El Realismo Literario
El Realismo literario se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX. La aparición de tres grandes corrientes de pensamiento materialista influyó de manera decisiva en esta nueva corriente:
- El Positivismo de Augusto Comte.
- El Marxismo.
- El Evolucionismo –darwinismo-.
El Realismo decimonónico es la tendencia artística que busca reflejar los problemas del individuo dentro del entorno social. Para ello, es imprescindible una actitud de observación minuciosa del entorno por parte del escritor y el empleo de las técnicas adecuadas que mejor los reflejen. Este movimiento se opone al Romanticismo e intenta trasladar la realidad al arte, es decir, representarla de la manera más fiel posible y con el máximo grado de verosimilitud. El Realismo surgió en la Francia de la primera mitad del siglo XIX.
En España, el inicio realista coincidió con acontecimientos históricos importantes. Surgió hacia 1870, después de “La Gloriosa”, año de publicación de la novela de Galdós La Fontana de Oro y tuvo su apogeo y plenitud en la década de 1880, época del acceso al poder de la burguesía. El realismo no se concibe sin la existencia de la clase media burguesa.
La novela realista tiene como antecedentes en España obras como La Celestina (siglo XV), El Lazarillo de Tormes (siglo XVI), El Quijote (siglo XVII), las Cartas Marruecas (siglo XVIII), y el “costumbrismo” de la primera mitad del siglo XIX. También influyeron las obras y las reflexiones estéticas de novelistas extranjeros como Balzac, Stendhal y Flaubert. Podemos fijar unos rasgos comunes a todas las novelas realistas. Los escritores se sirven de la observación y documentación para reflejar la realidad/sociedad. Esto explica dos tendencias de ideologías encontradas dentro de este movimiento: los conservadores, que se decantan por la vuelta al mundo preindustrial, y los liberales, que abogan por la sociedad industrial reinante.
Temas
- Son los propios de la nueva sociedad burguesa: el militarismo, las guerras carlistas, el latifundio, el absentismo agrario, la industrialización, las desigualdades sociales, etc. Expresan, en definitiva, el conflicto entre el individuo, un ser inadaptado, y la sociedad, que lo acaba derrotando: La Regenta, Miau.
- Otros temas recurrentes son el amor y sus problemas, el matrimonio burgués y el adulterio, la familia y el sentimiento religioso: Ana Karenina, Madame Bovary, La Regenta.
- Los lugares urbanos y rurales adquieren gran importancia en estas novelas.
Personajes
Suelen pertenecer a los diferentes estratos de la escala social, aunque predominen los burgueses. Es muy frecuente, especialmente en Galdós, que el mismo personaje aparezca en diferentes novelas. Los personajes representan a un determinado grupo social.
Técnicas Narrativas
- Narrador omnisciente. Su papel es el del cronista que conoce a la perfección los acontecimientos que relata y los procesos íntimos de los personajes. La técnica más habitual suele ser el relato en tercera persona, aunque no faltan las novelas en forma epistolar o de diario.
- Diálogo abundante, tanto para entrar en contacto directo con los personajes como para evitar la monotonía de la narración.
- Monólogo interior o estilo indirecto libre, técnicas que se hacen necesarias para la exploración psicológica de los personajes.
- Descripción minuciosa de ambientes y personajes.
- El tiempo en el que se desarrolla la acción es el de la sociedad contemporánea.
- La incorporación del lenguaje coloquial, tanto en la narración como en los diálogos, que refleja el idiolecto de los personajes.
Dentro del Realismo encontramos una derivación que se conoce con el nombre de Naturalismo. Hacia los años setenta comenzaron a llegar a España las novedades de la estética naturalista, impulsada por Émile Zola, novelista francés. El Naturalismo consideraba determinante la influencia de factores biológicos y ambientales en la formación del carácter y de la personalidad y defendía la validez de un análisis minucioso de la conducta humana. Como consecuencia, las narraciones naturalistas mostraron a menudo temas sórdidos y situaciones (alcohólicos, prostitutas, tarados,…). En España su influjo fue escaso: rechazaron el determinismo biológico y reivindicaron el libre albedrío y el humor. En España los postulados naturalistas llegan en la década de 1880 y se manifiestan en obras como La desheredada (1881) de Benito Pérez Galdós; Los Pazos de Ulloa; La madre Naturaleza (sobre las gentes gallegas) de Emilia Pardo Bazán. Esta última publicó una serie de artículos bajo el título La cuestión palpitante (1883). En Arroz y tartana, La barraca, Cañas y barro Vicente Blasco Ibáñez describe detalladamente el ambiente social y las tensiones entre los personajes debidas a los intereses, en otras como La catedral o Sangre y arena se presenta un naturalismo político. La Regenta de Leopoldo Alas “Clarín” muestra cierta tendencia naturalista a la que nos referiremos más adelante.
Principales Autores
Leopoldo Alas, Clarín (1852–1901)
La obra de Clarín está compuesta por numerosos artículos, varios cuentos (Adiós, Cordera), dos novelas (Su único hijo, La Regenta) y una obra de teatro. Con La Regenta, se sitúa, junto con Galdós, en la cumbre de la narrativa realista. En La Regenta (1884-1885) se aborda el conflicto de la búsqueda del amor ideal en un ambiente mediocre y hostil. La historia de la novela se construye alrededor de un triángulo amoroso: dos hombres, Don Fermín de Pas y el donjuán Álvaro Mesía, y una mujer, Ana Ozores, esposa del regente (presidente del tribunal de justicia) de donde viene su sobrenombre de la Regenta. La novela desarrolla el tema del adulterio, muy presente en la novela del XIX.
Benito Pérez Galdós (1843-1956)
Para comprender mejor la obra de Galdós debemos distinguir sus novelas de los Episodios nacionales. Sus primeras novelas publicadas durante la década de los setenta son casi todas novelas de tesis en las que se contraponen dos ideologías, conservadora y liberal. Títulos de esta época son La Fontana de Oro (1870), Doña Perfecta (1876), Gloria (1877), Marianela (1878) y La familia de León Roch (1878). En segundo lugar, destacan sus novelas españolas contemporáneas. Así llamó Galdós a las novelas que publicó a partir de La desheredada (1881) (influida por las nuevas ideas naturalistas de Zola).
Emilia Pardo Bazán (1851-1921)
Biografía Su encuentro con el Naturalismo tuvo repercusiones importantes en las letras españolas, pues fue su propagandista más activa. Su postura extendió la fama de la escritora, pero produjo escándalo en quienes entendían que las nuevas tendencias eran antirreligiosas y trataban temas y asuntos sórdidos: alcoholismo, prostitución, degeneración… Sin embargo, ella siempre aclaró que no aceptaba las bases ideológicas del Naturalismo.
Obra Su labor intelectual creadora es intensa: trabajos de ensayo, teatro, libros de viaje, de crítica literaria (La cuestión palpitante (1883) sobre el Naturalismo es uno de los más destacados). No obstante, sus actitudes creadoras destacan en el cuento (Cuentos escogidos, Cuentos de Navidad, Cuentos nuevos, Cuentos de amor) y en la novela, donde es un hito fundamental del Realismo y el Naturalismo. Se pueden distinguir varias tendencias en la evolución de su obra:
- Su primer modo narrativo está fuertemente marcado aún por el Romanticismo: Pascual López. Autobiografía de un estudiante de Medicina (1879) y Un viaje de novios (1881).
- En 1883 publica La Tribuna, interesante novela con dos alicientes principales: su filiación cercana al Naturalismo formal y de contenido (observación, transcripción minuciosa en las descripciones de personas y cosas, intento de estudio y análisis, presencia del feísmo, la suciedad y el desorden, etc.), con lo que se inicia la segunda forma narrativa de Pardo Bazán, y su carácter de novela social (reflejo del espacio y el estatus social obrero, protagonizado por Amparo, una cigarrera de la Fábrica de Tabacos coruñesa metida a mujer de acción política, a “tribuna popular”). Otras obras que siguen los pasos de La Tribuna son Los Pazos de Ulloa (1886).
- Con Morriña e Insolación (1889) emprende el camino del Realismo moderado. Sitúa la acción de ambas novelas en Madrid, de tema amoroso, uno desdichado y con suicidio desencadenado por la morriña, y otro progresivamente consolidado durante el verano. Ambas fueron duramente criticadas y calificadas de “pornográficas” por sus contemporáneos.
- Por último, evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo, patente en Una cristiana (1890) y su continuación La prueba (1890). Como conclusión, Emilia Pardo Bazán introduce en sus novelas las técnicas narrativas del Naturalismo, pero con grandes diferencias con respecto al Naturalismo francés.
El Realismo Europeo
- En Francia, Balzac es autor de una extensa colección de novelas, titulada La Comedia Humana, con la que aspiraba a reproducir con fidelidad y exactitud las costumbres y los conflictos de la sociedad francesa contemporánea. Stendhal escribió dos grandes novelas: El rojo y el negro, en donde cuenta la vida del joven Julien Sorel; y La Cartuja de Parma, cuyo argumento arranca de la batalla de Waterloo y continúa con las peripecias que le suceden en Italia a Mario del Dongo, su protagonista. De Gustave Flaubert es Madame Bovary, un detallado análisis psicológico de una mujer provinciana que pretende mejorar su vida, lo que le lleva a despreciar a su marido y a caer en turbios amoríos, que concluyen en el suicidio, minuciosamente descrito por el autor. Del naturalista Zola es Germinal, en el que muestra la miseria y difíciles condiciones de vida de los trabajadores y el peso de la herencia en la conducta humana.
- En Rusia surge una extraordinaria generación de novelistas: de Dostoievski son Crimen y castigo, cuyo protagonista, el joven Roskolnikoff, comete un crimen absurdo, siendo toda la novela un detallado análisis del proceso de la conciencia del personaje.
- En Inglaterra, destaca Dickens, autor de numerosas novelas en las que se mezcla la pintura de ambientes sórdidos y un cierto sentimentalismo: David Copperfield, Oliver Twist…