Romanticismo y Realismo en España: Características y Autores Clave

Romanticismo en España: Un Movimiento Cultural y Político

El Romanticismo fue un movimiento cultural y político que tuvo su apogeo en la primera mitad del siglo XIX, afectando tanto a España como al resto de los países europeos y americanos. Se gestó desde finales del siglo XVIII como reacción contra el racionalismo dieciochesco. En España, hasta bien entrado el siglo XIX, se mantuvieron los gustos neoclásicos del siglo anterior. Hacia 1835, el Romanticismo alcanzó su mayor apogeo en nuestra patria. Existieron dos corrientes principales: un Romanticismo tradicional y otro de carácter liberal. Ambos compartían las siguientes características:

  • Subjetivismo: El alma exaltada del autor es la protagonista de la obra, vertiendo sus sentimientos de insatisfacción ante un mundo que limita y frena sus ansias.
  • Fuga del mundo circundante: El choque entre los anhelos desmesurados del romántico y la realidad produce en él un insufrible descorazonamiento (Larra y su suicidio son un ejemplo). Otros autores se refugiaron en la Edad Media y el Renacimiento, mientras que otros buscaron inspiración en temas exóticos.
  • Nacionalismo: Exaltan los rasgos diferenciales de su país, lo que llevó a un nuevo cultivo de las lenguas vernáculas.
  • Actitud contra el Neoclasicismo: Los románticos barrieron las fronteras entre géneros; en muchas obras se mezcla la prosa y el verso.

La Lírica Romántica

Los escritores románticos eran inspirados, volcando en sus poemas todo cuanto sentían. Sus tonos variaban entre la melancolía, la exaltación, la protesta y el hastío. Cantaban su intimidad amorosa o se inspiraban en temas históricos, legendarios y exóticos. Sus valores principales eran la gallardía, la libertad y la disidencia. Los líricos románticos buscaban que sus versos fueran íntimos, cordiales o que sonaran con ritmos muy marcados.

Principales Líricos Románticos

  • José de Espronceda: Destacó por su protesta social («Canción del pirata») y sus poemas extensos («El estudiante de Salamanca»).
  • Gustavo Adolfo Bécquer: Su obra poética, breve, se conoce como «Rimas». Se dividen en temas como la poesía, el amor, el desengaño, el dolor y la angustia. Su estilo es sencillo, pero de gran perfección formal.
  • Rosalía de Castro: Comparte rasgos comunes con Bécquer. Su obra más notable incluye «Cantares gallegos».

El Género Dramático

El drama romántico presentaba las siguientes características:

  • Preferencia por temas legendarios, caballerescos, aventureros o de historia nacional.
  • Diversas acciones que se entrecruzan para crear el drama.
  • Mezcla de lo trágico y lo cómico.
  • División del drama en cinco actos, con versos de distintas medidas y mezcla de prosa y verso.
  • Protagonistas marcados por un destino extraño y singular.
  • Abundancia de escenas nocturnas, desafíos, personajes misteriosos, suicidios, alardes de gallardía y cinismo.

Representantes del Drama Romántico

  • Duque de Rivas: «Don Álvaro o la fuerza del sino» (primer gran drama romántico).
  • Antonio García Gutiérrez: Alcanzó gran éxito con «El trovador».
  • Juan Eugenio Hartzenbusch: Su obra más importante es «Los amantes de Teruel».
  • José Zorrilla: Su obra teatral más famosa es «Don Juan Tenorio».

La Prosa Romántica

Se desarrollaron tres géneros principales:

  • Cuadro de costumbres: Ramón de Mesonero Romanos.
  • Novela histórica: Enrique Gil y Carrasco.
  • Artículo periodístico: Mariano José de Larra.

El Realismo: Características Esenciales

El Realismo se caracteriza por:

  • Novela como género principal: Género adecuado para desarrollar la «epopeya de la vida diaria».
  • Reproducción exacta de la realidad: Toma como modelo los métodos de observación de las ciencias experimentales; los autores se documentan sobre el terreno o buscan datos para conseguir exactitud ambiental o psicológica.
  • Pintura de ambientes y costumbres: Traza amplios frescos de la sociedad contemporánea.
  • Pintura de caracteres: Origina la gran novela psicológica, analizando con detalle temperamentos y motivaciones de los personajes.
  • Intención social: Descubren lacras de la sociedad con una actitud crítica; renace la idea de un arte útil, y la novela debe contribuir a la reforma o al cambio de la sociedad.
  • Actitud narrativa: Une la exactitud en el reflejo de los hechos a una idea de objetividad.
  • Adaptación del lenguaje: El lenguaje se adapta a la índole de los personajes, incluyendo el reflejo del habla popular.

El Realismo en España

El Realismo en España corre paralelo a la evolución de la sociedad. En 1868 se consolida el predominio de la burguesía. Antes de esta fecha, se observa una transición del Romanticismo al Prerrealismo, con el Costumbrismo como punto de partida. La literatura española contaba con una insuperable tradición de realismo en la novela de los siglos XVI y XVII, siendo Cervantes el modelo para Galdós. Los escritores realistas extranjeros fueron muy leídos (Francia: Balzac, Stendhal, Flaubert; Inglaterra: Dickens; Rusia: Dostoyevski y Tolstoi).

La aplicación de estas técnicas y la selección de temas dependían de la orientación ideológica del autor:

  • Línea tradicionalista e idealizante:
    • José María de Pereda: Idealiza el mundo rural frente a la corrupción de la vida moderna.
    • Armando Palacio Valdés: Se enfrenta al mundo minero asturiano para presentar los estragos del progreso y su añoranza por la vida campesina.
    • Juan Valera: Liberal en sus ideas, pero idealizante y esteticista en sus novelas; rechazó los presupuestos del realismo puro.
  • Realismo más puro (ideología progresista):
    • Benito Pérez Galdós
    • Leopoldo Alas «Clarín»

El Naturalismo Español

El Naturalismo lleva al extremo el Realismo, fijándose en los ambientes más marginales. Galdós y Clarín fueron acusados por algunos críticos de seguir esta corriente. Emilia Pardo Bazán fue considerada abanderada del Naturalismo en España, y Blasco Ibáñez fue llamado «el Zola español».

Pardo Bazán publicó artículos estudiando los precedentes del Naturalismo y exponiendo las ideas de Zola, pero rechazó el determinismo y otras bases ideológicas en nombre de una concepción cristiana. El Naturalismo francés influyó principalmente en las técnicas narrativas y descriptivas, así como en la presencia de ciertas realidades, como se observa en las novelas de Emilia Pardo Bazán.

El Naturalismo en España tuvo características peculiares. Galdós, Clarín y Emilia Pardo Bazán acogieron las teorías de Zola, pero mostraron reservas y trataron de armonizarlas con la tradición hispana. Aceptaron el determinismo del ambiente, pero rechazaron el determinismo de la herencia. Tampoco se recrearon en los aspectos más bajos de la naturaleza humana, aunque sí aceptaron la observación y la experimentación como método, y el estudio sociológico y psicológico como objeto de la obra.

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