Renacimiento y Humanismo: Claves de una Era Dorada

Humanismo

Se denomina humanismo al movimiento cultural, intelectual y político que concede una importancia capital a los textos de la antigüedad grecolatina, considerándolos indispensables para la formación integral de los individuos sobresalientes. El pensamiento humanista, en el que el interés por lo humano se convierte en una pieza clave, se sitúa en la base de la cultura del Renacimiento y posibilita la madurez de las literaturas nacionales. Dante, Petrarca y Boccaccio forman las «tres coronas» de Italia. En España, el humanismo suscita el deseo de ennoblecer el idioma, por lo que se da entrada a un gran número de expresiones latinas. Los autores más destacables fueron el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Fernando de Rojas.

Características del Renacimiento

La Exaltación por el Mundo Clásico

El Renacimiento se caracteriza por la recuperación de la cultura grecolatina. Se inspiran muchas veces en la mitología del mundo grecolatino. El estilo artístico y literario del Renacimiento sigue el canon básico de belleza, basado en la armonía de las formas, la proporción, el equilibrio y la naturalidad. Lo auténtico está en la realidad tal y como esta se ofrece. Hacia la segunda mitad del siglo XVI, el artista derivará en otra estética más artificiosa denominada manierismo.

El Individualismo

La relevancia del hombre lleva a la progresiva superación del teocentrismo medieval a favor del antropocentrismo moderno. Gana terreno otra sensibilidad más optimista y vital, en la que predomina un sentimiento de seguridad y autoafirmación. El hombre, consciente de su capacidad inventiva, proclama su superioridad en la naturaleza y sabe que el esfuerzo le puede llevar a perfeccionarse.

La Naturaleza

La mirada que el hombre dirige hacia la naturaleza y sus leyes es crítica y racional. Ahora pretende ordenar el mundo a su alrededor para que pueda ser comprendido. El Renacimiento es una época muy dinámica, que muestra una gran curiosidad intelectual que dará sus frutos en el siglo XVII, cuando Galileo y Descartes consoliden las bases de la ciencia moderna. Nicolás Copérnico proclama el heliocentrismo.

El Espíritu Religioso: Reforma y Contrarreforma

En el terreno religioso surgen planteamientos nuevos que renuevan el espíritu y los comportamientos religiosos. El individualismo renacentista alienta, desde dentro de la iglesia católica, una actitud crítica que defiende la libre interpretación de la Biblia y cuestiona la autoridad del Papa. Surge así la Reforma Protestante, encabezada por el alemán Martín Lutero y el francés Juan Calvino. La Iglesia responde con el Concilio de Trento, del cual surge la Contrarreforma, que fija la moral y el dogma católicos. La renovación religiosa llega también con el humanista Erasmo de Rotterdam, defensor de la religiosidad más auténtica e intimista. También el humanista inglés Tomás Moro mantuvo una actitud reciente frente a la Reforma cuando se inició esta en Inglaterra. Muy vinculado a Erasmo estuvo el humanista valenciano Luis Vives, un espíritu universal que intentó conciliar los valores del mundo clásico con la ética cristiana, fórmula que era juzgada perfecta para la tan deseada formación humanista del hombre.

Neoplatonismo

En la base estética renacentista hay una reactualización del pensamiento del filósofo griego Platón, basado en la oposición entre el mundo material y el de las ideas. En este estadio ideal, una fuerza cósmica, que es el amor, impulsa la unión de unos seres con otros para que puedan alcanzar la suma perfección y aproximarse a la divinidad. La misión del hombre es descubrir la belleza oculta en la naturaleza, que se materializa en lo que vemos. La vista es un sentido principal para admirar su belleza. Su contemplación produce un goce estético que eleva el espíritu y lo acerca a Dios. El amor es un sentimiento sublime que surge precisamente de esta inclinación de las almas a la belleza, y así lo recogerán las formas artísticas.

La Lírica Renacentista

La lírica renacentista tiene como modelos a Petrarca y su cancionero, y a los poetas clásicos Virgilio, Horacio, Ovidio. Los grandes poetas del Renacimiento se distinguen por haber sabido acomodar lo aprendido en las fuentes clásicas al ritmo y peculiaridades de su lengua vernácula. La temática de la lírica renacentista es esencialmente amorosa, aunque no falten motivos patrióticos y religiosos. El poeta analiza su mundo interior para descubrirnos el placer y el desasosiego que le produce el sentimiento amoroso. El amor lo lleva a la búsqueda de la belleza, que en la lírica se identifica con la mujer y el paisaje, como arquetipos de perfección. El petrarquismo, el neoplatonismo y la tradición cortesana introducen en la poesía la noción del mundo ideal, donde el amor es una fuerza superior que domina la voluntad del individuo. Al entrar en conflicto con la realidad, el poeta vive el amor como una experiencia contradictoria, dramática e imposible. Siguiendo a Petrarca, el poeta renacentista vuelve la mirada al pasado, y su alma se llena de melancolía al recordar el tiempo en que conoció a su amada, reviviendo con añoranza las horas vividas felizmente junto a ella, y lamentando su pérdida, por muerte o abandono. Desea apartarse de la gente para poder meditar sobre la frustración del amor en el marco idílico de una naturaleza ideal. Se toma así el tópico literario del locus amoenus. La naturaleza que recrea la poesía es perfecta porque es reflejo divino. Está llena de espontaneidad y pureza, frente al artificio de la corte y la civilización. Es virginal y pastoril, de modo que se renuevan los mitos animistas en los que las ovejas, rocas, fuentes y ninfas son testigos del sentimiento del poeta. Este paisaje bucólico y paradisíaco le sirve al poeta de marco estético, colorista y sensorial en el que situar a los pastores-amantes. Son estos figuras estéticas, ideales, que representan a gentes puras, de sentimientos nobles, que cuidan de sus ovejas, invocan a la naturaleza y hablan de amor al son de la dulzaina. La lírica renacentista recupera así el género de la égloga, cuyas características definitivas fueron fijadas por el italiano Jacopo Sannazaro en su novela pastoril La Arcadia.

Nuevas Formas de la Lírica Española

El nuevo canon renacentista no solo renueva los temas, sino también la forma de expresión. Así, frente al octosílabo y al dodecasílabo medievales, el Renacimiento generaliza el endecasílabo, que se convierte desde entonces en el metro más representativo de la poesía culta. A menudo, el verso endecasílabo se combina con el heptasílabo formando liras, silvas y estancias, estrofas todas ellas muy utilizadas en la lírica renacentista, junto con los tercetos y octavas. Fue Garcilaso el que incorporó la lira (7a11B7a7b11B) en su famosa oda A Flor de Gnido, tomando su nombre de la última palabra del primer verso. Pero la estrofa más importante de la lírica culta renacentista es el soneto, composición independiente compuesta por dos cuartetos que suelen ser descriptivos, y dos tercetos, generalmente de tono meditativo. Las nuevas formas métricas conviven con los versos y estrofas tradicionales, que siguen cultivándose, especialmente el romance, que se consagra como la estrofa más representativa de la poesía popular en castellano. Entre los géneros líricos renacentistas destacan: la égloga, composición poética de tema bucólico, estructurada en torno al diálogo de varios pastores; la oda, canto de exaltación; la epístola, carta en verso; y la canción, forma característica de la expresión de sentimientos y la más propiamente lírica. En el siglo XVI, suele tener como tema el amor cortés, pero también puede tratar asuntos religiosos y morales.

Garcilaso de la Vega

:su breve vida no deja espacio sino a una obra breve:3eglogas,2elegias,1epistola,5canciones y 38sonetos.Es considerado como «principe de los poetas españoles».Su pasion por isabel freire, no correspondida, y el dolor que le produjo su muerte,son los dos motivos principales que inspiran las 2 primeras eglogas y buena parte de sus sonetos.El tema central de la poesia de Garcilaso es el amor,sentimiento qu explora hasta el detalle;otros temas presentes en sus versos son la amistad y la naturaleza,a la que idealiza y pone como testigo de sus amarguras.En sus composiciones,el amor es expresado mediante los codigos de la literatura bucolica y los topicos literarios del beatus ille y del locus amoenus,que constituyen motivos recurrentes de la literatura renacentista y del siglo de oro.Garcilaso u tiliza el paisaje como un marco,el cual sugiere una naturaleza bella y serena, verde y primaveral, con arboles frondoso, rios de aguas claras y abundantes flores;sobre el prado, indundados de rayos de sol,corre un viento suave;no hay nubes ni tormentas,aunque si se produce un contraste entre la oscuridad y la luz,paralelo a los estados de tristeza y alegria,que refleja el poeta en estancias.En medio de este paisaje arquetipico e idealizado se hallan los pastores, las ninfas y las ovejas, los elementos miticos y pastoriles con los que el autor objetiva sus sentimientos.El poeta muestra asi su deseo de hir de lo que aprisiona su alma,en busca de la libertad,para ser como los seres de su naturaleza,que viven sin dueño.Tambien es renacentista el tema pagano del caroe diem,tomado por el poeta de la literatura latina,Horacio,que nos recuerda la fugacia de la vida y de la necesidad de disfrutar del placer.San Juan de la cruz:su obra es muy breve,consta solo de unos cuantos

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