La Novela Española en los Años 40 y 50
El ambiente de desorientación cultural de comienzos de la posguerra es muy acusado en el campo de la novela.
Dos fechas se consideran como indicio de un nuevo arranque narrativo:
- 1942 con La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
- 1945 con Nada de Carmen Laforet
Pascual Duarte inaugura una corriente que se llamó «tremendismo», una agria visión de la realidad que consiste en seleccionar los aspectos más duros de la vida y llevarlos a la novela. En cuanto a Nada, presenta una parcela irrespirable de la realidad cotidiana del momento en un tono triste y doloroso. En las novelas del momento se percibe el «reflejo amargo de la vida cotidiana» como una constante narrativa. El enfoque se hace desde «lo existencial»: temas como la soledad, la muerte, la frustración, con personajes marginales y desarraigados, desorientados y angustiados que revelan el malestar del momento. Se producirá un giro de la angustia existencial a las inquietudes sociales sobre 1951, fecha de La colmena que marca el cambio con su despiadada visión de la sociedad madrileña.
Aparecerán otras obras representativas del cambio como La noria de Luis Romero o El camino de Delibes. Así llegamos a los años 1954 y 55 en donde se darán a conocer escritores como: Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Martín Gaite, Alfonso Grosso, etc. que conformaron la llamada «Generación del 55».
Rasgos comunes de todos ellos:
- Solidaridad con los humildes
- Disconformidad ante la sociedad española
- Anhelos de cambios sociales
A todos ellos les influyen las ideas de Jean Paul Sartre que creía en el compromiso social del escritor ante las injusticias, de ahí que asuma el escritor su deber de denuncia social de forma inaplazable e insustituible.
Podemos destacar dos grupos en la narrativa española en la novelística de los 50:
- Grupo de Madrid: técnicas cinematográficas, aspectos formales, experimentalismo que seguirá Delibes en Las ratas.
- Grupo de Barcelona: da más importancia a los contenidos. Se trata de un realismo más crítico social, donde se busca la finalidad política más que estética. El protagonista es colectivo. Los dos mundos que se contraponen son la miseria del campesinado y la burguesía.
Técnicas y Estilo
Estructura sencilla: narración lineal, descripciones sencillas y concisas bajo las que se oculta un gran esfuerzo de construcción. Los autores buscan concentrar la acción en espacios cortos de tiempo. Por ejemplo, El Jarama cuya acción transcurre en un día.
- Novelas de personaje colectivo: La colmena
- Personaje representativo de una clase o de un grupo social. Se rechaza, así, la novela psicológica centrada en el análisis de almas.
Técnicas derivadas del objetivismo:
Desaparición del autor, el autor se oculta y deja fluir la narración de los hechos por sí misma, sin dirección concreta.
- Novelas trazadas a través del diálogo, donde se intenta recoger el habla viva de campesinos, señoritos, obreros, etc.
- Lenguaje desnudo y directo que adopta la forma de la crónica.
Renovación de las Técnicas Narrativas en la Novela Contemporánea
(Nuevos procedimientos y su influencia en la novela española: Joyce, Proust y Faulkner)
- Importancia de la forma, «formalismo», según el planteamiento de Joyce y la importancia de la arquitectura y la composición de la obra frente al contenido.
- La posición del autor y el punto de vista. Desaparece el autor y el punto de vista puede ser único, múltiple o desarrollar el perspectivismo, es decir, el punto de vista contrapuntístico. El tratamiento de la anécdota, que relega el argumento a segundo plano y hasta prescinde de toda acción. Interesa lo imaginativo, lo irreal, lo alucinante, etc.
- Procedimientos de estructuración donde aparece la secuencia y desaparece el capítulo.
- Estructura interna con el contrapunto, y la técnica caleidoscópica.
- Aparece el desorden cronológico y las técnicas cinematográficas: el flash-back o «salto atrás», el desarrollo discontinuo de la acción, el tiempo reducido o ampliado, e incluso la ausencia de desenlace.
Los personajes: destrucción del personaje realista, aparece un personaje en conflicto consigo mismo en busca de su identidad, un personaje borroso, zarandeado por las circunstancias.
- Personas de la narración: la novela llega a combinar las tres personas: el «yo», el «tú» autorreflexivo, y el «nosotros». Disminuye el diálogo a favor de otros procedimientos como el estilo indirecto libre y el monólogo interior. Mediante el estilo indirecto asistimos al flujo de pensamientos en la mente del personaje y el monólogo reproduce los pensamientos tal y como surgen de la conciencia del personaje. Se trata de un poderoso recurso para explorar la consciencia y la subconsciencia del personaje.
- Aparecen numerosas digresiones del autor y esto dará lugar a la «novela ensayo» o a la «novela humanística».
- Renovaciones estilísticas: se borran las fronteras entre la prosa y el verso y el lenguaje poético penetra en la novela. Se exploran las posibilidades de la frase, desde la muy larga hasta la muy corta. Se incorporan nuevos elementos: anuncios, informes, expedientes, textos periodísticos, etc., y aparecen artificios tipográficos: inserciones de grabados y esquemas, ausencia de signos de puntuación, uso de distintos tipos de letras, etc.
La Novela de los Años 60
A partir de los años 60 empiezan a manifestarse signos de cansancio del realismo dominante. La novela española ha llegado a un empobrecimiento manifiesto por la falta de imaginación. El nivel lingüístico sufre un anquilosamiento, el lenguaje llega al límite del prosaísmo. Hay autores que propugnan la necesidad de renovación formal y de enfoques más complejos. Nuestros autores tienen cada vez más en cuenta las renovaciones del extranjero en materia narrativa: las editoriales aportan nuevas traducciones de novela nueva de Joyce, de Gide, de Faulkner, etc. y proliferan los ensayos intelectualistas; e incluso causará un fuerte impacto la novela hispanoamericana, el conocido Boom hispanoamericano que comprende a una serie de autores latinoamericanos que se instalan en España y que comienzan a escribir para Europa: Vargas Llosa, G. García Márquez, etc.
En 1962 surge Tiempo de silencio de Martín Santos, es una obra inaugural de la nueva etapa de nuestra narrativa que busca una ruptura con la realidad: el argumento tiene mucho de novela policiaca, novela folletinesca, ambientes sociales que le confieren un alcance existencial. Hay en la novela una gran virulencia crítica pero esto es inseparable de su tratamiento formal. El autor desecha el realismo objetivista para someter a la realidad a una gran elaboración metafórica y simbólica, llena de referencias culturales y de un lenguaje cultista y barroco, de ahí que haya un novedoso y original enfoque en la obra. El sarcasmo y la ironía revulsiva resultantes son elementos centrales de la obra. Es una novela de protagonista: Pedro es un personaje borroso, zarandeado por las circunstancias. Su comportamiento está lleno de contradicciones que no parece ser capaz de superar, él mismo resulta impotente para hacerse con las riendas de su destino, y se verá arrastrado a su fracaso, al silencio y a la castración. Aparece una serie de autores que son tecnicistas y formalistas: Benet, Guelbenzu, Martín Santos, Marsé, Juan Goytisolo, otros que surgieron de los años 40: Cela y Delibes por ejemplo. Uno de los escritores más representativos de este período, pionero en la búsqueda de nuevas formas narrativas, fue Juan Goytisolo cuya novela Señas de identidad integra las innovaciones más importantes de los últimos años.
La Novela de los Años 70
Comprende a los autores nacidos a partir de 1935. Estos autores enlazan con las renovaciones de los autores anteriores, y en sus obras conviven distintas tendencias y estilos también anteriores, pero, sin embargo, hay una vuelta a las formas narrativas tradicionales aunque sin detenerse en la búsqueda de nuevas formas de narrar. La efervescencia experimental alcanzará extremos insospechados. Este frenesí desemboca en cierto desconcierto por lo que se pasará a una moderación de los experimentos novelísticos. Algunos autores vuelven los ojos hacia ciertos aspectos de la tradición: resucita el placer de contar y hay un retorno a la «historia», a la anécdota.
A veces la narración se inspirará en ciertos géneros marginales: el relato fantástico, la novela policiaca, el folletín, etc.
Hay un florecimiento de la novela policiaca con una clara intención de denuncia social. Ejemplo: La verdad sobre… Los autores de los años 70 no cultivarán temas comunes, aunque sí comparten ciertas notas: desencanto, cinismo, evasión; reaparecerán las preocupaciones existenciales y hay cierta presencia de la intimidad desenfadada que muestra, sin embargo, un fondo amargo y escéptico. En las novelas se percibe un tono humorístico.
Novelistas más representativos: J. M. Voz de Soto, J. M. Guelbenzu, Eduardo Mendoza, este último probablemente el más representativo con La verdad sobre el caso Savolta escrita en 1975. En su compleja trama situada en la Barcelona de 1917 y 1920 se entretejen conflictos sociales con una historia amorosa; así se combinan lo público y lo íntimo, lo social y lo existencial, pero todo observado mediante un enfoque a distancia. Su estructura es muy significativa: los primeros capítulos tienen gran complejidad, con materiales muy heterogéneos, caos cronológico y otras técnicas experimentales típicas de los años 70, más tarde desemboca en un relato lineal al que se le añaden elementos de la novela policiaca, de la de aventuras, del folletín o la novela rosa. A todo ello se añade una sorprendente variedad de estilos. En conclusión, La verdad sobre el caso Savolta resumiría, por sí sola, este giro de las formas experimentales a las formas narrativas tradicionales, donde además, Eduardo Mendoza muestra visión desencantada de la vida. Otras obras suyas policiacas serían: El misterio de la cripta embrujada, o El laberinto de las aceitunas muy representativas del género.
La Novela a Partir de los Años 80
Se observa a partir de 1975-80 una gran influencia del público en la evolución narrativa: la elección del tema o el tratamiento de la obra por el autor estarán marcados por el mercado editorial. Se diría que todo vale mientras venda. La narrativa actual está marcada por la cantidad lo cual resta valor a los criterios de calidad. Hay una libertad de tendencias. Ya no hay modelos, ni maestros generacionales sino que se publica todo aquello que acepta el mercado. El panorama ahora será abigarrado y plural.
Tendencias Actuales de la Narrativa
- La afición a contar: aquí estaría incluido el «grupo de León» entre ellos Luis Mateo Diez, también estaría incluido en este interés por la historia narrada Antonio Muñoz Molina.
- Vertiente específica de una novela que recupera el gusto por contar historias sería la novela policiaca: Manuel Vázquez Montalbán y la serie de Pepe Carvalho. Además se percibe un claro interés editorial por la publicación de obras referidas a este género negro. Aparecen escritores que aprovechan elementos de la novela negra e incluyen la intriga como elemento fundamental de sus novelas como Javier Marías con Corazón tan blanco por ejemplo.
- Novela histórica: busca evadirse de los problemas de la actualidad y recupera ambientes históricos del pasado. Dentro de esta novela hay novela histórica sobre la Guerra Civil, como Muñoz Molina, Beatus Ille, y novela histórica de evasión al pasado, por ejemplo, Félix de Azúa, o Juan Eslava Galán con En busca del unicornio, o Arturo Pérez Reverte con El capitán Alatriste.
- Puesta en abismo: plantea problemas de identidad: J. M. Merino o Llamazares. Es notable la frecuencia de desequilibrios íntimos como soporte de un conflicto que se apoya en un «yo hipertrofiado». La consecuencia es una novela subjetiva con tendencia al lirismo.
- Tendencia metaliteraria: aparece la novela dentro de la novela, la metanovela.
- Hay una preferencia en la novelística posterior a 1975 por el relato breve: Josefina Aldecoa, Marina Mayoral, J. M. Merino, o Juan Manuel de Prada, entre otros.
- Introducción del mundo del periodismo en la narrativa. Hay un gran número de periodistas que han cultivado el género. Hay también escritores que cultivan un periodismo literario como Francisco Umbral o Manuel Vicent.
- Influencia de los medios de comunicación audiovisuales, como internet y la red, para crear nuevas formas de divulgación literarias. Aparecen técnicas del reportaje y de la investigación.
- Tendencia femenina: presencia en la narrativa de un elevado número de escritoras aunque lo curioso es que no existe una temática femenina ni reivindicaciones feministas.
Últimos Escritores
- No hay perspectivismo histórico
- Existen individualidades sin que se pueda hablar de tendencias
- Hay escritores que cultivan géneros clásicos, como Manuel Talens y la novela histórica y de humor, La parábola de Carmen la Reina, o Muñoz Molina y la novela policiaca Plenilunio con un esquema de intriga, Lorenzo Silva y la serie del agente Bevilacqua, o Trapiello con Los amigos del crimen perfecto; J. M. de Prada con historias de un gran virtuosismo verbal como El final de la locura, Javier Cercas con una novela ensayística como Soldados de Salamina.
- La combinación de cine y literatura es en los últimos años muy fecunda. Se llevan al cine novelas contemporáneas convertidas en guiones cinematográficos, versiones adaptadas que cuentan con un gran éxito de público. Así sucedió en su momento con Los santos inocentes de Delibes, o con La colmena de Cela o Los gozos y las sombras de Torrente Ballester. Últimamente Plenilunio, de Muñoz Molina, El alquimista impaciente de Lorenzo Silva o Soldados de Salamina de Javier Cercas son buenas muestras de novelas llevadas a la pantalla, la última premiada en multitud de certámenes y festivales cinematográficos.
- Habría que destacar la gran cantidad de premios que convocan las editoriales para dar a conocer a autores noveles o promocionar a los ya conocidos: Seix-Barral, Alfaguara, Lara, Planeta, Nadal, etc.