CAPITULO 57
Finalmente como despedida a Don Quijote
Altisidora le dedicó a Don Quijote un romance en el cual, burlándose de él, le decía lo enamorada que estaba de él y como se iba sin haberle dado a ella ni una sola pizca de cariño, amor o afecto.
Finalmente Don Quijote y Sancho se despidieron de los Duques y de todos los allí presentes y se fueron en busca de mas aventuras a Zaragoza.
CAPITULO 58
De camino a Zaragoza Don Quijote y Sancho volvieron a sus antiguas conversaciones y se contaron mutuamente lo que habían hecho los días que estuvieron separados.
Al poco tiempo
Don Quijote y Sancho encontraron su primera aventura, después del parón.
Encontraron a unos labradores que estaban descansando en el campo. Junto a ellos había algo tapado con sabanas. Don Quijote al verlo se interesó por lo que era y los labradores gustosamente le contaron a Don Quijote que eran imágenes de santos que llevaban a una iglesia que estaban haciendo. Don Quijote al enterarse de que todas esas imágenes eran de santos caballeros comenzó a contar la historia de cada uno de ellos.
Después de esto Sancho y Don Quijote prosiguieron con su camino, Don Quijote había considerado esta pequeña aventura como una buena señal, mientras que Sancho la había considerado como la aventura más simple que hasta el momento habían tenido.
Después de estos pequeños comentarios Don Quijote y Sancho comenzaron a hablar del amor y de Altisidora, Sancho dijo que no entendía como Altisidora se podía haber enamorado de Don Quijote ya que él o veía en Don Quijote suficientes argumentos como para enamorar a una dama. Don Quijote al oír esto dijo que en ocasiones el único motivo para enamorar es no espantar y que él no espantaba a nadie, y que además tenia muy buenas virtudes morales.
Siguiendo el camino hacia Zaragoza Don Quijote y Sancho se encontraron con una vacada la cual les arrollo y les tiro de sus monturas. Don Quijote y Sancho habían sido avisados con anterioridad por las personas que conducían la vacada pero estos no habían hecho caso de sus advertencias.
CAPITULO 59
Prosiguiendo el camino Don Quijote y Sancho se pararon a comer un poco pero Don Quijote comenzó a decir que tenia pensado dejarse morir de hambre ya que estaba totalmente sumido en sus pensamientos. También le pidió a Sancho que se diese algunos azotes para poder así desencantar a Dulcinea, pero Sancho dijo que no se los pensaba dar ya que azotarse uno mismo era algo excesivamente doloroso.
Al llegar a una venta próxima descubrieron que unos caballeros estaban hablando de una segunda parte del Quijote que se había publicado.
Cuando Don Quijote leyó algo del libro se quedó asombrado de lo malo que era y de todas las mentiras que en él se decían. Además decidieron no ir a Zaragoza ya que según habían dicho esos caballeros el libro había estado en las justas de la ciudad. Don Quijote también dejó recado a los caballeros de que dijeran y publicaran la falsedad de ese libro, y dicho esto se marcharon. Al oír todo lo que Don Quijote había dicho estos caballeros se quedaron totalmente admirados y se dieron cuenta de que en verdad eran Don Quijote y Sancho.
CAPITULO 60
Al cabo de unos cuantos días cuando Don Quijote y Sancho descansaban en un bosque, Don Quijote cogió las correas de Rocinante y con intención de azotar a Sancho, para contribuir así con el desencantamiento de Dulcinea, se abalanzó sobre él. Sancho al ver la reacción de Don Quijote le inmovilizó hasta que este juro que Sancho se podría azotar cuando y como quisiera.
Sancho se alejo, por precaución, de Don Quijote y encontró a unos bandoleros ahorcados de unos arboles. Esto demostró que estaban cerca de Barcelona ya que allí castigaban con esa pena a los bandoleros capturados.
Por la mañana Don Quijote y Sancho fueron rodeados de improvistos por unos bandoleros, cuyo jefe sé hacia llamar Roque Guinart. Hechas las presentaciones el bandolero se alegro de conocer a Don Quijote ya que había oído hablar mucho de él y tenia ganas de conocerle.
Al cabo de un rato se les acerco una muchacha que era hija de un amigo de Roque la cual le pidió que la pasase a Francia y que en su ausencia defendiese a su padre. Tras ser preguntada por el motivo de esta huida la muchacha contó la siguiente historia de celos. Vicente, hijo del principal enemigo de su padre y de Roque, le había dado palabra de matrimonio a ella, pero esta tras oír que él ya se había casado le mató. Después de su muerte se entero de que en realidad no estaba casado con lo que su muerte había sido muy tonta y consecuencia de los celos de ella.
Después de esto los bandoleros trajeron ante Roque a varias personas a las cuales solo robo una parte de su dinero pues no necesitaba más. Uno de sus hombres tras ver esto dijo que Roque debería ser más samaritano que bandolero. Roque al oír esto mato a su hombre y dejó libre a Don Quijote y a Sancho para que prosiguieran su camino a Barcelona.
CAPITULO 68
En mitad del sueño de Don Quijote y Sancho, Don Quijote se despierta y le dice a Sancho que seria conveniente que se diera unos azotes a cuenta del desencantamiento de Dulcinea. Sancho se niega una vez mas y le dice a su amo que duerma y le deje dormir.
Poco después de esto escucharon un gran estruendo Don Quijote y Sancho y al poco rato le pasaron por encima de ambos personajes un centenar de puercos. Sancho quiso matar a un par de ellos como venganza, pero Don Quijote dijo que se lo tenia bien merecido por haber fracasado como caballero.
Al día siguiente se les aparecieron unos caballeros armados que les obligaron a acompañarles hasta la casa de los Duques.
CAPITULO 69
Cuando llegaron a la casa de los Duques vieron a Altisidora tumbada en un túmulo. Al parecer Altisidora había sido encantada y para desencantarla Sancho debería de darse veinticuatro mamonas, doce pellizcos y seis alfilerazos.
En ese momento entraron unas señoras que comenzaron a pellizcar y a pegar a Sancho, pero los alfilerazos no se los dejó dar. En ese momento comentan Don Quijote y Sancho la virtud que este tiene para desencantar doncellas ya que siempre le toca a él pasar por esas cosas. Don Quijote aprovecha para pedirle a Sancho que se de un par de latigazos para desencantar a Dulcinea, solo que Sancho se niega a hacerlo.
CAPITULO 70
Don Quijote y Sancho se acostaron pero tardaron en dormirse porque estuvieron largo tiempo hablando sobre los encantadores.
Se nos cuenta que los Duques sabían que Don Quijote iba a pasar por allí porque se lo había dicho el Bachiller Sansón Carrasco a su vuelta de Barcelona, y habían decidido gastarle a Don Quijote la ultima broma.
Entró por la noche Altisidora en la habitación de Don Quijote y tras decirle este que su amor era solo para Dulcinea, Altisidora comenzó a decir que todo lo que había sucedido esa noche había sido fingido y que ella nunca había estado enamorada de él.
Cuando se incorporaron a la discusión los Duques, Altisidora siguió insultado a Don Quijote llamándole feo y otro tipo de insultos relacionados con su triste figura. Don Quijote al poco tiempo decidió marcharse esa misma tarde.
CAPITULO 71
Cuando Don Quijote y Sancho se pararon en un bosque cercano Don Quijote le sugirió a Sancho que le iba a para un cuarto de real por cada azote y Sancho accedió. Al cabo de un rato azotándose Sancho le dijo a Don Quijote que subiera el precio a medio real y Don Quijote accedió. Al cabo de unos azotes Sancho comenzó a azotar a los arboles y de vez en cuando se quejaba para que Don Quijote no sospechara nada. Al poco tiempo
Don Quijote le pidió a Sancho que parara que no quería que este muriera.
CAPITULO 72
Al cabo de unos días entraron en un mesón en donde encontraron a un personaje del Quijote de Avellaneda, Don Álvaro de Tarfe el cual acabó reconociendo que aquellos que tenia delante eran los verdad eros Don Quijote y Sancho y no los que describía el autor de su libro, Avellaneda. Don Quijote le pidió a Don Álvaro que hiciese una declaración en la cual decía y afirmaba que el Quijote de Avellaneda era totalmente falso y que todo lo que en él se decía era mentira.
A la noche siguiente Don Quijote y Sancho divisaron la aldea donde vivían y desde lo alto de la colina Sancho se arrodillo y dijo que allí llegaban los habitualmente habitantes de la aldea Don Quijote y Sancho los cuales no muy bien parados pero allí se encontraban sanos y salvos.
CAPITULO 73
De camino al pueblo Don Quijote y Sancho encontraron al Cura y a Sansón Carrasco los cuales se alegraron mucho de que Don Quijote y Sancho se encontraron de vuelta en el pueblo. Una vez en el pueblo Don Quijote se fue a su casa con el Ama y su sobrina y Sancho se fue a su casa con mucho dinero para dar a su mujer
Don Quijote les contó a sus amigos que tenia intención de hacerse pastor durante ese año y les pidió a sus amigos que le acompañaran en su pastoreo. Los amigos de Don Quijote asintieron para que Don Quijote no se marchara de casa otra vez y volviera a las andadas.
CAPITULO 74
Cuando llegó el medico a la casa de Don Quijote y le vio dijo que seria mejor que se fuese confesando ya que no le quedaba demasiado tiempo de vida
Don Quijote al oír eso hizo llamar a sus amigo s y les comenzó a decir que era consciente de todos los peligros en los que se había metido pero que ya había vuelto en sí y que ya era otra vez Alonso Quijano el Bueno. Sus amigos le intentaban animar diciéndole que pronto iban ser todos pastores y que Dulcinea ya estaba desencantada, pero Alonso Quijano les decía que no se burlaran de él que ya era cuerdo. Tras hacer testamento y dejar una clara muestra de que ya había vuelto a la cordura comenzó a criticar la actitud de Avellaneda que había escrito un libro falso acerca de estupideces como las que él había vivido.
Antes de morir le dijo a su sobrina que, por favor, no se casara con un hombreque conociera las novelas de Caballerías ya que estas le acabarían llevando a la locura. Y tras decir esto Alonso Quijano falleció.