El Realismo Mágico en *La Casa de los Espíritus*
El realismo mágico se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal y extraño. El escritor se enfrenta a la realidad y trata de desentrañarla. Es una actitud ante la realidad, una forma de escribir en la que se funden la realidad con elementos fantásticos, mágicos y fabulosos, de modo que no son por sí mismos el elemento fundamental del argumento, sino una parte más del entorno en el que el autor sitúa su obra. Esencialmente, es una literatura de contrastes, en la que la circunstancia mágica sirve de contrapunto a situaciones cotidianas.
El realismo mágico es un movimiento latinoamericano que nace como vía de experimentación de nuevas formas narrativas. Recoge aspectos del regionalismo, del neorrealismo e intenta adaptar los recursos estilísticos de la poesía a la prosa. Es un movimiento innovador que ha integrado en la literatura el universo físico y simbólico del mundo indígena americano: consigue que lo irreal parezca real, y que la narración se convierta en una historia-sueño-poesía.
Los iniciadores serían Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier quienes, durante los años 40 y 50, sentarían las bases y características del nuevo estilo. Posteriormente, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, en los años 59 y 60 respectivamente. Ya en los años 80, dentro de la generación del post-boom, podemos destacar a Isabel Allende y Laura Esquivel.
Isabel Allende es calificada por muchos como escritora del realismo mágico. Su prosa reúne la tríada historia-sueño-poesía. A diferencia de García Márquez en el tratamiento del realismo mágico en *Cien años de soledad* (1967, obra cumbre del movimiento) donde la unidad fundamental es la totalidad irreal y fantástica a través de la analogía cíclica y concéntrica, la historia de Macondo nace y muere en un sueño; en *La casa de los espíritus* de Isabel Allende, la historia que se cuenta nace de una realidad histórica transformada en ficción y fantasía.
Allende, en su novela, pone de manifiesto las características pertenecientes al realismo mágico y lo real maravilloso junto a varias temáticas que pugnan unas con otras.
La Maternidad como Eje Central
*La casa de los espíritus* no puede ser más autobiográfica. Esto ocurre con el concepto de la maternidad que aparece en la mayor parte de sus novelas. La relación entre la madre (Clara), la hija (Blanca) y la nieta (Alba) es muy fuerte. Todos los personajes femeninos conectados en sangre y espíritu en su ficción actúan como representantes de la fuerza femenina en la que Allende parece creer. El papel de la madre en la novela comienza antes del nacimiento y está signado por la presencia de los elementos del realismo mágico. En el momento que Blanca es concebida, Clara, con sus poderes adivinatorios, conoce su identidad.
Clara trata como a una adulta a Blanca y las dos tienen un tipo especial de comunicación donde Clara transmite valores a través de historias que le cuenta. Clara sigue siendo la madre por antonomasia, ya que ella educa a su nieta Alba, de la misma manera que promueve la creatividad en su hija Blanca y cumple ese rito con Alba.
Elementos Mágicos y Cotidianos
Isabel Allende utiliza elementos reales y fantásticos con toda la naturalidad del mundo, como los poderes de Clara para mover objetos o tocar el piano con la fuerza de la mente, o la invasión de hormigas que nada puede detener.
Hay magia en la novela, pero magia etérea, porque un espíritu mueve los vasos, Clara ve el futuro y regresa a los muertos para anunciar su muerte, como en el caso de Nívea o con Férula. *La casa de los espíritus* empieza y termina con las primeras líneas del diario de una niña visionaria que registra para el futuro: «Barrabás llegó a la familia por vía marítima».
Personajes Principales
Esteban Trueba
Personaje masculino principal de la novela y el único que sobrevive desde el inicio hasta el final. Quería casarse con Rosa del Valle, pero terminó casándose con su hermana, Clara del Valle. El principal rasgo de su carácter es el mal genio. Era un hombre muy organizado, trabajador y ambicioso, lo que le hizo progresar mucho en el ámbito económico y político. Sus ansias de poder lo acompañan a lo largo de su vida. Su mentalidad es la del hacendado capitalista de la época. Como miembro del partido conservador, era fiel a sus ideas tradicionales y se declaraba enemigo del socialismo y, en especial, del comunismo.
Destaca en él el amor por Clara, que se mantiene siempre a pesar de los problemas con su familia y la actitud distante de su mujer. Con ella es con quien se controla. Al final de su vida, mantendrá una relación muy unida con su nieta Alba. Muere en los brazos de ella.
Rosa, la Bella
Es la hija mayor de Severo y Nívea del Valle. Desde su nacimiento, su resplandeciente belleza la hace sobresalir. Esteban Trueba se las ingenia para acercarse a la familia del Valle y le pide su mano. Rosa esperó pacientemente a Esteban, ya que había ido a las minas del norte. La hermosa joven moriría al beber un veneno destinado para su padre. Esteban, que estaba profundamente enamorado de ella, jamás la olvidaría y sería, junto a Clara, su amor eterno.
Clara del Valle
Personaje femenino principal. Es la hija menor de los del Valle, esposa de Esteban y madre de Blanca, Jaime y Nicolás.
De niña: era callada y excéntrica. Tenía poderes paranormales, pero sus padres no le daban mayor importancia porque no molestaban a nadie. Tuvo su trauma más grande cuando presenció la autopsia de su hermana, junto con la culpa que sentía por haber previsto su muerte. Decidió no volver a hablar. Creció hermosa y destacaba su sensibilidad y dulzura. Volvió a hablar nueve años después para anunciar su casamiento con Esteban.
Cuando se casó con Esteban: no cambió mucho y desarrolló cada vez más sus poderes con sus contactos y amistades, como las hermanas Mora. Era una mujer de buenos sentimientos y hospitalaria que ayudaba a los necesitados.
Nos muestra que es una mujer fuerte cuando se produce el terremoto. Su vida cambia radicalmente y empieza a hacerse cargo de su marido maltrecho y de la casa destruida. Durante esta época, sufrió más que nunca los ataques de cólera de su marido, a quien empezó a odiar hasta que lo abandonó junto con su hija después de que las golpeara. Clara es la que da vida a la gran casa de la esquina. Cuando ella muere, la casa pierde su encanto. Su personaje es el ejemplo más claro del realismo mágico que impregna gran parte de la novela.
Blanca Trueba
Es la hija mayor del matrimonio Trueba-del Valle. Es una niña sencilla y no muestra ningún prejuicio en jugar y hablar con los indios que trabajan en la hacienda. Desde un inicio se hace amiga de Pedro Tercero García, hijo del administrador, y surgió un gran amor entre ellos.
Muestra su verdadera fortaleza en momentos cruciales en los que otros dependen de ella, como cuando, enterada de la verdadera naturaleza de su marido, decide dejarlo por el bien de su hija y regresa a la casa de la esquina.
Es el personaje donde se manifiesta el amor y la pasión con mayor fuerza, debido a la relación de por vida que tiene con Pedro Tercero García.
Alba Satigny
Es la que conforma la última generación de la familia Trueba. Es la hija de Pedro Tercero y Blanca Trueba, pero con el apellido del marido de Blanca. Desde antes de su nacimiento, su abuela Clara decretó que estaba bendecida por las estrellas y no necesitaba ir a la escuela. Fue criada en la casa, en la que mantuvo estrechos lazos con todos los miembros de la familia. Protegida así, tuvo una infancia feliz.
Cuando creció, se enamoró de Miguel (compañero de universidad). A partir de este momento, Alba se involucra más en la realidad y sale de la burbuja en la que había estado casi 18 años. Contemplamos su gran corazón en su deseo desinteresado de ayudar a los pobres y a los fugitivos.
Alba representa la luz después de un periodo de oscuridad.
Con ella termina el legado de los Trueba hasta donde conocemos. Es la protagonista de la novela desde que nace como personaje hasta el final. Su mayor protagonismo ocupa durante la dictadura militar.
Pedro Tercero García
Es el hijo del capataz y administrador de Las Tres Marías, Pedro Segundo García. Trabajaba para Esteban Trueba y desde joven se enamoró de Blanca Trueba, con la que tuvo una hija, Alba. Es expulsado de la hacienda por Esteban por introducir ideas comunistas entre los trabajadores. Posteriormente, se transforma en uno de los cantautores populares de los socialistas y Esteban llegó a sentir odio por él. Durante la dictadura, le ayudó a escapar con Blanca a Canadá.