Realismo social en la novela española de los 50 y 60

Realismo Social en la Novela Española de los 50

A partir de los años 50, se produce una tímida liberalización en España. Lo más característico de esta etapa será la novela social. En 1951, además de La Colmena, se publica también La Noria (de Romero). De Delibes, El Camino en 1950 y Mi hijo idolatrado Sisí en 1953. Se llama «generación del 55» (o 54 o 56) a autores como Alcolea, Santos, Sánchez Ferlosio (desde Madrid), y Matute, Goytisolo (desde Barcelona), seguidos por Hortelano, Ferres, Grosso y Salinas. Tienen rasgos comunes como la solidaridad con los humildes y oprimidos, la disconformidad ante la sociedad española y el anhelo de cambios.

Tendencias y Temáticas

No tardaron en aparecer ensayos con formulaciones doctrinales a modo de manifiestos. Aparecen dos modalidades:

  • El objetivismo: consiste en un testimonio escueto, sin aparente intervención del autor.
  • Realismo crítico: denuncia desigualdades e injusticias desde posturas dialécticas.

Los temas que les interesan son:

  • La sociedad española de posguerra:
    • Vida dura en el campo: Los Bravos (1954) de Fernández Santos y Fulgor y la sangre (1954) de Aldecoa.
  • Mundo del trabajo: las relaciones laborales (La Mina, 1960, de Salinas).
  • La miseria de los suburbios urbanos: La Resaca (1958) de Goytisolo y La Piqueta de Ferres.
  • La colectividad urbana: La Colmena y La Noria.
  • La burguesía: juventud desocupada y abúlica (Juegos de manos, 1954, de Goytisolo).
  • La Guerra Civil Española: los novelistas dan testimonio de dos modos de concebir España.

Técnicas y Estilo

El contenido tiene toda la prioridad; a él se subordinan las técnicas elegidas. Se antepone la eficacia de las formas a su belleza. Rasgos principales:

  • La estructura del relato suele ser aparentemente sencilla.
  • Tendencia a concentrar la acción en un corto espacio de tiempo.
  • Preferencia por personajes colectivos.
  • Junto al colectivo, la presencia del personaje representativo.
  • Narrador objetivista.
  • El diálogo ocupa un lugar preeminente.
  • El lenguaje adopta el estilo de la crónica, desnudo, directo.

Análisis de Obras Clave

La Colmena

Publicada en Buenos Aires en 1951, la censura española la prohibió. Su publicación en España no llegó hasta 1969. Se compone de 6 capítulos y un final, cada uno integrado por una serie de «secuencias» que se centran en un personaje. A menudo se trata de una composición simultánea. Las vidas de los personajes transcurren paralelas o entrecruzadas. La disposición temporal no es lineal; se produce un entrecruzamiento que va ligado al movimiento de los personajes. Es una estructura abierta: todo queda inconcluso. Hay aproximadamente 300 personajes, de los cuales 145 alcanzan un alto relieve. Abundan los despreciables e hipócritas. El narrador es omnisciente. Los diálogos tienen un lenguaje coloquial y se usa una técnica impresionista.

El Jarama

(1956, Sánchez Ferlosio). Considerada el mayor exponente del objetivismo. El narrador se mantiene al margen, se limita a reflejar el mundo externo. Pero la aparición de descripciones líricas deja aflorar una dimensión subjetiva y simbólica, cuyos cauces expresivos son los diálogos y la descripción. Dentro de la sencillez, hay una perfección técnica. Hay simultaneidad y expresividad coloquial en los diálogos. Las situaciones que se producen hacen una absoluta impresión de veracidad.

La Novela de Posguerra

El ambiente de desordenación cultural viene marcado por la ruptura con la tradición inmediata, pero pronto aparecerá una literatura inquietante y cargada de angustia. Hay un reflejo de la vida cotidiana desde un enfoque existencial. Aparecen como temas la soledad, la muerte… Hay abundancia de personajes marginales y desarraigados. Se produce una transposición del malestar social a la esfera de lo personal. En 1942, con La Familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, y en 1945 con Nada de Carmen Laforet (se puede añadir La sombra del ciprés es alargada de Delibes en 1948), inauguran una nueva corriente a la que se le llama tremendismo: realismo expresionista y truculento, que selecciona los aspectos más crudos de la vida, ofrece una visión degradante de la vida y el hombre.

Renovación de la Novela en los 60

Las principales novedades que se introducen son:

  • La posición del autor y el punto de vista: desaparición del autor, presentar sin comentar.
  • El tratamiento de la anécdota: tendencia a relegar el argumento a un plano muy secundario, hasta prescindir de la acción.
  • Procedimientos de reestructuración:
    • Externa: se tiende a la desaparición del capítulo; se componen por secuencias separadas por espacios en blanco.
    • Interna: se presentan varias historias que se combinan y alternan, y la abundancia de anécdotas y personajes. Hay un desorden cronológico.
  • Personajes: persiste el análisis de los personajes individuales.
  • Las personas de la narración: en 1ª persona se refuerza, y la innovación es la 2ª persona: el narrador-protagonista habla consigo mismo.
  • Diálogos y monólogos: hay una disminución de diálogos. El monólogo interior recoge un pensamiento total o parcialmente incontrolado.
  • Las descripciones abandonan su tradicional función ambientadota para adquirir un valor en sí.
  • Elementos discursivos: hay una reaparición del autor.

Renovación estilística:

  • Hay tendencia a borrar las fronteras entre prosa y verso.
  • Se buscan nuevos efectos y se pretende “destruir el lenguaje”.
  • Hay incorporación de elementos antes extraños (informes, anuncios…).
  • Hay artificios tipográficos (ausencia de puntuación…).
  • Lenguaje especializado con abundancia de tecnicismos y neologismos.
  • También hay una implicación del lector: ya no es un receptor solo pasivo.

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