que nunca se encuentra. A muchas de sus novelas las denominó nivolas, con las que buscaba alejarse de la novela realista. En sus personajes dominan los agonistas, ya que viven y sufren una búsqueda incansable de Dios que es siempre amenazada por la muerte. Destacan también el escaso interés hacia el marco espacial y temporal, y la importancia de los diálogos. Entre sus obras destacan Niebla y San Manuel Bueno, mártir. En sus ensayos muestra su preocupación por España y lo que él llama intrahistoria.

Ramón del Valle-Inclán

Ramón del Valle-Inclán nació en Pontevedra en 1866 y murió en Santiago de Compostela en 1936. Sus etapas son la de las Sonatas, la etapa entre las Sonatas y los esperpentos, y la etapa esperpéntica. Los temas de sus novelas cambian y evolucionan, ya que sus ideas van madurando. Tenía un estilo y una técnica personales e inigualables en lo que se refiere a un lenguaje cuidado y musical. En sus obras destacan las Sonatas, donde el autor finge no serlo con la intención de distanciarse del narrador, La guerra carlista, Tirano Banderas y El ruedo ibérico.

Azorín

Azorín nació en Alicante en 1873, se relacionó con autores de la época como Baroja. Durante la Guerra Civil se fue a París, y murió en Madrid en 1967. Las características de su producción narrativa son la trama ligera, el carácter autobiográfico, la oposición a la religión, el paso del tiempo y la fugacidad de la vida. Los temas más frecuentes en su obra son el paisaje y la nostalgia que le provoca. Mantuvo un estilo personal consustancial a su forma de ser y de ver la vida. Los rasgos más destacables son la precisión y la claridad en cada palabra empleada. Su obra se caracteriza por su carácter autobiográfico. Entre sus obras destacan: La voluntad, Antonio Azorín y Doña Inés. Y entre sus ensayos destacan: Ensayos de un pequeño filósofo y Ensayos de crítica literaria.

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