Teatro (1939-Actualidad)
1939-1950: La sombra de la posguerra
En 1939, con Unamuno, Valle-Inclán y Lorca muertos, muchos autores exiliados y la literatura bajo censura, el teatro sufre una crisis. La producción se divide entre el teatro de propaganda ideológica y, en la posguerra, una comedia burguesa de evasión.
Década de 1940
- Comedia burguesa: Temática intrascendente, ensalzamiento de valores franquistas y católicos, personajes estereotipados y final feliz. Destacan José María Pemán y Juan Ignacio Luca de Tena.
- Teatro de humor: Continúa la tradición prebélica con autores como Poncela, que utiliza situaciones inverosímiles, y Mihura, maestro del diálogo imprevisible (Maribel y la extraña familia).
- Teatro del exilio: Autores como Alberti, Max Aub y Alejandro Casona (La Dama del Alba) mantienen viva la llama del teatro fuera de España.
Década de 1950
Comienza la apertura al exterior y surge el Teatro Social, que denuncia la injusticia y busca la transformación social. Personajes complejos, lenguaje coloquial y compromiso político son sus señas de identidad. Destacan: Alfonso Sastre (Escuadrón hacia la muerte), con problemas de censura, y Antonio Buero Vallejo (Historia de una escalera), figura clave de la segunda mitad del siglo XX, que utiliza recursos escénicos innovadores para burlar la censura. Entre los 50 y principios de los 60, se mantiene una estética realista con autores como Laura Olmo (La Camisa) y José María Rodríguez Méndez (Los inocentes de La Moncloa).
1960-1975: Renovación y experimentación
Década de 1960-1970
- Teatro Experimental: Ruptura con el realismo, personajes simbólicos, lenguaje no lineal, importancia del espectáculo y elementos grotescos y satíricos. Destacan Francisco Nieva (teatro furioso), Fernando Arrabal (teatro pánico: El triciclo, El cementerio de automóviles) y Luis Riaza (trilogía del poder).
- Teatro Independiente: Compañías autogestionadas que actúan en espacios no convencionales, priorizando el espectáculo (Els Comediants, La Fura dels Baus, Los Goliardos). Mihura evoluciona hacia un teatro comercial influenciado por el esperpento y el expresionismo. Antonio Gala destaca por un teatro lírico y moralizante (Anillos para una dama).
Desde 1975: La Transición y la actualidad
Con el fin de la dictadura y la censura, el teatro experimenta una transformación. Se pierde el foco en la crítica sociopolítica y se fomenta la creación con apoyo estatal (Compañía Nacional de Teatro Clásico, festivales, teatro de calle). Destacan José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!), José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro) y Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano).
Década de 1990 hasta la actualidad
- Teatro Comercial: Superproducciones musicales (Hoy no me puedo levantar).
- Teatro de Rentabilidad: Prioriza el éxito comercial sobre la innovación.
- Teatro de salas independientes: Autores que producen y exhiben sus propias obras, con temáticas realistas e introspectivas, personajes complejos y recursos metateatrales, experimentación espacial, estructuras incoherentes, intertextualidad y medios audiovisuales. Destacan Paloma Pedrero (Ana el 11 de Marzo) y Juan Mayorga (El chico de la última fila).
Poesía (1939-Actualidad)
1939-1950: Entre el arraigo y el desarraigo
La Guerra Civil interrumpe la trayectoria de la poesía de la Edad de Plata. La producción se divide entre la poesía de propaganda y la expresión del dolor y la angustia.
Década de 1940
- Poesía arraigada: Temas tradicionales, intimismo y evasión, vinculación con el régimen (Luis Rosales, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo).
- Poesía desarraigada: Expresión de la angustia existencial y la realidad española con lenguaje directo y desgarrador (Dámaso Alonso, Hijos de la ira; Vicente Aleixandre, Sombra del paraíso).
- Movimientos:
- Postismo: Surrealismo, humor y lenguaje lúdico (Ángel Crespo).
- Grupo Cántico: Poesía barroca y sensual (Baena, Molina).
Década de 1950
- Poesía Social: Compromiso político, denuncia social, lenguaje claro y coloquial (Celaya, Cantos iberos, Las cartas boca arriba; Blas de Otero, Pido la paz y la palabra; José Hierro, Cuanto sé de mí, Poesía del momento).
1960-1970: La generación del 50 y los novísimos
Década de 1960
Generación del 50: Mayor elaboración del lenguaje, paso de lo colectivo a lo personal, recuperación del intimismo con lenguaje conversacional (Ángel González, Áspero mundo; Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo; Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald).
Década de 1970
Generación del 68 o novísimos: Culturalismo, ruptura formal (verso libre, versículo, poesía visual, collage), alejamiento de la poesía social, influencia de Cernuda y Aleixandre, revitalización del Cántico y el Postismo.
- Tendencias:
- Surrealismo irracional y onírico (Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero).
- Poesía veneciana (Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, José María Álvarez).
- Poesía sobria y coloquial (Luis Alberto de Cuenca, Ana María Moix).
Desde 1980 hasta la actualidad: Diversidad de tendencias
Aparición de revistas y premios literarios que fomentan la diversidad. Tendencias destacadas:
- Novanguardismo, poesía meditativa, poesía épica o mítica, clasicista.
- Poesía de la Experiencia: Tono meditativo, temas urbanos, monólogo, narración de historias cotidianas, lenguaje cuidado, coloquial y prosaico (Luis García Montero, Habitaciones separadas; Felipe Benítez Reyes, Vidas improbables; Javier Egea).
- Poesía del silencio o neopurista: Preocupación por la muerte, el absoluto, influencia de la mística (Clara Janés).
La coexistencia de múltiples tendencias es un signo de la riqueza de la poesía actual, impulsada por la valoración del erotismo, el uso de técnicas como el microrrelato y la difusión a través de internet.