Teatro de drama ideológico

El teatro posterior a 1939

Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a los autores más innovadores (Valle-Inclán, Lorca, Unamuno…) y otros estaban en el exilio(Max Aub, Alberti, Casona…).
Mientras en Europa se representaban obras renovadoras de Bertol Brecht o Artaud e irrumpía con fuerza el teatro absurdo de Ionesco O Becket, en España había un teatro convencional que entroncaba con el melodrama o el teatro popular anterior, plagado de humor superficial. Por otra parte, la censura de la época impedía poner en escena obras con un mínimo atentado contra los valores morales o sociales establecidos.
En 1949 se inicia el camino de la renovación con el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo.
Otro medio, ya en los sesenta, fue la creación de festivales de teatro y la convocatoria de premios para autores noveles.
Finalmente llega la influencia del teatro europeo pero poco a poco calaron en los autores españoles la teoría del espectáculo total de Antonin Artaud, la teoría del distanciamiento de B. Brecht y las aportaciones del teatro absurdo. Se crea entonces un teatro experimental en la década de los setenta, un teatro colectivo que rechaza la primacía del texto y considera la fórmula del teatro total.

Tendencias teatrales de los años cuarenta


En la inmediata posguerra, se intenta recrear un teatro nacional inspirado en el Siglo de Oro. El publico busca divertirse y evadirse mediante obras que ayuden a olvidar, o dramas ideológicos.
En estos años coexisten diversos tipos de obras que intentan satisfacer a públicos diferentes, pero que no aportan nada nuevo al panorama teatral.
Jacinto Benavente fue el autor de éxito con obras descontextualizadas en las que no se mencionaba la guerra ni los problemas sociales. Escribíó comedias y dramas.
Dos vertientes:

-La comedia de entretenimiento:

base del teatro comercial de éxito, presenta obras de un Realismo idealizado con elementos de alta comedia y, en menor grado, de la comedia costumbrista y del sainete. Son obras bien construidas, tienen una temática superficial y muestran un mundo feliz. Tratan temas como el adulterio, el amor y los celos desde una perspectiva conservadora. Algunos autores fueron: Edgar Neville (El baile), López Rubio (La otra orilla), Víctor Ruiz Iriarte (Juego de niños), José María Pemán (Los tres etcéteras de son Simón), Joaquín Calvo Sotelo (Una muchachita de Valladolid) o Juan Ignacio Luca de Tena (Don José, Pepe y Pepito)

El drama ideológico:

plantea temas de tipo moral y social, que afectan al individuo y a la colectividad.
Tiene una postura caótica y conservadora. J.I. Luca de Tena, J.Mª Pemán y J. Calvo Sotelo.
Estas dos corrientes muestran las dos tendencias del teatro posterior:
-El teatro humorístico: Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
-El teatro ideológico: Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

El teatro humorístico

Surge en torno a un grupo de humoristas relacionados con la revista “La Codorniz”. Este teatro explotaba las posibilidades cómicas del lenguaje mediante equívocos y juegos de palabras disparatados, pero, a menudo ese humor escondía una visión amarga y escéptica de la realidad. El punto débil de este teatro era que la obra podía quedar reducida a un cúmulo de chistes.
Autores:
-Jardiel Poncela
(1901- 1952): Hace un teatro cómico que los críticos de su época no entienden y le atacan.

Obras:

Angelina o el honor de un brigadier, Cuatro corazones con freno y marcha atrás, Un marido de ida y vuelta, Eloisa está debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada y El sexo débil ha hecho gimnasia
-Miguel Mihura (1906 – 1977): Esta en la misma línea de teatro cómico, es el fundador de “La codornizObras:
Tres sombreros de copa, El caso de la señora estupenda o Maribel o la extraña familia. Después evoluciona hacia un teatro en el que domina lo satírico más que lo humorístico y suaviza los argumentos conflictivos. Ej: Ninette y un señor de Murcia

Teatro de la década de los cincuenta


Aparece un teatro grave y existencial, que evoluciona hacia el Realismo social en los años cincuenta. Hay un nuevo público, menos censura y la literatura tiende hacia el compromiso social. El teatro realista y social aborda los problemas de la sociedad española de la época y abandona el tono escapista del teatro precedente. Las obras tienen planteamientos y resoluciones muy esquemáticos y directos.
Autores:
-Antonio Buero Vallejo:

Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad, El tragaluz, Las Meninas, Llegada de los dioses, Un soñador para un pueblo

Alfonso Sastre:

La mordaza, Muerte en el barrio, Guillermo Tell tiene los ojos tristes, Asalto nocturno y La sangre y la ceniza

Teatro en la década de los sesenta


A finales de la década de los cincuenta y durante los años sesenta, comienza su obra un grupo de dramaturgos, que pretenden ser una alternativa comprometida e innovadora al teatro comercial que triunfaba. Sus obras reflejan la evolución del Realismo social, pues mantienen una visión crítica de la realidad, pero se orientan hacia una estética más simbolista que realista. Los rasgos que los caracterizan son los siguientes:
-Tema > Critica social y denuncia, como la injusticia, la explotación, los abusos de poder…
-Los personajes protagonistas suelen ser víctimas y acaban derrotados
-Lo original es que los personajes del entorno que actúan como verdugos aparecen como víctimas de la situación global.
Autores:
-Martín Recuerda:

La llanura y Las salvajes en Puente San Gil

-Carlos Muñiz:

El tintero

-Mª Rodríguez Méndez:

Los inocentes de la Moncloa

-Lauro Olmo:

La camisa
En estos años se inicia también Antonio Gala, autor de un teatro simbólico que gira en torno a la frustración y a la soledad, con rasgos de crítica social en obras como: Los verdes campos del Edén, El sol del hormiguero, Anillos para una dama o El hotelito.
La censura teatral existíó hasta los últimos años del franquismo.

El teatro en la década de los 70

Se supera el Realismo y se experimenta con nuevas formas dramáticas -> teatro independiente.
El teatro es concebido como un espectáculo, de tono vanguardista experimental y recogen la herencia renovadora de los dramaturgos europeos de la segunda mitad del Siglo XX.
A la mitad de la década de los setenta la ebullición teatral queda patente en los mas de 150 grupos no comerciales ( teatros de aficionados, de cámara, universitarios y teatros experimentales que investigan especialmente la formación de actores).
Pierde protagonismo el texto literario en beneficio de la escenografía.

Grupos:


Els Joglars, Los Goliardos, Tábano, Dagoll-Dagom, La Cuadra…
Dramaturgos vanguardistas:
-Francisco Nieva:

La carroza de plomo candente o Coronada y el toro

-Miguel Romero Esteo:

Pasodoble, Fiestas gordas del vino y del tocino

-Manuel Martínez Mediero:

Las planchadoras, los hermanos de búfalo bill
Fernando Arrabal destacó y triunfó con su “teatro pánico”. Presentaba rasgos oníricos tomados del Surrealismo o críticos extraídos de Valle-Inclán.

Obras:

El cementerio de automóviles, Pic-nic, La coronación y el arquitecto emperador de Asiria
En su conjunto, el teatro de los años setenta continúa la crítica social y moral, pero en la estética, el abandono del Realismo es radical, en beneficio de un tratamiento simbólico o esperpéntico. En algunos casos, se incorporan importantes innovaciones en los efectos especiales, según el lenguaje cinematográfico, y se borran los límites entre ciertos géneros, como el circo, el musical o el espectáculo festivo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *