La Poesía Lírica del Siglo XX hasta 1939
En este periodo, denominado la Edad de Plata por el extraordinario resurgir de la cultura hispánica, se destacan los siguientes movimientos y autores: el Modernismo (desde 1880 hasta 1914 aproximadamente), la poesía de Unamuno y de Antonio Machado, la poesía de Juan Ramón Jiménez, las Vanguardias, el Grupo del 27 y la poesía de Miguel Hernández. La fecha de 1939 señala el final de la Guerra Civil española y, en muchos casos, la continuidad de la obra poética en el exilio.
El Modernismo
El Modernismo es un movimiento introducido en España por el nicaragüense Rubén Darío, al que en un primer momento se unen Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Recoge influencias francesas, introduce la estética escapista del arte por el arte (frente al utilitarismo del dominante orden burgués) y aporta un lenguaje lleno de nuevos ritmos y deslumbrantes efectos sensoriales y musicales, muy rico también en símbolos y alusiones míticas. Su temática intimista, de inspiración romántica, expresa estados de ánimo (como la melancolía, el hastío o el tedio existencial, la tristeza, etc.) asociados a paisajes otoñales y crepusculares, atardeceres tristes, palacios antiguos en lugares exóticos, jardines solitarios… Son autores típicamente modernistas Rubén Darío (el gran maestro del movimiento), Salvador Rueda, Francisco Villaespesa y Manuel Machado (hermano de Antonio).
Noventayochismo
La poesía de Unamuno y de Antonio Machado aporta una mayor preocupación por la hondura de las ideas y de los sentimientos. Ambos introducen en sus poemas los típicos problemas existenciales y religiosos (más patentes estos últimos en Unamuno). Como autores noventayochistas, interpretan el paisaje castellano relacionándolo con la decadencia de España y la necesidad de una regeneración. En su poesía incluyen todo tipo de reflexiones, producto de las propias vivencias personales y del diálogo íntimo del poeta consigo mismo y con su tiempo, en busca de lo que A. Machado llamara «los universales del sentimiento», presentes en la temática del amor, la muerte, el paso del tiempo, Dios, la realidad… Son características comunes la tendencia hacia lo filosófico, la utilización de frecuentes símbolos y la escasa relevancia dada al ornamento poético o puramente sonoro. La poesía de A. Machado (Soledades; Soledades, galerías y otros poemas; Campos de Castilla y Nuevas canciones) ha conmovido a generaciones por su hondura, autenticidad y fidelidad ideológica.
Novecentismo
La poesía para Juan Ramón Jiménez no es sólo búsqueda de la belleza, sino medio para alcanzar la plenitud, la eternidad y el conocimiento. El mismo poeta distingue tres épocas en su obra:
- a) La época sensitiva (hasta 1915), de claro influjo becqueriano y modernista, a la que pertenecen Arias tristes y Jardines lejanos.
- b) La época desnuda o intelectual (de 1916 a 1936), que se inicia con Diario de un poeta recién casado, donde el poeta suprime todo lo que considera no esencial.
- c) La etapa suficiente o verdadera (de 1936 hasta su muerte), que evidencia la obsesión del autor por alcanzar la trascendencia y la eternidad a través de su obra (Animal de fondo, Dios deseado y deseante, etc.).
Sometida a una progresiva depuración de elementos ornamentales y a un perfeccionismo obsesivo, su poesía se hace cada vez más abstracta, mística y hermética, tendiendo al final a la prosa poética. La pretensión de llegar a un arte puro, libre de toda anécdota y sentimentalismo, ubica a J.R.J. en el Novecentismo o Generación del 14. Su influencia, tanto en su tiempo como en generaciones posteriores, ha sido enorme. Recibió el Nobel en 1956.
Las Vanguardias y la Generación del 27
El deseo de experimentar y renovar de manera radical el lenguaje poético se manifiesta en Europa durante el primer tercio del siglo XX en los movimientos de vanguardia: Futurismo, Cubismo, Expresionismo, Dadaísmo y Surrealismo. En España estos «ismos» nos llegan sobre todo mediante la obra de Ramón Gómez de la Serna y adoptan formas hispánicas en el Creacionismo y el Ultraísmo, con gran influencia sobre el Grupo del 27. Este grupo de poetas, que rinden homenaje a Góngora en el tricentenario de su muerte en 1927, lo forman Pedro Salinas, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. De su extraordinaria aportación podemos destacar la síntesis que realizan entre la mejor tradición poética española y los nuevos lenguajes procedentes de las vanguardias (especialmente del Surrealismo), así como su evolución desde una poesía pura, del poema como entidad autónoma, ajeno a la vida, hacia una poesía más rehumanizada.