Teatro Español de Preguerra (Hasta 1939)
El teatro del primer tercio del siglo XX se divide en dos frentes:
- Teatro Comercial: Continuador del teatro decimonónico. Abarca tres corrientes dramáticas:
- Comedia burguesa, con Jacinto Benavente y sus seguidores.
- Teatro cómico, vinculado al costumbrismo y al sainete.
- Teatro en verso, de herencia romántica y con influencia modernista.
- Teatro Innovador: Aporta nuevas técnicas y enfoques. Los primeros intentos de renovación teatral fueron llevados a cabo por Jacinto Grau, quien ensayó diversas vías; por Miguel de Unamuno, con su teatro desnudo; y por José Martínez Ruiz Azorín, con su pretendido antirrealismo, que resultó en un exceso de artificio para poco logro escenográfico.
El teatro español de las primeras décadas del siglo XX alcanzó su cima con la obra de Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca. Ellos lograron una calidad indudable en la renovación teatral que muchos habían pretendido. Sus obras, además de influir decisivamente en el teatro posterior, siguen representándose hoy en día. Los autores del Novecentismo (Ramón Gómez de la Serna) y, posteriormente, los de la Generación del 27 aportaron nuevos enfoques ideológicos y nuevas formas de expresión.
Teatro Comercial
Este teatro se enmarca dentro del teatro comercial, dirigido al público burgués.
1. Comedia Burguesa (o Benaventina)
En este período del siglo XX nace la burguesía, y es a este grupo al que va dirigido este teatro. Características:
- Teatro que busca el agrado del público burgués. Trata sobre lo cotidiano, sobre el propio público burgués.
- Rechazo de lo imaginario.
- Presencia de ideas propias de los valores burgueses.
- Mantenimiento de la estética anterior.
- Teatro mínimamente conflictivo y poco problemático.
- Nueva forma de teatro realista, donde lo principal es la crónica dramática de pequeños vicios y virtudes.
- Teatro de la tolerancia, del perdón y de la comprensión.
El principal representante es Jacinto Benavente. Sus obras se mantienen en la línea de la llamada comedia de salón, excepto su obra maestra, Los intereses creados, que encierra una descarnada visión de los ideales burgueses. Intentó el drama rural (Señora ama y La Malquerida), pero no acertó a encontrar un lenguaje rural y a la vez poético. Su aportación al teatro fue su habilidad escénica, su ingenio y la fluidez en sus diálogos.
La mayoría de sus obras, llamadas comedias burguesas, se ambientan en escenarios de la alta sociedad, de la que se critican sus vicios y costumbres de una forma sutil y amable. Los personajes carecen de profundidad psicológica.
2. Teatro Modernista (o Teatro en Verso, Teatro Poético)
Características:
- Signo antirrealista.
- Influencia del drama romántico.
- Teatro en verso.
- Predominio del drama rural.
- Salvación y rescate de mitos nacionales, junto con modelos a seguir.
- Cultivo del teatro histórico.
- Ideología tradicionalista.
- Suministro de arquetipos con riesgo de idealización.
- Ubicación de la acción en tiempos remotos, como la Edad Media, o en lugares lejanos, como había sucedido en el Siglo de Oro y en el Romanticismo.
A principios de siglo, el llamado teatro poético combinaba restos posrománticos con rasgos de estilo modernista. Todo ello asociado a una ideología tradicionalista que exalta los grandes hechos del pasado. Hay voluntad de emular el teatro del Siglo de Oro.
Entre sus cultivadores destacan Eduardo Marquina, quien alternó lírica y teatro y cosechó éxitos como Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol; José María Pemán, con El divino impaciente; Antonio y Manuel Machado, con La Lola se va a los puertos; y Ricardo de la Vega, con Doña María de Padilla.
3. Teatro Cómico
En las primeras décadas del siglo XX, predomina el género cómico, que suele aparecer acompañado de elementos líricos. La finalidad era el entretenimiento del público. Dentro de este tipo de teatro, nos referimos a dos géneros: la comedia costumbrista y el sainete. El propósito es provocar la hilaridad del espectador y divertirlo. Uso del equívoco y situaciones regocijantes. Predominio de lo pintoresco con personajes sin caracterizar. Goza de gran aceptación y de mucha comercialidad. Cabe destacar el éxito que alcanzó el género llamado astracán, creado por Pedro Muñoz Seca.
Autores:
- Hermanos Álvarez Quintero: Llevan a escena una Andalucía tópica con problemas sentimentales. Diálogo intrascendente en obras como El patio o El genio alegre.
- Carlos Arniches: Presenta sainetes de ambiente madrileño, interesantes por su habla castiza. Destaca su obra El santo de la Isidra. Trata de introducir un género llamado tragedia grotesca; un claro ejemplo es La señorita de Trevélez.
- Pedro Muñoz Seca: Creó el astracán, género cómico basado en los disparates, cuya finalidad es la carcajada del espectador. Destaca su obra La venganza de Don Mendo.
- Enrique Jardiel Poncela: Su principal objetivo fue renovar el obsoleto panorama teatral, aportando nuevas formas de entretener al público. Su obra más destacada es Eloísa está debajo de un almendro. Se caracteriza por los planteamientos inverosímiles, la inteligencia de sus diálogos y el uso de equívocos absurdos. En ocasiones, usa el teatro para criticar a la sociedad.
- Alejandro Casona: Sus obras más conocidas son La sirena varada y La dama del alba, la cual mezcla elementos realistas con otros fantásticos. Su estilo se caracteriza por gran perfección moral y el uso de un léxico muy cuidado. Los personajes reflejan situaciones cuidadas.
Teatro Innovador
1. Teatro del 98
Características:
- Las obras quieren influir en la sociedad para tratar de cambiarla, pero no tienen fortuna.
- El teatro de Valle-Inclán fracasa por ser demasiado filosófico.
- Trasladan al teatro preocupaciones por el tiempo, la felicidad, España, la muerte, etc.
- Buscan conmover la conciencia del público.
- Contemplan los conflictos humanos en lugar de ignorarlos.
Miguel de Unamuno cultivó el teatro como una vía más para presentar los conflictos humanos que le obsesionaban. El suyo es un teatro de ideas, con escasa acción dramática y un denso diálogo en el que lo importante es el drama interior de los personajes. Destacan Fedra y El otro. José Martínez Ruiz Azorín hizo tardíamente unos experimentos teatrales; es un teatro alejado del realismo, basado en la palabra. Destacan Angelita y Lo invisible.
Ramón María del Valle-Inclán: Fue uno de los que más contribuyó a esta revolución teatral. Etapas:
- Teatro poético: Cercano al estilo modernista de la época. El marqués de Bradomín.
- Teatro de ambiente rural y mítico: Los temas predominantes son la lujuria, la crueldad, la superstición y la magia. Divinas palabras.
- Farsas: Se caracterizan por el uso de personajes y argumentos del propio teatro. Tablado de marionetas para educación de príncipes.
- Esperpentos: Son la máxima aportación de su obra dramática. Es la deformación grotesca de personajes, situaciones y ambientes. A través de este género, hace una crítica incisiva a la sociedad y a la etapa histórica que estaba viviendo. Luces de bohemia y Martes de carnaval.
2. Teatro de la Generación del 27
Características:
- Depuración del teatro cómico.
- Incorporación de las formas de vanguardia.
- Acercamiento del teatro al público, haciendo un teatro del pueblo.
- En los primeros años aparecen más las técnicas vanguardistas; posteriormente, el teatro se hace más social.
Federico García Lorca: Experimenta con el drama surrealista, la tragedia rural y la farsa violenta para llegar al espectador y hacerle partícipe del drama que sufren los personajes.
Dramas, farsas y teatro surrealista: Su creación dramática comienza en su juventud, con algunas influencias modernistas y del teatro de Marquina. Algunas obras son El maleficio de la mariposa, Mariana Pineda y La zapatera prodigiosa, en la que se muestra el sufrimiento de los personajes femeninos.
Las obras de más carácter surrealista, llamadas «teatro imposible», son Así que pasen cinco años y El público, en las que se rompe con la puesta en escena tradicional.
Tragedias y dramas: Sus tres obras más importantes, todas inspiradas en el mundo rural y sobre el dominio de las pasiones y el destino, son las siguientes:
- Bodas de sangre: Alegoría de la fuerza de la pasión dominada por el destino.
- Yerma: Tragedia de una mujer estéril cuya única ilusión en la vida es ser madre.
- La casa de Bernarda Alba: Choque entre el autoritarismo de Bernarda y el deseo de libertad de sus cinco hijas.
Rasgos del teatro lorquiano:
- Trata temas como la libertad, el amor y la muerte.
- Lenguaje lleno de metáforas e imágenes simbólicas.
- Busca que el espectador se implique.
- Suele combinar prosa y verso, y es frecuente la presencia de canciones populares.
- Los personajes femeninos destacan en la obra de Lorca, pues sentía especial atracción por los grupos sociales desfavorecidos.
Rafael Alberti escribe obras como El hombre deshabitado y El adefesio.
3. Teatro del Novecentismo
En esta corriente, el teatro no tuvo gran importancia. Es un teatro que no triunfa, ya que las obras son vanguardistas, es decir, hechas más para la lectura que para la representación.
Autores más relevantes: Sobresale el teatro denso y culto de Jacinto Grau, en obras como El señor de Pigmalión, y las obras difíciles y complicadas de Ramón Gómez de la Serna, tales como La utopía, El laberinto y Los medios seres. Las novedades que incorporó este autor no tuvieron una buena acogida por parte del público y la crítica.