Por último, invierten las figuras históricas de los Reyes Católicos, quienes, ante la falta de
pruebas, deciden perdonar al pueblo.
2
El caballero de Olmedo
Esta obra se centra en los amores entre doña Inés, una dama de
Medina, y don Alonso, caballero de Olmedo. La pieza, que se desarrolla en una atmósfera
cargada de presagios, acaba trágicamente con el asesinato de don Alonso, que lleva a cabo un
rival amoroso.
La Dorotea
Ya anciano, Lope escribe La Dorotea, compuesta en prosa y destinada a la lectura, al igual que La Celestina, en la que se inspira. En esta obra Lope rememora sus amores juveniles con Elena Osorio y alcanza uno de los puntos culminantes en la fusión de vida y literatura que tan a menudo se dan en su producción.
Estilo
Lope defendió siempre una lengua literaria que se ajustara a los temas, los géneros y los personajes. Así lo declara, a propósito del teatro, en estos versos del Arte nuevo de hacer comedias, que defienden lo que ha venido a llamarse decoro poético:
Si hablarle el rey, imite cuando pueda
la gravedad real; si el viejo hablare,
procure una modestia sentenciosa;
describa los amantes con afectos
que muevan con extremo a quien escucha.
En sus polémicas con los culteranos –Góngora decía de él “con razón Vega por lo siempre llano”-, atacó desde una estética de raigambre renacentista la oscuridad causada por la acumulación de metáforas, de cultismos y de construcciones latinizantes. La claridad que defendió Lope es, sin embargo, de raíces cultas, tanto en la lengua como en el sutil uso de los “conceptos”.
Pedro Calderón de la Barca
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681) introdujo algunos cambios en la tradición teatral heredada de Lope, como la simplificación de la acción, el desarrollo más profundo de los caracteres o el rigor lógico que preside el desarrollo de la trama. No obstante, las diferencias más notables proceden de su lengua poética, de claras raíces gongorinas:
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma:
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Obra
Calderón fue un autor muy prolífico, aunque sin llegar a la desmesura de Lope de Vega. Entre sus numerosas obras destacan las comedias de capa y espada, los dramas (de honor y filosóficos) y los autos sacramentales.
Comedias de capa y espada
Son comedias de enredos amorosos, con muy frecuentes equívocos, que dan lugar a celos y enfrentamientos de espada, y con un amplia intervención de graciosos y de damas discretas. Las más conocidas son Casa con dos puertas mala es de guardar y La dama duende.
Dramas
1
·Dramas de honor
Plantean un conflicto de honra que los personajes deben afrontar y que
tiene difícil solución. Los más celebrados son El médico de su honra y El alcalde de
Zalamea. Son famosos los versos de esta última obra en que el protagonista, Pedro Crespo,
defiende la primacía del honor sobre la vida y la hacienda:
Al rey la hacienda y la vida se ha de dar,
pero el honor es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios.
2
·Dramas filosóficos
El más célebre es La vida es sueño, en el que se plantean cuestiones
existenciales, políticas y sociales. Son temas básicos el de la vida como sueño y el de la
predestinación y el libre albedrío. El asunto de la obra es, en síntesis, el siguiente:
Basilio, rey de Polonia y astrólogo, ha sabido que su hijo Segismundo lo derrocará. Para evitar que
se cumpla el augurio, encierra a su hijo en una torre entre montañas. El rey decide probar a
Segismundo y con un somnífero lo hace llevar a palacio, donde se comporta con gran soberbia, por
lo que el rey lo encierra de nuevo. El pueblo, enterado de la prisión de su príncipe natural, lo libera.
Segismundo, tras vencer en batalla a su padre, lo perdona y se pone a su servicio, demostrando así
Que ha aprendido a controlar las pasiones y que la voluntad humana puede forzar los designios de
los hados.
Autos sacramentales
Los autos sacramentales son obras alegóricas cuyo tema central es la Eucaristía. El carácter religioso de estas piezas no impidió, sin embargo, que personajes y situaciones se tomaran de la comedia. Los autos más famosos de Calderón son los de orientación filosófica, entre los que destaca El gran teatro del mundo.
TEMA 12: EL SIGLO XIX: ROMANTICISMO Y REALISMO
1. La sociedad del periodo romántico
La época se inicia con la derrota de Napoleón en 1815 y la restauración de monarquías absolutas.
Austria, Prusia, Rusia y Francia establecen la llamada Santa Alianza, por medio de la cual los reyes europeos se comprometen a prestarse mutuo auxilio frente a posibles revoluciones liberales. Así ocurrió en 1823, cuando un ejército de la Santa Alianza invadió España para derrocar el régimen liberal que había fundado en 1820.
Este sistema político se mantuvo hasta 1830, cuando en Francia se produce una revolución que derroca al rey Carlos X e instaura la monarquía liberal y burguesa de Luis Felipe. La revolución de 1830 dio nuevo impulso a las corrientes liberales, que se fueron implantando paulatinamente en toda Europa: independencia de Bélgica, regímenes constitucionales en numerosos estados alemanes, en España y Portugal… En Inglaterra, el proceso se realizó de forma autónoma y paulatina, por medio de sucesivas reformas.
La cultura romántica, vinculada al liberalismo, conecta con los movimientos políticos de su tiempo. Sin embargo, su exaltación del idealismo y su rechazo de la mentalidad capitalista la distancian de las grandes transformaciones sociales y económicas de la época.
2. La mentalidad romántica
El Romanticismo es un movimiento cultural complejo y amplio, que repercutió en todos los aspectos de la vida. Como expresión de una intensa crisis social, presenta actitudes contradictorias. Frente a una sociedad cada vez más materialista y tecnificada, algunos románticos añoran la sociedad medieval y el Antiguo Régimen (Chateaubriand), mientras que otros optan por el progreso y el liberalismo radical (Victor Hugo, lord Byron, Espronceda).
La mentalidad romántica se caracteriza por estos rasgos:
1
·Individualismo
El arte y la literatura se convierten en manifestación del yo, de los
sentimientos personales. Como consecuencia, se da un gran desarrollo de la poesía lírica
y de la música (Beethoven, Chopin, Schubert…), modalidades artísticas especialmente aptas
para la expresión de la subjetividad.
2
·Irracionalismo
Frente al racionalismo ilustrado, el Romanticismo valora lo irracional:
emociones, sueños, fantasías… De ahí surge la moderna literatura fantástica y de terror.
3
·Defensa de la libertad en todos los ámbitos. El Romanticismo será definido como “el
liberalismo en literatura”, en palabras de Victor Hugo. En el terreno moral, los románticos
consideran el sentimiento como única norma de conducta, lo que los lleva a defender o
disculpar el amor adúltero y el suicidio. En el campo del arte y la literatura, rechazan las
normas neoclásicas, buscando ante todo la originalidad, del estilo personal.
4
·Idealismo
El pensamiento romántico considera la poeta y al artista como genios capaces
de penetrar de manera intuitiva en los desconocido, en lo misterioso. El idealismo llevará
a los románticos a la búsqueda de ideales inalcanzables en todos los aspectos, en especial
en el amor, lo cual los conducirá inevitablemente al choque con la realidad y al desengaño.
5
·Nacionalismo
Frente al espíritu universalista del Neoclasicismo, los románticos valoran
los rasgos de cada país y recuperan su historia y sus costumbres.
6
·Exotismo
El rechazo de la sociedad moderna lleva al romántico a evadirse, a ambientar
sus obras en épocas lejanas (Edad Media) o en lugares todavía no dominados por la
civilización europea (Oriente, América). España se puso de moda precisamente porque era
un país atrasado.
7
·Espíritu rebelde y juvenil
Mientras el Neoclasicismo estaba en consonancia con actitudes
propias de la madurez (racionalismo, moderación), el Romanticismo sintonizaba mejor con
las inquietudes de la juventud (rebeldía, pasión, idealismo). Por eso, en gran parte, fue un
movimiento de la generación joven que chocó con los gustos del público de más edad,
educado en el Neoclasicismo.
3. Circunstancias históricas del Romanticismo español
El desarrollo del Prerromanticismo español de las últimas décadas del siglo XVIII se vio frenado por las circunstancias históricas que vivió el país: primero la guerra de la Independencia (1808-1814) y después el restablecimiento del absolutismo por Fernando VII (1814-1833), que perseguía a los liberales y reprimía la vida cultural.
Durante el reinado de Fernando VII muchos intelectuales tuvieron que exiliarse en Francia o Inglaterra, países en los que entraron en contacto con la literatura romántica. Por eso el Romanticismo no pudo triunfar en España hasta la muerte del rey (1833) y la consiguiente rehabilitación de los liberales. De esta manera se produjo una coincidencia entre la implantación del liberalismo y el triunfo del Romanticismo.
La primera obra romántica estrenada en España fue La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa; aunque situada en la Venecia medieval, la pieza trata de la lucha de los defensores de la libertad contra un tirano.
El Romanticismo español, que se había implantado tardíamente, duró poco, apenas una década (1834-1844). Después, hasta 1868, sobreviene un período de transición –el llamado Posromanticismo-, en el que la literatura va evolucionando hacia el Realismo.
4. La sociedad del Realismo
4.1 Cambios políticos y sociales en la segunda mitad del siglo XIX
En el terreno político, la época del Realismo tiene su origen en el movimiento revolucionario de 1848, que sacudió a toda Europa. De nuevo es Francia la que marca la pauta de la política en el continente europeo. La monarquía de Luis Felipe es derrocada y sustituida por un régimen republicano.
En la segunda mitad del siglo se produce el abandono del espíritu revolucionario por parte de la burguesía, que ahora busca la estabilidad y la moderación. Las transformaciones sociales que se producen en este periodo son de gran transcendencia. El crecimiento de la industria va asociado al aumento de población en las grandes ciudades, que concentran también el comercio y los servicios. Al mismo tiempo, los países más desarrollados (Inglaterra, Francia) se expanden por todo el mundo, creando grandes imperios coloniales en África y Asia, que en muchos casos perdurarán hasta la segunda mitad del siglo XX.
España vivirá todos estos fenómenos sociales con considerable retraso.
La revolución burguesa y liberal quedó muy limitada por el enorme peso que tenía la sociedad del Antiguo Régimen. La revolución de 1868 pretendió impulsar el proceso democrático, pero fracasó, y en 1875 se restableció la monarquía borbónica, con lo que se inicia el periodo conocido como Restauración.
Fue a lo largo de este periodo cuando se produjo un lento desarrollo económico y cierta modernización de la vida social; y será también esta la época que surja la novela realista española.
4.2 El progreso científico y técnico
Durante el siglo XIX la investigación científica realiza grandes progresos. Es de especial importancia la teoría de la evolución de Charles Darwin, que en 1859 publicó El origen de las especies, obra en la que explica la evolución de la vida en la Tierra mediante las leyes de la selección natural y la adaptación al medio. En 1871, en medio de un gran escándalo, Darwin publicó El origen del hombre, un estudio que considera a los primates antepasados directos del ser humano.
En el campo de la técnica, surgieron numerosos inventos que transformaron la industria y la vida cotidiana: el telégrafo, los barcos de vapor, el acero, la aspirina, el hormigón, la iluminación con gas, el uso del hierro en la construcción…
Todos estos avances proporcionaron un extraordinario prestigio de la ciencia, convertida en motor del progreso, el gran mito de la época. El pensamiento científico influyó también en las ciencias humanas. Karl Marx, creador del marxismo, estudió en El capital (1867) la historia del capitalismo y de los conflictos sociales, afirmando que obedecían a unas leyes objetivas, las de la lucha de clases. A la revolución burguesa debía sucederle la revolución proletaria, que había de implantar un sistema socialista, sin clases. El marxismo se convirtió se convirtió en la ideología del movimiento obrero, y, a través de los sindicatos y los partidos socialistas, fue adquiriendo gran influencia política en los países industrializados.
5. La literatura del Realismo
Las repercusiones de los cambios sociales y científicos en el terreno del arte y la literatura fueron importantes. La burguesía abandona el ideario romántico, demasiado exaltado, y lo sustituye por una mentalidad realista, más apropiada para un periodo en el que ya no se buscan cambios radicales. Por eso la realidad social es descrita ahora tal como es, y no como debería ser. Entre las características que definen el Realismo cabe destacar las siguientes:
1
Se busca, por encima de todo, la objetividad.
El escritor aplica el método experimental,
intentando que su obra refleje la realidad social de manera exacta. La subjetividad del autor,
sus sentimientos, deben quedar al margen de la obra. La novela se convierte así en un
reflejo, en un espejo de la vida.
2
El afán de objetividad es compatible, sin embargo, con el punto de vista narrativo
omnisciente, es decir, aquel en que el autor anticipa lo que va a ocurrir, opina y juzga a sus
personajes y dialoga con el lector. Por ejemplo, Clarín, en Su único hijo
3
Los argumentos se basan en la realidad vulgar, cotidiana.
Ya no se trata de historias
extraordinarias, llenas de aventuras y de sucesos insólitos, sino de relatos que pretenden
ser verosímiles, protagonizados por personajes comunes, tomados de la realidad. No se
sitúan en épocas anteriores o ambientes exóticos, sino en el contexto próximo, reconocible,
contemporáneo del autor y del lector.
4
Las obras giran en torno a un protagonista, que con frecuencia les da título: David
Copperfield, Ana Karenina, Madame Bovary… La obra literaria se convierte en el relato
del choque entre sus aspiraciones personales y las normas sociales. De este choque el
protagonista suele salir derrotado. En buena parte, se trata del conflicto que ya habían
planteado los románticos, sol o que ahora el autor se pone del lado de la realidad,
“castigando” con el fracaso a los personajes demasiado idealistas.
5
El estilo es sobrio, sencillo, sin complicaciones formales. Esta sencillez aparente no debe,
Sin embargo, atribuirse al descuido de la espontaneidad. Con frecuencia es fruto de una
intensa labor de depuración. Flaubert repasaba una y otra vez sus obras, y a veces dedicaba
días enteros a pulir un solo párrafo.
6
El Realismo se expresa sobre todo por medio de la novela, el género más apto para describir
la realidad social. El género novelístico experimentará un extraordinario desarrollo. En
cambio, la poesía del periodo realista tiene escaso valor literario, mientras que el teatro sigue
utilizando los procedimientos románticos sin alcanzar grandes resultados. Por eso, cuando
hablamos de Realismo tendemos a identificarlo con la novela realista.
7
El propósito de describir la sociedad en su totalidad casi nunca se cumple, porque el escritor
realista se limita a describir el mundo de la burguesía, de la clase media, con escasas
incursiones en los ambientes de los obreros o de los marginados. Será el Naturalismo el
que incorpore estos sectores a la novela.
6. El Naturalismo
En el último tercio del siglo XIX se desarrolla en Francia una tendencia novelística conocida como Naturalismo. Fue creada por Émile Zola (1840-1902), quien inspirándose en los métodos de las ciencias experimentales, pretende que el novelista actúe como un científico.
Se trata, pues, de que el novelista estudie a sus personajes y los describa con exactitud científica, mostrando que su conducta está determinada por la herencia genética y el ambiente social en que viven.
La novela intenta convertirse en un documento con valor sociológico. Para lograr ese objetivo, el escritor naturalista imita el método científico:
Observación y documentación de ambientes y personajes, comprobación de datos…
El escritor naturalista utiliza descripciones muy detalladas y explica el comportamiento de los personajes apoyándose en la psicología y la medicina. Se muestra más audaz en la descripción de los aspectos sórdidos o desagradables de la vida humana, con personajes marcados por taras físicas o psíquicas de carácter hereditario, o embrutecidos por la miseria.
TEMA 13:LA POESÍA DEL SIGLO XIX
1. La poesía del Romanticismo
La poesía lírica adquirió un gran desarrollo durante el Romanticismo, ya que era el género más apto para la expresión de los sentimientos: el desengaño amoroso, la soledad, las ilusiones e ideales…
En especial, la poesía romántica alcanzó niveles de extraordinaria calidad en Alemania, Inglaterra y Francia.
1
En Alemania destacó Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), cuyas obras anunciaron
algunos de los motivos y temas del Romanticismo: en Fausto encarna el ansia de vivir más
allá de los límites de la realidad y en la novela Las cuitas del joven Werther crea un modelo
literario y vital para la generación romántica. Otro autor importante fue Heinrich Heine
(1797-1856). Este escritor abandonó el tono retórico del primer Romanticismo y empleó
un lenguaje más sencillo, que sirvió de modelo a Bécquer y Rosalía de Castro.
2
En Inglaterra, el autor más influyente fue lord Byron (1788-1824), cuya obra El corsario
contribuyó a formar la figura del héroe romántico, que se rebela ante los convencionalismos
de su época.
3
En Francia sobresale la figura de Victor Hugo (1802-1885), autor de las obras poéticas
como Las orientales y La leyenda de los siglos, y también de dos novelas célebres: Nuestra
Señora de París y Los miserables.
Por su contenido, podemos dividir la poesía romántica en dos clases:
lírica –expresa sentimientos- y narrativa –relata sucesos históricos o legendarios-.
1.1 La poesía lirica
La lírica del Romanticismo se caracterizó por el uso de un estil retórico y altisonante, con abundancia de exclamaciones, como en este poema del dique de Rivas:
En cuanto a la métrica, la poesía romántica trajo consigo numerosas innovaciones formales, fruto del ideal de libertad creativa del autor y de la importancia que concedían los poetas a la inspiración. Los románticos usaron las estrofas clásicas, pero crearon nuevas combinaciones métricas. La polimetría, el uso de diversas variaciones métricas dentro del mismo poema, fue una práctica corriente. Dentro de las estrofas de arte mayor, la estrofa más popular fue el cuarteto, con diversas variantes. En cuanto a las estrofas del arte menor, la redondilla y la quintilla se usaron tanto en el teatro como en la poesía. Pero la composición favorita, por su arraigo en la tradición clásica española, fue el romance.
Los temas románticos abarcan una misma gama de motivos y sentimientos:
La mujer ideal, el desengaño amoroso, la tristeza, la soledad. Con frecuencia, estos sentimientos se funden con un paisaje o una ambientación que refleja la melancolía del poeta a través de elementos como la noche, la luna, el cementerio, las ruinas medievales, el mar, la tempestad…
1.2 La poesía narrativa
Más que la expresión de sentimientos, en la poesía romántica española abundó la narración de leyendas y de acontecimientos históricos. Teniendo en cuenta la extensión, clasificamos la poesía romántica de carácter narrativo en dos grandes grupos:
1
·Poemas extensos
Son poemas narrativos de varios miles de versos, que tratan temas
históricos, legendarios o fantásticos: El moro expósito, del duque de Rivas, Granada, de
José Zorrilla, o El estudiante de Salamanca, de Espronceda.
2
·Poemas breves
La estrofa más utilizada en este tipo de poemas fue el romance. El duque
de Rivas se orientó más hacia la temática histórica en sus Romances históricos, mientras
que Zorrilla se especializó en las leyendas basadas en tradiciones populares y en la
recreación del Romancero medieval.
2. La poesía realista y posromántica
Hacia la mitad del siglo XIX, la poesía romántica ya daba síntomas de agotamiento, La exaltación del primer Romanticismo va dando paso a una mentalidad más escéptica y sosegada.
La reacción contra el sentimentalismo romántico se hizo desde posiciones diversas. En el caso de la poesía, podemos señalar varias tendencias:
1
·Poesía realista
Su principal representante es Ramón de Campoamor (1817-1901), que se
que se burlaba del sentimentalismo romántico con un lenguaje marcadamente prosaico.
2
·Poesía ideológica, de temática filosófica, religiosa o social, que se expresa con un estilo
retórico, y que tiene como poeta más representativo a Gaspar Núñez de Acre (1834-1903).
3
·Poesía posromántica, continuadora del intimismo romántico, pero con un tono menos
retórico y un lenguaje más sencillo. Bécquer y Rosalía de Castro son sus exponentes.
3. La poesía de laRenaixença
A partir de la publicación de la “Oda de la Pàtria” (1833), de Bonaventura Carles Aribau, el catalán volvió a ser utilizado en la literatura culta, originando un florecimiento que se conoce como Renaixença. El sacerdote Jacint Vergader (1845-1902) fue el poeta más importante de este movimiento cultural. Aunque también trató temas intimistas, se ha hecho más conocida su poesía épica, con poemas como L’Atlàntida, que recrea el mito platónico de los atlantes y el descubrimiento de América, y Canigó, ambientado en la Cataluña medieval. Su poesía cívica se hizo eco del dinamismo de la sociedad catalana.
4. Rosalía de Castro
Nacida en Santiago de Compostela, Rosalía de Castro (1837-1885) tuvo una infancia solitaria y enfermiza. En 1858 se casó con Manuel Murguía, destacado intelectual gallego, que lideró el Rexurdimento, es decir, el movimiento de recuperación de la lengua y la cultura gallegas. El matrimonio, que sufrió frecuentes desavenencias y serias dificultades económicas, residió en La Coruña, Santiago y Padrón. Tuvieron siete hijos, de los que varios murieron con pocos años. Rosalía se dedicó al cuidado de su familia, sin abandonar la creación literaria.
4.1 Obra poética
En su obra poética, Rosalía empleó tanto el castellano como el gallego. En esta última lengua publicó Cantares gallegos y Follas novas, que supusieron el renacimiento de la poesía tradicional gallega.
Rosalía no solo describe la belleza del paisaje de su tierra, sino que se solidariza con la difícil situación de los campesinos y de los emigrantes gallegos.
En las orillas del Sar, obra escrita en castellano, constituye un enlace entre la poesía becqueriana y la modernista.
Rosalía utilizó un estilo muy sencillo y directo, pero que es resultado de un gran dominio de las técnicas poéticas. Creó nuevas estrofas, basadas preferentemente en al asonancia. Es perfecta, por otra parte, la fusión de los sentimientos personales con la descripción del paisaje.
AUTORES Y OBRAS CLAVE
José de Espronceda
José de Espronceda (1808-1842) es un claro representante del Romanticismo exaltado, vinculado a las revoluciones liberales de su tiempo. Nació en Almendralejo, un pueblo de la provincia de Badajoz. Estudió en Madrid, y tuvo como profesor al poeta Alberto Lista. En pleno periodo de represión absolutista, con otros amigos del colegio fundó una sociedad secreta de carácter liberal, por lo que fue detenido y encarcelado. Por afán de aventuras se marchó en 1827 a Lisboa, donde conoció a Teresa Mancha, el gran amor de su vida. En París vivió con Teresa, que abandonó a su marido. En 1833 regresaron a España, donde, a la muerte de Fernando VII, había comenzado la instauración de un régimen liberal. Espronceda tomó parte activa en la vida política del país desde posiciones radicales, de orientación republicana y socialista. Teresa lo abandonó, llevándose a la hija de ambos y dejándole sumido en la desesperación. Un día de 1839, por casualidad, el poeta se enteró de que ella acababa de morir. La fuerte impresión que le produjo esta muerte se plasmó en su poema “Canto a Teresa”. La agitada vida de Espronceda, típicamente romántica, terminó en plena juventud a causa de una infección de garganta.
Poemas líricos
Los poemas líricos de Espronceda tratan diversos asuntos, como la defensa de los marginados (“Canción del pirata”, “El reo de muerte”) o sus ideales políticos (“A dos de mayo”). La lamentación por la juventud perdida aparece en “A una estrella” y en “A Jarifa en una orgía”.
El estilo poético de Espronceda es un reflejo de su temperamento apasionado: gusta del verso rítmico, sonoro; de los contrastes violentos; de las innovaciones sorprendentes… La musicalidad de su poesía ha contribuido a hacerla muy popular; es lo que ocurre, por ejemplo, con la “Canción del pirata”, uno de los poemas más conocidos de la literatura española.
Poemas narrativos
Dos son los poemas narrativos extensos de Espronceda: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.
1
El estudiante de Salamanca está ambientado en el siglo XVII y protagonizado por Félix de
Montemar, personaje donjuanesco que simboliza la exaltada y rebelde vitalidad romántica. Félix seduce y abandona a Elvira, que muere de dolor. Una noche vislumbra a una dama vestida de blanco que pasea por las calles. La va persiguiendo hasta que, horrorizado, descubre que es el esqueleto de Elvira. El fantasma lo arrastra a los infiernos en un torbellino.
El poema consta de 1.704 versos y está dividido en cuatro partes de extensión desigual. Presenta gran variedad métrica: romances, octavillas, octavas reales, serventesios, décimas, así como combinaciones métricas originales creadas por el autor. El estilo es efectista y grandilocuente, con imágenes sorprendentes, truculentas y llenas de contrastes violentos.
2
El diablo mundo ofrece una mezcla de distintos géneros: hay fragmentos líricos, narrativos, teatrales… El tono oscila bruscamente entre lo sublime y lo filosófico y lo grotesco y vulgar. El poema, se quedó inacabado, tiene una intención ideológica, la de demostrar que el hombre es bueno por naturaleza y que es la sociedad la que lo convierte en egoísta y malvado.
El protagonista, que tiene el simbólico nombre de Adán, es un sabio que, por medios sobrenaturales, se convierte en un joven con alma infantil, sin ninguna malicia. Pronto irá descubriendo la maldad humana, aleccionado por un viejo delincuente. Especial interés tiene la segunda parte del poema, el “Canto a Teresa”, una emocionada elegía en la que Espronceda recuerda las apasionadas relaciones que mantuvo con su amada.
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida (1836-1870) nació en Sevilla. Pronto adoptó el apellido de Bécquer de sus antepasados belgas, que se habían establecido en la ciudad hispalense en el siglo XVII. Su infancia estuvo marcada la temprana muerte de sus padres. Estudió pintura en el taller de un tío suyo, pero a los dieciocho años decidió irse a Madrid para triunfar como poeta. En la capital pasó dificultades económicas. Tuvo que escribir trabajos periodísticos, traducciones, libretos de zarzuelas… En 1857 dirigió un ambicioso proyecto editorial, la Historia de los templos de España, que se interrumpió al cabo de unos meses por razones económicas.
En 1858 se enamoró platónicamente de Julia Espín, quien más adelante sería conocida cantante de ópera. Ella parece ser la inspiradora de una parte de las Rimas, que empezó a escribir en esa época.
A finales de 1860 se colocó como redactor de El contemporáneo, diario en el que publicó buena parte de sus leyendas y todo tipo de artículos de actualidad. Bécquer se casó en 1861 con Casta Esteban, pero no fue feliz en su matrimonio; ella no le fue fiel, y los cónyuges vivieron separados durante largo tiempo. El poeta murió en 1870, víctima de una pulmonía.
Las
Rimas
La obra poética de Bécquer es breve, pero muy valiosa. Sus Rimas se componen de una serie de poemas cortos, divididos en cuatro apartados temáticos:
-La poesía y la inspiración poética (rimas I-VIII).
-El amor ilusionado (rimas IX-XXIX).
-El fracaso amoroso y el desengaño consiguiente (rimas XXX-LI).
-La soledad y la muerte (rimas LII-LXXVI).
Se trata, pues, de una poesía subjetiva, que expresa las vivencias del poeta. El estilo es sencillo, pero de una gran perfección formal. Bécquer crea estrofas nuevas, con preferencia por la rima asonante. De esta manera, el contenido del poema se expresa sin retórica, pero con gran intensidad. Para el poeta sevillano, la poesía no debía tratar temas sociales o ideológicos, que podían abordarse en prosa, sino los temas íntimos que el lenguaje usual no es capaz de expresar. El problema principal que ha de afrontar el poeta es, precisamente, el de decir lo que no se puede comunicar fácilmente, esto es, utilizar el lenguaje para hablar de los sentimientos más hondos.
La poesía de Bécquer recibe la doble influencia de la lírica romántica alemana –en especial la de Heine- y de las canciones populares andaluzas. El intimismo germánico y las formas sencillas de la poesía andaluza se funden en su obra, dando lugar a una nueva manera de entender y escribir la poesía.
Bécquer tendrá una enorme influencia posterior, por lo que podemos considerarlo como el percusor de varias tendencias de la lírica contemporánea. Esta influencia se hace visible en los grandes poetas del siglo XX: Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los autores de la generación del 27, en especial Luis Cernuda y Rafael Alberti.