Realismo, Naturalismo y Modernismo en la Literatura Española e Hispanoamericana

1. Realismo y Naturalismo (Siglo XIX)

1.1. Realismo

El realismo, movimiento artístico nacido en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, alcanza su apogeo en la segunda mitad. Su objetivo: reflejar la realidad objetivamente, prescindiendo de la subjetividad. El realismo literario se manifiesta en la novela, con un público burgués que impone su visión optimista del mundo. Los escritores, burgueses ellos mismos, trasladan a sus obras las preocupaciones y estilo de vida de su clase. En España, el realismo fue más tardío, influenciado por las narraciones picarescas, el Siglo de Oro y autores como Charles Dickens y Flaubert. Destacan Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas «Clarín», Juan Valera, José María Pereda y Emilia Pardo Bazán.

1.2. Naturalismo

Vinculado al realismo, el naturalismo surge en Francia influenciado por teorías científicas como las de Darwin, compartiendo el positivismo y la experiencia. La novela naturalista, basada en el determinismo, presenta individuos carentes de libertad en escenarios marcados por la fuerza bruta o los vicios. En España, el naturalismo fue polémico y no tuvo arraigo, destacando solo Emilia Pardo Bazán como su difusora.

1.3. Características de la novela realista y naturalista

Marcada por el racionalismo y el objetivismo, la novela realista y naturalista se basa en la observación objetiva. Rasgos principales: verosimilitud, minuciosidad, ambientación realista, temas psicológicos, personajes complejos y narrador exterior omnisciente. En España, estos rasgos se presentan de forma diversa, con una prosa cercana al costumbrismo y la novela regionalista en algunos autores, y un realismo más crítico en otros. Destacan Fernán Caballero (La Gaviota), Pedro Antonio de Alarcón (El sombrero de tres picos), Juan Valera (Juanita la larga), José María de Pereda (Peñas arriba), Benito Pérez Galdós (Episodios Nacionales, Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta, El abuelo), Leopoldo Alas «Clarín» (Su único hijo, La Regenta), Emilia Pardo Bazán (La cuestión palpitante) y Vicente Blasco Ibáñez (Arroz y tartana, Cañas y barro).

2. Fin de Siglo (Inicios del Siglo XX)

Tras el desastre del 98, la literatura española busca nuevas formas de expresión, alejándose del realismo y naturalismo. Modernismo y Generación del 98, aunque a menudo tratados como opuestos, comparten rasgos como la inquietud intelectual y la actitud crítica.

2.1. Modernismo

Personificado por Rubén Darío (Azul…, Prosas profanas), el modernismo surge en Francia e Hispanoamérica a finales del siglo XIX. Los poetas modernistas, con actitud bohemia, buscan un arte libre y nuevas formas que recuperen la emoción y la sensualidad. Desean romper con el pasado, encontrando inspiración en el romanticismo, parnasianismo y simbolismo. Su literatura esteticista busca la belleza por encima de todo, con temas escapistas a mundos ideales o exóticos. Exaltan el placer de los sentidos a través de la naturaleza, la mujer, los perfumes y la música, cargando el poema de sensualidad y simbolismo. En su línea intimista, expresan su malestar con un tono melancólico, proyectando su estado de ánimo en paisajes otoñales o crepusculares. Defienden un estilo refinado y sensual, renovando las formas métricas.

2.2. Generación del 98

Marcada por el desastre del 98, esta generación analiza el problema de España. Temas principales: decadencia española, angustia existencial, aprecio por la literatura del pasado y descripción del paisaje castellano. Promulgan un estilo sencillo y sobrio, cultivando todos los géneros e innovando en la novela. Destacan Rubén Darío, Antonio Machado (Soledades, Campos de Castilla), Manuel Machado (Alma, El mal poema), Juan Ramón Jiménez (Ninfeas, Almas de violeta), Ramón María del Valle-Inclán (Sonatas, El marqués de Bradomín), Miguel de Unamuno (El Cristo de Velázquez, Nieblas), Pío Baroja (El árbol de la ciencia) y José Martínez Ruiz “Azorín” (Don Juan y Doña Inés).

3. Novecentismo (Generación del 14)

En la segunda década del siglo XX, marcada por la innovación y experimentación en Europa y el auge de las vanguardias, surge el Novecentismo o Generación del 14. Buscando la innovación, se alejan de los excesos del modernismo y del interés por Castilla de la generación anterior. Se caracterizan por su intelectualismo, racionalismo, preocupación por la europeización de España, búsqueda de un arte puro de influencia clásica y la preocupación por el lenguaje.

3.1. Juan Ramón Jiménez

Principal representante poético, evolucionó del modernismo al intelectualismo. Su viaje a Estados Unidos y matrimonio con Zenobia Camprubí marcan su transición hacia una etapa intelectual (Diario de un poeta recién casado), con desnudez formal, presencia del mar y temas trascendentales. Su etapa suficiente o verdadera (Espacio, La estación total, Dios deseado) se caracteriza por la obsesión por la muerte y la eternidad, el misticismo y la depuración verbal.

3.2. Novela Novecentista

Impregnada de intelectualidad, combina una prosa precisa con actitud crítica. Ramón Pérez de Ayala evoluciona de escritos autobiográficos a la novela intelectual (Tinieblas en las cumbres, Prometeo, Luz de domingo, La caída de los limones, Belarmino y Apolonio). Gabriel Miró destaca por su lenguaje, descripciones y atmósferas opresivas (Las cerezas del cementerio, El obispo leproso).

3.3. Ensayo Novecentista

El ensayo alcanza gran desarrollo con Ortega y Gasset (La deshumanización del arte), quien analiza la vanguardia en España, y Eugenio D’Ors, con sus glosas sobre temas filosóficos, sociales y culturales (Tres horas en el Museo del Prado).

4. Vanguardias

Las vanguardias se oponen al pasado, proponiendo nuevos caminos para el arte y las letras. Se desarrollan en las primeras décadas del siglo XX, caracterizadas por su afán experimental y ruptura con el arte anterior. Buscan la provocación y la polémica, difundiendo sus manifiestos en revistas literarias. Destacan el futurismo (Marinetti), cubismo (Apollinaire), dadaísmo (Tzara), expresionismo, surrealismo (Bretón) y, en España, el ultraísmo (Cansinos Assens, Gómez de la Serna) y el creacionismo (Huidobro, Gerardo Diego, Juan Larrea).

5. Generación del 27

La Generación del 27 protagoniza uno de los momentos más valiosos de la literatura española. Poetas nacidos entre 1890 y 1900, compartieron amistad y residencia en Madrid. Su trayectoria se divide en tres etapas: influencia de las vanguardias, surrealismo y poesía pura, y compromiso y nostalgia. Destacan Pedro Salinas (Razón de amor, La voz a ti debida), Jorge Guillén (Cántico, Clamor), Gerardo Diego (Imagen, Manual de espumas, Soria, Alondra de verdad), Federico García Lorca (Poema del cante jondo, Romancero gitano, Poeta en Nueva York, Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba), Rafael Alberti (Marinero en tierra, Sobre los Ángeles), Vicente Aleixandre (Espadas como labios, La destrucción o el amor, Sombra del paraíso), Luis Cernuda (Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido, Desolación de la quimera) y Dámaso Alonso (Hijos de la ira).

6. Lírica de Posguerra (Generación del 36)

La Guerra Civil interrumpe la producción teatral. En lírica, surge la Generación del 36, dividida entre la poesía arraigada (Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales) y la desarraigada (Dámaso Alonso). Autores inclasificables como José Hierro y el postismo también destacan. La poesía en el exilio, con autores como Machado, Jiménez y la Generación del 27, se centra en la patria perdida y la crítica a la dictadura. La Generación del 68 (novísimos) rechaza el realismo social, integrando influencias culturales. Poetas disidentes cultivan una lírica más humana. A partir de los 80, surgen diversas tendencias: poesía de la experiencia, poética del silencio, neosurrealismo, nueva épica, poesía clasicista y neorotismo. En el siglo XXI, las nuevas tecnologías popularizan la poesía.

7. Novela de 1939 a 1975

Marcada por la Guerra Civil y la dictadura, la novela se divide en tres periodos: los 40, con la novela existencial (Cela, Laforet), nacionalista y fantástica; los 50, con la novela social (Cela) y el neorrealismo (Sánchez Ferlosio, Martín Gaite); y los 60-70, con la modernización influida por la novela hispanoamericana y la novela estructural (Delibes, Benet, Marsé, Goytisolo).

8. Novela a partir de 1975

Tras la muerte de Franco, la novela española se renueva. Se recupera la narratividad, se mezclan subgéneros y se incorporan temas como la vida moderna y la tecnología. Destacan Eduardo Mendoza, Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Manuel Rivas, Juan José Millás, José Luis Sampedro, Julio Llamazares, Rosa Regas, Arturo Pérez Reverte, Almudena Grandes, Francisco Umbral, José Ángel Mañas y Lucía Etxebarría. En el siglo XXI, surgen nuevas tendencias mediáticas y autores como Eduardo Lago, Cristina Grande, Julián Rodríguez, Elvira Navarro y David Trueba, junto al éxito comercial de Carlos Ruiz Zafón y Julia Navarro.

9. Literatura Hispanoamericana (Siglos XX y XXI)

El siglo XX presencia la eclosión de la literatura hispanoamericana. Tras el modernismo y las vanguardias, destacan poetas como Borges, Neruda, Vallejo y Paz. Surgen la poesía negrista (Guillén), pura (Lezama Lima) y de denuncia (Benedetti). En narrativa, la novela regionalista de los 30 se ramifica en novela de la tierra (Rivera), indigenista (Arguedas) e histórica (Azuela). En los 40, surge el realismo mágico (Carpentier, Asturias) y el género fantástico (Borges). El boom de los 60 consagra a García Márquez, Vargas Llosa y Cortázar. Posteriormente, destacan Allende, Sábato y la novela de testimonio (Barnet).

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