Aunque Dámaso Alonso se considera parte de la Generación del 27, él mismo no se incluye en ella, porque no escribe mucha poesía y, además, toda la que crea está compuesta tras la Guerra Civil. Su obra cumbre es Hijos de la ira, con la que rompe el formalismo clasicista que presidía la poesía española en la posguerra. Está escrita en versículos (no tienen un número de sílabas fijo, ni rima), con un lenguaje lleno de duros ataques al momento presente y con imágenes que a veces recuerdan el mundo onírico del Surrealismo. Presenta una visión angustiada de la realidad, donde no faltan los ecos de la Guerra Civil ni de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un mundo dominado por el odio y la injusticia, ante el que Dios no parece responder. Otros rasgos son el léxico coloquial, a veces muy violento; paralelismos y estructuras reiterativas que recuerdan los salmos bíblicos, anáforas, interrogaciones retóricas… Por su contenido crítico y su antirretoricismo formal, este libro supone un hecho de máxima relevancia en la poesía del momento.
La revista Espadaña y el Postismo
La revista Espadaña supone un giro crucial en la poesía española, que supondrá un cambio. La mayoría de los autores que publican en Espadaña proponen una poesía anticlasicista y alejada del retoricismo de la lírica garcilasista. Espadaña busca crear una poesía para expresar la vida, que no sea un mero juego estético. En la posguerra incluiríamos también el Postismo (abreviatura de postsurrealismo), movimiento poético que reivindica la libertad creadora y el espíritu lúdico e imaginativo de las vanguardias.
El Realismo Social en la Poesía de los Años Cincuenta
A partir de los años cincuenta, nuestra literatura en general se puebla de obras en las que aparece la sociedad española con su evidente falta de libertades, desigualdad social y miseria generalizada. Se escriben bajo los cánones de la literatura realista, de ahí que se incluyan dentro de un movimiento denominado realismo social. A través de la literatura se denuncia lo que se rechaza de esa sociedad. No todas las obras de esta época podrían adscribirse al realismo social, ni tampoco este es homogéneo, sino que lo pueblan actitudes y planteamientos estéticos diferentes. Destaca la diversidad, como durante toda la segunda mitad del siglo, aunque lo que predomina en el género lírico, como en toda la literatura en general, es el realismo social.
Características del Realismo Social
- Lenguaje sencillo y coloquial, de fácil comprensión, porque lo que interesa son los contenidos más que la forma.
- La poesía busca despertar la conciencia social y, como consecuencia, la transformación de la sociedad.
- Busca aproximarse a una inmensa mayoría, en palabras de Blas de Otero, distanciándose de aquella que se dirigía sólo a una minoría.
- Se revaloriza en estos momentos la actitud poética que A. Machado llegó a defender en sus últimos tiempos de un verso más comprometido, frente a aquel, más intelectual, dirigido a un corto número de personas.
Autores Clave del Realismo Social
Blas de Otero (1916-1979)
Blas de Otero tiene una obra lírica que es como una síntesis de la poesía compuesta en España desde el final de la Guerra Civil. Y es que sus versos pasan de ser típicos de la llamada poesía arraigada de la inmediata posguerra a ser los más característicos de lo que se denominó poesía desarraigada, del que es un buen ejemplo su libro Ángel fieramente humano. Durante los años cincuenta y sesenta, será el más destacado representante de la poesía social. Su última etapa está construida a partir de una forma más experimental, acorde con la búsqueda de nuevos moldes expresivos en la poesía española desde finales de los sesenta, que en su caso tendrá un alto carácter autobiográfico.
Gabriel Celaya (1911-1991)
Durante la efervescencia poética de la República, que conoció bien, Gabriel Celaya escribió su primer libro, al que seguirán otros muchos, dando prueba de un largo y profundo quehacer poético. Durante los años 40, su poesía desvela ecos de corrientes pasadas, como el Surrealismo, pero poco a poco va encontrando una voz personal. Evoluciona hacia una poesía con lenguaje coloquial, sesgo narrativo y contenido social. Cantos iberos es su libro más significativo, pero no el único. En su posterior producción se reconocen nuevos caminos poéticos.
José Hierro (1922-2002)
En Tierra sin nosotros, su primera obra, aparece la desolación, que se verá en sus obras posteriores, de una patria un día habitable, convertida en ruinas. Su poesía es poderosamente evocativa y ahonda en una intimidad erosionada por un tiempo implacable. Se percibe la influencia de Gerardo Diego. Se inició con una temática reivindicativa testimonial, la memoria de un niño de la guerra, si bien no es un poeta social al uso; poco a poco fue haciéndose más colectiva y existencial. Tras un silencio poético de algunos años, a partir de los 70 encontramos nuevas obras suyas en los 90.