SE y Construcciones Inacusativas: Elipsis, Anulación y Suspensión Valencial

Elipsis

Permite al usuario anular momentáneamente o definitivamente un funtivo o incluso el mismo hueco funcional que lo alberga. En la elipsis, el hablante no explicita o no actualiza un constituyente que desempeña u ocupa un hueco funcional activado. Se elide el funtivo, pero no la función. Es un proceso que afecta exclusivamente al plano del significante y no del significado ni al plano funcional. La supresión que conlleva la elipsis puede deberse a factores contextuales, gramaticales o a razones discursivas. Por ejemplo:

  • [Los niños] Jugaban con bolas de nieve. (Contextual)
  • A Jesús le gusta el Atleti; pero a José, [le gusta] el Madrid. (Vaciado)
  • ¿A qué hora es la manifestación? – [La manifestación es] A las ocho. (Informativa)

Anulación Valencial

Se diferencia de la elipsis en su naturaleza y en sus resultados. Se lleva a efecto normalmente a través de la aplicación de un recurso gramatical que la lengua pone en manos del usuario. Su activación no modifica la naturaleza del verbo, pero lo inhabilita para actualizar uno de sus argumentos. Le imputa un miembro de su valencia combinatoria. La partícula SE es tal vez el recurso más conocido: El alumno hablaba de fútbol. Ø Se hablaba de fútbol. Además, a veces la anulación valencial efectuada por SE produce un vacío que desencadena modificaciones sintácticas posteriores.

Suspensión Valencial con SE

La lengua dispone de un recurso gramatical específico para amputar un miembro valencial de un predicado. Su acción se dirige siempre contra el funtivo de mayor jerarquía temática, el argumento que ocupa la función sujeto. Normalmente se trata del papel semántico AGENTE, pero podemos hallar también esta suspensión con sujetos que contraen otras funciones semánticas diferentes. Existen dos limitaciones: la suspensión valencial no es una propiedad de todos los tipos de SE y su acción no se aplica al complemento directo sino al sujeto. Podemos anular por medio de este procedimiento el sujeto de oraciones intransitivas y atributivas, lo que prueba que no se trata de un intransitivizador. Por ejemplo: En casa cenamos a las nueve.- En casa se cena a las nueve.

En la secuencia: Se adormece a los niños; el segmento a los niños, es originariamente un implemento. La fuerza que le empuja hacia el leísmo no radica exclusivamente en el SE, sino en un mecanismo analógico en el que participa este signo en combinación con átonos pronominales y el rasgo [+animado]: se le, se les… No se trata de un SE intransitivizador. Si en algún caso desaparece el implemento, será una consecuencia de haber eliminado previamente el sujeto, ya que: No se puede aplicar a predicados impersonales (*Se nieva) y el procedimiento se puede aplicar a predicados que no son transitivos, es decir, que carecen de complemento directo (Busca criada. Se busca criada).

Verbos Agentivos y Causativos

Verbos Agentivos

La denominación «agentivo» aglutina a todos los procesos de cuya génesis y desarrollo es responsable una entidad animada o considerada como tal por el enunciador. Entre este conjunto de verbos se incluye con frecuencia a fuerzas de la naturaleza a los que nuestra visión del mundo les otorga la responsabilidad última de muchas acciones. Muchos verbos no implican la presencia y participación de un responsable en el proceso que se representa. Son los predicados inagentivos. Por ejemplo: Las lentejas olían bien.

Verbos Causativos

Dentro de la clase de los verbos agentivos transitivos hallamos un subgrupo de lexemas que se caracterizan por la posibilidad de ser conmutados por una perífrasis de HACER. Son los verbos causativos, por ejemplo: El humo contaminó el ambiente.- El humo hizo que el ambiente se contaminara. Por el contrario, los verbos no causativos no se relacionan parafrásticamente con construcciones como las anteriores: El profesor leyó los exámenes. ≠El profesor hizo leer los exámenes. Todo esquema causativo implica la presencia de un agente, pero no todo verbo agentivo implica la causatividad. Por ejemplo:

  • +Agentivo +Causativo- El rey construyó (hizo construir) un palacio.
  • +Agentivo –Causativo- El albañil construyó una casa.

Estructuras Inergativas e Inacusativas (Ergativas)

La mayoría de los verbos agentivos conocen la posibilidad de aparecer bajo una manifestación intransitiva. Sin embargo, o bien se suprime el antiguo implemento (estructuras inergativas) o bien tras la supresión del sujeto, se produce un desplazamiento del antiguo implemento hacia esta función (estructuras inacusativas o ergativas).

Estructuras Inergativas

Sujeto: Pepe / Verbo: pinta / Implemento: angelitos negros // Sujeto: Pepe / Verbo: pinta / Implemento: Ø

Estructuras Inacusativas o Ergativas

Sujeto: El alcalde / Verbo: subió / Implemento: los impuestos – Sujeto: Ø / Verbo: subió / Implemento: los impuestos – Sujeto: Los impuestos / Verbo: Subieron / Implemento: Ø

Las estructuras inacusativas constituyen una subclase de los verbos de valor causativo. Producen una transformación en el primitivo implemento: Los alumnos enloquecieron a la profesora (=Hicieron que la profesora enloqueciera).

Hay tres tipos de manifestaciones:

  1. Manifestación agentiva plena o agentiva con agente: Mamá (agente) hirvió (verbo) la leche (experimentante).
  2. Manifestación agentiva sin agente: A través del SE el hablante introduce una suspensión valencial. Se elimina el funtivo AGENTE y, si no posee preposición, el antiguo implemento, pasa a ser sujeto: Se hirvió (verbo) la leche (experimentante).
  3. Manifestación inagentiva: el verbo se actualiza como un proceso inagentivo, como una acción capaz de desarrollarse con independencia de un instrumento o de una causa externa o intencional, por ejemplo: La leche se hirvió.

Participio y Diátesis Pasiva

Diátesis y Niveles Funcionales

La organización representativa de la experiencia tiene lugar en dos estratos: el formal y el semántico. El nivel formal es puramente constructivo y son funciones como el sujeto, implemento, complemento, suplemento, atributo… En el nivel semántico, las funciones son categorizaciones muy generales de los papeles que asumen la realia en el mundo exterior como son: instrumento, beneficiario, compañía… Un ejemplo: LEONARDO(S)(agente) PINTÓ(V)(proceso) LA GIOCONDA(I)(Término).

Diátesis

Por medio de las transformaciones de diátesis la lengua nos permite reorganizar las correspondencias y las jerarquías funcionales en el interior de la secuencia. El primitivo “agente” ocupa la función preeminente (sujeto) y es degradado a una función periférica o incluso es suprimido. Como consecuencia del vacío se produce un fenómeno de incorporación o de promoción: el antiguo implemento asciende a tomar posesión de la función jerárquicamente preeminente (normalmente el sujeto).

El español conoce otro proceso diatético en el que se utiliza como catalizador el átono pronominal SE. Por medio de este signo también se anula el funtivo que ocupaba la función situada en el nivel más alto de la jerarquía (sujeto).

  • Agentivo con agente: La familia vendió los libros.
  • Agentivo sin agente: Se vendieron los libros.

El pronombre SE anula al “agente” y promociona al “término”. En ambos casos existe equivalencia con secuencias pasivas: Se vendieron los libros – Los libros fueron vendidos.

Diátesis y Voz

Toda diátesis implica un proceso sintáctico. Establece una oposición entre dos estructuras que se distinguen por la diferente forma de asignar papeles semánticos a las funciones sintácticas. En gran parte de las gramáticas clásicas, diátesis y voz aparecían como términos equivalentes ya que se abordaba desde la morfología (desde el verbo). Por eso, en los tratamientos más recientes aparecen diferenciados los términos diátesis y voz. La diátesis se aplica a la oposición de estructuras (activa, pasiva y media) y al proceso que genera tales diferencias. El término voz es reservado para designar los medios de expresión, normalmente ubicados en el verbo.

Formas de Expresión de la Voz

Una caracterización de la pasiva se fijaba en el contenido: la existencia de sujeto paciente. Pero esto no era condición de pasividad. Existen al menos cuatro formas de manifestar el binomio activa/pasiva: flexiva, derivativa, radical o léxica y sintagmática.

En español no existe la flexión verbal que oponga organizaciones diatéticas diferentes. La discusión queda reducida a dos formas de expresión: el participio y la llamada perífrasis pasiva (Ha sido destituido por el Presidente).

El Participio y la Diátesis

El valor diatético del participio no solo hereda del latín el valor perfectivo, sino la posibilidad de efectuar, en las estructuras transitivas que lo permitan, la transformación pasiva. El funtivo responsable de la acción verbal es despojado de la posición funcional preeminente y, cuando no se elude, pasa a ocupar una función periférica (complemento agente). El complemento directo abandona este hueco funcional para incorporarse a desempeñar la función de mayor relevancia jerárquica. ¿Cuál es la función de mayor preeminencia? El llamado argumento externo, el funtivo que o bien adopta la función nuclear de un sintagma nominal o bien la función de base de la atribución. En las oraciones o frases verbales activas transitivas la función jerárquicamente superior es el sujeto, mientras que en las construcciones es el núcleo.

El Participio como Adyacente Nominal

Dada su naturaleza de sintagma adjetivo, el participio puede contraer la función de adyacente o complemento nominal: Aquel gol marcado por el Atleti. Estas estructuras nominales remiten a un proceso activo en el que el verbo marcar selecciona dos huecos funcionales: el agente, que ocupa la posición de privilegio y el término o experimentante, que desempeña la de implemento o complemento directo. Cuando el verbo se transforma en participio pasivo, mantiene la misma valencia semántica, es decir, la capacidad de seleccionar un agente y un término, pero efectuando una inversión en la jerarquía: el término se convierte en núcleo de la construcción nominal y el agente es transferido a la periferia. El participio, aunque funciona como un sintagma adjetivo desempeñando la función de adyacente nominal, puede llevar complementos de verbo. No todos los adyacentes nominales poseen la misma naturaleza. La modificación nominal efectuada por los participios presenta una singularidad frente a la de todos los demás modificadores nominales: ni son complementos de determinación sémica, ni de determinación designativa, ni modificadores calificativos, ni adyacentes nominales atributivos, ni por supuesto, aposiciones. Por ejemplo:

-Aquel hermoso ordenador portátil de papá regalado por la empresa.

Cada uno de los complementos nominales posee su especificidad. El participio es distinto del resto: introduce la inversión de funciones propia de la pasividad.

El Participio como Atributo o Predicativo

El participio puede contraer la función de predicativo en cualquiera de sus variedades. Sin la presencia del verbo, lo hallamos en la denominada frase nominal pura y en las construcciones absolutas. Por ejemplo: Dos alumnos del colegio, premiados por el Ministerio. Hallamos asimismo participios en función atributiva o predicativa en dependencia verbal. Cuando esto ocurre, el soporte de la atribución pasa a ocupar un doble papel. Por un lado, contrae la función de sujeto o de complemento directo del verbo, y por otra parte, constituye la base de la atribución que efectúa: El ordenador terminó fuertemente infectado por un montón de virus.

Con los verbos ESTAR y PARECER hallamos también participios en función atributiva. Al igual que ocurre con todos los atributos de estos verbos, el participio y sus términos adyacentes permiten la sustitución por el referente pronominal neutro LO y, en algunas ocasiones, por el pronombre tónico del mismo género ESO:

-Estuvo injustamente encerrado en esa torre por su hermano (LO estuvo).

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