Pedro garcia cabrera un dia habra una isla comentario literario

Contextualización del poema.
“El mañana efímero” es un poema de Antonio Machado que pertenece al libro Campos de Castilla. Este poeta nació en 1875 y tras pasar por la (ILE) Institución  Libre de Enseñanza, cambió su concepto del mundo y de la vida, y el máximo representante del  Regeneracionismo Joaquín Costa también pasó por ella. Por ello, esta corriente da vida a la mayor parte de sus poemas, y a la Generación del 98, a la que Machado pertenece.  Recordemos que es un movimiento preocupado por España tras la pérdida de Cuba,  Puerto  Rico y Filipinas en 1898. Si bien la influencia del Regeneracionismo apenas está presente en Soledades, galerías y otros poemas, Campos de Castilla refleja con total ímpetu los paisajes españoles, con afán reformista en busca de la raíz de los males que vive España. A diferencia de otros poemas del mismo poemario, más apegados al paisaje y a la reflexión melancólica sobre el pasado, este texto se caracteriza por su tono exaltado , casi rabioso contra esa España atrasada por el lastre de su historia , las costumbres  e instituciones como la Iglesia  Católica. Ya casado con Leonor Izquierdo, obtiene una beca para la ampliación de estudios y viaja a París. A causa de una grave enfermedad de Leonor, el matrimonio regresa a España, donde ella muere meses más tarde. Tras la muerte de su esposa, marcha a Baeza ,donde escribe la 2º parte de Campos de Castilla. Machado se adhiere a la causa republicana y colabora con su pluma en defensa del régimen. Gravemente enfermo, muere en Francia en 1939.

Caracterización

Si bien en otros poemas de Campos de Castilla la imagen de España aparece simbolizada por objetos de la Naturaleza y personajes legendarios o históricos, en > Machado  acude a la personificación del país. Esto permite al poeta un impacto mayor en la imaginación del lector pues no es lo mismo > que hablar de un país atrasado o marcado por el poder religioso. Además, esa personificación es hiperbólica, casi una caricatura, y busca una mayor eficacia en la crítica radical que persigue. Varios son los vicios pintados por Machado : la falta de proyecto nacional para atacar el atraso (>); la imitación vacía de lo de fuera (>); la coacción de la tradición , la religión y la costumbre (>); y por último, la inconsciencia de los propios de los propios españoles (>). Frente a esta visión negativa , la posibilidad de una transformación que Machado refleja de manera también radical : >, >, >, < de=»» la=»» rabia=»» y=»» de=»» la=»» idea=»»>>. Estas imágenes que aparecen al final del poema son la antítesis de los vicios anteriores.  Y aunque el texto da la impresión de una acumulación pesimista y paralizante, finalmente el poeta ofrece una salida a ese panorama descorazonador. Este rasgo es típico en los autores de este momento: confiar en la regeneración del país pese a los atávicos problemas.La diferenciación de las dos partes se ven  en la 1º (parte) se extiende desde el 1º
verso hasta el trigésimo cuarto, donde el autor se queja de una España que no despierta ante la dura y triste realidad que se desencadenó tras la crisis de 189, la España hueca del presente. Los últimos 8 versos enfocan una España que gradualmente cambia esos aspectos criticados; una España nueva, que contrasta con lo dicho anteriormente. La España redentora.

Justificación del carácter literario


El predominio del endecasílabo en todo el poema, resalta los versos 2 (>; 35 (>) y 40 (>) por ser heptasílabos. ña>Esta estrofa, que consiste en una extensión indeterminada de versos heptasílabos y endecasílabos, que riman en consonante libremente, ( a veces con distinta medida)  pudiendo dejar algún verso suelto, sin rima, es por tanto, una silva. Encontramos en el texto numerosas metáforas (< parto=»» de=»» varones=»» o=»»>< espíritu=»» festivo=»» de=»» los=»» españoles=»»>>), que consisten en identificar un término real con otro imaginario. Abunda también la personificación (>o >), entendiendo esta como la atribución de cualidades humanas a seres irracionales.  La antítesis o contraposición entre dos palabras o ideas se evidencia fundamentalmente entre las dos partes en que anteriormente estructuramos el poema. Compara la España que ha habido hasta el momento con la España del futuro, siendo ésta la idea que da fundamento a la obra.ña> En la 1º parte los adjetivos que utiliza son negativos: Charanga, quieta, vacío, tarambana, vieja, tahúr, inferior.  En la 2º parte (vv35-42) las palabras tienen una connotación positiva. España de cincel, maza, implacable, eterna juventud, implacable y redentora, que alborea, de la rabia y de la idea…… La palabra España la repite 9 veces.   El autor quier pintar un fresco lo más amplio de esa España que quiere exorcizar y por esta razón encontramos un gran número de adjetivos y oraciones adjetivas que como los colores de una paleta quieren matizar con detalle (>)o con brochazos gruesos (>).Muchos son especificativos , lo que ayuda al poeta a la variedad informativa y riqueza descriptiva del concepto de España que ataca y el que defiende. Uso de léxico muy culto o anticuado (>) con otros más populares (>), u otros con clara vocación de combate (>) consiguen el efecto caótico, pero crítico, de pasado pomposo, anquilosado y chabacano frente al futuro de una juventud en acción. La acumulación de elementos simbólicos apoyan estas ideas sobre el pasado, presente y futuro de España: la cabeza y sus variantes (,>>), instrumentos ( pandereta frente a cincel y maza), músicas, materiales ( granito, mármol) Uso de metonimias > por el mundo de la iglesia, Frascuelo por torero, mármol por lápida. ía>,>,>,>Hace uso de las repeticiones (vv 8y 26).

Relación entre las ideas del autor y el tema solicitado

Machado , dentro de las tendencias de los intelectuales de su momento, propuso como manera de entender la crisis de España, la idea de dos Españas. Una cobarde, anémica, más preocupada por las viejas glorias de su pasado, resignada a su decadencia y refugiada en la religión y la soberbia ignorancia. Otra, por venir, vinculada a ese pasado (>), pero no inmovilista sino activa, que redimirá a la otra sin concesiones (< implacable=»» y=»» redentora=»»>>).

Pedro García Cabrera nace en La Gomera en 1905; pronto se traslada a Tenerife, donde la familia fija su residencia en 1915. Colabora, primero, en Hespérides; luego, en la revista que proponía la humanización estética de la Vanguardia, Cartones. Tras la caída de Primo de Rivera publica artículos, como El Socialista donde se manifiestan sus pronunciamientos sociales. Con el estallido de la Guerra Civil, es apresado y deportado a Villa Cisneros. Al terminar la guerra, es recluido en prisión hasta que en 1946 se le concede libertad condicional. Las heridas de la guerra ya no cicatrizarían, pero el poeta va rehaciendo su vida lentamente.  Dividimos sus obras en tres etapas: Durante la primera, prolongada desde 1905 hasta 1936, publicó en Hespérides, una revista literaria canaria en cuyo consejo de redacción entró y vio la luz su primera obra de relevancia:
Líquenes
(1928). También colabora en la revista del Surrealismo Gaceta de Arte (1932-1935) que contribuye a fundar junto a Eduardo Westerdahl. La segunda etapa del autor, que se extendió hasta 1946, se caracteriza por su ingreso en prisión en el Sáhara, donde termina varias obras como Entre la guerra y tú (1936-39), Romancero Cautivo (1936-40), o Viaje al interior de tu voz (1944-46). Su tercera etapa es conocida por plasmar sus inquietudes en uno de los primeros suplementos literarios del archipiélago:
La Gaceta semanal de las Artes, un cuadernillo de periodicidad semanal que salía cada jueves dentro del vespertino tinerfeño La Tarde. En 1959 publica algunas obras, destacando entre ellas:
La esperanza me mantiene, Entre cuatro paredes (1968) y Las islas en que vivo (1971). Algunos temas recurrentes son el deseo de libertad, la necesidad de la esperanza o el motivo poético de la isla y sus residentes. Utiliza la palabra como espacio de denuncia y como arma transformada de la sociedad junto con el uso  de la primera persona gramatical, el “yo” lírico. Pedro García Cabrera toma influencias del Vanguardismo así como del Surrealismo o del Creacionismo, al igual que de autores de gran importancia como Lorca, Alberti o Juan Ramón Jiménez. Posee identidad canaria y gran compromiso social y pertenece a los movimientos modernistas de comienzos del siglo XX. Este poema, que es resultado de su vivencia personal, está escrito en el periodo franquista, por lo que recibe influencias de la situación que vive España en ese momento. Recordemos, además, que el autor estuvo en prisión por su ideal socialista y revolucionario, pudiendo sufrir una censura que repercute en sus obras. Observamos la importancia que el autor le da a la isla como espacio y a su originalidad canaria (canariedad). Apreciamos también la estructura circular de la obra –el poema comienza como acaba- ya que el segundo verso y el último son iguales; con ello realza el deseo de libertad. Este poema,>  es un texto lírico que pertenece a  la obra “Las islas en que vivo,”  publicada en 1971 pero recoge poemas escritos entre 1960 y 1963, durante el régimen franquista. El poema se lo dedicó a su sobrina Mª de los Ángeles García Soto es una silva originaria del Renacimiento; esta combina endecasílabos y heptasílabos con rima asonante parcial (libre). El autor usa esta estrofa para expresar sus sentimientos con mayor soltura por lo que simboliza una gran libertad expresiva. A lo largo del poema las vocales “ia” se encuentran muy presentes, coincidiendo con las vocales de la palabra “isla”.

El contenido se estructura en cuatro partes: Versos 1-2: convencimiento inicial de que algún día habrá libertad en su tierra (isla). Versos 3-5: deseo de acabar sus días en eses lugar, emblema de libertad futura. Versos 6-13: confianza en la lucha colectiva para alcanzar su objetivo. Versos14-18: petición y convencimiento final: la libertad otorgará la felicidad a los pueblos. En este poema denominado “Un día habrá una isla” la fuerte carga lírica se acentúa ya desde los versos iniciales con la presencia de la primera persona grmatical. La estructura del poema se caracteriza por su disposición circular: el poeta empieza (v.1y 2) y acaba de modo similar (final del v.17 y v.18) necesitando la existencia de un espacio, de un entorno mejor, de un futuro más justo y solidario…y no solo para disfrutarlo él, en su soledad. Al ontrario, el deseo del poeta es justamente compartido con los demás , (a todos…v.5 y, de nuevo , a todos…v.16) en los versos centrales del poema (6-13) especifica esos otros grupos, esos sectores humanos desfavorecidos que igualmente luchan y van de la mano con el poeta. Así, observamos las alusiones, estructuralmente expresadas de modo paralelístico, y semánticamente adornadas con metáforas y metonimias (v.7 y 13) y sucesivas perífrasis (v.8-12) que señalan en su conjunto a los diferentes, a los que sufren, a los que se muestran llenos de convicción, a los perseguidos.

Si dibujásemos la organización que el poeta da a su clamor comprobaríamos el perfecto y equilibrio círculo que traza en su >: Anhelo y constatación de la existencia de esa isla (vv.1-2) Deseo de yacer en ella….con todos (vv.3-5) ¿quiénes conforman ese >? (vv.6-13) Reiteración de su deseo…con todos (vv.14-16 y comienzos v.17) Anhelo y constancia de la existencia de esa isla (final v.17 y v.18) La armonía del poema se justifica con el empleo recurrente del hipérbaton que pone de relieve ideas y conceptos clave. Lo observamos en los versos 6 y 7 que destacan la imagen de la soledad y la presencia de los otros respectivamente, así como en el verso 16, que evoca la imagen de la esperanza (< la=»» alegría=»» del=»» mar=»»>>). aparece una personificación (atribución de cualidades humanas a seres inanimados o irracionales). Esta se encuentra en el segundo verso. A continuación, apreciamos una metonimia o sustitución de un término por otro en “a todos los que pisen sus orillas” pues lo relaciona con la isla.


El autor utiliza también la elipsis –omisión de palabras- en “solo no estoy” donde suprime el sujeto. Observamos además un claro encabalgamiento, esto es, la continuación de una idea en el verso siguiente en: “están conmigo siempre horizontes y manos de esperanza”. Destaca asimismo la figura de repetición de palabras;  la anáfora en el octavo y décimo verso: “aquellos que no cesan”, “aquellos que no pierden”. De este modo crea musicalidad y ritmo en el poema. En el verso 15. “Del combate en que muero y en que vivo” representa de manera evidente una antítesis o contraposición de dos términos antónimos. Por último vemos una metáfora o identificación de dos términos, uno real y otro imaginario al finalizar el poema en “cuantos partan su pan en esta isla”. En cuanto al léxico, podríamos destacar el elmpleo de palabras que tienen relación con la libertad o, por el contario, con la falta de ella. Así >, donde el adjetivo refuerza la negatividad de ese silencio, o >. Por otro lado:< horizontes=»» y=»» manos=»» de=»» esperanza=»»>> o < la=»» alegría=»» del=»» mar=»»>>. Por lo que respecta a sus aspectos morfosintácticos, cabe señalar la combinación de frases enunciativas: > en la que la utilización del futuro no disminuye la rotundidad de la certeza del poeta.> o < la=»» alegría=»» del=»» mar=»» les=»» pido=»» a=»» todos=»»>>. La utilización de pocos adjetivos da más agilidad al poema y, en cuanto a la utilización de las personas gramaticales ( 1ª y 3ª), consigue una mayor implicación del lector ya que el poeta, de esta manera, comparte con nosotros su deseo de libertad y nos anima a luchar por ella. En cuanto al lenguaje, podemos destacar del léxico el empleo de palabras que tienen relación con la libertad o por el contrario, con la falta de ella. así «silencio amordazado» representa la carencia de libertad y el adjetivo refuerza la negatividad del silencio. Por otro lado, «horizontes y manos de esperanza» defienden la libertad tratando de reforzarla. Del mismo modo, el poema está dotado de connotaciones evidentes que se encuentran relacionadas con la época en la que la dictadura franquista limitaba las libertades y el derecho de expresión. Por último, cabe resaltar la repetición final del verso «que no sea silencio amordazado» potencia el claro deseo del poeta. En lo que respecta al plano morfosintáctico, podemos señalar el empleo de frases enunciativas como «un día habrá una isla que no sea silencio amordazado», así como el abundante uso de verbos en contraposición a la relativa ausencia de adjetivos.


Con respecto a los tiempos verbales utilizados, podemos destacar el futuro debido a la intención del autor de plasmar la esperanza de que en un futuro tenga libertad social y literaria, pudiendo desprenderse de la censura de la época, y utilizar la libertad de expresión. Asimismo, el autor utiliza el presente para mostrar el sufrimiento así como las ganas de libertad. Finalmente, en cuanto a las personas gramaticales, encontramos la primera persona del singular en la primera parte y en la tercera parte del poema. De esta manera, el poeta permite una mayor implicación del lector, ya que de esta manera el poeta comparte sus deseos de lucha y libertad y nos anima a ello. Por último, vemos el uso de la tercera persona del plural como medio para mostrar el hecho de que el autor no se encuentra sólo. Con respecto a la simbología que aparece en el texto, podemos resaltar determinados símbolos que pretenden enfatizar los sentimientos del autor como es la libertad, la cual está representada por «el silencio amordazado», y que a la vez simboliza la falta de libertad de expresión. Del mismo modo, «las manos de esperanza» y «cuantos partan su pan en este isla» simbolizan los habitantes de la isla, la población que espera a que llegue ese momento en el que puedan expresarse con total libertad. Asimismo, «el rumbo en las tormentas» muestra la extrema situación que sufrió el autor por los años de encarcelamiento. Otros símbolos son: el «horizonte», que hace referencia a al visión futura de esperanza, «el corazón», que representa el amor hacia su tierra, y «el mar», el cual simboliza el premio a la libertad, el regalo que tiene una isla y es lo que para él representa la libertad y la felicidad. Por último, podemos destacar que el verso «Se tragan el tiempo en carne viva» hace referencia al paso del tiempo.


Josefina de la Torre nació en Las Palmas de Gran Canaria (1907-2002) dentro de una de las familias más inquietas del panorama intelectual y artístico de la isla. Hermana del escritor y cineasta Claudio de la Torre, prima del pintor modernista Néstor de la Torre y sobrina del barítono del mismo nombre. Además del ámbito literario, dedicó su vida a la música y al cine. Además, participa en un proyecto editorial de su hermano, La novela ideal, y escribe relatos de intriga amorosa con el seudónimo “Laura de Cominges”. Con el tiempo, se traslada a Madrid  para formarse  como intérprete instrumental y canto. Allí, se instala en la Residencia de Estudiantes y traba conocimiento con la vanguardia artística, especialmente con poetas  como Lorca, Buñuel y Alberti que, por edad, pertenecen a la Generación del 27. Ello ha provocado que una parte de la crítica la considere la última representante de la Generación del 27, ya que se observan rasgos comunes :el gusto por la sencillez formal, el lirismo interior, el uso de un lenguaje cercano a la expresión popular y la atención a las innovaciones vanguardistas. Sin entrar en la polémica de si esta autora pertenece o no a esta generación, lo que resulta innegable es la influencia que recibió de este grupo de escritores, en particular de Pedro Salinas, Rafael Alberti y García Lorca.  Desde edad temprana, Josefina demostró su aprecio por los autores modernistas canarios, ya que a los ocho años escribió su primer poema y se lo dedicó a Alonso Quesada. Desde el punto de vista estrictamente literario, parece más correcto considerar su palabra poética dentro del ámbito del modernismo. Produce una literatura de los sentidos, en los que los efectos fónicos y musicales son muy frecuentes.  Emplea diversos metros, combina versos de arte mayor y de arte menor.  Expresa una profunda angustia existencial a lo largo de su obra y una evidente ansia de alcanzar un absoluto que le es imposible. Otro rasgo modernista , el gusto por lo local, habría sido señalado por Pedro Salinas, al describir su producción poética como la expresión de una “muchacha-isla”, es decir, la condición insular como permanente seña de identidad (se refiere a los paisajes de las islas, las palmeras y las playas, en particular, a la de Las Canteras).  Su producción literaria queda recogida en cuatro obras:
Versos y estampas, se publicó en 1927 lo prologa Pedro Salinas quien destaca la importante presencia de lo insular en sus poemas. En 1930  publica Poemas de la isla, le seguirá Marzo Incompleto (editado en 1968, aunque la crítica sitúa su elaboración en los años treinta) En ella, la autora hace un recorrido desde su niñez hasta su muerte. Mas adelante, ya en 1989, cierra su producción con Medida del tiempo.


La frustración de Josefina de la Torre por no poder ser madre la lleva a pensar que no va a poder desarrollarse plenamente como mujer. Esto supone para ella un dolor profundo y es por ello por lo que convierte la esterilidad, dotada de decepción y de amargura, en el tema principal. El tema esencial del poema que comienza con el verso > es justamente la insatisfacción de Josefina consiga misma, la incapacidad de sentirse plena; la frustración de su maternidad fue una constante en el poemario Marzo incompleto.  A lo largo del poema se reflejan sentimientos de desolación, tristeza, inseguridad, desaliento y de rebeldía (uso insistente del “no”.Este poema es el último de la cuarta parte. En el texto se combinan versos alejandrinos con heptasílabos. Solamente se emplean dos heptasílabos, a lo largo de todo el poema, en los que se pone de manifiesto la condición que motiva esta composición: una búsqueda personal que no logra su objetivo. Tanto visual como métricamente estos dos versos cautivan la atención del lector, y semánticamente comunican  una misma realidad: > (v.1) y, > (v.5) Justificación literaria. (caracterización) Se usa la metáfora “paredes” para referirse al cuerpo humano, esta imagen ya en la Biblia se empleó (Jesus se refirió a su cuerpo como edificio). La angustia existencial , la desazón interna se expresa a través del uso reiterado del adverbio de negación “no” 8vv.1,4,5,8 y 10).En conformidad con el cultivo modernista de lo sensorial, se manifiestan el pesimismo y la desazón  a través de tonalidades oscuras. De esta manera se emplean sustantivos relacionados con la noche como “tinieblas” y “sombras” que consecuentemente conducen a la poeta a encontrarse ”dormida” , sin capacidad de reacción y decisión, sino aletargada. Igualmente sucede con el uso de adjetivos especificativos: oscuras, desalentado, lento y sordas. El silencio y el vacío aparecen personificados porque se les interroga como si tuviesen la capacidad de escuchar (y razonar) y se espera respuesta , como si pudiesen articular palabras (v.3). Se repite la conjunción “y” al comienzo de las oraciones consecutivas (vv.6 a 8). Dos enumeraciones (vv.8y 9) con ausencias de nexos por lo que aumenta el ritmo de lectura , indicador probable de un incremento en el nivel de emotividad. Se juega con las palabras , al hacerse uso de la derivación: “desalentado y lento” (v.10).


Podríamos apreciar en la obra una diferenciación de dos partes: en la primera, que abarcaría los cinco primeros versos, Josefina de la Torre expone sus sentimientos de dolor y sufrimiento. Y de ahí hasta el final la autora nos explica las causas de esa amargura. El contenido en recursos literarios es muy heterogéneo en esta obra, aunque cabe destacar el predominio de la metáfora. Apreciamos al inicio del poema una antítesis (“me busco y no me encuentro”), esto es, la unión de dos ideas contrarias. A continuación, observamos que se repiten de forma paralela el segundo y el penúltimo verso, cambiando solo una palabra y haciendo alusión a dos sentidos: por una parte y en primer lugar, al sentido de la vista. Para reflejarlo, utiliza la palabra “oscuras”. Por otro lado, al calificar el término “paredes” con el adjetivo “sordas”, está haciendo referencia al sentido del oído. Es decir, la sensación de vacío que Josefina de la Torre pretende transmitir con estos versos, es expresada de forma inclusiva. La abundancia de metáforas es, como ya dijimos, influencia del vanguardismo. Un ejemplo de este recurso, que consiste en identificar un término real con otro imaginario, podría ser “eco de mis incertidumbres”, con la que podemos ver la resonancia que tiene aquello por lo que la autora se pregunta. También encontramos otra metáfora en el verso 8, y dice así: “y no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía”. Esta última refleja de manera clara su frustración, su desesperación por no conseguir ese deseo de llegar a ser madre; en conclusión, el poema se basa en una acumulación excesiva de metáforas que hacen referencia a ese dolor interno de la autora. Además, adornan este poema otros elementos como la personificación, la antítesis o la sinestesia. De la primera, que consiste en atribuir cualidades humanas a seres inanimados o irracionales, podemos señalar “torpe vacío” o “interrogo al silencio”. Esta última también puede ser interpretada como una antítesis, es decir, como una contraposición de dos términos antónimos. “Tanteando la noche” y “sordas paredes” son ejemplos evidentes de sinestesia, recurso que se basa en la atribución de cualidades propias de un sentido a otro. Entre otros, también aparecen la enumeración, la gradación y el polisíndeton.


Predomina la función expresiva o emotiva, si bien con menos importancia, aparece también la función poética, manifestada por el uso de elementod rítmicos , como la versificación, empleo abundante de recursos estilísticos.. Destaca un adverbio temporal “ahora”, que marca el inicio de la 2º parte del poema. En un atisbo de ilusión y esperanza, se plantea el avanzar (uso del verbo “ir”), dirigirse hacia delante, pero en su progreso tendrá que convivir con las “tinieblas”. La frustración se confirma cuand la poeta afirma “no pude ser” antes de realizar una enumeración bajo la que subyacen sus anhelos incumplidos, sus propósitos no satisfechos, las metas no realizadas, a las que denomina “tierra, esencia y armonía”. Una armonía truncada por el odio y la destrucción. La condición interior es la de una persona que tienen heridas internas y se hace preguntas; en esta situación “busca, interroga, pregunta e intenta “descubrir” pero es en vano.Las heridas que provoca una guerra no solamente son físicas, sino también psíquicas y emocionales. Solamente quedan heridas y preguntas sin respuesta. No existe justificación, ni respuesta, que consuele el dolor de vivir una guerra.


 La “Elegía a Ramón Sijé es un poema que pertenece al género lírico.
Este se caracteriza por la expresión de los sentimientos del autor ante un hecho concreto. El subgénero es una elegía, ya que los sentimientos que expresa el poeta son de dolor por la muerte de su amigo Ramón. Este poema  corresponde a su obra  El rayo que no cesa, obra que se publicó en

1936


Contextualización del poema

Miguel Hernández pertenece, por edad, a la llamada “Generación del 36”. Sin embargo, su trayectoria y sus relaciones con poetas como Lorca, Alberti o Aleixandre lo sitúan entre ellos como “hermano menor”. Dámaso Alonso lo llamó “genial epígono” de la “Generación del 27”. Nació en Orihuela, Alicante, en 1910, perteneciendo a una familia muy humilde a la que tuvo que ayudar desde pequeño. Su padre fue pastor, por lo que se cría en un medio rural en el que no será fácil llevar adelante su temprana vocación literaria. No pudo seguir sus estudios, aunque lo hizo hasta los catorce años, cosa poco habitual en ese ambiente, pero su ansia de saber le llevó a amplias lecturas. En Orihuela participa en la tertulia literaria de Ramón Sijé, quien le recomendaba lecturas y cuyo influjo resultó fundamental en los primeros años; no en vano, muchos de sus escritos se publicarían en El Gallo Crisis, revista fundada por Sijé (abogado y escritor). Así, sin método pero con enorme vocación, va completando su formación. Además, el contacto directo con la naturaleza dejará una destacada huella en su obra, que nunca se perderá. Tras unos inicios titubeantes, se traslada en 1934 a Madrid, donde pronto será admirado. La amistad con Pablo Neruda será decisiva para su evolución ideológica hacia posturas revolucionarias. Colaboran juntos en la revista Caballo verde para la poesía. Al estallar la guerra, se alista como voluntario del lado republicano. Se casa en 1937. Tristes son sus últimos años: su primer hijo muere; su segundo hijo nace cuando la guerra toca a su fin. Pero el poeta es encarcelado y morirá tuberculoso en la cárcel de Alicante a los treinta y dos años, en 1942. La amistad que profesaba por Ramón Sijé era especialmente intensa; y cuando aconteció la muerte de su amigo (24 de diciembre de 1935) , Miguel Hernández quedó abatido. Fruto de esa postración, de ese sufrimiento, crea el poeta uno de los más bellos cantos funerarios de dolor y amor jamás escritos en lengua castellana, >, que integra como penúltimo poema –el veintinueve
En su poemario titulado El rayo que no cesa, publicado en enero de 1936. ía>


 A nivel nacional, en esta época siguen turnándose los dos partidos líderes en el ámbito político del país; por un lado el partido conservador y por otro el partido liberal, que sustentan la monarquía restaurada por Alfonso XII y Cánovas del Castillo. En estos momentos reina Alfonso XIII. Es de subrayar el profundo sentimiento de renovación y recuperación que entre las élites se generalizan tras el desastre colonial de 1898 ( pérdida de las últimas colonias ultramarinas). Se produce en España un cambio político importante: la sustitución de la Monarquía por el gobierno republicano. La situación va deteriorándose cada vez más hasta que en 1936, estalla la guerra civil, que acabaría en 1939. 

Tema

Dolor, tristeza y rebelión. Estas tres palabras son las que, para nosotros, prenden del poema. Es una de las elegías más tristes que hemos leído , llenas de sentimiento contradictorios y pasión. Es, posiblemente, el mayor elogio a la amistad. Sin embargo, debido al carácter revolucionario del autor, la elegía nos ha sugerido también un sentimiento de lucha en grandes dosis.

Estructura del poema

Este poema está estructurado en quince tercetos encadenados  y un serventesio final ; todas estas estrofas se componen de endecasílabos con rima consonante. Además de estas estrofas, la > expone como epígrafe una dedicatoria que es un anticipo aclaratorio de la complicidad entre el autor y su amigo. La utilización del  pronombre personal “me “ en > subraya que hay un lazo de identificación enorme entre ellos, que se agranda en las últimas palabras:>. No “a” quien , sino “con” quien; pues con él , con Ramón Sijé el poeta degustaba cosas compartidas, como la pasión por la escritura, que los hermanaba. ía>Comienza el poema con una declaración de intenciones manifiesta, aparece, en primer término, el “yo” como indicador de la implicación directa que el poeta asume en el poema. Lo que viene a continuación transmite la alegoría funeraria que se lleva a cabo a lo largo de la obra. Con un logrado gerundio (“llorando”) en medio del primer verso, que fortalece su angustia, el poeta se encarna en el “hortelano” de la tierra donde se encuentra enterrado su amigo, el cual no solo la ocupa sino la estercola. Una palabra dura, escatológica en principio, pero en este contexto alcanza un tono estético como un feliz abono para esa tierra, que será nutrida por un ser tan bondadoso como Ramón Sijé.


En los dos siguientes tercetos, continúa la idea del yo poético que quiere ejercer de agricultor del lugar donde yace su compañero; un agricultor que con su dolor es capaz de cultivar ese terreno entremezclado con “lluvias” , “caracolas” que se encuentran en el campo y los “órganos “del fallecido. Esta truculenta visión conformada con un claro hipérbaton, aumenta con otro hipérbaton >. Termina el terceto con una hipérbole que encarna la expresión del máximo dolor:> A partir de la décima estrofa hasta el serventesio final, se produce la vertebración de los anhelos del poeta en una resurrección soñada, su lucha contra la muerte dará resultado y podrá disfrutar con su amigo de gozosos momentos. La naturaleza entonces se engalana al recobrar la presencia de Ramón Sijé que, junto a su paisano, navegarán por parajes ideales en los que adquieren gran presencia las flores y las abejas. >. Esta imagen bucólica se engarza con otras de igual cariz hasta el final. El poeta está dichoso con recuperar a su amigo, al cual, a pesar de que su corazón sea >, quiere llevar < a=»» un=»» campo=»» de=»» almendras=»» espumosas=»»>>. La sensualidad y el colorido de los campos en flor contribuyen a que reviva Ramón Sijé.

Justificación del carácter literario

ás>La elegía es un conjunto perfecto en el que observamos una 1º parte compuestas por las estrofas 1-3 en las que el autor se muestra como el hortelano que va a cuidar de Ramón Sijé, como si lo estuviera cultivando. En el resto del poema esta idea subyace, pero del terceto 4º al 9º se produce, además, un recuerdo dramático de cómo le llegó la muerte y cómo el poeta la recibe hasta pensar en liberarlo de su tumba: < un=»» manotazo=»» duro,=»» un=»» golpe=»» helado=»»>>, nos dice en la cuarta estrofa; y en la sexta , la siguiente estructura anafórica remarca rítmicamente la tragedia: >. El impacto sacude brutalmente al yo poético: al juego antitético de < y=»» siento=»» más=»» tu=»» muerte=»» que=»» mi=»» vida=»»>>, le sucede una existencia infausta (>) 


y otra estructura anafórica en la octava estrofa representa la rabiay la denuncia quepadece:< no=»» perdono =»» a=»» la=»» muerte=»» enamorada,=»» no=»» perdono=»» a=»» la=»» vida=»» desatenta,/=»» no=»» perdono=»» a=»» la=»» vida=»» ni=»» a=»» la=»» nada.=»»>>. A continuación, el poeta parece rebelarse y se determina a actuar frente a la muerte en una contienda macabra y hermosísima al tiempo, con una elección certera de las construcciones verbales que aportan, a su vez, el dinamismo de la batalla entre la muerte y la vida: >, >. Así, resuelto a que volverá a la vida, aunque de forma ilusoria, el poeta remata la “ elegía” con un serventesio final que es una declaración de existencia eterna, de que la muerte no podrá llevarse ni el recuerdo ni la presencia de Ramón Sijé, al que queda aguardando con el deseo de una larga y pausada conversación, sin prisas porque ya el tiempo ha dejado de tener importancia; pero no la amistad fraternal, que se constata durante toda la > y en estos versos postreros se rubrica en una sentencia  definitiva:>.  >ía>Podríamos apreciar en la obra una diferenciación de tres partes: en la primera, que abarcaría las cuatro primeras estrofas, el autor reflexiona sobre la muerte de Ramón Sijé y recuerda los tiempos pasados. Desde la quinta estrofa hasta la undécima, Miguel Hernández expresa su rabia y se lamenta por la muerte repentina de su amigo. Finalmente, la tercera parte, que englobaría desde aquí hasta el último verso, se puede ver el elogio hacia Ramón Sijé.  El contenido en recursos literarios es muy heterogéneo en esta obra; al inicio del poema, “yo quiero ser llorando el hortelano”, apreciamos un hipérbaton o alteración del orden lógico de la oración. El autor siente un dolor tan grande que para expresarlo se vale de las siguientes hipérboles:
>. < no=»» hay=»» extensión=»» más=»» grande=»» que=»» mi=»» herida=»»>>. En ocasiones el dolor se transforma en rabia así la aliteración en este caso la repetición del sonido r- nos pone de relieve esta idea aparece en los versos : < quiero=»» escarbar=»» la=»» tierra=»» con=»» los=»» dientes,=»» quiero=»» apartar=»» la=»» tierra =»» parte=»» a=»» parte…=»» quiero=»» minar=»» la=»»>hasta encontrarte/ y besarte la noble calavera/ y desamordazarte y regresarte>>


El paralelismo y la anáfora >  insiste en la idea de no aceptación, de rechazo de la muerte de un amigo joven. La idea de la muerte de una persona joven se expresa a través  de la personificación.
>.También hay personificación, además de antítesis , en < muerte=»» enamorada=»»>> y < vida=»» desatenta=»»>>: parece como si la muerte se hubiera enamorado de Ramón Sijé y se lo hubiera llevado con ella ante la falta de atención de la vida que no se lo ha impedido.También aparecen en el poema encabalgamientos (continuación de una idea en el verso siguiente) como “a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento” o “pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores”; la finalidad de este recurso es mantener la métrica, la rima o enfatizar una idea siguiente. En los versos 10, 11 y 12 se alternan dos figuras literarias; por una parte la anáfora, que es la repetición de la misma palabra al principio de una frase o verso, y por otra la gradación –en este caso ascendente- o colocación de elementos en un orden ascendente desde el punto de vista semántico.  En el verso 15 muestra su máxima condolencia  a través de una paradoja hiperbólica “ y siento más tu muerte que mi vida.”  Pleonasmo en “temprano  madrugó la madrugada “ Además volveremos a ver la anáfora en la séptima y la octava estrofa. Destaca más adelante el símil o comparación unido a una hipérbole (exageración). Se trata del verso 13. Asimismo “y siento más tu muerte que mi vida” es una antítesis o contraposición de dos términos antónimos. El paralelismo y la personificación son también elementos literarios que aparecen en el poema. El primero –repetición de estructuras sintácticas- lo observamos en los versos 22 y 23. La personificación, por su parte, se encuentra en la siguiente estrofa. Nos referimos a “en mis manos levanto una tormenta” en la que se le atribuyen cualidades humanas a seres inanimados o irracionales. Un recurso reconocidísimo de este poema es la metáfora o identificación de elemento real con uno imaginario en: “volverás a mi huerto y a mi higuera”. En este caso, lo que el autor quiere expresar a su amigo Ramón Sijé es un “volverás a estar conmigo” o “volveremos a estar juntos”. La aliteración también está presente en esta obra; se trata de la repetición de fonemas, en este caso la letra “a” en la última estrofa: “a las aladas almas de las rosas”. Para finalizar, encontramos una epanadiplosis  (repetición, al principio y final de una oración las mismas palabras) en el serventesio final: “compañero del alma, compañero.


En la última parte del texto la actitud del poeta se vuelve más resignada y esperanzada: al corazón de su amigo muerto se refiere con la metáfora: “terciopelo ajado y los relaciona con una naturaleza agradable (huerto, higuera, flores, rosas, almendro”….) en la que espera volverlo a encontrar. La elegía se compone de 49 versos endecasílabos derivados de las composiciones italianas renacentistas. Miguel Hernández emplea la rima consonante sobre los versos, endecasílabos, que forman el poema. Estos versos se agrupan en quince tercetos (15 estrofas de 3 versos encadenados) y un serventesio final (4 versos ABAB); por tanto, no hay polimetría.

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