CAPÍTULO XLI
Don Quijote estaba impaciente esperando la llegada de Clavileño cuando aparecieron cuatro salvajes, vestidos de verde yedra, llevando a lomos un gran caballo de madera. Lo pusieron en el suelo y se marcharon, pero antes de irse les dijeron que los dos tenían que volar encima de él y realizar el viaje con los ojos tapados. Sancho se negó a subir, argumentando que no era brujo para volar por los aires; Cendaya quedaba muy lejos, podía tardar mucho en volver y perdería la ínsula, Seguir leyendo “La aventura de Clavileño” »