1. El Teatro en el Exilio
La Guerra Civil Española supuso el fin de un movimiento de renovación teatral que se venía forjando desde los años 20 (Valle-Inclán). Las consecuencias inmediatas del estallido de la guerra fueron la muerte o el exilio. Se creó un teatro de urgencia, partidista, sin pretensiones literarias, para sostener el ánimo de los combatientes. Algunos dramaturgos intentaron levantar un teatro español en tierras latinoamericanas. Entre los dramaturgos más destacados de la época cabe mencionar a Miguel Hernández.
2. Los Años 40: El Teatro Cómico y de Evasión
Enrique Jardiel Poncela estrenó con regularidad, siendo capaz de despertar el interés y entusiasmo de los públicos más exigentes y jóvenes. Desde 1939, año en que estrena Carlo Monte en Montecarlo, hasta su última comedia, Los tigres escondidos en la alcoba, fue el autor de moda.
Miguel Mihura. Su primera y mejor obra, Tres sombreros de copa, no fue comprendida en su época, por lo que tuvo que ser estrenada 20 años después. Todo el teatro posterior de Mihura está por debajo de lo que supuso su primera obra. El autor tuvo que limitar su asombrosa imaginación y someter su inconformismo a la mentalidad de la época. Pese a sus limitaciones, es la primera figura del teatro cómico de posguerra, por su habilidad para elaborar tramas, junto a su gran humor, imaginación y ternura. Una de sus comedias más representativas es Ni pobre ni rico sino todo lo contrario.
3. Los Años 50: Teatro Realista y Social
Durante los años 50 y 60 se desarrolló en España un tipo de teatro que trataba de reflejar la realidad social tal y como ésta se presentaba cotidianamente, con una clara finalidad de denuncia. Se trata de un teatro comprometido que prescinde de fantasías e idealizaciones. Denunciaba las duras condiciones de trabajo, las injusticias sociales, etc. Evidentemente, este tipo de teatro se las veía frecuentemente con la censura. Además, el público conservador no admitía novedades. Buero Vallejo y Alfonso Sastre fueron los máximos representantes del realismo social.
Antonio Buero Vallejo señaló el inicio de un nuevo teatro. En su obra se pueden distinguir tres etapas:
- Etapa existencial (reflexión sobre la condición humana): En Historia de una escalera, refleja un mundo gris donde las frustraciones se repiten, no sólo por el peso del medio social, sino también por la debilidad personal.
- Teatro social (denuncias de injusticias que atañen a la sociedad): El tragaluz, centrada en unos personajes marcados por la Guerra Civil.
- Etapa de innovaciones: El espectador no ve la realidad, sino una versión de un personaje. Desaparecen los intermediarios. El espectador ve la historia desde adentro. Destacan Llegada de los dioses, La fundación y La detonación.
4. Los Años 60 y 70: La Renovación Teatral
A partir de 1965 comienza una auténtica revolución en el panorama teatral español. Surgen nuevos autores que trataron de superar el realismo crítico de la generación anterior, y aparecen nuevos grupos teatrales (teatros independientes) que tratan de superar el modo clásico de representación.
Dentro del teatro comercial, triunfan las comedias de Mihura, Jaime Salom, Jaime de Armiñán. Entre los nuevos sobresale Antonio Gala, que en 1963 estrena su primera comedia, Los verdes campos del Edén, y goza del favor del público con obras como ¿Por qué corres, Ulises?.
Más peculiar es el teatro de Fernando Arrabal. Imaginación, elementos surrealistas, lenguaje infantil, ruptura con la lógica son las características del primer conjunto de las obras de Arrabal: por ejemplo, El triciclo. Exiliado en Francia desde 1955, sus obras pretenden ser un teatro total que exalta la libertad creadora y persigue la provocación y el escándalo del espectador. Destaca su obra El laberinto.
5. Los Grupos de Teatro Independiente
Surgen una serie de grupos que viven al margen de los límites establecidos en el mundo del espectáculo. Son personas dedicadas al teatro organizadas en cooperativas que escriben y montan sus propias obras. Su importancia reside en la abundancia de grupos existentes, algunos de los cuales reciben ayuda económica oficial, mientras que otros desaparecieron. Su trabajo responde a un mismo deseo: alejarse del teatro burgués comercial y renovar el contacto de la obra y los actores con el espectador. Entre los grupos de teatro independiente que encontramos entre 1965 y 1978 están: Las Marismas, La Araña, Akelarre.
6. El Teatro desde 1975
Finalizada la dictadura y eliminada la censura, parecía abrirse una etapa prometedora para el teatro. Sin embargo, la crisis del teatro español se hizo más evidente. Un importante fenómeno del teatro español posterior a 1975 fue la creación de instituciones teatrales que dependen de instancias oficiales, tanto del estado como de las comunidades autónomas o municipios. Así, en 1978 se creó el Centro Dramático Nacional y posteriormente el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas y la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Francisco Nieva es probablemente el más importante de los dramaturgos experimentales de la segunda mitad de siglo. Aunque escribe obras de teatro desde los años cincuenta, no las ve representadas hasta después de la muerte de Franco. Su teatro va a caminar por la senda de lo surrealista, lo fantástico y lo imaginativo. Destacan obras como Pelo de tormenta. Otros autores de esta época son Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!), José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro), Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano).