Rubén Darío es considerado el autor que lideró el desarrollo del Modernismo en lengua castellana, tanto en España como en Hispanoamérica. Dedicado desde muy pronto a la literatura, vivió del periodismo y de la carrera diplomática. Esto le permitió viajar por América y Europa, y relacionarse con otros poetas.
La obra de Rubén Darío apareció publicada primeramente en diferentes periódicos y después se recopiló en libros. Se trataba de poemas, narraciones y de ensayos en prosa, estos últimos referidos a asuntos de actualidad o a sus impresiones acerca de lugares. Las aportaciones parnasianistas y simbolistas le permiten renovar la poesía en castellano, desplegando metáforas e imágenes musicales llenas de color y de exquisita sensibilidad.
Características de la Poesía de Rubén Darío
Los poemas de Rubén Darío se caracterizan por su musicalidad, por el ritmo que le imprime el empleo de versos endecasílabos, dodecasílabos y alejandrinos. Otra importante aportación fue la frecuente utilización de símbolos, en ocasiones de gran elegancia y delicadeza, como el cisne, un ave que aparece en numerosos poemas. Con objeto de subrayar la dualidad entre el hombre y la bestia, emplea también el símbolo del centauro. Finalmente, también utiliza los parques y jardines para recoger el ambiente hedonista del poeta, haciendo uso, en otros casos, de la figura de la torre para enfatizar el aislamiento al que también puede verse abocado en algunas circunstancias.
Esta temática tan singular requería de un lenguaje apropiado. Así, el escritor se sirve de numerosas palabras poco empleadas hasta entonces en castellano, referidas a flores inusuales, instrumentos musicales poco habituales, piedras preciosas, lugares exóticos asociados a la Antigüedad, así como neologismos inventados por el propio autor, que hicieron fortuna en su tiempo.
Obras Principales de Rubén Darío
Tres son los principales libros de poesía de Rubén Darío:
- Azul… (1888)
- Prosas profanas (1896)
- Cantos de vida y esperanza (1905)
Azul… (1888)
Libro de prosas y algunos poemas en verso en el que ya se manifiesta su búsqueda de un arte concebido como ideal de belleza. Es la primera gran obra de Rubén Darío, que le lleva a las puertas del éxito literario por su elegancia estética tanto en verso como en prosa. Se publica por vez primera en Valparaíso. Enseguida traspasa las fronteras, pero donde realmente triunfa recibiendo grandes elogios será en España. Es, sobre todo, un libro de cuentos; sin embargo, los versos, incluidos en el apéndice, han sido considerados el inicio de la revolución modernista; quizá sea más preciso hablar de una obra de transición de la literatura decimonónica a la modernista.
Prosas profanas (1896)
En él aparecen en toda su brillantez las características formales y temáticas del Modernismo. Publicado por primera vez en Buenos Aires, en 1896, con 33 composiciones, consta de 54 en la edición de 1901. Es el libro más modernista y con mayor influencia internacional. Consagrará a Darío como líder de los poetas en lengua castellana. Es una recopilación de poemas en los que aparecen los principales temas que inspiran al poeta: la refinada Francia del siglo XVIII, la España medieval y los temas mitológicos griegos. En este compendio de ambientes delicados y hedonistas aparecen figuras mitológicas, personajes literarios, entre ellos Don Quijote, caballeros y doncellas, jardines exquisitos, cisnes… El volumen incluye también sus poemas de más fuerte carga erótica.
Cantos de vida y esperanza (1905)
Publicado en 1905 en Madrid, marcó un cambio de rumbo de su poesía hacia el intimismo y hacia el compromiso con sus raíces americanas e hispanas (frente a la amenaza del creciente poder de Estados Unidos). Viviendo Rubén Darío en España, y en un ambiente antiamericano, escribe poemas con una gran carga de crítica hacia Estados Unidos, poemas en los que reivindica la fraternidad entre los pueblos hispanos como respuesta a la influencia anglosajona. En ello se enmarca el asunto de la raza, del mestizaje hispánico en América. Aborda también asuntos existenciales, como la juventud perdida, los desengaños amorosos y las angustias de la lucha por la vida. Se trata de un libro mucho menos asociado al modernismo que le hizo famoso; en él son menos frecuentes los asuntos exóticos y hedonistas de los que escribe en Buenos Aires. También pudo verse influido por su contacto con el ambiente regeneracionista que se encontró en su estancia en Madrid.