Simbolismo y Conflicto en ‘La Casa de Bernarda Alba’ de Lorca

Moral Autoritaria contra el Deseo de Libertad en ‘La Casa de Bernarda Alba’

Desde su primera aparición, Bernarda impone sus normas como cabeza de familia. María Josefa, Adela y Martirio se enfrentan a ella en numerosas ocasiones, mientras que el resto de las hijas aceptan su destino con resignación. Las criadas, aunque sometidas al poder de Bernarda, critican y comentan a sus espaldas.

El autoritarismo de Bernarda se manifiesta desde el inicio y se repite a lo largo de la obra. Tras la muerte de su segundo marido, impone un luto exagerado de ocho años, privando a sus hijas de relaciones con hombres. Establece el orden y la disciplina en todo momento.

El deseo y el impulso amoroso, encarnados principalmente en Adela, son más fuertes que el autoritarismo de Bernarda. Esto conduce a la rebelión de Adela, quien en un enfrentamiento con su madre le arrebata el bastón y lo rompe, simbolizando la recuperación de su libertad, aunque sea temporalmente. La libertad de Adela es efímera, ya que poco después se suicida. Bernarda, finalmente, triunfa, eliminando cualquier posibilidad de que sus hijas piensen en el amor y la libertad.

María Josefa es otro ejemplo de rebeldía. La locura se apodera de ella, dándole la fuerza para enfrentarse a Bernarda. El autoritarismo de Bernarda, por tanto, provoca la locura de María Josefa y el suicidio de Adela, quienes solo buscaban la libertad.

El Espacio como Símbolo Opresivo en ‘La Casa de Bernarda Alba’

El dramaturgo, Federico García Lorca, exalta la casa de Bernarda Alba hasta el punto de convertirla en un símbolo que representa al pueblo. El personaje colectivo está oprimido por el «qué dirán» y la intolerancia. La violencia, tanto verbal como física, predomina en sus acciones y relaciones.

Lorca, desde el título de la obra, subraya la importancia del espacio. La casa se presenta como un lugar sin movimiento, estableciendo una clara división entre el interior (opresivo) y el exterior (libertad anhelada). Un ejemplo de esto es el canto de los segadores, que se percibe desde las ventanas, representando ese mundo exterior inalcanzable.

Este espacio se presenta en blanco y negro, creando un fuerte contraste. El primer acto se desarrolla en una «habitación blanquísima» del interior, con grandes muros. El segundo acto, en una «habitación blanca» también del interior. El tercer acto transcurre entre «cuatro paredes blancas» del patio interior. Las hijas, las criadas y Bernarda visten de negro, creando un fondo fotográfico con las paredes blanquísimas.

Los espacios se mencionan tanto en el título como en el subtítulo: «La casa» y «los pueblos de España». La influencia andaluza de Lorca se refleja en detalles como las paredes blancas, los muros gruesos y las puertas en arco. Puertas y ventanas actúan como intermediarios entre los espacios presentes (la habitación blanca donde se desarrolla la vida, el patio) y los omitidos (el corral, el interior de las habitaciones y la calle). Las hijas, encerradas, se alimentan de las fantasías de los espacios sonoros (los cantos de los segadores). El sonido del garañón y los encuentros furtivos se convierten en símbolos de la sexualidad reprimida.

Los Símbolos Clave en ‘La Casa de Bernarda Alba’

Lorca se apoya constantemente en los símbolos, tanto en su obra poética como dramática. El río, por ejemplo, puede tener referencias al erotismo, como cuando Adela dice: «Él me lleva a los juncos de la orilla». Sin embargo, en ‘La Casa de Bernarda Alba’, lo dramático prevalece sobre lo poético.

Otros símbolos importantes incluyen:

  • La luna: Tiene una doble función, representando tanto la vida como la muerte.
  • El agua, el mar y el campo: Se asocian con la libertad.
  • El caballo: Simboliza el erotismo.
  • El hombre: Representa la dureza.
  • El bastón de Bernarda: Asociado con el poder absoluto dentro de la casa.

Entre los símbolos más destacados, encontramos:

  1. El agua: Asociada al deseo sexual. El pueblo carece de ríos (vida), pero tiene pozos (muerte). Se contrasta el agua estancada y envenenada de los pozos con el agua limpia y libre del mar.
  2. Blanco y negro: El blanco representa lo positivo y optimista, mientras que el negro simboliza lo pesimista (la muerte de Adela y los ocho años de luto).
  3. El color verde: Representa lo erótico y la naturaleza. Aparece en el traje y el abanico de Adela.
  4. El bastón: Símbolo del poder de Bernarda. Cuando Adela lo rompe, en un acto de rebeldía, el poder de Bernarda se ve debilitado.

La Moralidad y la Discriminación de la Mujer

El comportamiento basado en la «decencia» discrimina a la mujer en beneficio del hombre. Adela se identifica con las mujeres que desafían estas normas y se enfrenta a todos por el amor de Pepe el Romano.

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