Romanticismo: El triunfo del sentimiento sobre la razón

Romanticismo: El triunfo del sentimiento sobre la razón

Primera mitad del siglo XIX

El Romanticismo, movimiento artístico-literario y actitud vital de la primera mitad del siglo XIX, se define por la exaltación de la libertad individual y la primacía del sentimiento sobre la razón. Este período se caracteriza por una profunda reacción contra el Neoclasicismo y el arte reglado, buscando la expresión auténtica del espíritu humano.

Pensamiento político y filosófico

El pensamiento político del Romanticismo se basa en el liberalismo, destacando los derechos y libertades individuales. Filosóficamente, se sustenta en el idealismo, donde el espíritu trasciende la razón como fuerza creadora, capaz de explicar la complejidad del mundo.

Dos tendencias

  • Románticos liberales exaltados: Ensalzan la libertad individual y los derechos de los pueblos, criticando a la burguesía por la traición a los ideales revolucionarios (Byron, Hugo, Espronceda).
  • Románticos tradicionalistas: Rechazan el mundo burgués y buscan refugio en los valores tradicionales y feudales (hermanos Schlegel, Novalis, Walter Scott, Chateaubriand, Duque de Rivas).

Tres etapas

  • Prerromanticismo (finales del siglo XVIII y principios del XIX): Surge en Alemania e Inglaterra. En España, autores como Meléndez Valdés, Quintana y Lista mostraron rasgos románticos. Sin embargo, el Romanticismo español se consolida tras la muerte de Fernando VII.
  • Apogeo (primer tercio del siglo XIX en Europa, tras la muerte de Fernando VII en España): Con la llegada de los exiliados liberales, surge la generación de románticos exaltados (Espronceda, Larra), algunos de los cuales fallecen prematuramente o adoptan posturas conservadoras (Duque de Rivas, Zorrilla).
  • Postromanticismo o pervivencia del Romanticismo (a partir de 1860): Con el auge del Realismo, un grupo de autores, conocidos como postrománticos, cultivan un romanticismo más intimista (Bécquer, Rosalía de Castro).

Características del Romanticismo

El Romanticismo se caracteriza por la búsqueda de la libertad y el enfrentamiento con las limitaciones impuestas por el mundo. Esta ansia de plenitud se manifiesta en el subjetivismo, la exaltación de los sentimientos, la exploración de lo irracional, la visión de la naturaleza como reflejo del espíritu atormentado y la búsqueda de la identidad personal y nacional.

Subjetivismo, individualismo y conflicto con el mundo
  • El yo romántico busca el absoluto y lo infinito, utilizando lo irracional para trascender los límites de la realidad. La frustración y el desengaño conducen a la desazón vital, el hastío y, en ocasiones, al suicidio.
  • El héroe romántico se rebela contra el destino, a menudo sucumbiendo en su lucha. Se observa la adopción de comportamientos de malditismo, satanismo o titanismo.
  • La lucha contra las limitaciones del yo y de la sociedad se manifiesta en dos posturas: la acción para cambiar el mundo y la evasión hacia lugares exóticos, épocas pasadas o mundos de ultratumba.
Libertad estética

.

Se basa en la libertad y en la naturaleza, no en las reglas que atan la inspiración y al espíritu.
– Rechazo de las reglas en teatro. Mezcla de la prosa y el verso. Polimetría. Se mezcla lo bello con la belleza terrible (feísmo), lo serio con los grotesco, lo grandilocuente con lo intimista, personajes de alta clase social con personajes populares.
– Rechazo de la imitatio, a favor de la originalidad y la invención. Las obras no respetan las estructuras. Además al depender del genio, a veces se quedan inacabadas, o son fragmentarias.
. Tendencia a la desmesura, lo que puede llevar, en ocasiones, a un arte recargado. Léxico connotativo, simbólico, que traducen el mundo de los sentimientos, las emociones o la muerte, o la búsqueda de los inefable. Lleno de exclamaciones e interrogaciones. Alterna el lenguaje culto, incluso arcaico, con los casticismos.
– La naturaleza es salvaje. Lugares recónditos, sombríos, desolados, melancólicos y lúgubres. También la naturaleza grandiosa, majestuosa o tormentosa contemplada en soledad. Es reflejo del espíritu del poeta. Búsqueda de la paz interior. Gusto por las ruinas, lo nocturno y lo macabro. Fascinación por lo sobrenatural.
– Nacionalismo y valor de la historia. Búsqueda de los valores que identifican a un pueblo y lo diferencian del resto (lengua, folclore, costumbres) a partir de la historia real o la legendaria.

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