Personajes Clave en la Saga Familiar: Un Estudio de Roles y Simbolismo

Personajes Clave: Roles y Simbolismo en la Saga Familiar

El único personaje que actúa de principio a fin de la obra es Esteban Trueba. Sin embargo, son las mujeres de la novela las que sostienen la secreta vida interior de la familia. Las figuras femeninas de la obra no responden al estereotipo de mujer de clase media educada, son extravagantes y soñadoras, pero todavía se encuentran muy entregadas a las tareas del hogar. Solo Alba encarna, en parte, a las jóvenes feministas del Chile de los años 70. Lo que destaca en la novela es que el feminismo aparece mezclado con el realismo mágico. En este sentido puede comprobarse que, en general, los personajes femeninos están más desarrollados que los masculinos. Las cuatro mujeres de la saga llevan en su nombre la idea de la blancura, la luminosidad. También puede reseñarse el valor simbólico del nombre de la niña que al principio del relato decide montar un negocio de prostitución y, al final, acaba siendo la salvación de la última de las mujeres Trueba. Tránsito Soto refleja en su nombre el paso, por otra, basa su poder en la sexualidad. Amanda y Férula contienen en sus nombres su característica principal: la primera, su capacidad de entrega amorosa, tanto a su hermano, por quien acaba dando la vida, como a los hermanos Trueba, ya que con ambos mantiene relaciones; y la segunda, su autoridad, su deseo de imponerse aunque sea a costa de su propio sacrificio.

Clara

Personaje femenino principal. De niña comienza a escribir lo que será la fuente principal de la historia. Su nombre señala uno de sus atributos: la clarividencia. Representa el mundo de la espiritualidad, la creatividad y el instinto femenino. Como esposa de Esteban, cumple el papel tradicional de la mujer. El afecto que no siente por él lo vuelca en sus hijos. Con Blanca establece un estrecho vínculo que se prolongará con su nieta Alba.

Blanca

Hija de Clara y Esteban, muestra desde su infancia una personalidad dual: triste y solitaria en la ciudad, se torna alegre en el fundo. Allí es donde conoce desde niña a su gran amor, Pedro Tercero García, el hijo del capataz. Es una relación que no se materializa totalmente hasta bien entrada la madurez, en el exilio, y tras superar muchos obstáculos como el matrimonio impuesto por Trueba. Es la primera mujer de la familia que trabaja. Despliega una constante y dura actividad, pero vive sumida en la pobreza como castigo a su rebeldía.

Alba

Hija de Blanca, es quien rescata la historia familiar del olvido y la reconstruye. Recibe una formación en la que toda la familia participa. Esto la lleva a superar los arquetipos de generaciones anteriores y a ser el único personaje femenino de la familia que trasciende el ámbito privado. Llega incluso a la universidad, donde se enamora de Miguel y toma conciencia política. Puede considerarse la heroína de la historia, ya que después del sufrimiento es capaz de perdonar, con lo que su actitud simboliza la esperanza para el país. Las tres protagonistas femeninas viven en un mundo espiritual, lleno de extravagancias que chocan con el de los hombres, el mundo de lo material. Estos dos mundos se mezclan y se influyen porque lo que se pretende representar es la búsqueda de la felicidad. Todos y cada uno de los personajes buscan la felicidad, unos en el mundo de la espiritualidad, otros en el amor, otros en el poder, pero la única que parece tener posibilidades de conseguirla es Alba. Después de todo su sufrimiento se encuentra liberada de esas pasiones y halla así la justificación de su existencia. Por ello, acaba aceptando la fatalidad del destino y sigue la idea cristiana de la redención por el sufrimiento.

El mundo espiritual femenino contrasta vivamente con el masculino. Los roles estaban condicionados por el sexo. A Esteban Trueba, representante de la oligarquía latifundista, le corresponde hacerse cargo de mantener y defender a su familia. Machista y violento, se siente con derecho a golpear a su hija y a su esposa con tal de imponer su voluntad. Sus muestras de afecto se centran especialmente en su nieta Alba. Acaba siendo la receptora tanto de la represión social como de la venganza personal, pues su verdugo es nieto ilegítimo de Trueba. Por otra parte, el protagonista masculino es el único presente desde el principio hasta el final de la obra. El resto de los personajes masculinos tienen un papel menos relevante, aunque hay que reseñar la importancia de la saga formada por los tres Pedro García, diferenciados entre sí por el numeral “Segundo” y “Tercero”. Son, como su nombre indica, la piedra angular, la base de las Tres Marías, particularmente el primero, capaz de recomponer los huesos de su patrón estando ciego.

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