Poesía Renacentista Española: De la Tradición a la Innovación con Boscán y Garcilaso de la Vega

Lírica en la Primera Mitad del Siglo XVI

Poesía Cancioneril y Tradicional

Antes de la llegada de la poesía petrarquista a la España del siglo XVI, se seguían cultivando la poesía cancioneril, la tradicional y la religiosa. Una obra muy importante de este periodo fue el Cancionero general de Hernando del Castillo, editado en Valencia en 1511. También cabe citar el cancionero del aragonés Jiménez de Urrea, con poemas alegóricos y amorosos junto a los tradicionales romances o villancicos. La lírica tradicional y el villancico tuvieron gran éxito durante el reinado de los Reyes Católicos, y siguieron apareciendo obras como el Cancionero musical de Palacio. Dentro de la lírica tradicional, continuaron difundiéndose los romances en pliegos sueltos, dirigidos tanto a un público popular como culto. La poesía religiosa, promovida por Isabel la Católica, alcanzó su máxima expresión con el Cancionero del franciscano Fray Ambrosio de Montesino.

Poesía Petrarquista

La principal aportación a la lírica española en el siglo XVI fue la influencia de Petrarca. Hasta las obras de Juan Boscán y Garcilaso de la Vega no se impusieron las nuevas formas:

  • Protagonismo de la naturaleza como fuente de imágenes poéticas.
  • Surgimiento del bucolismo (visión de la naturaleza como espacio ideal del amor).
  • Innovación lingüística y métrica, con predominio del endecasílabo y el octosílabo, del soneto, del terceto y de la octava real.

Juan Boscán

Fue un poeta nacido en Barcelona a finales del siglo XV. Modelo de caballero cortesano, tradujo la célebre obra de Castiglione, El cortesano. Fue preceptor del futuro Gran Duque de Alba y entró a formar parte de la corte de Carlos I. Su célebre encuentro con el embajador veneciano en la Alhambra fue evocado en su epístola a la Duquesa de Soma. Sus obras fueron publicadas en 1543 junto a las de Garcilaso de la Vega. Boscán utilizó múltiples metros y estrofas italianas, aunque su maestría y el resultado de su obra fueron inferiores a las de Garcilaso.

Garcilaso de la Vega

Nació en Toledo a principios del siglo XV en el seno de una familia ligada a los Reyes Católicos. Recibió una educación cortesana y pronto se puso al servicio del emperador Carlos I. Su figura representaba el ideal del hombre de armas y letras. Murió en 1536 mientras ocupaba la torre de Le Muy.

Ocupó varios puestos políticos y militares. Fue amonestado por Carlos I, lo que le obligó al destierro forzado en una isla del Danubio y después en la corte de Nápoles, donde frecuentó círculos humanistas y asistió a la Academia Pontaniana. De los amores de Garcilaso se conoce a Guiomar Carrillo, con quien tuvo un hijo ilegítimo. Después se casó con Elena de Zúñiga, con quien tuvo cinco hijos. A ella dedicó gran parte de su obra; era la famosa Elisa. La obra de Garcilaso es poco extensa: tres églogas, dos elegías, una epístola, cinco canciones, cuarenta sonetos, tres odas en latín y un grupo de composiciones cancioneriles.

Los Sonetos

Los sonetos son muy heterogéneos. Encontramos desde los más circunstanciales hasta las cartas o el epitafio dirigidos a su hermano. Los más destacados son los de cuño petrarquista.

Las Canciones

Las cinco canciones también son de inspiración petrarquista. Sobresale la Canción V, Oda a la flor de Gnido. En ella, Garcilaso introduce una nueva estrofa: cinco versos endecasílabos y heptasílabos con rima aBabB.

Las Églogas

El conjunto de las tres églogas muestra influencia bucólica y cancioneril, aunque también refleja el Renacimiento.

Égloga II

La Égloga II tiene tres esquemas de terceto, la estancia y la rima al mezzo. Encontramos poesía épica y pastoril, con una alternancia de monólogos y diálogos. Los personajes son Albanio, Salicio, Camila y Nemoroso. Se divide en dos partes: la primera es la narración amorosa de las desventuras de Albanio (diálogo); la segunda, la narración épica de Nemoroso (monólogo).

Égloga I

La Égloga I fue la segunda en ser escrita. Es más breve, con 30 estancias de canción italiana. Las tres primeras están dedicadas al virrey de Nápoles. Una estancia presenta al pastor Salicio, y en las doce siguientes este se queja de la infidelidad de la ninfa Galatea. Una estancia de transición presenta al pastor Nemoroso, quien expresa su dolor por la muerte de su amada, Elisa, en las siguientes doce estrofas. Las últimas dos cuentan el final de cada una de las lamentaciones.

Égloga III

La Égloga III está elaborada con octavas reales. Las siete primeras son una dedicatoria a María Osorio Pimentel. Las seis octavas siguientes describen a cuatro ninfas saliendo del Tajo y cómo estas bordan unos tapices (locus amoenus). Las siguientes nueve están dedicadas a explicar las trágicas fábulas de tres parejas de amantes. Las otras nueve explican el bordado de la ninfa Nise. Por último, un epílogo formado por trece octavas sirve para que los pastores Tirreno y Alcino invoquen a sus amadas Flérida y Filis.

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