Contexto Histórico: España bajo la Dictadura Franquista
España se encontraba bajo la dictadura del general Franco, caracterizada por el aislamiento internacional y la represión política. A partir de los años 50, se inicia una gradual apertura hacia el exterior y un incipiente desarrollo económico.
La Poesía Española de los Años 40
Tras la Guerra Civil, el panorama cultural era desolador: muerte, exilio, humillación y silencio marcaron el fin de la llamada Segunda Edad de Oro. La preocupación por el ser humano se tradujo en una profunda reflexión existencial y un creciente interés por los problemas sociales, ejes centrales de la poesía más significativa de las décadas de 1940 y 1950.
Los poetas de esta época suelen agruparse bajo la denominación de Generación del 36. El panorama poético de los años 40 fue variado, mostrando diversas tendencias:
Poesía Arraigada
Se caracteriza por ser una poesía de evasión, no comprometida directamente con la realidad social y política. Las revistas Escorial y Garcilaso aglutinaron a poetas como Leopoldo Panero y Luis Rosales, quienes apostaron por una estética clásica. Sus temas recurrentes incluían el patriotismo, y las vivencias amorosas o religiosas tratadas con un tono íntimo.
Poesía Desarraigada
En contraposición, la revista Espadaña defendió una poesía comprometida con el ser humano, menos retórica y de corte existencial, que buscaba expresar la angustia vital. Fueron decisivas las obras de Dámaso Alonso (Hijos de la ira) y Vicente Aleixandre (Sombra del paraíso). La ruptura temática y formal fue total. Dámaso Alonso expresó un profundo desarraigo y una protesta contra el mundo arrasado por la guerra. En conexión con el existencialismo de la época, su obra muestra a un Dios silencioso al que el poeta interpela y pide cuentas.
Postismo
Poetas como Carlos Edmundo de Ory enlazaron con la estética y la rebeldía vanguardista, especialmente con el Surrealismo. En una línea similar se situó el Grupo Cántico, que promovió una poesía neobarroca con reminiscencias de la Generación del 27.
La Poesía Española en los Años 50: El Auge de la Poesía Social
Hacia 1950, culmina la corriente de la poesía social o realismo social. Su objetivo era mostrar la verdadera realidad del ser humano y del país, en contraste con la versión oficialista. La poesía se concebía como una herramienta para transformar la sociedad, denunciando injusticias, desigualdades sociales y la falta de libertades políticas.
Características principales:
- El tema y el mensaje priman sobre la forma; los aspectos técnicos o estilísticos se consideran secundarios.
- Se busca dar testimonio de las dificultades económicas, la alienación, y cantar a la solidaridad y la lucha.
- El tema de España y la Guerra Civil son puntos de referencia constantes.
- Lenguaje directo, coloquial y, a menudo, prosaico, con el fin de dirigirse a la mayoría de la población.
Poetas destacados: Blas de Otero (Pido la paz y la palabra, Que trata de España), José Hierro y Gabriel Celaya (Cantos íberos).
La Poesía Española en los Años 60: La Generación del Medio Siglo
En torno a 1960, surge un nuevo grupo de poetas, conocido como la Generación del Medio Siglo o Segunda Generación de Posguerra. Sin renunciar al compromiso, buscaron elevar la calidad artística de la poesía.
Poetas destacados: Ángel González, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Francisco Brines, José Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma.
Rasgos distintivos:
- La poesía se convierte en un medio de comunicación de la realidad, buscando revelar vivencias personales íntimas.
- Las composiciones parten a menudo de anécdotas cotidianas y la reflexión sobre ellas.
- Tratamiento del lenguaje más artístico, huyendo del tono exaltado de la poesía social.
- Búsqueda de un estilo personal donde el humor, la ironía, las referencias culturales (lecturas, canciones populares) crean una sensación de conversación íntima con un lector más culto.
- Preferencia por el versículo sobre las estrofas clásicas y la rima.
- Influencia de los poetas sociales y de Antonio Machado.
Posteriormente, su trayectoria se inclinará hacia el intimismo y la expresión de la experiencia individual, dando lugar a la llamada «poesía de la experiencia» o «poesía del conocimiento».
Títulos destacados: Tratado de urbanismo (Ángel González), Moralidades y Poemas póstumos (Gil de Biedma), Don de la ebriedad (Claudio Rodríguez), Salmos al viento (Goytisolo).
Autores Destacados de la Posguerra
Miguel Hernández
Aunque no pertenece estrictamente a la Generación del 27, su contacto con ellos le permitió asimilar el gongorismo, el surrealismo y la rehumanización del arte. Sus poemas, intensos y auténticos, están traspasados por profundas emociones.
Temas principales:
- El sentimiento trágico de la vida: La pena, el sufrimiento y la muerte son centrales.
- El amor: Explorado en sus facetas de dolor, plenitud conyugal y pasión carnal irrefrenable.
- El compromiso social y político: Solidaridad con los humildes y un espíritu combativo y revolucionario durante su etapa en el frente republicano.
Su lenguaje poético evoluciona, pero mantiene un estilo directo y emotivo, destacando el uso de símbolos, metáforas y recursos de repetición. Dominó la métrica tradicional castellana (endecasílabo, octosílabo, tercetos encadenados, romances, sonetos…).
Etapas de su obra:
- Primera etapa: Influenciado por la Generación del 27. Su obra de madurez es El rayo que no cesa, donde ya afloran los temas del amor, la vida y la muerte (incluye la célebre «Elegía a Ramón Sijé»).
- Segunda etapa: Marcada por Viento del pueblo, obra de compromiso social y político donde se erige como voz del pueblo y los pobres, animándolos a la lucha durante la guerra.
- Tercera etapa: Compuesta en la cárcel, Cancionero y romancero de ausencias refleja el dolor por la separación familiar y la falta de libertad.
Blas de Otero
Su poesía muestra una tensión constante entre la esperanza y la dificultad de vivir en un presente duro.
Tendencias temáticas:
- Poesía existencialista
- Poesía amorosa
- Poesía social
- El tema de España
En cuanto al estilo, es un artesano del lenguaje, empleando aliteraciones, paralelismos, juegos de palabras y expresiones coloquiales. Utiliza tanto formas métricas clásicas (soneto) como el verso libre y el versículo. Destaca el ritmo duro y distorsionado de sus poemas, logrado a menudo mediante encabalgamientos, que comunica su pasión arrebatada.
Etapas de su obra:
- Primera etapa (años 40): Sigue la línea existencial de la poesía desarraigada. Lenguaje violento, llegando a interpelar e incluso acusar a un Dios ausente por su pasividad ante la angustia humana. Obras clave: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.
- Segunda etapa (poesía social): Abandona los temas personales para solidarizarse con la colectividad. Sus preocupaciones se centran en el ansia de libertad, justicia y paz. Simplifica su lenguaje, volviéndolo más coloquial para alcanzar a un mayor número de lectores. Emplea tanto el versículo como la métrica popular. Obra destacada: Pido la paz y la palabra.
Jaime Gil de Biedma
Junto con José Agustín Goytisolo y Carlos Barral, formó la llamada Escuela de Barcelona. Su poesía se centra en la realidad de su tiempo, tratada con racionalidad. Cultivó la poesía de la experiencia, extrayendo sus temas de vivencias cotidianas, aunque con un trasfondo de compromiso social y denuncia política.
Temas recurrentes:
- El paso del tiempo
- El amor y el erotismo
- El análisis de experiencias personales
El tono de sus poemas es coloquial, casi conversacional, a menudo irónico y hasta cínico. Obras representativas de esta etapa son Compañeros de viaje y Moralidades. Su última obra, Poemas póstumos, evidencia la angustia por la vejez frente al recuerdo de una juventud vital. Su aportación a la poesía española de posguerra es considerada una de las más sólidas y de mayor influencia posterior.
Gloria Fuertes
Publicó su primer poema con apenas 14 años, en 1932. La Guerra Civil dejó una profunda huella en ella, llevándola a defender el pacifismo y rechazar la violencia. Entre 1939 y 1953 dirigió la revista infantil Maravillas, donde publicó cuentos y poemas semanalmente. Su participación en programas infantiles de TVE hizo que durante mucho tiempo se la considerase principalmente una autora de literatura infantil.
En 1942 conoció a Carlos Edmundo de Ory, fundador del Postismo, cuya influencia se refleja en los aspectos más vanguardistas de su obra. En 1950 publicó Isla ignorada, su primer poemario. En 1951 fundó el grupo «Versos con faldas», plataforma desde la que visibilizó otra de sus grandes preocupaciones: la lucha por los derechos de las mujeres.
Obras destacadas: Ni tiro, ni veneno, ni navaja (1965), Cangura para todo (1966), Poeta de guardia (1968), Cómo atar los bigotes del tigre (década de 1960).
Como otros miembros de su generación, la denuncia de la injusticia es un tema esencial, junto a la soledad, el dolor, el amor, Dios… Su propia vida es un referente constante. Su estilo trasciende el realismo social gracias a su apuesta vanguardista, incorporando juegos de palabras, enumeraciones caóticas y metáforas visionarias. Fuertes buscó dignificar el lenguaje cotidiano con un estilo sencillo pero muy trabajado. El humor es otro de sus rasgos más característicos.