Que piensa don quijote al ver a los galeotes encadenados y sancho

CAPITULO 10

En este capitulo tras la batalla con el vizcaino Don Quijote y Sancho deciden reanudar su camino. Sancho pensando que Don Quijote había ganado algo después de esa batalla le pregunta por la isla que le había prometido y Don Quijote dijo que el pobre vizcaino no era un hombre del que se pudiera obtener dinero.

Por el camino Sancho decide curarle la oreja a Don Quijote, y este habla de un bálsamo que te recupera instantáneamente.

Mientras tanto estaban pensando donde podían dormir esa noche, ya que en una iglesia no podían dormir ya que habían agredido a unos monjes. Por el camino decidieron cenar y Sancho sacó cebolla, pan y queso. Al no encontrar un lugar donde dormir, decidieron dormir cerca de una chochas de pastores al aire libre.

CAPITULO 11

Estaba Sancho acomodando el caballo y el burro cuando olió cabra asada, cuando pretendía acercarse vio a unos cabreros que se estaban sentado alrededor de la cabra.

Estos pastores ofrecieron comida y un sitio entre ellos a Don Quijote y a Sancho, el cual rechaza la comida, pero Don Quijote le ordena sentarse y comer. Mientras Don Quijote estaba comiendo bellotas recuerda como la época en que todo era mejor y cuando los hombres se entendían mas y todo en general era mejor.

Estaban todos comiendo cuando apareció un amigo de los cabreros recitando un romance. Al terminar uno de los cabreros le curo la oreja a Don Quijote con unas hojas curativas. Al terminar se fueron todos a dormir.

CAPITULO 12

En este capitulo se nos narra como un cabrero estaba anunciando la muerte de un pastor que falleció debido a los amores de una moza muy hermosa, Marcela.

Don Quijote que era desconocedor de esta historia se intereso por ella y el pastor de buen grado accedió a contársela. El pastor le contaba a Don Quijote que esta buena moza rechazaba a todos los hombres e incluso su tío la intentaba casar pero ella se negaba. También le contaba que al día siguiente era el entierro pero que no debería ir ya que no era de buen ver que estuviese en el entierro gente desconocida.

Al final todos se fueron a dormir normalmente, pero Don Quijote durmió en la choza


CAPITULO 13

En este capitulo se nos cuenta la conversación que mantiene Don Quijote con los pastores en el camino del entierro


Los pastores loe preguntaron a Don Quijote que como es que iba tan armado por esas tierras tan tranquilas. Don Quijote les explicó que él era un caballero que en lugar de ofrecer las victorias a Dios se las ofrecía a su amada, ya que todos los caballeros andantes tenían que tener una amada, explicaba Don Quijote a los pastores. Al final todos los pastores penaron que Don Quijote estaba loco.

Cuando llegar al lugar del entierro vieron que estaba lleno de pastores, y entre todos se veía a Crisónomo, el pastor muerto, en un baúl lleno de papeles. Uno de los pastores cogió uno de los papeles en donde había escrito sus últimos versos Crisónomo.

CAPITULO 14

En la canción de Crisónomo se expresan los sentimientos de Crisónomo en su etapa final de la vida en la que contaba como su amor hacia Marcela no le era correspondido ya que él le ofrecía todo su amor y sin embargo ella le rechazaba continuamente.

Así durante todo el cantar se repiten constantemente palabras como confusión, celos, ausente, desdeñado, mil heridas dentro del corazón de Crisónomo y un sentimiento desconcertador de la vida, sin olvidar la belleza física y espiritual de Marcela.

Cuando terminó todos se dieron cuenta de la crueldad de Marcela y Ambrosio, amigo de Crisónomo, añadió que este cantar lo había escrito mientras Marcela se encontraba ausente.

Al acabar este cantar apareció Marcela diciendo que ella no-tenia culpa de la muerte de Crisónomo ya que si tuviera que corresponder todos los amores que le han declarado no acabaría nunca. También añadió que él era libre y que el amor también debía serlo siendo de esta manera un amor voluntario y en ningún caso forzado. Además comento que ella vivía en las montañas para no molestar a nadie y para vivir sola, que culpa tenia ella de que Crisónomo se hiciera ilusiones sin darle ella ninguna esperanza.

En cuanto concluyo Marcela Don Quijote la respaldó inmediatamente diciendo que ella no había tenido la culpa de la muerte de Crisónomo.

Una vez que enterraron a Crisónomo, Don Quijote se despidió de todos y a su vez unos pastores le dijeron que podía ir a Sevilla, tierras de grandes aventuras, pero Don Quijote no aceptó hasta que no acabase todo el mar de por la zona.

CAPITULO 15

Don Quijote se despidió de todas las personas que se encontraban en el entierro y se marcho. Durante un par de horas intento seguir a Marcela pero al cabo de ese tiempo se paro en un claro par dormir un rato.

Rocinante que vio una yeguas salió detrás de ellas, tanto las yeguas como los dueños de ellas comenzaron a golpear al pobre Rocinante, Don Quijote al verlo fue a luchar contra las personas que estaban golpeando a su caballo, pero al ser mas de 20 tanto Don Quijote como Sancho resultaron apaleados. Así Don Quijote creyó que su derrota en la batalla se debía a que esas personas no eran caballeros y que el solo debía luchar contra caballeros, así que le dijo a Sancho que él que debía pelear era él puesto que no era un caballero y Don Quijote sí. Pero Sancho se negó alegando que él era un hombre pacifico.

Al poco tiempo ambos se levantan ya que debían encontrar un lugar para pasar la noche. Así encontraron una venta la cual confundió Don Quijote con un castillo, Sancho le corrigió y le dijo que era un simple venta, pero Don Quijote comienza a discutir con Sancho ya que él pensaba que la venta era un castillo.

CAPITULO 16

Una vez que ya hubieron entrado en la venta fueron atendidos por la mujer del ventero y la hija que le pusieron a Don Quijote una cama muy mal hecha. A Sancho le atendió la sirvienta, que le puso una cama peor todavía que la de Don Quijote.

Cuando hubieron acabado de curarles les dejaron ir a sus respectivas comas para descansar, pero en su misma habitación había otra persona, un Harriero, el cual había quedado por la noche con la sirvienta. De esta manera a la hora de la cita entraba la sirvienta a la habitación y Don Quijote creyéndose que era una hermosa dama la cogió de las manos y la comenzó a alabar (según palabras de Cervantes la mujer era enormemente fea). Al poco rato escuchó esto el Harriero y sigilosamente se acerco a Don Quijote y comenzó a darle golpes en la espalda. La cama al no ser de muy buena calidad se cayó y produjo un ruido que despertó al ventero, que penso que era la criada que había hecho una de las suyas. La criada se escondió en la cama de Sancho con la mala fortuna de que este comenzó a pegarla, al ver esto el Harriero y el ventero comenzaron a pegar a Sancho. Un cuadrillero que estaba durmiendo en una habitación cercana se despertó con todos estos ruidos y se acerco para ver que sucedía, al ver a Don Quijote tumbado en el suelo y con sangre en la espalda se lo dijo rápidamente a todos los que en esa habitación se encontraban.

Todos dejaron de golpearse mutuamente y se fueron de la habitación que dando allí Don Quijote, Sancho y el cuadrillero que fue a buscar un candil para ver mejor dentro de la habitación.

CAPITULO 17

Don Quijote y Sancho en cuando notaron la tranquilidad comenzaron a preguntarse mutuamente que tal se encontraban. Don Quijote comenzó a hablar sobre lo que había ocurrido creyéndose que era la hermosa hija del ventero la que se había acercado a él. Posteriormente se acercó el cuadrillero y le pregunto a Don Quijote que tal se encontraba, al responderle Don Quijote toscamente el cuadrillero le arrojo el candil sobre la cabeza, creyendo Don Quijote que el cuadrillero estaba encantado.

Al momento Don Quijote le pidió a Sancho unos ingredientes para fabricar una poción mágica que le curaría totalmente de sus males físicos. Cuando dicha poción se encontraba realizada Don Quijote se la bebió produciéndole grandes arcadas y vómitos a su vez Don Quijote pedía que le dejaran dormir en paz. Al despertarse Don Quijote este se creía que se encontraba curado del todo y así se lo hizo saber a Sancho. Sancho al observar el resultado también quiso beber de esa extraña poción, y también a él le produjo grandes arcadas y vómitos, solo que a Sancho no le produjo ningún efecto beneficioso. Don Quijote dijo que a Sancho no le podía hacer ningún efecto bueno ya que la poción solo era para caballeros y Sancho no era caballero.

A las 2 horas Don Quijote obligo a Sancho a irse de la venta. Pero mientras esto sucedía el ventero le recriminaba a Don Quijote que tenia que pagar su estancia en la venta, pero Don quijote se negó a pagar ya que aquello era un castillo y los caballeros en los castillos no deben pagar. El ventero al ver que Don Quijote no reaccionaba se lo dijo a Sancho pero este dijo que el escudero tampoco debía pagar. Al ver esto unos hombres que estaban en la venta comenzaron a manterar al pobre Sancho y le echaron una jarra de agua fría sobre la cabeza, al poco tiempo los hombres dejaron marchar al pobre Sancho de la venta y así proseguir su camino, pero eso sí se quedaron con sus alforjas.

CAPITULO 18

Don Quijote se piensa que aquella venta estaba encantada, pero Sancho le corrige diciendo que no, ya que había oído voces humanas mientras le manteaban.

Mientras continuaban su camino Don Quijote diviso dos humaredas que se podían ver desde donde se encontraban. Así que Don Quijote llegó a la conclusión de que esas humaredas procedían de dos ejércitos que se estaban enfrentando. Don Quijote y Sancho se subieron a una colina para ver mejor la supuesta batalla, y una vez allí Don Quijote comenzó a decir personajes famosos, describiendo la batalla y las armas que llevaba cada ejercito.

Cuando ya estaban mas cerca Sancho se percató de que las humaredas procedían de unos rebaños de ovejas, y se lo hizo saber a Don Quijote, pero este se empeño en que eran ejércitos y se avalando sobre la ovejas. Los pastores le empezaron a tirar piedras causándole heridas y rompiéndole alguna muela.

Don Quijote le preguntó a Sancho que si tenia alguna muela rota y Sancho al ver eso vomito. Mas tarde cuando ya se encontraban preparados tuvieron ganas de comer pero al no tener las alforjas con la comida no pudieron satisfacer su apetito.

Posteriormente Don Quijote le pide a Sancho que elija un camino para continuar con sus aventuras


CAPITULO 19

Sancho le comenta a Don Quijote que todas estas desventuras que están padeciendo son debidas a que Don Quijote había roto su juramento de no comer pan (aquí Cervantes se descuida ya que en ningún momento anterior había nombrado este juramento). Don Quijote le dice que tiene razón pero que él también tiene parte de culpa ya que no se lo había recordado.

De esta forma se hizo de noche y vieron a través del camino unas luces que se acercaban. Cuando ya se encontraban muy próximas Don Quijote les pregunto que de donde venían, entonces la mula de uno de ellos se asusto y tiro al suelo al hombre que la montaba y todos los demás huyeron. Don Quijote enojado apuntó con su lanza al hombre que se encontraba en el suelo y le volvió a preguntar que de donde venían. El hombre le dijo que era un religioso y lo que llevaban era un muerto. Así Don Quijote llamó a Sancho, el cual aprovechando la oscuridad había estado robando algunos alimentos, para que ayudase a levantar al pobre religioso.

Sancho a su vez presentó a Don Quijote como «El Caballero de la triste figura» y Sancho ante la curiosidad del monje del porque de ese nombre dijo que era porque no tenía muelas y porque la cara la tenia muy delgada de no haber comido en todo el día.

Así se despidieron del monje y se fueron a un prado a comer los alimentos que habían robado


CAPITULO 20

Después de haber puesto los restos de comida sobre los caballos comenzaron a caminar por el prado arriba guiados por el instinto, y que era muy de noche y la visibilidad era prácticamente nula.

Se oían grandes ruidos los cuales asuntaban a Sancho, y viendo esto Don Quijote le dijo a Sancho: yo soy quien ha de resucitar los de la tabla redonda, los 12 de Francia y los 9 de la fama; y mientras tanto los ruidos no cesaban.

Una vez dijo esto Don Quijote le dijo a Sancho que esperase ahí durante 3 días y que si en ese plazo no volvía que regresara a la aldea y le dijese a su amada Dulcinea que su amado caballero había muerto luchando en la oscuridad. Sancho al oír esto se puso a llorar y le dijo que no se marchara todavía y que esperase a mañana, pero al ver que Don Quijote no le hacia caso le ato las patas a Rocinante para que no pudiese cabalgar y Don Quijote al ver que su caballo no cabalgaba decidió esperar al día siguiente.

Durante esa noche Sancho comenzó a contar un cuento de un cabrero pero no lo pudo acabar debido al constante ruido que se oía.

Así paso la noche y ya al amanecer se ponen en camino de aquel enorme ruido, llegaron a unas peñas en donde encontraron unas casa mal hechas, Don Quijote se acercó y cuando se dio cuenta de lo que era ese ruido agacho la cabeza. Cuando Sancho lo vio se comenzó a reír.

Finalmente él capítulo termina con otra de las habituales discusiones entre Sancho y Don Quijote


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