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EL TEATRO DEL ABSURDO Y EL TEATRO DE COMPROMISO
El Siglo XX supone una profunda transformación en la concepción teatral. Las innovaciones afectan a diferentes aspectos, como la función del actor, la relación con el público, la importancia del espectáculo por encima del texto, la incorporación de elementos y técnicas propias de otros ámbitos, de tal modo que puede hablarse de una auténtica revolución escénica. Algunas de las innovaciones más destacadas son:
1.El teatro libre de André Antoine, que renueva el modo de representar. Persigue la sencillez y naturalidad en los actores, sin tener en cuenta que se actúa de cara al público, al que se puede dar la espalda o salir de su campo de visión. Comienza así a eliminarse la cuarta pared, es decir, la barrera imaginaria que separa del escenario al público. Es frecuente que en el s. XX los actores rompan esa frontera y se dirijan al público para interactuar con él.
2.El método Stanislavski. Trata de conseguir que el actor se identifique con el personaje. Para ello ha de ejercitarse en el desarrollo de la creatividad y la improvisación.
3.Novedades escenográficas, como las de Max Reinhart (varios escenarios, empleo del escenario giratorio), Adolfo Appia (importancia de la música y la iluminación), Gordon Craigh (concepción simbólica de los objetos que coexisten con el actor), o Erwin Piscator (inclusión del espectador en la puesta en escena, con el fin de conseguir implicarlo y para lograr la democratización del espacio escénico).
Principales tendencias teatrales de la primera mitad del s. XX:
1.Continuación del teatro tradicional: BERNARD SHAW (Pigmalión, My fair Lady).
2.Ruptura con el teatro realista: ALFRED JARRY (Ubú rey), caracterizado por la deformación, abstracción y humor caricaturesco.
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Teatro expresionista: Georg Káiser, Ernst Toller. Escenario y personajes distorsionados. Feísmo, lenguaje entrecortado.
4.Teatro de la crueldad: ANTONIN ARTAUD (El teatro y su doble). Concibe la escena como un exorcismo que busca el espectáculo total y destruir la realidad.
5.Teatro épico (o dialéctico) de entreguerras: ERWIN PISCATOR (Teatro político), BERTOLT BRECHT (Galileo Galilei, Madre Coraje y sus hijos, El círculo de tiza). El teatro como arma de lucha social. A Brecht se debe el concepto del distanciamiento, que obliga al público a contemplar la obra desde una perspectiva racional y no emotiva.
Tendencias teatrales a partir de la Segunda Guerra Mundial:
1.Teatro existencialista: JEAN-Paúl SARTRE (A la puerta cerrada), ALBERT CAMUS (Calígula). Los temas predilectos son la libertad, la angustia, la desesperanza, la responsabilidad. La inverosimilitud de situaciones y reacciones de los personajes cumple una finalidad teórica: plasmar el dolor y el sinsentido de la condición humana, proponiendo una acción, un compromiso con la realidad.
2.Teatro del absurdo: EUGÉNE IONESCO (La cantante calva, La lección, Las sillas, El rinoceronte); SAMUEL BECKETT (Esperando a Godot). Tiene en común con el anterior la preocupación por el individuo y la sociedad, pero a diferencia de aquel se limita a presentar la crítica sin aportar soluciones. El sinsentido de la condición humana se refleja aquí a través de argumentos sin significado, diálogos repetitivos y el uso del humor como instrumento crítico. Se emplea la caricaturización, la hipérbole, las imágenes oníricas, la concentración de acontecimientos en obras de un solo acto.
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LA RENOVACIÓN DEL TEATRO EUROPEO: UN NUEVO TEATRO Y UNAS NUEVAS FORMAS DE PENSAMIENTO
A finales del Siglo XIX el público comienza a sentirse cansado de los planteamientos del teatro ROMántico. Se impone así un tipo de teatro más acorde con la nueva sociedad burguesa. De ese modo, conviven en ese momento dos tendencias: el teatro de evasión y el teatro de Realismo crítico.
El teatro de evasión está destinado al gran público burgués. Ofrece comedias amables y dramas que reflejan conflictos de la clase media-alta, procurando entretenimiento, en ocasiones con obras de gran calidad, como las de Jacinto Benavente (La malquerida, Los intereses creados).
Frente a esa concepción teatral se alzan autores como Ibsen y Strindberg, que buscan la denuncia social en sus obras. Practican un Realismo crítico que persigue la descripción fidedigna de la realidad, sin omitir sus aspectos más desagradables.
El noruego HENRIK IBSEN (1828-1906) destaca por la profundidad psicológica que da a sus personajes y su implicación con las realidades sociales de su tiempo. Aquellos viven conflictos reales; su estilo se caracteriza por la naturalidad y la sencillez, sin artificios ROMánticos. Un motivo carácterístico de sus dramas es el rechazo que el individuo encuentra en la sociedad. En su trayectoria se distinguen tres etapas:
a)Cultivo del drama histórico, sin romper del todo con el Romanticismo: Peer Gynt, Brand.
b)Realismo crítico: Casa de muñecas, Un enemigo del pueblo.
c)Simbolismo: Hedda Gabler, La dama del mar.
AUGUST STRINDBERG, sueco (1849-1912). Precursor de las tendencias del teatro de la crueldad y del absurdo. Entre sus temas destaca la crítica a las instituciones de su época y a una sociedad decadente. Es carácterístico de su obra el concepto del asesinato psíquico (la muerte producida por el sufrimiento causado por una relación dolorosa). Sus personajes se presentan desde diversos puntos de vista y con motivaciones complejas. Renovó la técnica teatral simplificando la escenografía y eliminando la división en actos.
Etapas:
a)Naturalista: reacción a los excesos del Romanticismo.
b)Madurez: abandono de las unidades de espacio, tiempo y acción. Empleo de personajes grotescos. Precursor de la vanguardia.
Obras: El padre, La señorita Julia, La más fuerte.
EL NUEVO TEATRO RUSO.
Antón CHÉJOV (1860-1904). Su teatro presenta el retrato de una sociedad decadente a través de la vida de personajes muy diversos. Entre sus temas destacan la soledad del individuo y el fracaso. Desde el punto de vista de la técnica teatral, desarrolló la denominada acción indirecta, consistente en primar lo que ocurre fuera de escena con el fin de potenciar la imaginación del espectador y sugerir más que mostrar. Sus obras más destacadas son: La gaviota, Tío Vania, Las tres hermanas, El jardín de los cerezos.
EL TEATRO DE LA Inglaterra POSVICTORIANA.
Óscar WILDE (1854-1900). Presenta una tendencia moral y costumbrista que retrata los valores morales de la sociedad inglesa. Sus temas tienen que ver con la rigidez de costumbres de esa sociedad. La ironía, el humor, la brillantez de vocabulario, la agilidad de los diálogos y el ingenio son las señas de identidad de este teatro. Entre sus obras destacan dramas bíblicos como Salomé, y comedias burguesas como Un marido ideal, Una mujer sin importancia y La importancia de llamarse Ernesto.
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MONTAIGNE Y EL NACIMIENTO DEL ENSAYO
Durante la segunda mitad del Siglo XVI, la prosa literaria francesa tiene su máximo representante en Michel Eyquem, señor de Montaigne (1533-1592), humanista, pensador, moralista y político, cuya obra ha suscitado un interés unánime no solo por su valor intrínseco, sino porque con ella inauguró un nuevo género, el ensayo, de gran importancia en épocas posteriores.
Hijo de un gentilhombre, recibíó una exquisita formación en humanidades y se familiarizó desde la infancia con el latín y el griego, lo que le permitíó leer con pasión a los clásicos. Estudió Derecho en la Universidad de Tolosa, y posteriormente ejercíó de consejero en el Ayuntamiento de Burdeos. Tras casarse y heredar las tierras de su padre, renunció a su cargo de consejero para retirarse a su castillo de Montaigne. Por aquellos años, Francia padecía una grave guerra de religión entre católicos y protestantes, y en la paz de su retiro Michel de Montaigne se consolaba de las turbulencias de su país leyendo a Plutarco y a Séneca.
Poco tiempo después comenzó la redacción de sus Ensayos, cuya primera edición publicó en 1580. A su regreso de un largo viaje por Europa en 1581 fue nombrado alcalde de Burdeos, cargo que ejercíó hasta 1585. Fue un periodo de grandes dificultades por las graves tensiones religiosas y políticas del momento. Montaigne, que era católico, mantuvo buenas relaciones con los protestantes, tratando de contemporizar con ambos bandos y dando muestras de un equilibrado talante moderador. Acabado su mandato, coincidiendo con una epidemia de peste en la ciudad, se retiró de nuevo a sus posesiones y preparó la segunda edición de sus Ensayos, que salieron a la luz, notablemente ampliados, en 1588. No interrumpíó su retiro salvo para realizar un viaje a París, en el cual conocíó a mademoiselle de Gournay, quien se ocupó, una vez muerto Montaigne en 1592, de la publicación póstuma de una tercera edición de los Ensayos, nuevamente ampliados, en 1595.
IDEAS PRINCIPALES DE LOS ENSAYOS.
Aunque en sus Ensayos Montaigne muestra una extraordinaria curiosidad por todas las manifestaciones del alma humana, el principal centro de interés de la obra es el propio autor, con todos sus defectos y virtudes, como referente de todos los hombres.
En sus pensamientos predomina la idea de que el conocimiento ha de servir para desarrollar un arte de vivir que nos prepare para la muerte. La corriente principal en que se sitúa el pensamiento de Montaigne es el escepticismo, para el que creía tener una razón importante: el estudio en profundidad del comportamiento humano a lo largo de la historia le hace ver tan grandes contradicciones, que la única actitud posible era la duda. El lema que presidía su casa y su vida («¿Qué sé yo?») muestra una reveladora posición de duda, un distanciamiento de cualquier certidumbre. En el contexto de los graves conflictos religiosos que asolaban Francia, mostró su aversión a la violencia y la necesidad de superar cualquier fanatismo. Fue, así, un firme defensor de la tolerancia.
Algunos aforismos de Montaigne:
*El saber morir nos libera de toda atadura y coacción.
*Solo los locos están seguros y resolutos.
*El beneficio de nuestro estudio es habernos hecho mejores y más sabios con él.
*Ha de tener, quien pueda, mujer, hijos y bienes; mas sin atarse a ellos de forma que su destino de ellos dependa.
*La gloria y el reposo son dos cosas que no pueden alojarse en la misma morada.
*La confianza en la bondad del prójimo es una sólida prueba de la propia bondad.
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DE LA NARRATIVA ROMÁNTICA AL Realismo EN Europa
El Realismo es una corriente literaria que se desarrolló en Europa en la segunda mitad del Siglo XIX (entre 1850 y 1890), especialmente en Francia e Inglaterra, y también en Rusia. Aunque cronológicamente coincide en parte con el Romanticismo, se opone a él y al Clasicismo: el Realismo no pretende imitar las obras clásicas, como el Clasicismo, sino los originales de la naturaleza; tampoco exalta los sentimientos, ni sitúa las acciones en lugares o tiempos remotos, ni muestra una sensibilidad apasionada o melancólica como el Romanticismo.
Los escritores realistas buscan retratar la realidad, reflejarla objetivamente basándose en una observación que les permite describir, de forma minuciosa y exacta, ambientes y personajes. Con esta finalidad, se documentan tomando notas de la realidad o mediante libros. Nunca intentan idealizar las cosas o dejar de plasmar lo que ven, por muy sórdido y abominable que sea.
Desde el punto de vista teórico, la literatura realista recoge las doctrinas filosóficas, políticas y científicas del momento:
a)Positivismo de August Comte, quien en su Sistema de la filosofía positiva (1850) propone investigar los hechos observables y mensurables, como reacción ante el idealismo.
b)Darwinismo. En El origen de las especies (1859), Charles Darwin expone la teoría de la evolución.
c)Marxismo. El capital (1867) de Karl Marx analiza las razones por las que el sistema capitalista llegará a su fin y será sustituido por el comunismo.
d)Genética. Mendel establece las leyes de la herencia en 1863.
e)Determinismo. Los hechos están condicionados por unas leyes fijas.
f)Método experimental científico, introducido por Claude Bernard, que consiste en la formulación de hipótesis a partir de la observación de los fenómenos.