La Lírica Española Desde la Posguerra Hasta Finales de los Años 50
Contexto Histórico y Cultural
Durante la Guerra Civil, la poesía siguió viva en España. Los poetas no se mantuvieron al margen de las circunstancias tan graves que atravesaba el país, por lo que muchos quisieron estar con sus escritos al servicio de las diferentes causas políticas. El final de la Guerra Civil trae consigo el exilio de muchos intelectuales españoles. Muchos escritores continúan su carrera literaria fuera de España, pero también hay otros que prácticamente la comienzan ya fuera de la Península.
La dispersión geográfica de estos autores, sus diversas ideologías, lo prolongado del destierro y, por tanto, la consiguiente integración progresiva en las sociedades de acogida, cada una con sus particularidades, hacen difícil establecer líneas generales para todos ellos. Existe una evocación de la España perdida, el recuerdo de la Guerra Civil, el deseo de recuperar el pasado, la nostalgia más o menos intensa y la fuerte experiencia humana del destierro. Existe una evolución desde los primeros tiempos –tono apasionado y desgarrado, plagado de reproches a los vencedores– hasta que, suavizado por el tiempo, ese tono se tiñe de añoranza, recuerdo melancólico y ahondamiento en la interioridad personal. Los poetas españoles más importantes (Juan Ramón Jiménez y la mayoría de los escritores del 27, entre otros) parten hacia el exilio, donde siguen con su labor creadora.
Tras la guerra civil, nuestra cultura se ve condicionada por la nueva situación política. Se instaura una rígida censura que decide qué es lo que puede o no ser publicado, visto y oído. Para cubrir las necesidades de ocio se va a desarrollar una variada subliteratura (tebeos, novelas rosa, novelas del oeste, largas radionovelas…). Se permitieron también representaciones teatrales y espectáculos musicales, con el destacado impulso, por ejemplo, de las canciones folclóricas. Lo que se traducía era una literatura menor, por esta razón, y a diferencia de lo ocurrido en el periodo de preguerra, ni los lectores ni los nuevos escritores pudieron conocer las novedades literarias de fuera, con el consiguiente empobrecimiento de nuestra realidad cultural.
En lo que se refiere a la poesía, después de la guerra prevaleció también la general pobreza cultural, si bien fue en este género donde mayor riqueza y diversidad se pudo hallar tras el 39.
Poesía Arraigada
En los primeros años de la posguerra, la producción poética acogía sobre todo textos de tono belicista y de exaltación de la ideología vencedora. Dos revistas se podrían destacar: Escorial y Garcilaso. En la primera publican los más destacados poetas filofalangistas. En el caso de Garcilaso, la adscripción política de los colaboradores no es tan estricta.
La poesía que aparece está inspirada en grandes poetas del pasado español, como Garcilaso. Estos poemas se insertarán en moldes clásicos (sonetos, tercetos, cuartetos, décimas) y los temas son también clásicos: el amor, el paisaje, la religión. La visión del mundo es optimista, confiada y esperanzadora, sin que tenga cabida la denuncia del penoso momento que vive España. Dámaso Alonso designó esta producción como poesía arraigada.
Poesía Desarraigada y el Cambio de Rumbo
En 1944 se producen tres importantes hechos en la poesía: Vicente Aleixandre –uno de los poetas del 27 que permaneció en España– y Dámaso Alonso publican, respectivamente, Sombra del paraíso e Hijos de la ira, y en León aparece el primer número de la revista Espadaña. Supone un cambio, los autores empiezan a reflejar la disconformidad con el entorno, sus inquietudes existenciales y se producen los primeros pasos de denuncia social y política. La poesía desarraigada calará en muchos poetas del momento y sería la base para una nueva orientación social de la poesía de los años cincuenta.
Sombra del Paraíso de Vicente Aleixandre
Coincide la crítica en ver Sombra del paraíso como un libro de gran belleza, tendente a reflejar un mundo soñado que ansía lo puro y elemental. Podría ser definido como un drama poético, un cántico de la luz desde la oscuridad.
En su primera parte habla del paraíso perdido, y es una visión del cosmos en plena gloria, antes de la aparición del hombre, con el que llega el dolor y la conciencia del fin. Esa conciencia de transitoriedad será el tema de la segunda parte, que a su vez anuncia el tema del vivir humano, central en su producción posterior.
Dámaso Alonso y la Generación del 27
Dámaso Alonso fue un eminente filólogo y crítico literario, es habitualmente considerado miembro de la Generación del 27 por sus estrechas relaciones personales con los miembros del grupo, así como por sus estudios de Góngora.