Réquiem por un campesino español: Estudio de la obra de Ramón J. Sender

Réquiem por un campesino español

Estructura Externa

No hay subdivisiones ni capítulos. Está organizada en secuencias que se diferencian por la alternancia de dos planos temporales (de la espera a los recuerdos). Eso favorece la recepción de la novela como una unidad clásica en cuanto a la acción, el espacio y el tiempo, característicos de todo texto narrativo. La acción se refiere a las causas y consecuencias de la tragedia de Paco. El lugar es la iglesia del pueblo. El tiempo es una breve espera, un año después del hecho central de la historia, es decir, la muerte de Paco, que se dilata en los recuerdos. La figura de Mosén Millán, con sus recuerdos que determinan los saltos continuos en el tiempo y el espacio, forma el núcleo principal de la novela.

Estructura Interna

Se organiza en torno a dos planos narrativos vinculados con el tiempo interno de la novela.

Primer Plano Narrativo

El de la espera en la sacristía e iglesia, con apenas acción, que se sitúa un año después de la muerte de Paco y en el que domina el narrador omnisciente. Desde el punto de vista temporal, se refiere a un tiempo muy breve, de unos 20 o 30 minutos, ampliado por la analepsis que va reconstruyendo la vida de Paco. Hay que resaltar el romance que canta el monaguillo, que representa la voz anónima de protesta del pueblo y tiene como función narrativa marcar la transición entre las escenas de los recuerdos del sacerdote y las de la sacristía.

Segundo Plano Narrativo

El de los recuerdos del cura, que reconstruye la vida de Paco y del pueblo mediante una sucesión lineal de secuencias que empiezan en un pasado remoto hasta confluir en el primer plano: misa de réquiem. En este plano destaca el punto de vista del cura, aunque en ocasiones aparece la voz del narrador sin que se sepa, en ocasiones, a quién corresponde la voz narrativa. Cada secuencia corresponde a un episodio de la vida de Paco, y todas ellas se ven interrumpidas por una vuelta al primer plano, provocada unas veces por la llegada de los ricos y otras por las preguntas de Mosén Millán al monaguillo. La fusión de los dos planos y los diferentes puntos de vista dan como resultado una objetivación del relato: una espera (la del cura) y una ausencia (la del pueblo) constituyen el plano estructural principal de la narración.

Temas

El pensamiento y la actitud existencial de Sender se manifiestan en su preocupación por el hombre elemental y en su interés por los temas antropológicos. La obra contiene los temas más frecuentes en la narrativa senderiana.

  1. Conflictos existenciales: Los conflictos a los que se enfrenta el hombre durante su vida.
  2. Dignidad humana: La búsqueda de la dignidad humana desde un punto de vista ético, social y antropológico, en este caso con un enfoque histórico-social. El autor presenta su visión de la vida en un entorno rural evitando el tono doctrinal; se limita a narrar, pero no absuelve ni condena.

Este gran tema se manifiesta en tres motivos fundamentales que guían las interpretaciones que se le pueden dar a la novela:

  1. Situación social: La situación social de la España rural a principios del siglo XX, caracterizada por la miseria, el caciquismo, el hambre y la estratificación social. La narración expone la injusticia del sistema feudal de la España campesina, apoyada por el caciquismo de los ricos y por el pasivo y tradicional papel de la Iglesia. Esta manera de protestar a media voz resulta ser efectiva y vigorosa.
  2. Condición humana: Se muestra también en la novela un contenido moral: la indiferencia del hombre ante el sufrimiento de sus semejantes, presente en los ricos y en los pobres. Los dos protagonistas representan algunas de las fuerzas que se enfrentaron en la Guerra Civil: Paco, el del molino, al pueblo español que no se somete al poder (duque), ni a la hipocresía (los ricos del pueblo), ni a la componenda (Mosén).
  3. Enfrentamiento cultural: Enfrentamiento entre dos culturas, dos conceptos de vida, lo que permite hacer una interpretación antropológica de Réquiem por un campesino español. Están representadas por dos personajes en continuo conflicto durante toda la novela y que dominan un espacio propio: Mosén y la Jerónima. El primero representa el concepto cristiano, su espacio es la iglesia. La segunda simboliza la cultura primitiva, ancestral, matriarcal, regida por las mujeres y se caracteriza por su oposición al sistema. Su espacio es el carasol.

Personajes

La mayor parte de los personajes representan la vida rural española, lo que le da un mayor carácter universal. Los hay con nombre propio, con intervenciones más o menos significativas, pero también tienen una función narrativa importante algunos personajes con un nombre más general, como por ejemplo, el zapatero o el monaguillo del romance. Muchos de estos personajes representan las diferentes clases sociales en la España rural de principios del siglo XX: el duque, la clase aristocrática; Cástulo, Valeriano, Gumersindo, la burguesía caciquil. Por otro lado, Paco representa al campesino español, Mosén Millán a la Iglesia, la Jerónima la superstición popular. Los personajes que destacan en la novela son:

  • Mosén Millán: Encarna el papel histórico de la Iglesia, su inercia ante urgentes problemas sociales. Como individuo, es un hombre arrastrado, inmovilizado por esa inercia, indeciso, pasivo tanto física como psicológica y moralmente. Desde el principio del relato se pone en manifiesto su conflicto moral: un alma atormentada por los remordimientos, por el sentimiento de culpabilidad. Se refugia en un rezo ritual que no puede borrarle una profunda sensación de culpabilidad por algo que no alcanza a entender. Así, el lector asiste a una tortura de conciencia de un hombre débil.
  • Paco el del molino: Es el símbolo del pueblo, que lo mantiene en su memoria a la altura de los antiguos héroes épicos, como se refleja en el romance o en el símbolo del potro que va con libertad por la aldea. Como individuo, es respetuoso con las tradiciones de sus mayores, sincero, decidido, valiente, con un sentido de lo justo y lo injusto. En el relato hace el papel de héroe y de víctima de unas estructuras sociales que son injustas; por esta razón, su muerte es un sacrificio.
  • Otros personajes: Los personajes restantes están trazados de una forma más superficial: don Valeriano, que lo caracterizan como un individuo con pretensiones de distinción; don Gumersindo, de quien destacan las botas y su hipocresía y doblez; don Cástulo Pérez, que tiene un carácter fuerte y destaca por su habilidad para estar siempre con el poder y no siente piedad ante las atrocidades; la familia de Paco, que son agricultores modestos con cierta independencia económica (se compone de dos mujeres, la madre y Águeda, que no tienen mucha importancia; el padre es el modelo vital de Paco y sus comentarios, a partir del episodio de las cuevas, contribuyen a moldear la personalidad de Paco); el zapatero, que es amigo de Paco, es hablador y gracioso; la Jerónima, bruja y sanadora, representa el mundo de la superstición y de las creencias ancestrales; el médico, que representa la racionalidad moderna e ilustrada, frente a la Jerónima.

Estilo

Su prosa es fundamentalmente dinámica, de acción y esencias: predominan los verbos y los sustantivos; se suele anteponer el verbo al sujeto. Escasea, sin embargo, el adjetivo, que tiene un papel de fijador de la línea exterior y del fondo anímico del relato. Aparece en las descripciones, fundidas a la acción y orientadas a la creación de un ambiente o la expresión de un estado de ánimo de ciertos personajes; su efecto es la intensificación de sensaciones. Se aportan así descripciones dinámicas, vitales, y cobran vida. Presentan distintas variedades:

  1. Descripciones de la naturaleza: Predominio de frases cortas intercaladas espontáneamente en la narración. Destacan en ellas el clima humano del momento y la acción, ya que el paisaje queda subordinado al drama humano que siempre ocupa el centro.
  2. Descripciones de interiores: Son también activas y breves. Se centran en las habitaciones, muebles, objetos que expresan la interacción recíproca de las cosas y el hombre.
  3. Descripciones de los personajes: Rasgos simples proyectados por sus actos y sus palabras. Se revela así el fondo de los personajes de forma parecida al trato con personas en la vida corriente.

Un rasgo muy significativo del estilo del autor es la frecuencia de las sensaciones en las descripciones, que se funden a la acción provocando un efecto sinestésico que le dan a lo descrito una dinámica maleabilidad. En cuanto al color, se observa la preferencia por los tonos fríos. Esto se llama estilo impresionista, mediante el cual se destacan aspectos internos y profundos de la sociedad. Las figuras literarias son muy escasas. La más peculiar es la adjetivación, pero también están presentes las comparaciones, metáforas e imágenes. Referido a la narración, la actitud del narrador destaca por alejarse emotivamente de lo narrado. Pero la emoción del autor está presente al describir las escenas alegres, lo mismo que al acentuar el horror en las situaciones trágicas. Son abundantes los diálogos en la novela, pero son rara vez extensos. En las secuencias de los recuerdos, los diálogos sirven para acercar al lector los hechos narrados y dar una impresión mayor de inmediatez y de realismo. También hay bastantes ejemplos de monólogo interior. En cuanto al léxico, abundan los términos rurales y religiosos, también los vocablos cultos y el lenguaje coloquial, como las frases hechas, los refranes.

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