Nuevas Formas Ocasionales y Relaciones en los Inicios de la Comunicación
Formas Ocasionales
Aparecen cuando se demandan en algún momento debido a hechos extraordinarios. Todos son ocasionales y proporcionan actualidad, uno de los ingredientes del periodismo, pero no periodicidad, por lo que se consideran formas pre-periodísticas.
- Avissi: Son avisos. Antes de la imprenta, existía un noticierismo manuscrito. Los avissi convivieron con el noticierismo impreso y se adaptaron para competir con él. Solían tratar varios asuntos y eran impresos pequeños de 4 u 8 páginas. Un avissi es un conjunto de varios avisos. Los primeros se conocen en Italia; uno de ellos describe un torneo, muchos tratan hechos guerreros relacionados con los turcos y otros hablan del descubrimiento de América. En Viena también aparecen con el nombre de zeitungen, sin carácter periódico y algunos incluyen más de una noticia. A medida que la imprenta se extiende, el noticierismo se expande por toda Europa.
- Canards: Son una variante de los avissi, principalmente en Francia, aunque el nombre es francés. Presentan un carácter exagerado con noticias increíbles, a veces falsas: crímenes, manifestaciones diabólicas, denuncias de comportamientos sociales inadecuados, etc. Se venden a través de ciegos, músicos ambulantes, etc. Inicialmente, no se enfrentan al poder constituido, sino que este los utiliza para desprestigiar; por ello, la policía no suele perseguirlos. Los reyes los usan como medio propagandístico, algo común en todos los países. En principio, contienen asuntos locales, aunque la aparición de conflictos por toda Europa los generaliza.
- Almanaques: Otra forma propagandística que ya existía en la Edad Media y que se generaliza con la imprenta. Esencialmente, son un calendario. A veces se publican dos veces al año, pero suelen ser anuales. Contienen prácticamente todo lo que se necesita saber: un vademécum de las fiestas del año litúrgico, los astros, las fases de la luna, los signos zodiacales, conjeturas, vaticinios, profecías, predicciones del tiempo, orientaciones gastronómicas, etc. Son de gran interés para la gente. Algunos logran éxito y se publican cada año, siendo de los primeros con periodicidad. Se pueden consultar sin saber leer porque los símbolos y las ilustraciones son familiares. Estos almanaques han dejado un amplio respeto por lo escrito. Algunos gozan de prestigio, mientras que otros desaparecen por sus excesos y son criticados por algunos autores.
Relaciones
Suelen publicarse cada seis meses con motivo de las ferias; tienen una periodicidad mayor. Las primeras aparecen en Fráncfort a finales del siglo XVI. Los reyes y emperadores conceden derechos a sus editores para controlar sus publicaciones.
Otras Formas de Comunicación
Todas estas formas conviven con la información oral de coplas y romances, con los juglares de la Edad Media. En ocasiones, incluso se imprimen; tienen musicalidad y representación teatral. En Madrid, a los sitios donde se representaban se les llama mentideros, que solían ser plazas cercanas a conventos. Reciben este nombre porque los hechos que se contaban no se referían con exactitud, ya que el ideal de estas coplas es extraer moralejas y adaptar las historias a las características del público.
Hay otras hojas manuscritas, primero, y escritas, después, como los libelos, que son un paso más allá de los canards. En el siglo XVI son muy abundantes debido a la Reforma y Contrarreforma. Como suelen ser difamatorios, se actúa contra ellos si contravienen al poder.
Los menantis son relatores de lo que sucede, pero mienten, husmean, sobornan, espían, etc. En algunos casos, los reyes les pagan por la información que no llega por las embajadas. En ocasiones, realizan flujos de información para mercaderes o príncipes con servicios regulares de correspondencia manuscrita e impresa. Tienen gran auge en el siglo XVI. Para completarlas, se introducen datos falsos o ya tratados. Gracias, en parte, a los menantis, los Függer se convierten en los mejor informados de la época.
De todas formas, la comunicación oral es la más importante. En ella destacan los mentideros. En Madrid habrá tres: De Palacio, De la Grada de San Felipe y De los Representantes.
La Consecución de la Periodicidad
Los ocasionales adquieren alguna regularidad. Muchos productores intentan que se publiquen cada mes, pero no será hasta el siglo XVII cuando se dé el salto a la periodicidad. Podemos decir que en el siglo XVI existía el periodismo sin periódico y que es en el siglo XVII, desde 1595, cuando se gana la batalla a la periodicidad: de anual a mensual y semanal. A principios del siglo XVIII aparece el primer diario en Inglaterra.
Los dos ingredientes de la prensa, actualidad y periodicidad, ya se encuentran a finales del siglo XVI. Si nos centramos en la actualidad, los primeros pre-periodísticos serían los avissi, mientras que si nos centramos en la periodicidad, serían los almanaques. Ya en el taller de Gutenberg, en 1448, se publica algún almanaque, aunque el más antiguo que se conserva es de 1455.
Los Primeros «Periódicos»
Los mercurios son anuales, pero estrictamente informativos; sus antecedentes son las cronologías. El primer mercurio es el francés de 1611, aunque sin continuidad. Por ello, se considera que la primera gaceta aparece en 1631-1632 con la gaceta francesa, que es, para muchos, el origen del periodismo moderno. A finales del siglo XVII, encontramos algunas gacetas más o menos semanales.
En el eje del Rin, hay más ocasionales con periodicidad semanal a principios del siglo XVII: 1610 Basilea, 1617 Fráncfort, 1618 Hamburgo, etc. En las primeras décadas del siglo XVII, Europa, el eje del Rin y, sobre todo, Alemania se llenan de publicaciones semanales, muchas en Fráncfort, lo que indica que hay un ambiente preparado para ello. Algunas de estas publicaciones están protegidas por la Corte y su extensión es mayor (La Gacette de Renaudout), aunque la mayoría vive con dificultades. El Estado contribuye a su desarrollo o a su desaparición. Hacia 1631, la prensa semanal está bastante desarrollada en Inglaterra, Alemania y Suiza, e incluso en Francia. No son publicaciones oficiales, pero tampoco iniciativas libres, sino que tras muchos de ellos hay alguna autorización o privilegio por someterse a la autocensura. El privilegio excluye la competencia, por lo que se desarrollan rápidamente.
El Correo y la Familia Tassis
Para que funcionen las formas periodísticas, se requiere actualidad y periodicidad, pero también una forma que las lleve de un sitio a otro: el correo.
Breve Historia del Correo
- El correo ha existido en todas las civilizaciones. Implica:
- Conocimiento de la escritura por parte del que recibe y remite o, como mínimo, acudir a un tercero que lo conozca.
- Medio de transporte lo más rápido y seguro posible (en ocasiones, llegaba a 400 km de distancia).
- Determinada organización social en que las relaciones entre los individuos y los grupos sean necesarias.
- En el Imperio Persa de Ciro el Grande, ya hay casas de postas, jinetes, etc., que consiguen que las cartas lleguen a 80 km de distancia al día.
- En Grecia, los mensajeros actúan a pie, y en la Galia también hay formas de correo.
- El Imperio Romano es un hito claro. Es muy importante por las comunicaciones marítimas, la red de calzadas y el Cursus Publicus, establecido en tiempos de Augusto con jinetes, carros, etc., lo que demuestra que el Imperio está perfectamente comunicado, algo necesario para asegurar su pervivencia. Existe un correo que conecta la República con el resto de dominios; los mensajes se escriben en tablillas de cera.
- En la Edad Media, hay correos de los monjes, mensajeros de los señores feudales, de las ciudades, etc. En la Edad Moderna, todos los Estados organizan su sistema de correos junto con otros mecanismos para controlarlos.
- En Castilla, se establece el Jefe de Correo Mayor. Las ciudades también tienen correos, como la familia Galíndez de Carvajal, que será Correo Mayor de las Indias, islas y tierra firme. La mayoría de estos cargos suelen ser a perpetuidad y pasar de padres a hijos.
Los Tassis
Familia del norte de Italia que, en 1500, con motivo de la boda de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, son nombrados maestros de postas. Se les concede el privilegio en exclusiva y lo mantienen todo el siglo XVI. Este sistema llega hasta el siglo XVIII, cuando la llegada de los Borbones y el absolutismo los reemplaza Juan de Goyeneche, ligado a La Gaceta de Madrid.
Gracias a este sistema, los tiempos se acortan: de Bruselas a Innsbruck se tarda 5 días en verano y 6 en invierno; de Bruselas a Lyon, 4 días; a Toledo, 12; de Toledo a Granada, 3 días, etc. Todos los países europeos en estos momentos tienen correos vinculados al Estado, monopolios protegidos, que también llevan las gacetas y todo lo necesario para que los Estados estén informados de lo que acontece.