Renacimiento y Barroco: Claves de la Literatura Española del Siglos XVI y XVII

Renacimiento: Origen y Características

El Renacimiento fue un movimiento cultural que se originó en Italia en el siglo XIV y alcanzó su plenitud en Europa en el siglo XVI. Estuvo marcado por el influjo del humanismo, el antropocentrismo y el neoplatonismo.

El Renacimiento en España

El Renacimiento en España se caracterizó por la ausencia de una verdadera burguesía, la importancia de la limpieza de sangre y la influencia de la Contrarreforma. A pesar de esto, el humanismo español fue pujante, como demuestran Antonio Nebrija o Cisneros, así como la asimilación del erasmismo y del neoplatonismo.

Petrarquismo: La Influencia de Petrarca

El Petrarquismo fue un movimiento poético que tomó como modelo de imitación el Cancionero de Francesco Petrarca. Su eje central era la pasión amorosa no correspondida del yo poético hacia Laura.

Rasgos del Petrarquismo:

  • Imitación compuesta
  • Tema amoroso
  • Mitología grecolatina
  • Naturaleza idealizada
  • Nuevos metros, estrofas y poemas estróficos
  • Naturalidad en la expresión y emoción auténtica

Garcilaso de la Vega: La Revolución Lírica

Garcilaso de la Vega, con su breve obra, supuso una revolución en la lírica española.

  • En algunos de sus sonetos, el yo poético se identifica con personajes mitológicos. Se explora el proceso de enamoramiento, desengaño y sufrimiento tras la muerte de la amada.
  • Las églogas son composiciones protagonizadas por pastores que dialogan en una naturaleza idealizada y expresan sus quejas de amor.

Poesía en la Segunda Mitad del Siglo XVI

En la segunda mitad del siglo XVI, convivieron tres tendencias poéticas: la poesía petrarquista (Francisco de la Torre), la ascético-mística (Fray Luis de León) y la épica culta (La Araucana, de Alonso de Ercilla).

Fernando de Herrera: El Manierismo

Fernando de Herrera, heredero de la tradición petrarquista, compuso un cancionero de inspiración neoplatónica en el que la amada es reflejo de la belleza divina. Fue iniciador del manierismo, estilo que desembocaría en el Barroco.

Fray Luis de León: La Búsqueda de la Armonía

Fray Luis de León, humanista cristiano, tuvo como tema central en su obra la huida del mundo para alcanzar la armonía. Algunas odas presentan intención moral, mientras que otras expresan un anhelo de unión con la divinidad. Sus principales influencias fueron el estoicismo, el pitagorismo y el neoplatonismo.

San Juan de la Cruz: La Unión Mística

San Juan de la Cruz, con su obra, constituye una de las cimas de la lírica universal. Su tema central es la unión del alma con la divinidad. En su poesía, se combinan tradiciones como la literatura bíblica, la lírica tradicional y la poesía petrarquista. Destaca el uso de los símbolos y del oxímoron.

Barroco: Crisis y Exageración

El Barroco fue un movimiento cultural que se desarrolló en Europa durante el siglo XVII, coincidiendo en España con una crisis demográfica, económica y política. La nobleza aumentó su poder e impuso sus valores. Surgieron nuevos tipos sociales, como el hidalgo, y triunfó la ideología contrarreformista.

  • La visión pesimista de la sociedad generó filosofías defensivas, como la reivindicación de la prudencia o el neoestoicismo, que defendía la evitación de las pasiones.
  • Esta imagen del mundo se expresó por medio de tópicos literarios como el tempus fugit.
  • Las producciones culturales reflejaron y difundieron los valores de la corona, la nobleza y la iglesia, buscando la exageración, la dificultad o el contraste.

Lírica Barroca: Superación del Petrarquismo

En la lírica barroca, los autores ensayaron estrategias de superación de la poesía petrarquista. El amor y la mitología fueron asuntos predominantes, y se desarrolló especialmente la vertiente filosófico-moral, así como la reflexión sobre la fugacidad de lo terrenal y la muerte. La poesía se concibió como artificio, y la lengua poética se sobrecargó de recursos estilísticos.

Luis de Góngora: El Culteranismo

Luis de Góngora fue el poeta más radicalmente innovador del Barroco español. Escribió más de doscientos sonetos, letrillas festivas, romances y dos poemas mayores. En su obra, construyó un mundo de belleza verbal. Su estilo, el culteranismo, se caracterizó por la extrema dificultad en la expresión y por la renuncia a expresar de manera directa los sentimientos.

Francisco de Quevedo: Moral, Amor y Sátira

En la obra lírica de Francisco de Quevedo, se distinguen tres bloques: la poesía moral y religiosa, la poesía amorosa y la poesía satírica y burlesca. Dentro de la lírica barroca, destaca Lope de Vega, cuya poesía presenta un estilo más llano y accesible que el de Góngora, y un marcado carácter confesional.

Prosa Barroca: Superación de la Narrativa Idealista

La prosa barroca culminó el proceso de superación de la narrativa idealista medieval y renacentista. Sus principales manifestaciones fueron la novela picaresca, la novela corta y la prosa de ideas.

Guzmán de Alfarache: El Pesimismo Radical

Guzmán de Alfarache, escrita por Mateo Alemán, es una confesión de un condenado a galeras. Se diferencia del Lazarillo porque refleja un pesimismo radical que convive con una posible salvación del hombre, víctima de la sociedad.

El Buscón: Ruptura con el Modelo Picaresco

El Buscón, de Quevedo, rompe con el modelo de novela picaresca, ya que no hay un caso o situación final que dé coherencia al relato. El pícaro es un personaje negativo. Su originalidad radica en el virtuosismo verbal y en la búsqueda de la comicidad mediante la hipérbole y la caricatura.

Baltasar Gracián: La Prosa de las Ideas

Baltasar Gracián fue el principal cultivador de la prosa de las ideas en la España de la época. Las obras de este jesuita se caracterizan por un profundo pesimismo que solo se puede sortear gracias a la prudencia.

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