La Generación del 27
Este conjunto de poetas era conocido como la “Generación de la Amistad”. Dámaso Alonso recordaba: “Cuando cierro los ojos, los recuerdo a todos, formando un conjunto, como un sistema que el amor presidía”. La Residencia de Estudiantes en Madrid fue su privilegiado lugar de encuentro. Entre los actos comunes destaca la celebración del centenario de Góngora en 1927, fecha que les dará nombre. Sus nombres se encuentran en revistas conocidas de la época como La Revista de Occidente y La Gaceta Literaria. En suma, un apretado haz de convivencia, de labor común entre 1920 y 1936. Como diría Jorge Guillén: “Sabe Dios cuánto habría durado aquella comunidad de amigos si una catástrofe (la Guerra Civil) no les hubiera puesto un brusco fin”.
Características Comunes: La Búsqueda del Equilibrio
Podría afirmarse que, como denominador común, los poetas de la Generación del 27 se caracterizan por la tendencia al equilibrio. Tienden a una originalidad de síntesis entre ciertos polos. Helos aquí:
- Entre lo intelectual y lo sentimental.
- Entre una concepción cuasimística de la poesía y una lucidez rigurosa en la elaboración del poema (como afirmaba Valéry: «Perfección es trabajo»).
- Entre la pureza estética y la autenticidad humana, sobre todo en sus comienzos, poniendo la belleza por encima de todo, como Juan Ramón Jiménez.
- Entre lo minoritario y la inmensa compañía; en sus poemas alternan hermetismo y claridad, así como lo culto y lo popular (como en la poesía de Lorca, Alberti o Gerardo Diego). Si hay algo común entre estos autores es el tránsito del «yo» al «nosotros».
- Entre lo universal y lo español: la poesía del 27, aunque está abierta a muchos influjos, está profundamente arraigada en la entraña nacional.
Influencias y Vanguardias
El equilibrio integrador del grupo del 27 está a tono con la poesía europea del momento: el vanguardismo (ultraísmo, creacionismo y, sobre todo, el surrealismo, que dejó una profunda huella en ellos). Entre sus máximos fervores se encuentra el poeta Paul Valéry. Además, los autores se vieron marcados por la influencia de Bécquer, que puede apreciarse al comienzo de casi todos ellos, así como su amor por los clásicos como Góngora, Garcilaso, San Juan de la Cruz…
Etapas de la Generación del 27
La trayectoria común del grupo se puede dividir en varias etapas con rasgos destacados:
- Primera etapa (hasta 1927 aprox.): Influencia del vanguardismo y magisterio de Juan Ramón Jiménez hacia la Poesía Pura. El gran instrumento es la metáfora audaz (aprendida de Ramón Gómez de la Serna y otros vanguardistas). Paralelamente, el anhelo de perfección formal motiva un acercamiento a los clásicos, desembocando en el fervor por Góngora.
- Segunda etapa (1927 – Guerra Civil): Marca la cima y el descenso de los ideales esteticistas, iniciándose un proceso de rehumanización.
- Tercera etapa (después de la Guerra Civil): Tras la muerte de Lorca en 1936 y la Guerra Civil, el grupo se dispersa. La mayoría parte al exilio (salvo Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego, que permanecen en España). Cada uno sigue su rumbo, pero ninguno abandona una poesía cada vez más humana.
Autores Destacados
Pedro Salinas (1891-1951) – El Poeta del Amor
La poesía era para él un modo de acceso a las honduras de la realidad, a la esencia de las cosas y experiencias vitales. De ahí sus palabras: “La poesía es una aventura hacia lo absoluto. Se llega más o menos cerca, se recorre más o menos camino: eso es todo”. Los tres elementos básicos de sus creaciones son la autenticidad, la belleza y el ingenio. Sus primeras publicaciones fueron Presagios, Seguro azar y Fábula y signo. Más tarde publicó sus dos obras maestras: La voz a ti debida (1933) y Razón de amor (1936). En ellas adquiere su talla definitiva y su condición primordial, destacando dentro de su grupo como el gran poeta del amor.
Jorge Guillén
Fue uno de los mayores representantes de la poesía pura. Parte de realidades o situaciones concretas para extraer de ellas las ideas más quintaesenciadas. Ha dado a toda su obra poética un título global, Aire nuestro, que abarca tres ciclos: Cántico, Clamor y Homenaje y otros poemas. La obra de Guillén es un caso infrecuente de poesía equilibrada, llena de salud espiritual. Según sus palabras, es “cántico a pesar de clamor”.
Gerardo Diego
Su poesía sorprende por su variedad de temas, tonos y estilos. Su obra se presenta en dos direcciones: la poesía de vanguardia y la poesía clásica o tradicional. Su primer libro, El romancero de la novia, está impregnado de un tono muy becqueriano. Sin embargo, por los mismos años, prosigue su obra de corte tradicional. Versos humanos reúne canciones, glosas, sonetos… Variedad, gracia y perfección son los atributos con que este poeta se sitúa en la Generación del 27.
Dámaso Alonso
En Dámaso se funden tres vocaciones: la de profesor, la de investigador y crítico, y la de poeta. Se ha llamado a sí mismo el poeta de rachas: ”Para expresarme en libertad necesité la terrible sacudida de la guerra española y hoy es solo el corazón del hombre lo que me interesa”. Fue en cierto modo un pionero de la poesía pura; su primer libro (1918-1921) lleva el significativo título de Poemas puros, poemillas de la ciudad. Más tarde, en 1944, nos sorprende con Hijos de la ira, obra fundamental de la posguerra. Se trata, pues, de una poesía existencial: es una protesta contra la crueldad, el odio, la injusticia, la pobreza que el poeta ve en el entorno.
Vicente Aleixandre
Permaneció en España tras el término de la guerra y su presencia ha supuesto un profundo y decisivo magisterio para la poesía posterior. La concesión del Premio Nobel en 1977 corona su trayectoria ejemplar. Lo más característico de su estilo son las metáforas visionarias y grandiosas. Se distinguen en su trayectoria dos etapas:
- Primera etapa: Su visión inicial del hombre es radicalmente pesimista: el hombre es la criatura más penosa del universo; es solo imperfección, dolor y angustia. Representando esta etapa encontramos: La destrucción o el amor y Sombra del paraíso (obra cumbre).
- Segunda etapa: La palabra clave será la solidaridad. Destaca Poemas de la consumación.
Sin discusión, una de las primeras figuras del grupo del 27, uno de los mayores poetas modernos.
Federico García Lorca
Su personalidad y su obra lo sitúan pronto a la cabeza del grupo. Su acercamiento al pueblo provocó su asesinato durante la Guerra Civil en 1936. De la personalidad de Lorca destacan su profundo dolor de vivir, su sentimiento de frustración como anuncio de su trágico destino. Ese malestar y frustración laten en toda su obra, y su actitud ante la creación poética es rigurosísima. Entre sus primeros libros destacan Canciones (publicado en 1927), muy heterogéneo (hay en él poesía pura, vanguardismo y brillantez), y Poema del Cante Jondo, que posee en cambio una compacta unidad: es el libro de la Andalucía del llanto. El Romancero Gitano se publica en 1928 y alcanza un resonante éxito que abruma al poeta. En esta obra, el poeta canta fraternalmente a esa raza marginada y perseguida; las figuras que aparecen en él son seres al margen del mundo convencional y alcanza un lenguaje inolvidable e inconfundible. Más tarde publica Poeta en Nueva York, basado en el poder del dinero, la esclavitud del hombre por la máquina, la injusticia social y la deshumanización. Esta obra recoge una magistral técnica surrealista. Entre sus últimos poemas, Lorca se dedicará preferentemente al teatro, en el que vierte un nuevo acento social. Destaca la elegía escrita a un torero amigo de los poetas del grupo, El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Lorca es, dentro de su grupo poético, el ejemplo más hondo de la trayectoria del «yo» al «nosotros».
Rafael Alberti
La poesía de Alberti aparece bajo el signo de la lírica popular y de las viejas cancioncillas tradicionales. Marinero en tierra (1924) muestra la nostalgia hacia su tierra gaditana y su deseo de evasión. Sobre los ángeles (1927-1928) es un libro clave de la generación; la técnica utilizada es de estirpe surrealista. En 1931 inicia una línea de poesía civil y política, a la que él llama «civil»; encontramos Poeta en la calle y Entre el clavel y la espada. La obra compuesta durante su largo exilio es copiosa; vuelve en ella su varia inspiración, pero reaparecen formas tradicionales y clásicas (Retornos de lo vivo lejano). También escribió sus memorias: La Arboleda perdida.
Luis Cernuda
Se caracteriza por su personalidad solitaria y dolorida. Ni en su vida ni en su poesía ocultó su condición homosexual ni su desacuerdo con el mundo. Sus temas dominantes serán, por ello, la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza perfecta y, sobre todo, el amor. Su obra completa se recoge bajo el título La realidad y el deseo (cuya edición definitiva es de México, 1964) y reúne sus diversos libros. Algunas de las obras destacadas son: Los placeres prohibidos, que contiene algunos de los poemas más bellos de Cernuda, y Donde habite el olvido, título inspirado por un verso de Bécquer. Es de notar cómo hacia la poesía de Cernuda se han vuelto preferentemente los ojos de poetas y críticos de los últimos años.