Pedro García Cabrera y su poema ‘Un día habrá una isla’
Pedro García Cabrera nació en Vallehermoso, La Gomera, en 1905. Con el estallido de la Guerra Civil, fue apresado y deportado a Villa Cisneros. Al terminar la guerra, fue recluido en prisión hasta que en 1946 se le concedió la libertad condicional.
Etapas literarias de Pedro García Cabrera
Dividimos sus obras en tres etapas:
- Durante la primera, publicó una revista literaria canaria en cuyo consejo de redacción entró y vio la luz su primera obra de relevancia: Líquenes (1928).
- La segunda etapa del autor se caracteriza por su ingreso en prisión en el Sáhara, donde terminó varias obras.
- Su tercera etapa es conocida por plasmar sus inquietudes en uno de los primeros suplementos literarios del archipiélago.
Toma influencias del vanguardismo, así como del surrealismo o del creacionismo, al igual que de autores de gran importancia como Lorca, Alberti o Juan Ramón Jiménez. Posee una marcada identidad canaria y un gran compromiso social, y pertenece a los movimientos modernistas de comienzos del siglo XX. Este poema, que es resultado de su vivencia personal, está escrito en el periodo franquista, por lo que recibe influencias de la situación que vive España en ese momento. Recordemos, además, que el autor estuvo en prisión por su ideal socialista y revolucionario, pudiendo sufrir una censura que repercute en sus obras.
Estructura del poema ‘Un día habrá una isla’
El contenido se estructura en cuatro partes:
- Versos 1-2: convencimiento inicial de que algún día habrá libertad en su tierra (isla).
- Versos 3-5: deseo de acabar sus días en ese lugar.
- Versos 6-13: confianza en la lucha colectiva para alcanzar su objetivo.
- Versos 14-18: petición y convencimiento final: la libertad otorgará la felicidad a los pueblos.
En este poema, denominado “Un día habrá una isla”, la fuerte carga lírica se acentúa ya desde los versos iniciales con la presencia de la primera persona gramatical. La estructura del poema se caracteriza por su disposición circular: el poeta empieza (v. 1 y 2) y acaba de modo similar (final del v. 17 y v. 18) necesitando la existencia de un espacio, de un entorno mejor, de un futuro más justo y solidario… y no solo para disfrutarlo él, en su soledad. Al contrario, el deseo del poeta es justamente compartido con los demás (v. 5, v. 16). En los versos centrales del poema (6-13) especifica esos otros grupos. Así, observamos las alusiones, estructuralmente expresadas de modo paralelístico y semánticamente adornadas con metáforas y metonimias (v. 7 y 13) y sucesivas perífrasis (v. 8-12) que señalan en su conjunto a los diferentes, a los que sufren, a los que se muestran llenos de convicción, a los perseguidos. Empleo recurrente del hipérbaton que pone de relieve ideas y conceptos clave.
Recursos literarios en ‘Un día habrá una isla’
Lo observamos en los versos 6 y 7, que destacan la imagen de la soledad y la presencia de los otros respectivamente, así como en el verso 16, que evoca la imagen de la esperanza («la alegría del mar»). Aparece una personificación (atribución de cualidades humanas a seres inanimados o irracionales). Esta se encuentra en el segundo verso. A continuación, apreciamos una metonimia en “a todos los que pisen sus orillas”. El autor utiliza también la elipsis. Anáfora en el octavo y décimo verso. En el verso 15, “del combate en que muero y en que vivo” representa de manera evidente una antítesis. Por último, vemos una metáfora.
Léxico
En cuanto al léxico, podríamos destacar el empleo de palabras que tienen relación con la libertad o la falta de ella. Así representa la carencia de libertad, y el adjetivo refuerza la negatividad de ese silencio. Por otro lado, «horizontes y manos de esperanza» defienden la libertad tratando de reforzarla. Del mismo modo, el poema está dotado de connotaciones evidentes que se encuentran relacionadas con la época en la que la dictadura franquista limitaba las libertades y el derecho de expresión.
Aspectos morfosintácticos
Por lo que respecta a sus aspectos morfosintácticos, cabe señalar la combinación de frases enunciativas, así como el abundante uso de verbos en contraposición a la relativa ausencia de adjetivos. En cuanto a los tiempos verbales utilizados, podemos destacar el futuro debido a la intención del autor de plasmar la esperanza de que en un futuro tenga libertad social y literaria.
Asimismo, el autor utiliza el presente para mostrar el sufrimiento, así como las ganas de libertad. En cuanto a las personas gramaticales, encontramos la primera persona del singular en la primera parte y en la tercera parte del poema.
Por último, vemos el uso de la tercera persona del plural como medio para mostrar el hecho de que el autor no se encuentra solo. La utilización de pocos adjetivos da más agilidad al poema y, en cuanto a la utilización de las personas gramaticales (1ª y 3ª), consigue una mayor implicación del lector, ya que el poeta, de esta manera, comparte con nosotros su deseo de libertad y nos anima a luchar por ella.
Simbología
Simbología: podemos resaltar determinados símbolos que pretenden enfatizar los sentimientos del autor, como es la libertad. Del mismo modo, «las manos de esperanza» y «cuantos partan su pan en esta isla» simbolizan los habitantes de la isla, la población que espera a que llegue ese momento en el que puedan expresarse con total libertad. Asimismo, «el rumbo en las tormentas» muestra la extrema situación que sufrió el autor por los años de encarcelamiento. Otros símbolos son: el «horizonte», el «corazón» y «el mar», el cual simboliza el premio a la libertad, el regalo que tiene una isla y es lo que para él representa la libertad y la felicidad. Podemos destacar que el verso «se tragan el tiempo en carne viva» hace referencia al paso del tiempo.