El desarrollo de la prosa española (narrativa y ensayo) se vio profundamente afectado por la Guerra Civil y la instauración de la dictadura. La censura aisló a los escritores españoles de las tendencias narrativas internacionales que se desarrollaban en los años 40 y 50, y provocó la desaparición de temas que, según la moral y la ideología franquista, no se podían tratar.
En esta década de los 40 puede hablarse de dos corrientes narrativas: una idealista y otra de novela existencial.