TEMA 8: LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A FINALES DE LA DÉCADA DE 1970. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES.
LA NARRATIVA EN EL EXILIO
La obra de los escritores que permanecieron en España después de 1939, Baroja, Azorín, Wenscelao Fernández Flórez (El bosque animado)
, apenas tuvo resonancia a pesar de que siguieron publicando. El grupo de escritores que marchó al exilio fue muy numeroso; sin embargo no pudieron publicar su obra en España y fueron desconocidos para los lectores de la época y, por lo tanto, su narrativa no ejercíó influencia alguna. En genera, mantienen su compromiso políticoRamón J. Sender:
Sus recuerdos de las experiencias vividas en España son el telón de fondo de sus mejores novelas.
Réquiem por un campesino español (1953)
Max Aub
Antes de la guerra se decantó por la novela experimental, después abandona su visión intelectualizada y escribe novelas de claro compromiso político:Campo cerrado (1943) (recreación realista de la Guerra Civil)
La calle de Valverde (1962)
Francisco Ayala
Muerte de perros (1958) es una dura reflexión sobre la violencia ejercida por el poder. Regresó a España en 1976.
LA NOVELA DE LOS CUARENTA
La censura impide la publicación de muchas novelas extranjeras o las españolas de años anteriores (Galdós, por ejemplo) Existe una novela conformista con el régimen de poco interés. Más interesantes son las pocas novelas que se alejan de la ideología oficial:La más novedosa fue La familia de Pascual Duarte (1941)Camilo José Cela describe acciones tremendas de personajes truculentos, quizá denuncia de la situación social rural empobrecida y embrutecida. Su protagonista, un campesino extremeño narra, en primera persona su mísera vida a un destinatario que no aparece en la novela (sigue el modelo de El Lazarillo).
Esta técnica exagerada, en la que se utiliza un lenguaje desgarrado y que presenta un Realismo un tanto violento se denominó tremendismo. Años más tarde (1948), Cela publicó un libro totalmente diferente Viaje a la Alcarria, antecedente de los libros de viajes.Otra corriente es la de la llamada novela existencial, en las que sus protagonistas se enfrentan a una sociedad hostil o a sus propias angustias. Ejemplos:
Nada (1944) de Carmen Laforet.
Miseria económica y moral de la pequeña burguésía de posguerra. Primer Premio Nadal.
La sombra del ciprés es alargada (1947) de Miguel Delibes.
En 1944, la editorial Destino de Barcelona crea el premio Nadal destinado a jóvenes novelistas que presenten su primera obra. La primera ganadora fue la primera novela de Carmen Laforet, una joven desconocida de 24 años. Durante algunos años, este premio literario fue marcando la línea de avance de la novela española. Aún se concede cada año, la noche de Reyes y, aunque con altibajos, mantiene un cierto nivel de calidad. En los años cuarenta (y cincuenta) hay que reconocerle la labor de dar a conocer jóvenes escritores que de otra manera quizá no hubieran publicado nunca.
LA NOVELA DE LOS CINCUENTA: EL Realismo SOCIAL
Obras de claro compromiso social.La ficción novelística permite tratar temas de crítica social sin que la censura se percate. Los temas preferidos son las duras condiciones de vida de los barrios obreros y de la vida en el campo, así como la mediocridad de las clases medias. Técnicamente optan por los narradores objetivos, el diálogo en estilo directo, los personajes colectivos y el desarrollo lineal del argumento (es decir, no hay desorden cronológico). Descripciones breves y precisas; la duración de los hechos narrados se acorta (en El Jarama se narra solo un día)
La novela social, a pesar de su interés por denunciar las miserias de la sociedad de la época, no llega a una gran masa de lectores, sus obras pasan desapercibidas para la gran mayoría, por lo que apenas sobrepasa los límites temporales de esta década.
La colmena (Cela)
Y El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio son las más representativas.
LA NOVELA DE LOS SESENTA:
el agotamiento de la novela social de la década anterior yun ligero aperturismo político y cultural permitíó que la novela española discurriera por otros cauces. Los autores de esta generación ya no habían participado en la Guerra Civil y sus intereses discurren por caminos diferentes. La renovación de las técnicas narrativas es la carácterística principal de esta etapa. Se abandona la preocupación social y el contenido se hace más intimista. Se experimenta con la forma de presentar el relato: desorganización cronológica, cambios de perspectiva (primera o tercera persona e incluso hay relatos en segunda persona), monólogo interior. La novela que marca este cambio es Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos.(Hay que añadir: Benet, Miguel Delibes, Cela, Juan Goytisolo, Juan Marsé)