Panorama Literario Español de Posguerra: Poesía, Prosa y Teatro

Literatura de Posguerra

El fin de la guerra y la instauración de la dictadura afectan de manera determinante al desarrollo de las artes y de la literatura.

Poesía

La mayor parte de los poetas que sobreviven a la guerra se exilian por razones ideológicas, y durante los primeros años de destierro escriben sobre la patria perdida. Aquellos que permanecen en España se dividen entre los que cultivan una poesía conforme con las nuevas circunstancias, y los que escriben una poesía de contenido existencial.

Además, los autores del 27 continuarán publicando, junto con un escritor considerado heredero de esta generación: Miguel Hernández.

Miguel Hernández

Poeta nacido en Orihuela (Alicante) que defendió la causa republicana en la guerra y murió de tuberculosis en prisión en 1942.

Además de por una inagotable imaginación, su estilo se caracteriza por la tensión entre su apasionada vitalidad y los rigurosos moldes poéticos que utiliza, con lo que aúna poesía clásica y vanguardia. Sus principales obras son:

  • Perito en lunas. Conjunto de octavas reales de difícil lenguaje, en las que se deja ver la influencia del culteranismo gongorino.
  • El rayo que no cesa. Reúne treinta poemas, la mayoría sonetos, en los que aborda los temas del amor, la pena y la muerte.
  • Viento del pueblo. Grupo de poemas políticos escritos en plena guerra, en los que se revelan las ideas revolucionarias del poeta.
  • Cancionero y romancero de ausencias. Recoge conmovedores poemas dedicados a su esposa y a su hijo, escritos en la cárcel con un estilo sencillo.

La década de los cuarenta

En esta época surgen dos corrientes: la poesía arraigada, vinculada al bando vencedor, y la poesía desarraigada, en la que se revela lo angustioso de la situación social del momento.

Poesía arraigada

Los temas usuales de los poetas de esta tendencia son el amor, la familia, la fe católica, el paisaje castellano y el ensalzamiento del régimen. Estos se expresan a través de un estilo que busca la belleza y la perfección formal en moldes clásicos, sobre todo en Garcilaso de la Vega, con un lenguaje sobrio y equilibrado.

Poetas de este grupo son Leopoldo Panero o Dionisio Ridruejo, y su principal representante, Luis Rosales.

Poesía desarraigada

Los poetas de esta corriente ven el mundo como un caos angustioso, por lo que sus temas se centran en una constante búsqueda del porqué de la existencia humana, dominada por la angustia ante el tiempo y la muerte. Su estilo tiene gran fuerza expresiva, un lenguaje desgarrado y un tono dramático.

Tiene como punto de partida Hijos de la ira de Dámaso Alonso, un dramático grito de desamparo que busca el sentido de la existencia humana. Otros autores son Victoriano Crémer y José Luis Hidalgo.


Prosa

La novela de los años cuarenta está marcada por el exilio de numerosos escritores. Como sucede en la poesía, se pueden distinguir dos corrientes entre los que se quedaron: aquellos que se muestran conformes con el nuevo orden y escriben la llamada novela idealista, y los que cultivan el realismo existencial.

  • Novela idealista

Durante los primeros años del franquismo se publican novelas propagandísticas que exaltan la guerra y el régimen dictatorial, como es el caso del relato Javier Mariño, de Gonzalo Torrente Ballester. Otros autores como Enrique Jardiel Poncela (más conocido por su labor teatral) intentan hacer olvidar la guerra y se centran en personajes de vida corriente o se inclinan por el tratamiento humorístico.

Esta línea irá desembocando en narraciones de tipo realista, como es el caso de la trilogía Los gozos y las sombras, de Torrente Ballester, que narra la decadencia de una familia en los años previos a la Guerra Civil.

  • Realismo existencial

En paralelo con la poesía desarraigada, las novelas de esta corriente son un reflejo amargo de la vida, y sus temas son la soledad, la muerte, la frustración de las ilusiones y el desarraigo.

En esta línea figuran la novela Nada, de Carmen Laforet, que narra la experiencia de una muchacha que llega como estudiante a la Barcelona de posguerra; y La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes, que se ambienta en una gris ciudad de provincias encorsetada por su moral.

El escritor gallego Camilo José Cela inaugura con la novela La familia de Pascual Duarte una variante del realismo existencial denominada tremendismo, que hace hincapié en los aspectos más sórdidos de la realidad.

  • Narrativa del exilio

El tema central de los novelistas exiliados es España. Entre ellos destacan Max Aub y su ciclo de narraciones sobre la Guerra Civil; Ramón J. Sender, que en Réquiem por un campesino español relata la vida de un campesino republicano asesinado; y Francisco Ayala, con Los usurpadores y La cabeza del cordero.

Teatro

El panorama teatral de la posguerra está determinado por la censura, que afecta tanto al texto como a su representación.

El teatro predominante en esta época es el teatro burgués, compuesto principalmente por comedias de entretenimiento centradas en las costumbres de la clase media. También se escriben dramas de tesis, que abordan problemas de la moral burguesa, y dramas históricos, en los que se defienden los valores ideológicos sustentados por la dictadura.

Las obras de este período defienden los valores tradicionales (el trabajo, la familia o el amor conyugal) desde la visión burguesa del mundo. Suelen tener finales felices y se caracterizan por los diálogos bien construidos, con un lenguaje muy cuidado.

Los autores más reconocidos de la época son Jacinto Benavente, que continúa su modelo de teatro comercial anterior a la guerra, y Enrique Jardiel Poncela.

  • Jacinto Benavente

Ganador del Premio Nobel en 1922, Benavente es el creador de la fórmula dramática más exitosa de la posguerra. Esta fórmula se basa en construir argumentos convencionales de perfecta técnica escénica y cuidados diálogos.

Comenzó a publicar a finales del siglo XIX. Hasta 1914 compone comedias burguesas y dramas rurales, ligeras sátiras de las costumbres de la burguesía y de la aristocracia, en las que el amor es la clave de la solución de los conflictos. A partir del año 1914 las obras de Benavente, más moralistas y sentimentales, conceden mayor importancia a los diálogos.

  • Enrique Jardiel Poncela

Dramaturgo, guionista y novelista que, junto a Miguel Mihura, renueva la comedia empleando el humor para caricaturizar convenciones de la sociedad del momento, dentro de los límites impuestos por la censura.

Se trata de un humor deslumbrante, basado en situaciones disparatadas y absurdas que se encadenan de forma inesperada, dando lugar a una trama complicada cuyo enredo se resuelve al final de la obra.

Sus obras alcanzaron gran éxito y originaron en ocasiones vivas polémicas. Entre las más famosas se pueden destacar Usted tiene ojos de mujer fatal, Eloísa está debajo de un almendro o Los ladrones somos gente honrada.

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