La novela de posguerra
La Guerra Civil supuso una conmoción terrible que afectó a todos los aspectos de la vida española y, por supuesto, a la literatura. La narrativa rompe con las tendencias de renovación de Baroja, Unamuno y Valle-Inclán. Es un momento de aislamiento cultural, de falta de maestros y con una doble censura, la eclesial y la política.
El Realismo Tremendista de los años 40
La década de los 40 es un momento de tanteos (novela realista, novela histórica, novela poética), pero, de forma general, los autores buscan un camino para reflejar la realidad. En 1942 aparece la primera novela importante de este periodo: La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela. Con esta obra se inaugura la corriente del realismo tremendista. La novela cuenta, en forma de memorias, la vida de Pascual Duarte, desde su nacimiento en un pequeño pueblo de Badajoz hasta su muerte, ejecutado en prisión. A lo largo de la historia se narran las más tremendas desgracias que el protagonista debe sufrir: desgracias de cuna, de familia y de acto, que Pascual no es capaz de enderezar y que, al contrario, como si de una tragedia griega se tratara, le llevan de un destino desgraciado a otro peor, si cabe.
Otras novelas de éxito de esta década son:
- Nada de Carmen Laforet: novela que refleja la realidad sin ilusiones ni optimismo de la posguerra. Es una novela de carácter existencialista.
- Mariona Rebull de Ignacio Agustí: novela realista de carácter convencional.
La década de los 50: El Realismo Social
La novela social tiende a reflejar el vivir de la colectividad en momentos de conflicto, con los cuales se evidencia la crisis y se busca una solución. Por tanto, la sociedad se convierte en el tema literario de este momento. El testimonio y la denuncia constituyen la finalidad prioritaria de esta novela.
Sus características son las siguientes:
- Se muestra la realidad española con crudeza, tal y como es.
- Las descripciones son poco abundantes, pero tiene importancia el diálogo, que refleja la forma de hablar de los personajes de distintas clases sociales.
- La estructura es sencilla y la narración lineal.
- El lenguaje es directo, conciso, sin artificios.
- En general, se da prioridad al contenido sobre la forma.
Hay dos corrientes: la del Realismo Objetivo, que muestra la realidad tal y como es y deja que el lector saque sus conclusiones, y la de Realismo Crítico, un realismo selectivo en el que la mirada del escritor se fija solo en los aspectos más negativos para denunciar lo injusto y lo negativo de la sociedad.
Aunque el tema principal es la sociedad, dentro de este tema existen subtemas, siendo los más representativos: la ciudad, como en La colmena de Camilo José Cela; el campo, como en Réquiem por un campesino español de Miguel Delibes; la Guerra Civil, como en Duelo en el paraíso de Juan Goytisolo.
La década de los 60: Renovación de las técnicas narrativas
En la década de los 60, cansados ya de la novela social, los escritores convierten la narrativa en sujeto de experimentación estructural y lingüística. En 1962 se publica la novela Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, que supuso un cambio renovador para la novela española. Esta renovación no se debió a cambios semánticos, sino a la utilización de nuevas estructuras y técnicas narrativas.
Otras novelas de este periodo son:
- Camilo José Cela con su obra San Camilo, 1936 (1969), que narra la situación de Madrid el 17/18 de julio de 1936. Recoge, como es habitual en Cela, lo más sórdido (violencia, sexo…). Se trata de una desoladora visión de la vida española, con la novedad de estar escrita a través de un monólogo interior.
- Miguel Delibes con su obra Cinco horas con Mario.
- Juan Marsé con su obra Últimas tardes con Teresa.
Entre las principales novedades de este periodo están, en primer lugar, en cuanto al narrador, la pérdida del narrador omnisciente, adoptando una perspectiva múltiple o paralela; en cuanto a los personajes, no hay un protagonista único, sino un protagonista colectivo o bien desdibujado y sin identidad. En el tratamiento de la historia, el argumento se relega a un segundo plano (la forma sobre el fondo).
La estructura cambia por completo. Los capítulos son sustituidos por secuencias narrativas interrumpidas, o bien secuencias en blanco. El tratamiento del tiempo no es lineal, sino que se producen saltos constantes en el tiempo, o bien se reduce el tiempo narrativo. Desde el punto de vista lingüístico, destaca el empleo del monólogo interior y del estilo indirecto libre.
Década de los 70 – Final de siglo: La novela experimental
A partir de los 70, la novela desemboca en una novela experimentalista. A ello contribuye la influencia de la narrativa latinoamericana de autores como Vargas Llosa o Gabriel García Márquez. Es una época en la que se destruye el tema y el argumento, y lo único importante es la técnica. La novela llega a un callejón sin salida y al consiguiente alejamiento del lector.
Los representantes de esta novela experimentalista son:
- Carmen Martín Gaite: Los parentescos.
- Miguel Delibes: El hereje (1998).