Poetas del Exilio
Pertenecen a distintas generaciones, pero cultivan temas comunes: la patria perdida, las críticas al franquismo y su régimen, y el recuerdo de la lucha y la derrota. Progresivamente, surge el recuerdo de la infancia o el anhelo de regresar a España. Entre los exiliados destacan:
- Juan Gil-Albert: Exiliado hasta 1947, sufre el exilio literario a su regreso. Obra representativa: Misteriosa presencia.
- Emilio Prados: Su obra evoluciona desde la influencia de Juan Ramón Jiménez y la poesía popular andaluza (Cuerpo perseguido), pasando por el surrealismo (La voz cautiva) y la poesía social (Llanto en la sangre), hasta una etapa metafísica (Jardín cerrado).
- Manuel Altolaguirre: Destacan sus obras Las islas invitadas y Ganarás la luz.
Generación del 40
Los poetas de esta generación se dividen en dos tendencias:
a) Primera mitad de la década (hasta el 43)
Intentan olvidar los problemas del país cultivando una poesía evasiva e irreal. Se inspiran en Garcilaso de la Vega y se refugian en un mundo poético de música y color. Emplean formas clásicas como el soneto y el endecasílabo, ofreciendo armonía, alegría y suave melancolía. Son los llamados poetas garcilasistas o arraigados, agrupados en torno a revistas como Garcilaso, Escorial y Juventud. Su máximo representante es Luis Rosales (Abril, La casa encendida). Otros autores relevantes son José María Valverde y José García Nieto.
b) Segunda etapa (a partir del año 44)
Marcada por la publicación de dos obras clave: Sombras del paraíso de Vicente Aleixandre e Hijos de la ira de Dámaso Alonso. En este mismo año se funda en León la revista Espadaña, en antítesis con el grupo anterior. Estos poetas se conocen como desarraigados y su poesía supone una vuelta al existencialismo de Unamuno.
Autores representativos:
- Vicente Aleixandre: Aunque procede de la Generación del 27, con Sombras del paraíso manifiesta su desarraigo espiritual, presentando al hombre como un ser desterrado, con técnicas surrealistas.
- Blas de Otero: Su obra evoluciona desde el desarraigo del yo desesperado (Ancia) a una etapa testimonial donde el «yo» se convierte en «nosotros» (En Castellano), y finalmente a una etapa experimental más optimista, aunque sin abandonar la problemática social (Historias fingidas y verdaderas).
Otras tendencias incluyen el postismo, que continúa la experimentación surrealista, y el grupo Cántico, de estética refinada, temas intimistas e influencias grecolatinas.
Generación del 50
Se centra en el hombre como miembro de una colectividad, inserto en una situación histórica, comprometido con su época y con una labor social. Es la llamada poesía social, que lucha por la paz, la justicia y la libertad. Los autores parten de la tendencia social de finales de la época anterior e intensifican el realismo social del momento. Es un realismo crítico que aborda la dimensión personal y colectiva del ser humano.
Autores destacados:
- Blas de Otero: Pido la paz y la palabra.
- Victoriano Crémer: Canto total a España.
- Eugenio de Nora: España pasión de vida.
- José Hierro: Quinta del 42.
Generación del 60
Retorna al intimismo con la llamada poesía de la experiencia, que investiga desde el alma del hombre hasta lo que este contempla a su alrededor. Es una poesía crítica y moral, dominada por el escepticismo y que huye del patetismo. Son antirretóricos, pero con un estilo depurado y denso.
Autores importantes:
- Jaime Gil de Biedma: Compañeros de viaje.
- Claudio Rodríguez: El don de la ebriedad.
Todos estos autores nacieron entre 1929 y 1934.
Generación del 70 o los Novísimos
Características:
- Ignoran deliberadamente la tradición inmediata española y descubren a los llamados «verdaderos malditos» (Octavio Paz, José Lezama Lima).
- Sus modelos son los surrealistas franceses y el dadaísmo de Tristan Tzara.
- Son poetas que no han conocido la Guerra Civil y pertenecen a familias acomodadas, por lo que no les interesa el tema.
- Priorizan el componente estético sobre el ético.
- Emplean técnicas como la poesía automática, el collage (incorporando versos de otros poetas de forma anónima) y elementos exóticos y excitantes (olfativos, visuales, táctiles).
Esto da lugar a un nuevo surrealismo o una nueva vanguardia de experimentación.
Autores: Mateo Díez, Antonio Colinas, Vázquez Montalbán, Leopoldo María Panero, Ana María Moix, Molina Foix, Guillermo Carnero y Pere Gimferrer.
Postnovísimos
Los años posteriores a 1975 ven el auge de revistas poéticas gracias a la valoración de la poesía en democracia. Dos características principales son el coloquialismo en la expresión y la atención a la realidad.
Representantes: Luis Antonio de Villena, Blanca Andreu y Luis García Montero.
Poetas de Fin de Siglo
Escriben sobre temas fundamentalmente urbanos (transporte, hambre, falta de trabajo…) en una poesía narrativa que muestra un desencanto acentuado por la ironía. Hacen alusiones paródicas a la tradición literaria, imitación y citas. Mantienen la influencia del surrealismo y de lo irracional. Muestran un sentimiento autóctono, a veces influenciado por la realidad de los trabajadores autónomos. Sus modelos son la Generación del 27, la del 50 y, sobre todo, Blas de Otero.
Autores: Luis Alberto de Cuenca, Almudena Guzmán, Ana Rossetti, Andrés Trapiello, Juan Luis Panero, Luis Antonio de Villena y Luis García Montero.